Chiks en el capi hay dos canciones...pues yo las dejo a su imaginación se que todas no tenemos el mismo gusto, a mi personalmente me gusta el reggaetón….y para el capi use dos canciones de los grandes Wisin y Yandel...si no le gustan chiks solo imagínense otras ¿vale? se de algunas que a si les gustaran ( adri, jime, belu y bichito) Las canciones son

1. Te siento- Wisin y Yandel.

2. Tus sabanas- Wisin y Yandel.

Espero que les guste el capi ; ) lo hice con mucho amor y calor jejeje

¡Hace Calor!

Cuando logre salir del baño, me encontré con Jacob, otro susto y lo peor de todo era que su presencia más que alegrarme, me disgustaba, era una sensación inexplicable, solo verlo me recordaba que no estaba haciendo las cosas bien y su cara solo mataba la felicidad que acababa de sentir con los besos de Edward.

-te ves hermosa, amor…te busque por toda la escuela- afirmo acercándose a mi- Alice, esta furiosa contigo, dice que le abandonaste la venta…

-¡Alice!- ni siquiera había pensado en ella.

-¿Como se portaron tus clientes? ¿No se pasaron contigo?- pregunto dándome un beso en la frente, pero, no parecía celoso ni nada por el estilo.

-no, todos fueron muy decentes… ¿has visto a mis papas?- pregunte cambiando el tema, mientras caminábamos en dirección al gimnasio.

-ellos se fueron hace un rato, si quieres yo te puedo llevar a casa- ofreció emocionado.

-si, claro Jacob...pero primero tengo que encontrar a Alice- y no me tomo mucho tiempo hacerlo, venia directo hacia mi votando chispas.

-Isabella Swan…me dejaste tirado el puesto de formularios… ¿que paso con la venta?

-Alice aquí están tus 300 dólares...alguien muy generoso, me pago por todos…por eso me retire antes de tiempo- su expresión se suavizo cuando deposite el dinero en sus manos.

-como siempre Bella, le quitas la diversión a todo…ok, por hoy te salvas...pero esta semana tendrás mas tareas, eso no lo dudes… ¡Tanya! ¿A dónde crees que vas?-mi amiga salió disparada en busca de la rubia.

-¿alguien muy generoso?- pregunto Jacob confundido.

-era solo para que Alice me dejara en paz Jake, yo puse el resto de dinero, ya estaba cansada de repartir besos- mentí magistralmente, ya que Jacob se creyó inmediatamente lo dicho.

-ok, vamos a casa.

En el camino Jacob no hablo mucho, solo hacia cortos comentarios, que yo respondía solo con monosílabos, no sabia en que momento nuestra relación había cambiado tanto.

-bien, llegamos.

-gracias Jake- le di un beso en la mejilla y me disponía a salir corriendo del auto cuando la gran mano de Jacob me aprisiono, haciéndome girar. Me dio un beso que rechace inmediatamente.

-¿Qué pasa, Bella?-me pregunto extrañado, eso mismo me preguntaba yo, ¿Qué rayos me pasaba?, ¿Por qué no quería besarlo? , no tenía respuesta lógica a aquello, así que, di un gran suspiro y respondí a su beso.

Lo sorprendente de toda la situación fue que en ningún momento deje de pensar en Edward, Dios, el no podía estarme trastornando al punto de besar a mi novio viéndolo a el, esto era imposible.

Jacob pasabas sus manos por mis piernas insistentemente, y su respiración estaba agitada, dejo mis labios para besarme el cuello, sus caricias no me eran desagradables, pero, no era las caricias que mi cuerpo necesitaba ¡maldición!, otra vez Edward en mi cabeza. Aparte con dificultad a Jacob, no era justo, para el, yo estaba pensando en otro hombre.

-Jacob, cálmate, estamos en la puerta de mi casa- era un pretexto bastante convincente.

-podemos ir a otro lugar, todavía es temprano y… te deseo Bella, quiero estar contigo- pidió casi suplicando, mirándome directo a los ojos. En otra ocasión, estas palabras me hubieran derretido al instante, pero, hoy, todos mis sentimientos hacia Jacob eran distintos.

