Bella Swan
Tuve el más maravilloso de los sueños. Edward y yo hacíamos el amor. De forma increíblemente apasionada. Besó cada parte de mi cuerpo, me adoró como si fuese una diosa. Cuando me desperté estaba completamente desnuda junto a mi propio dios, sonreí de oreja a oreja. Había sido real y me encantó a cada segundo, aun cuando sentí algo de dolor. Dormía cómodamente y no quería despertarle. Miré el reloj y eran sobre las siete de la mañana. Decidí que podría hacer algo para desayunar y que tenía que encontrar sus gafas. Sabía que si las perdía se alteraría.
Me levanté, moviéndome cuidadosa y lentamente para no despertarle. Cogí la ropa del suelo y la tiré sobre la silla frente a mi ordenador. Atraje su camisa blanca a mi nariz e inhalé su aroma. Era delicioso. Me la puse, abotonándola con rapidez. Me llegaba casi a las rodillas y las mangas pasaban mis muñecas. Las doblé varias veces, tratando de arreglarlo. Por último, cogí mis bragas y me las puse.
Entré en el oscuro hall, mirando mis pies mientras caminaba. Esperando encontrar por allí las gafas, con la esperanza de no pisarlas accidentalmente o romperlas. Delante de mí escuché como alguien se aclaraba la garganta. Levanté la cabeza y mi piel se puso roja como un tomate.
Alice estaba de pie frente a mí, con una gran sonrisa en sus labios. Tenía las gafas posadas sobre su nariz, deslizándose hacia abajo. Quedaban enormes en su pequeña cara.”¿Lo pasaste bien anoche?”
“Sip ¿Puedes devolvérmelas?”Bajé la mirada hacia mis pies, fijándome en la punta de estos.
Se rió antes de entregármelas.”Bueno, creo que Edward te dijo por qué no vine anoche.”
“No ¿Qué? ¿Huh? Oh si… ¿Dónde demonios estabas?”Debía de seguir dormida. Me había olvidado totalmente de mi amiga. Ella no vino anoche.
“Bien, me siento querida.”Rió tontamente.”Está bien, puedo decir que parece que lo arreglasteis. Me alegro. A propósito, no vengo a quedarme. Solo se me había olvidado una cosa."
“Por mí no tienes que marcharte.”Suspiré, apartándome el cabello de la cara.
“Confía en mi nena, me lo estoy pasando muy bien. Tú vuelve a la cama con tu hombre. ¡¡Buenos días!!”Dijo antes de dirigirse a su habitación.
Cogí el resto de magdalenas de la mañana anterior. Me hice una taza de café y para Edward puse un vaso lleno de leche. Lo llevé cuidadosamente hasta mi habitación, donde todavía dormía. Lo dejé en la mesa de al lado, mirándole fijamente llena de felicidad. Él era mío y yo era suya. Me encontraba muy feliz. Avancé despacio por la cama y con suavidad comencé a besar su pecho.”Arriba dormilón.”
“Buenos días.”Murmuró mientras pestañeaba despertándose. Me puso sobre él antes de comenzar a frotar arriba y abajo mi cuerpo”¿Llevas puesta mi camisa?”
”¿Te molesta?”Me alejé, preocupada.
“Eso es muy sexy.”Sonrió, moviendo la tela de mis muslos. No podía responder. Estaba demasiado nerviosa para concentrarme.
“Um… traje… he traído algo para desayunar.”Tartamudeé después de que me tocase durante unos minutos.
“Ya tengo algo para comer.”Sonrió de oreja a oreja perversamente mientras besaba mi cuello. No pude sofocar el pequeño gemido que escapó de mis labios. Me estaba torturando a propósito.
“Desayuno. Tenemos que desayunar.”Dije finalmente, el calor de mis mejillas aumentó de forma rápida.
“Me encanta cuando te sonrojas, Bella.”
“¿Cómo lo has sabido?”Pregunté distraída. Estaba haciendo un gran trabajo seduciéndome de nuevo en mi cama.
“Tu piel se calienta en determinadas zonas. Como tus mejillas y tu cuello. Aunque, me gusta. Me gusta saber lo que puedo hacerte.”
