Hola chicas aquí les traigo un nuevo fic, adaptación de una película que adoro, espero que lo lean y si pueden ver la película se las recomiendo muchísimo, espero sus comentarios que siempre son bien recibidos.... les mando muchos besotes y espero que les guste... disfruten :D

Época navideña, época de celebrar y época para que todo mundo se reúna con la familia y festeje la unión, para todos excepto para Bella...

Tic, toc, tic, toc

El hospital se encontraba abarrotado de gente, era lógico, en un lugar tan grande como Seattle había incidentes cada 10 minutos y ese hospital sólo atendía una octava parte de la población existente en aquella lluviosa ciudad.

Una hermosa mujer rubia se acercó al escritorio de enfermería.

Buen día, soy la señora Cullen- dijo Reneé, se veía ridícula con sus lentes oscuros a pesar de que el día estaba lluvioso, una pañoleta en su cabeza como en una película antigua, su gabardina negra y sus guantes de cuero, no por nada era la gran Reneé Cullen, famosa diseñadora de modas y viuda de Aro Cullen Vulturi magnate de negocios importante, su vida era perfecta hasta que Aro había fallecido y Bella había comenzado una etapa de rebeldía y descuidos.

-¿Primera vez?- preguntó la enfermera

-Así es-contestó Reneé

Espere un momento y enseguida la atenderemos- dijo la enfermera gentilmente

Mientras esperaba que la enfermera le entregara los papeles que tenía que llenar, Reneé examinó el lugar y una vez que se aseguró que no habría ningún conocido, se quitó la pañoleta y los lentes lentamente, al igual que sus guantes.

-Por favor, llene estos papeles- dijo la enfermera

Nombre: Isabella Cullen, Edad: 14 años, Sexo: Femenino

Mientras Reneé llenaba los papeles, la pequeña Isabella se encontraba mirando aquel pulcro lugar, su atuendo era nefasto, pero ella jamás había tenido sentido de la moda, sus pantalones anchos parecían de un alumno de una escuela de monjas, sus ropas eran holgadas lo cual no favorecía su escuálida figura, lo único que en verdad sobresalía de Isabella era su gorro amarillo, un gorro que había guardado sido su marca, hasta ahora, se tronaba los dedos y observaba su alrededor con nerviosismo, pudo notar una figura alta y varonil que se situó junto a ella, en realidad estaba casi junto a ella, pero el pequeño árbol de navidad que adornaba el lobbie del hospital impedía que se vieran.

Aquella persona se encontraba sumida en sus pensamientos, así que no prestaba especial atención a su entorno…

El doctor puso una radiografía frente al joven que esperaba junto a Bella –Los exámenes muestran un tumor cerebral. Dijo el doctor Black –este tipo de tumor puede volverse maligno, la esperanza de vida es de dos años, aproximadamente y en largos periodos puede ocasionar parálisis, pérdida de memoria, entre otros síntomas y en cualquier momento requerirá cirugía- dijo el doctor

–¿Una operación podrá arreglarlo?- preguntó el joven

 –Lamentablemente no se puede extirpar todo un tumor de ese tamaño, incluso la mejor cirugía no podría ser completamente exitosa- y asegurar que no vuelva a crecer- dijo el doctor. El joven se paró y salió con paso lento del consultorio y se dispuso a salir de ahí.

-¡¡Cullen!! ¿hay un Cullen en la sala?- gritó una enfermera, probablemente algo habría olvidado

-¿Sí?- al mismo tiempo una mujer rubia gritó –Aquí, espere un momento, por favor- mientras se quedó parada esperando por Isabella pero ella había permanecido en su lugar

 –Vamos Bella, es hora- dijo Reneé y esperó a Bella, pero ella se quedó inmóvil -¿Qué ocurre?- preguntó

-He cambiado de opinión- respondió Bella

–Vamos Isabella, Ya hemos hablado de esto- dijo Reneé en voz baja mientras abrazaba a Bella para llevarla hasta aquel lugar

–No puedo pasar por esto, mamá, por favor- dijo Bella entre sollozos –haré lo que sea necesario.

-Esto es lo mejor para ti- dijo Reneé

–No quiero hacerlo- decía Bella

–Basta ya- dijo su madre –dijo Reneé, y continuó jalando Isabella que estaba llorando

Bella pasó a lado de aquel joven y sus ojos se encontraron, chocolate y verde se miraron por primera y última vez…