-Jacob, estoy un poco cansada…tengo migraña- afirme arrugando la cara. Jacob le dio un pequeño golpe al timón del carro, chasqueando la lengua, esperaba una de sus exageradas reacciones, pero por el contrario medito unos segundos, y se volteo.

-esta bien amor, te entiendo- me dio un pequeño beso en los labios- que descanses, hablaremos mañana.

-ok- me baje del carro y arranco a toda velocidad sin siquiera esperar a que yo entrara, eso era típico de Jacob, sus actos pocos caballerosos, aunque en esos momentos no me sentía merecedora de nada.

Entre a casa y ya todos se encontraban durmiendo, mis papas muy pocas veces se preocupaban por mi llegada, siempre estaban ocupados, además, de que confiaban completamente en mi, nunca les había dado un problema serio, así que desde que tenia 14 años me dieron mis propias llaves y se podría decir que era mucho mas libres que la mayoría de niñas de mi edad.

Subí a mi habitación y después de darme una pequeña ducha, quitarme el maquillaje, me acomode en mi cama a meditar los últimos acontecimientos en mi vida.

Las cosas con Jacob no andaban bien, y no podía precisar si el culpable de esto era Edward que había llegado a revolverlo todo, o ya nuestra relación venia en caída desde antes, debía admitir que Jake, no era el hombre perfecto, pero nunca me habían molestado tanto sus defectos como hasta ahora. Si definitivamente, era una mezcla de las dos, Edward, solo había sido la gota que rebaso mi vaso.

Por otro lado, no entendía que era lo que tenia con Edward, bien, todo había empezado como un trato, se suponía que solo serian tres citas y aunque en un principio no me había parecido algo difícil, ahora si tenia un poco de miedo, no sabia explicar que era lo que sentía, cada vez que pensaba en estar cerca de el, eso podría ser peligroso y después de haber escuchado sus razones para acercarse a mi, me había interesado mas en el, lo que no era normal, el solo lo había hecho solo por conquistar a alguien que lo ignoraba, pero ¡Rayos! , como me subía el ego, ver la forma ingeniosa que había utilizado para conseguirlo.

Conclusión de la noche: iba a disfrutar los momentos, Jacob era alguien seguro, y no iba a lastimarlo, pero, tampoco iba a dejar aparte todo lo que Edward me hacia sentir, solo faltaban dos citas, después vendría la graduación y cada uno iría a sus universidades, y la aventura solo quedaría en el pasado.

Jacob no tendría porque enterarse, “ojos que no ven, corazón que no siente” ¿no?...si, se que era una persona horrible al pensar así, pero, ¡vamos! solo era una adolescente de 18 años, controlada por las hormonas.

Tome mi celular para llamar a Jake, quería darme cuenta si su aparente calma era real.

“buzón de mensajes” ¡genial! Lo tenía apagado, no era tan tarde para llamar a su casa así que…

Billy contesto después de algunos segundos.

-hola Billy- salude un poco apenada.

-¡bella! Querida, ¿como has estado?

-bien gracias...Billy, ¿me podría comunicar con Jacob?- pedí y hubo un largo silencio en la línea.

-pensé que estaba contigo linda, el no ha llegado – parecía un poco preocupado, ¿no había llegado?... ¡que extraño!

-ah si claro, lo había olvidado…seguramente esta con los chicos…Ya sabes Billy, cosas del equipo- mentí, últimamente lo estaba haciendo muy bien.

Billy quedo más tranquilo, y yo un poco inquieta, seguramente Jacob no había estado tan comprensivo como aparentaba, no tenia alguna idea de su paradero, al día siguiente hablaría con el. Después de unos minutos caí rendida en un sueño profundo.

Esta semana la estrada al instituto era mas tarde de lo normal, para darnos tiempo de reponernos de las actividades del día anterior, es decir, solo dábamos la mitad de la jornada, así que me tome mi tiempo para llegar a la escuela.

Todo estaba en perfecto orden, no se como mi amiga lo había hecho, pero, no quedaba ni rastro del día anterior.

