Amnesia

Autor: Lily_cullen
Género: Romance
Fecha Creación: 19/12/2017
Fecha Actualización: 23/02/2018
Finalizado: SI
Votos: 2
Comentarios: 18
Visitas: 42271
Capítulos: 21

La pulcra y ordenada vida de la estudiante de psicología Isabella Swan, toma un giro hacia la locura cuando encuentra el tema perfecto para su tesis de amnesia –un hombre joven, sin ningún recuerdo de su vida anterior con una acusación de asesinato.

Contra todo sentido común, Isabella se siente atraída por él como una polilla a una llama. Tal vez es que él es tan masculino, aún esposado a la cama del hospital, que podría pasar por un anuncio de colonia –Perfume de Locura. O tal vez es porque ha pasado demasiadas noches solitarias estudiando. De cualquier manera, está  decidida a ayudarlo a resolver el misterio de su pasado. Comienza a desentrañar quien era antes con sus tatuajes crípticos, y sus pinturas que gritan sobre un pasado oscuro como sus únicas pistas. Cuando ella finalmente descubre su secreto no sabe cuál es el verdadero él, el amante tierno del cual se ha enamorado o el hombre atormentado con un pasado oscuro.

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Los personajes le pertenecen a Stephanie Meyer. La historia le pertenece a la autora Kendall Ryan del libro Unreavel me. Yo solo lo adapte con los personajes de Edward & Bella. 

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Capítulo 5:

Desperté sobresaltada ante el ruido descomunal. Mi primer pensamiento fue que el infierno estaba tocando a mi puerta a esta hora; hasta que recordé que Logan estaba durmiendo en la otra habitación.

 

Me levanté de la cama y caminé a través del piso de madera, crujiendo, hacia el pasillo. Pude ver a Logan aovillado en el piso de la sala, golpeando los puños contra el suelo.

 

Me hundí en el suelo junto a él y pasé mis manos arriba y abajo por su espalda. —Está bien. Estoy aquí.

 

Respondió a mi presencia sujetando mi mano. Sus nudillos estaban rojos e hinchados donde había golpeado el piso. Levantó la vista hacía mí con una expresión de dolor, y se me apretó el corazón en el pecho.

 

—No quiero estar solo —murmuró, llevando mi mano a sus labios—. Ven aquí.

 

Me acurruqué sobre mi costado, pegándome a su cuerpo. Se acurrucó conmigo como si su vida dependiera de ello, aferrándose a mí para estar a salvo. Frotó su mejilla contra la parte superior de mi cabeza, alisando mi cabello antes de establecerse y encontrar un sitio cómodo. Pronto su respiración se volvió profunda y estable, y supe que se había quedado dormido. Estaba feliz de que mi presencia pareciera consolarlo.

 

Saqué de un tirón una manta del sofá para cubrirnos a ambos y cerré los ojos, concentrándome en su profunda y constante respiración.

 

Al amanecer, la luz nos despertó, eso o los dolores por dormir en el piso de madera. Me di la vuelta y froté mi cadera adolorida.

 

—No tenías que quedarte conmigo anoche. —La voz de Logan estaba cargada de sueño, e incluso más profunda de lo normal. Me gustó. Me gustaba que pudiera permitirse bajar la guardia conmigo.

 

—Quería. —Sentía una especie de responsabilidad hacia Logan. Quería ser la única que estuviera allí para él y para ayudarlo a pasar a través de todo esto.

 

Sin otra palabra, me levantó del piso y me llevó a mi cama, dejándome cuidadosamente en el centro. Me ofreció una pequeña sonrisa somnolienta mientras aún estaba a los pies de la cama.

 

—Quédate. —Extendí una mano hacia él. Miró mi mano, y luego a mí con curiosidad. Un momento más tarde, aceptó mi invitación. Había estado allí para él anoche, y ahora él estaba eligiendo acercarse a mí, darme el consuelo que asociaba con estar cerca de él. Se acostó a mi lado y me acercó más, sosteniéndome contra su pecho.

 

Más tarde esa mañana desperté por segunda vez y me arrastré fuera de la cama, sin querer despertar a Logan. Quedó tendido sobre mi cama, todavía vistiendo sus vaqueros. Lo admiré por un segundo, silenciosamente leyendo las palabras tatuadas en su costado. Aut viam inveniam aut faciam tibi. Salí de puntillas de la habitación y me senté en la mesa abarrotada del comedor, localizando mi portátil debajo de una pila de papeles.

 

Revisé mi correo electrónico, descubriendo que tenía dos correos del Profesor Masón. El primero fue enviado ayer en la tarde, informándome de que todos los cargos contra Logan habían caído por falta de evidencia, y la posibilidad de que el asesinato fuera cometido en defensa propia, y que Logan se había marchado en contra de las órdenes del doctor anoche. Su última línea era una advertencia sobre que él y el Dr. Jefferson estaban preocupados de que Logan pudiera venir a buscarme, ya que parecía estar obsesionado conmigo. Un escalofrío recorrió mi columna.

 

El segundo correo de Masón era una detallada explicación de mi tesis, la cual aparentemente necesitaba un montón más de trabajo. Puaj. La función de control de cambios estaba en plena vigencia, toques de rojo cubriendo cerca de cada centímetro de la página. Esto iba a requerir un montón de café.

