Cuando desperté un par de horas más tarde, atontada por el vino y la incómoda posición en la que me había quedado dormida, me llevó un momento recordar lo que había pasado más temprano. Mientras los recuerdos de hacer el amor con Logan bailaron en mi memoria, una sonrisa tiró de mis labios. A pesar del hecho de que ir a una cita con un hombre y hacer el amor con otro en un lapso de pocas horas era algo sórdido, fue una gran noche. Y si el pequeño dolor en lo profundo de mi cuerpo era alguna indicación, él probablemente también lo había disfrutado.
Me giré para abrazar a Logan, pero me di cuenta que me encontraba sola en la cama. Había pensado que el sexo de anoche nos había acercado y me reveló una nueva faceta de él, pero se había ido.
Seguía desnuda, así que me puse una camiseta y un par de bragas y salí de la habitación para encontrarlo.
Se encontraba sentado en la mesa del comedor, sin camisa e inclinado sobre una pintura casi terminada. Pasé mi mano por su espalda, no esperando que se asustara a mi tacto.
—Hola. —Levantó la mirada rápidamente, pero luego continuó trabajando, el pincel moviéndose con rapidez en su mano.
Herida por su menos que cálido saludo justo después de follarme y dejarme sola en la cama, bajé la mirada hacia la pintura que captaba su atención.
Era una hermosa mujer con largo cabello oscuro. Su cabello recorría un hombro, con la más pequeña insinuación de una sonrisa en sus labios llenos. Sus ojos eran color azul, y su piel tenía un toque de oliva. Lucía exótica y seductora, y aún más que eso, Logan había capturado su sensual esencia. En lugar de admirar cuan talentoso artista era, me sentí celosa. ¿Quién era la mujer de la pintura?
Fui a la cocina a buscar un vaso de agua y dejé que Logan terminara su pintura. Cuando regresé al comedor, estaba enjuagando sus pinceles.
—¿Por qué te levantaste? ¿Tuviste una pesadilla?
Negó con la cabeza. —No dormí.
Oh. Me sentí avergonzada por haberme desmayado después de hacer el amor, exhausta.
—Recordé algo.
—Eso es genial, Logan. —Traté de sonar alentadora.
—No creo que te vaya a gustar.
—¿Por qué no? ¿Qué era? —Me preparé mentalmente.
—Una mujer.
—¿Ella? —Señalé a la pintura.
Asintió. —Cuando estaba dentro de ti. . . recordé a una mujer de mi pasado. Lo siento, sé que suena. . . mal, pero tenía que pintarla para ver si podía recordar algo más.
Mi estómago se retorció en un doloroso nudo. ¿Mientras estaba dentro de mí? Me sentí débil. Respira, Bella. —¿Y lo hiciste?
—No. —Sacudió su cabeza—. Lo siento, no quise molestarte. —Sus ojos sostuvieron los míos, luciendo preocupados.
—Logan, está bien. Sabía que tenías una vida antes de mí y que quieres reconstruir todo.
—Estoy empezando a dudar de si alguna vez recordaré.
—Lo harás —dije con confianza. Ya había hecho grandes progresos y habían sido sólo un par de semanas. Sólo tengo miedo de lo que nos vaya a pasar cuando lo recuerdes, añadí en silencio.
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