La clase que tenia a esa hora, era compartida con Edward y aunque estábamos bastante alejados en el salón, en ningún momento dejamos de cruzar miradas y sonrisas, ignorando completamente al profesor.

Al terminar la clase, Alice apareció por la puerta avisando a todos los del comité que a la hora del receso había una pequeña reunión, camine hacia mi amiga.

-hola Alice- salude dándole un beso en la mejilla.

-estoy un poco enojada contigo…- Edward paso al lado de nosotras.

-Alice…Bella- saludo amablemente- nos vemos en el receso- Alice quedo con la boca abierta.

-¿Qué?- pregunte extrañada.

-¿mi hermano nos saludo?

-si, eso hizo…Alice, no somos invisibles- dije jalándola para dirigirnos a la próxima clase.

-pues, yo empezaba a creer que si lo éramos…por lo menos para él- lo mismo creía yo, hasta hace unos pocos días- ah, se me olvidaba, ya eres parte del comité, bueno…no oficialmente, pero serás mi ayudante toda la semana ¿si?- me pidió con su particular carita ¿Cómo decirle que no?

En el receso, ya todos habían armado su mini reunión, uniendo varias mesas, Jacob, estaba un poco apartado y llevaba unas gafas de sol, ¡seguramente había pasado una noche de tragos! , no me extrañaba nada, siempre hacia lo mismo después de una discusión. Me senté a su lado, y pude comprobar mi teoría, el olor a alcohol era insoportable. Solo me saludo con una medio sonrisa, al examinar a los miembros de la reunión, me sorprendió no ver a Tanya , una de sus amigas alego que hoy no se sentía bien, pero que asignaran sus tareas que ella en la noche ayudaría gustosa…por otro lado, Edward estaba en un extremo de la mesa muy concentrado en lo que Alice decía.

Esa noche no había mucho trabajo, habían algunas obras de teatro preparadas para los estudiantes, además, se llevarían a cabo algunos juegos entre los inscritos de primaria, Alice no necesitaba gran ayuda, solo requería del apoyo de tres personas que atendieran la cafetería ya que lo que se vendiera esa noche, seria para los fondos, los demás solo debían organizar la disciplina, quedamos en encontrarnos todos a las 7 de la noche.

Jacob no me dirigió la palabra y no decidí cuestionarlo por su paradero la noche anterior, era más que normal que después del desplante que yo le había hecho iría con sus amigos, nos despedimos con un pequeño beso, y me fui a mi siguiente clase, donde estaba prácticamente sola.

Llevaba una aburrida hora de clases cuando mi celular vibro en mi bolsillo.

“te veo en la biblioteca, en 5 minutos, necesito hablar contigo”

¡Era Edward!, quería que nos viéramos, ¿en la escuela? Lo dude por algunos segundos, pero, si en algo debía darle crédito al chico, era en lo cuidadoso que resultaba ser con todo esto del trato, me lo había demostrado ya varias veces, apenas anoche, había desaparecido al ver a mi padre, además, esta clase se estaba volviendo insoportable. Solo buscaba pretextos para ocultar lo que en realidad quería, ¡verlo! , así que decidí ir, excusándome con el maestro, diciendo que necesitaba ir al tocador “Cosas de mujeres”, dije las palabras mágicas para que me dejara salir sin ningún problema.

Los pasillos estaban solos, iba caminado en dirección a la biblioteca cuando alguien me tapo con fuerza la boca, tomándome de la cintura y me arrastro en dirección a un pequeño cuarto de aseo, sentí como la sangre se me iba del rostro, mi corazón se detuvo inmediatamente, la persona cerró la puerta y me giro dejándome ver su rostro.

-¡Edward!..Me has pegado un susto- le grite dándole un golpe en el pecho, este chico no era normal, todo con el era diferente y a decir verdad, eso me gustaba. El no dejaba de reírse y no pude evitar contagiarme y me reí al tiempo.

-hola- saludo poniéndose muy serio y colocando una de sus suaves manos sobre mi mejilla y la otra contra la pared muy cerca de mi rostro.