 

—Eso huele bien. —Logan se aventuró en la cocina detrás de mí, pasándose una mano por su cabello en un intento de acomodarlo. Se veía adorable a primera hora de la mañana, con ojos somnolientos y todavía increíblemente sexy. Desafortunadamente, se puso su camiseta pasándosela por la cabeza, bloqueando mi vista de sus deliciosos abdominales.

 

Puse dos tazas en el mostrador y vertí café en cada una. —¿Cómo tomas tu café?

 

Se encogió de hombros. —Ni idea. Sorpréndeme.

 

Me reí y añadí un poco de leche caliente en cada una de las tazas, agradecida de que el elefante en la habitación —Él escapándose de mí anoche— pareciera desvanecerse en el fondo.

 

—¿Dormiste bien?

 

—Sí, ese banco del parque deja un listón muy alto. —Se rió entre dientes—. Gracias por traerme aquí. Era más de lo que podía haber esperado. Gracias. —Tomó un sorbo de café—. Esto está bueno.

 

Sonreí y tomé un sorbo del mío. —Me alegro de que te guste. Dormí como un bebé. —Me moví incómoda, recordando mi conducta lasciva anoche. Mierda, cállate Bella.

 

Él sonrió. —Sobre lo que pasó anoche. . . —Se pasó una mano por el cabello, vacilante de continuar. Pensé que ofrecería alguna explicación de por qué no me había permitido tocarlo, hacerme sentir mejor sobre ser una sinvergüenza—. Eso no puede suceder de nuevo. Aprecio todo lo que has hecho por mí, pero no puedo ponerte en una situación comprometedora. El Dr. Jefferson y tu profesor tenían razón, y no te haré eso. No quiero que esto —Señaló entre nosotros—, desacredite tu investigación sobre la amnesia.

 

Me aclaré la garganta, bajé mi taza de café, esperando que no se hubiera fijado en mis manos temblorosas. —Por supuesto. Estaba borracha y sintiendo lástima de mi misma. Eso no sucederá de nuevo. Lo siento.

 

—No te disculpes. Fue mi culpa tanto como la tuya. No debí haber hecho eso. —Después de unos pocos segundos de incómodo silencio, dejó su taza de café y se levantó—. Creo que debería salir de tu camino, entonces. Estoy seguro de que tienes mucho que hacer.

 

Me levanté. —Logan. Por favor, no tienes que irte.

 

—No me aprovecharé de ti, Bella.

 

Agarré su mano. —¿No es eso lo que te hice anoche? —Sonreí, con la esperanza de aliviar la tensión entre nosotros.

 

Sonrió. —Eso fue diferente. No me importó en absoluto.

 

Interesante. . . —No me importa que estés aquí tampoco. Me gustaría que te quedaras.

 

Sus ojos sostuvieron los míos, considerando la oferta.

 

—Tengo que trabajar mucho en mi tesis, de acuerdo con Masón, y si te quedas aquí, tendría la posibilidad de hacerte preguntas y entrevistarte si lo necesito. —Sonaba medio plausible, pero realmente no quería pensar sobre dónde iría si no estaba aquí.

 

—Supongo que podría quedarme un tiempo, sólo mientras estés trabajando en tu tesis. Si llego a ser un problema, sólo di la palabra y me iré.

 

Asentí con impaciencia. Como si eso fuera a suceder. —Genial. Me alegro de que esté arreglado. Ahora. . . para el desayuno. . .

 

Tomó una profunda respiración, como si todavía hubiera algo que no le satisfacía.

 

—Bella. . .

 

—¿Qué?

 

—No tengo dinero, ni trabajo. Joder, ni siquiera tengo un cambio de ropa. No puedo aprovecharme de ti así. Tu generosidad es demasiada.

 

—Logan, todo estará bien. Conseguiremos lo que necesites y cuando obtengas un trabajo, puedes pagarme si te hace sentir mejor.

 

Tomó una profunda respiración. —Sí, supongo que tendré que trabajar.

 

Logan se negó a tomar desayuno, diciendo que el café estaba bien, y después de una rápida ducha quería salir a buscar trabajo. No señalé que era domingo y que no podría tener mucha suerte. Parecía ansioso por salir del pequeño apartamento y hacer algo productivo con él mismo. Lo que estaba bien, ya que le debía a Alice una llamada telefónica esta mañana, y no quería que Logan me escuchara mintiendo acerca de que había venido a casa sola anoche.

 

Le mostré el armario de ropa en el pasillo donde guardaba las toallas y le dije que era libre de usar cualquier cosa que quisiera. Lo llevé al cuarto de baño para advertirle sobre la desvencijada superficie de mi ducha y cómo no ser inadvertidamente escaldado.

 

Logan se detuvo frente al espejo del baño y se quedó allí, aparentemente hipnotizado.

 

Estaba detrás de él, observando mientras él se inspeccionaba en el espejo. Llevó la punta de sus dedos a su rostro, pasándose la mano por la barba de su mandíbula, trazando la línea de su nariz, luego inclinó la cabeza hacia un lado para ver su perfil. No podía imaginar cuan extraño sería no reconocer el propio reflejo en el espejo. Logan volvía a aprender las cosas que yo daba por sentado todos los días.

 

 

 

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Aut viam inveniam aut faciam tibi: Encontraré un camino o haré uno.

Capítulo 4: Capítulo 6:

 
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