-hola- salude de vuelta, y sentí mis mejillas arder al sentir su penetrante mirada- ¿Qué necesitabas decirme? y en un cuarto de aseo…

- en otro lugar no podía hacer esto - puso su mano en mi nuca y en movimiento rápido, me beso, me beso de una forma exigente pero a la vez tierna y como era de esperarse le respondí de la misma manera, sentía en mi estomago miles de explosiones, sus palabras, sus besos, la adrenalina y el ver todo lo que hacia por verme, eran las causante.

Corto el beso, pero sin apartarse de mi.

- ¿y decirte?...bueno, quería decirte dos cosas...- hablaba con dificultad ya que le faltaba el aire, igual que a mi- primero...decirte que me declaro un adicto a tus besos- afirmo regalándome una hermosa sonrisa picara, su ocurrencia me hizo sonreír, yo también me declaraba adicta, necesitaba sus besos - y segundo…avisarte que paso por ti a las 8 de la noche…-¿Qué? Y ¿las actividades?

-pero… y Alice?...tenemos

-hoy no hay nada importante, Alice puede arreglárselas con dos ayudantes menos ¿no crees?- me dio un pequeño beso, así no era nada difícil convencerme- invéntale que te sientes mal o algo así.

-y si no quiero ir- abrió los ojos sorprendidos, pero sin dejar de sonreir.

-pues, me tocaría aceptarle esa invitación a cenar al señor Swan y seguramente hablar de lo bien que se porta su hijita- amenazo jugando con mi cabello, pero en su voz no había enojo todo parecía un juego, el maldito sabia que no necesitaba de sus chantajes para convencerme.

- otra vez chantajeándome ¿eh?...que bajo eres Edward a que punto has llegado por conseguir a una chica- afirme siguiendo el juego.

-una chica como tú…lo vale-di un pequeño jadeo, este chico si sabía como convencerme, así que hice algo que ni yo me esperaba ¡lo bese!, lo atraje a mi con fuerza, no se si era por el encierro o por lo fogosa que se estaba volviendo la situación, pero, sentía mi cuerpo en llamas- uff- se separo de mi para respirar- definitivamente esta es la mejor compra que he hecho- soltó divertido, pero no sabia a que se refería- ¡mis 30 besos!- afirmo al verme la cara de confusión.

-¿30?...ja! creo que te debo menos que eso.

-¿podíamos dejarlo en un número indefinido?- mi sonrisa le dio la respuesta.

- Nos vemos a las 8…te espero en el mismo lugar en el que me recogiste el sábado ¿vale?- me escuchaba y no podía creerlo, estaba decidida a continuar esta locura con Edward Cullen.

-esta bien...y ponte algo cómodo-no quise perder tiempo preguntando cuales serian sus planes, sabia de antemano que no tendría respuesta. Nos despedimos con un pequeño beso, estaba decidida a llevar a cabo esta pequeña aventura con Edward, me repetía mentalmente “solo son dos citas mas” “nadie se va a enterar” “Jacob no tiene por que sufrir”

En la tarde practique frente al espejo miles de forma de decirle a Alice, que hoy no podría ayudarla, pero todo fue en vano ya que no fui capaz de decírselo de frente así que decidí llamarla, y después de tanto ensayar solo pude decir “Alice tengo una terrible migraña “ tenia que buscar una excusa nueva para zafarme de las cosas , sorprendentemente no hubo mucho drama con mi pretexto, pero me hizo jurarle que no la abandonaría con las demás actividades y yo acepte inmediatamente.

El resto del día no tuve noticia alguna de Jacob, y decidí no llamarlo ni hablarle por lo menos no por hoy, no quería que el remordimiento me atacara.

Aunque no era una experta como Alice, sabía muy bien que usar para sentirme cómoda, seguramente la cita de hoy no seria a un lugar elegante y lujoso, así que busque unos ajustados jeans Levi's, un top verde y una sandalias semi altas, que eran muy cómodas, deje mi cabello suelto, metí todo lo necesario en mi cartera y a las 8: 05, baje por las escaleras, iba un poquito atrasada.

-¿vas para la escuela hija?- pregunto mi mamá, saliendo de la nada, haciéndome pegar un brinco.

-Mamá...eh…si claro, ya sabes tengo que ayudar- otra de mis mentiras.

- me parece perfecto hija, tu papá ya esta en la habitación, llego cansado del trabajo, creo que necesita un masaje…

-¡ya mamá!, dejémoslo en lo del masaje por favor, no mas información- soltó una fuerte carcajada y me dio un beso en la frente.

Cuando salí, pude divisar el auto de Edward a lo lejos, camine tan deprisa como pude, cuando llegue, me miro de pies a cabeza.

-siento haber llegado tarde...es que mi mamá..

-no hay ningún problema…solo han sido diez minutos- dijo sonriéndome, me lleve una gran sorpresa, a Jacob no le gustaba que lo hiciera esperar y en una situación como esta lo habría encontrado echando chispas.

Se acerco y me dio un beso en la mejilla – estas preciosa- susurro en mí oído, con su suave voz, devolviendo las explosiones en mi estomago, el se veía sencillamente perfecto, llevaba unos jeans oscuros, un suéter negro, me encantaba ese color en su piel, y unos tenis Nike del mismo color - ¡vamos!

Nuevamente se dirigió a Olympia, en el camino hablamos un poco de las ocurrencias de Alice, del equipo y de cosas muy vagas.

Esta vez llegamos a lo que aparentemente era un club, había un gran letrero ¡Latino´s Club!, el bajo de la música llegaba hasta el auto.

-llegamos… ¡hoy vamos a Bailar!- la idea no me disgusto para nada, bailar era algo que se me daba bien, después de ser obligada por mi mamá a tomar clases de pequeña, era en lo único que era un poco coordinada.

-¿y aquí no nos encontraremos con nadie conocido?- pregunte asustada cuando nos dirigíamos a la puerta de aquel lugar.

-Bella, todos están en la escuela, Además, este sitio no es muy concurrido por las personas de Forks- sus palabras me tranquilizaron, entramos al club.

Era un lugar espacioso, había luces de todos colores, además, de una pista de baile gigantesca, el sitio era bonito, y parecía algo exclusivo, y como era de esperarse, con Edward Cullen no era necesario hacer ninguna fila para entrar.

Un amable mesero nos ubico en una mesa, pedí un coctel para mi y Edward algo mas fuerte, la música que se escuchaba, era bastante pegajosa, rítmica, divertida. Nunca habría imaginado a Edward en un sitio de estos y bailando esta clase de música.

- a lo que vinimos- dijo dándole un sorbo a su trago y poniéndose de pie. Me ofreció su mano y la tome inmediatamente. Caminamos hacia la pista de baile.

Edward me acerco a su cuerpo, y comenzamos a movernos al compas de la música, sin apartar nuestras miradas, tenia que aceptarlo Edward bailaba demasiado bien y era muy divertido. Pasamos mucho tiempo sin sentarnos, y bailando varias canciones.

Una canción suave, pero con mucho ritmo comenzó a sonar 1, Edward me giro para que quedara su pecho pegado a mi espalda, pasaba sensualmente sus manos por mi caderas, produciendo en mi sensaciones inexplicables, todos los movimientos eran muy sexys y el baile se había vuelto un juego de seducción, de deseo.

La temperatura de mi cuerpo subió. Me gire para quedar de frente y pude ver el deseo reflejado en sus ojos, enrede mis manos en su cuello y moví mis caderas al ritmo de la música apretándolas contra su cuerpo.

-¡para Bella! Para o no voy a poder controlarme- pidió con voz ronca ¡Dios! Eso había sonado tan sexy, me gustaba sentirme deseada y no quería parar el juego, estaba jugando con candela y me moría por quemarme con ese fuego.

-¿y si no quiero parar?- pregunte coquetamente. Edward suspiro pesadamente y me apretó con fuerza de la cintura, dándome un beso salvaje, lleno de deseo y pasión.

-yo tampoco quiero parar- dijo terminando de derretirme, y eso fue todo lo que necesite para decidirme.

-¿vamos a otro lugar?-pregunte mordiéndome el labio, el me regalo una sonrisa torcida que tome como aprobación, agarro una de mis manos y caminamos hacia el mesero, pago la cuenta y salimos del lugar rápidamente.

Edward manejo como un loco, y le tomo solo la mitad del tiempo llegar a su objetivo, en el camino solo cruzábamos miradas y yo no poda dejar de morderme las uñas nerviosa de la decisión que había tomado. En menos de lo que pude imaginar, estábamos frente a su cabaña, sentí un poco de nervios al ver aquel lugar, pero no quería echarme para atrás.

Busco las llaves en su bolsillo y entramos al lugar, todo estaba en silencio, prendió algunas luces.

-espera un momento- pidió entrando a lo que aparentemente era una habitación, después de unos minutos salió, yo no me había movido de mi sitio, se acerco a mí, y estrellándome contra la puerta me volvió a besar, me fascinaba su forma de actuar, me enloquecía, su seguridad.

Caminamos a tientas hacia la habitación, cuando llegamos ahí, Edward se separo de mí, dejándome apreciar el sitio. Había una hermosa cama de dos cuerpos, en el ambiente había música del mismo estilo de la del club 2, había un gran televisor y un gran sillón donde Edward ya se encontraba sentado, lo mire un poco extrañada.

-Bella…baila para mi- pidió subiéndole el volumen a la música con un control remoto, su petición no me molesto, al contrario se me antojo muy sexy. Sin decir una sola palabra desabroche mis sandalias quedando descalza, y deje que la música me guiara moviendo mi cuerpo lentamente, pude ver como me miraba con lujuria y esto me provocaba mas, pase mis manos lentamente por mi cuerpo, me gire dándole la espalda y estaba a punto de deshacerme de mi top, cuando sentí a Edward pegado a mi cuerpo, agarrando con fuerzas mis caderas, restregando su erección contra mi.

-déjame ayudarte-susurro en mi oído, me giro en un movimiento rápido y me beso de esa forma salvaje que me encantaba. Me recostó sobre la cama, ubicándose sobre mí, sin separarse de mis labios.

-¿estas segura de hacer esto Bella?...Por que yo me muero por hacerlo- ¿Cómo podía preguntarme eso?, que no veía como me ponía? lo bese en respuesta. Nuestras respiraciones eran más que aceleradas, mi corazón latía desenfrenado.

Sus labios solo dejaron los míos, para deslizarse por mi cuello y por mis hombros descubiertos. Mis manos se movían nerviosamente por su espalda, se aparto un poco de mi, sacándose la camisa de golpe y dejando al descubierto su perfecto torso, hice uso de la poca fuerza que poseía para girarlo y quedar sobre el, mis labios necesitaban probar su cuerpo, pase mi lengua por sus labios bajando por su barbilla, pasando por su pecho, jugando con su ombligo y regresando nuevamente a sus labios. Me sentía poderosa al escucharlo gemir.

Podía sentir su erecto miembro debajo de mi parte más sensible, que ahora palpitaba pidiéndolo a gritos, me senté sobre el, para poder quitarme el top. Edward me tomo por los hombros y me acerco a el para besarme, no pude evitar gemir al sentir como sus frías manos recorrían mi espalda haciéndome erizar. Con un poco de trabajo me libero de mi fastidioso brasier y girándome nuevamente, contemplo por unos segundos mis pechos haciéndome sonrojar un poco.

-Bella, me estas volviendo loco- susurro antes de besar mis pechos, jugaba con mis pezones y mis gemidos cada vez se hacían mas fuerte, deseaba a Edward Cullen mas de lo que me imaginaba y el lo sabia.

Bajo la cremallera de mis jeans y los jalo con fuerza dejándome solo con mi diminuta tanga, el también se libero de sus jeans, ahora estábamos a la par, paso su lengua por la zona de la pelvis enviando ondas de placer por todo mi cuerpo. Deslizo suavemente la última prenda que me quedaba dejándome completamente desnuda, mi cuerpo no soportaba mas, las sensaciones eran inexplicables.

-¡EDWARD! HAZLO YA- pedí bastante desesperada, necesitaba sentirlo dentro de mi, mi cuerpo lo pedía, ya basta de tantos preámbulos.

Edward se zafo de esos estúpidos bóxers y libero su gran erección, se inclino a un cajón al lado de su cama, dándome una perfecta visión de su trasero, tomo un condón, yo ni siquiera había pensado en eso ¡malditas hormonas! Me enceguecían. después de colocarlo, tomo una de mis pierna ubicándola sobre su hombro y agarro la otra con fuerza, eleve un poco las caderas, mi centro estaba listo para recibirlo, y de un tirón lo sentí dentro de mi, solté un grito de placer, y pude sentir como su agarre en mi piel se hacia mas fuerte.

Edward embistió con fuerza mi cuerpo, volviéndome loca de placer.

-“Edward no pares”- pedí con un hilo de voz, esto pareció alentarlo más ya que sus movimientos se hicieron más rápidos y placenteros. Apreté con fuerza el edredón perdiéndome en las infinidades de sensaciones que experimentaba mi cuerpo, nuestros gemidos se escuchaban por toda la habitación, y yo me deleitaba viendo su rostro descompuesto, nuestras miradas nunca se abandonaron haciendo todo más excitante.

El placer llego a su máximo y sentí como mis pierna se tensaban, mis manos se aferraron con mas fuerzas a las sabanas y al sentir el clímax arquee mi espalda, cerré mis ojos con fuerza disfrutando de todos las cosquillas que sentía y una pequeña lagrima corrió por mi mejilla, después de unos segundo sentí como Edward llegaba también dando un fuerte gemido.

Le di un pequeño beso a mi pierna y la aparto de su hombro, saco su miembro de mi, y con delicadeza se acomodo a mi lado, yo no conseguía calmar mi respiración, este había sido sin lugar a dudas el mejor sexo que había tenido en mi viva, con Ja.., no quería ni siquiera pensar en su nombre para no arruinar el momento, pero fue imposible no hacerlo.

-esto… esta mal- dije entre jadeos.

-a mi me parece que ha estado muy bien…- dijo girando mi rostro y dándome un dulce beso en los labios- increíble diría yo- Edward podía hacerme olvidar de todo con solo hablar, respondí al beso inmediatamente.

-sabes que no me refiero a eso…Edward….tu y yo no somos nada y esto esta mal ¡lo sabes!- me miro con los ojos entrecerrados.

-¿no somos nada?- pregunto con un poco de rabia- A mi no me parece… creo que tenemos algo.

- si, un trato…nada más- dije un tanto triste, dio un fuerte suspiro separándose de mí, mirando al lado contrario.

-Bella, tengo que confesarte algo - dijo seriamente y sentí de pronto un escalofrió, clavo de nuevo sus ojos verdes sobre los míos- esta ha sido una de las mejores noche que he pasado en mi vida...y no quiero que se termine lo que sea que tenemos, últimamente siento que no tengo la fuerza para estar lejos de ti - ¿Qué?, me quede helada en mi lugar Dios y yo que pensaba que esto solo seria una aventura, esto estaba tomando un giro inesperado.

Hola chiks...espero que haya sido de su agrado el capi...si no lo fue : ( aff lo siento mucho… pero fue lo que vi en mi imaginación jeje…. No piensen que Bella es una cualquiera no lo es…pero es que ¿quien pude resistirse a Edward??? Jejejeje

ahh chikss tengo portada cortesía de mi amiga Marisol la pueden ver el perfil…me dicen q tal?? Jejeje Gracias amiga ; )

Niñas gracias por todo su apoyo…por ser tan lindas conmigo…y por sus hermosos comentarios…no me canso de leerlos. ; )…..

Esta vez no hay adelantó jajaja porque ya empecé a trabajar y ahora si me esta quedando de cabeza escribir, pero no se preocupen que no las voy a abandonar…

Besos niñas y nos vemos en el próximo capi… ; )