“No es difícil de hacer.”Dije con sinceridad.
Rió entre dientes.”Aun así está bien saber que hago algo bien.”Me puso a su lado, descansé la cabeza en su hombro. Le pasé una magdalena de bayas azules y su vaso de leche.(N/T: blueberries, son unas bayas pequeñas de color azul.)
Comimos mayormente en silencio. Creo que estábamos demasiado hundidos en nuestros pensamientos. Una vez que acabé, apoyé la cabeza en la manta que cubría el regazo de Edward. Empezó a acariciar mi cabello, enrollando mechones entre sus dedos.
“¿De qué color es tu cabello?”Preguntó suavemente. Parecía avergonzado por preguntar. Me di cuenta de que no lo sabía. Aunque, supongo que no importaba.
“Marrón. Del mismo color que mis ojos.”Dije. Siempre había pensado que mi color era aburrido.
“El color de la tierra y los troncos de los arboles.”Dijo entre dientes, echando hacia atrás la cabeza, poniéndola contra la cabecera de la cama.
Sonreí con suficiencia.”Sí, algo así.”
“¿Te he ofendido Bella?”Preguntó, la preocupación inundaba su cara.
“No, es solo que nunca había oído a nadie describirlo de esa manera.”
“No tengo ni idea de cómo es realmente. Nunca he podido ver. He sido ciego desde que nací. Solo sé el color que se supone que tienen las cosas. El cielo es azul, los arboles son marrones, la hierba es verde, las nubes son blancas, el sol es amarillo. El único color que se como es, es el negro. Todo es negro.”
Arrugué la nariz, pensando. Una pregunta comenzó a formarse en mi mente, pero no estaba segura de si era grosero o no preguntar. Pero, supongo, que llegados a este punto era ahora o nunca.”¿Por qué eres ciego?”
“Ah, me preguntaba cuando harías esa pregunta.”Pensó sus palabras durante un momento.”Antes de que yo naciera mi madre fue de compras. Estaba sola y había comenzado a atardecer. Aunque no estaba a mas de una manzana de casa. Bueno, la atracaron y la golpearon. De algún modo consiguió llegar a casa. El estrés del suceso, junto con el daño, le provocó un parto prematuro.”
Interrumpí.”¿Eres ciego porque naciste de forma prematura?”
“En cierto modo, sí. Se llama retinopatía del prematuro o ROP. Por lo general, se va quitando cuando el niño alcanza el año. Hay pocas etapas diferentes. La etapa uno avanza con bastante rapidez y progresa hasta la cinco donde terminas ciego como un maldito murciélago.”
“Y, cuando se llega a la etapa cinco ¿No hay nada que pueda hacerse? ¿Quiero decir, no hay ninguna cirugía o algo?”Acaricié su muslo suavemente, de forma confortable.
“No realmente. Quiero decir que la mayoría de esas cosas no funcionan. Está bien. Siempre he sido de esta manera. Estoy acostumbrado.”Dijo con un fuerte suspiro, vi como miraba sin ver hacia el techo y cerraba sus grandes y brillantes ojos verdes.
“Tienes los ojos del color de la hierba y yo del color de la tierra, así que supongo que combinamos.”Bromeé.
Sonrió suavemente y rió entre dientes.”Supongo que sí. Nunca lo había visto de esa manera. Es un pensamiento agradable. Extraño pero a la vez agradable.”
Edward Cullen
No quería marcharme, pero se estaba haciendo tarde y ambos teníamos clase a la mañana siguiente. Me llevó de vuelta a mi dormitorio ya que estaba lloviendo. Cuando finalmente llegamos a mi puerta una pequeña tristeza me inundó. Ya la echaba de menos y aun no se había marchado. La acerqué a mí y comencé a besarla en los labios con firmeza.
La apreté contra la pared y se rió tontamente mientras sus brazos se enroscaban en mi cuello. Besé sus oídos, su mandíbula y hasta su nariz.”¿Vendrás a estudiar mañana?”
“Ah huh.”Fue todo lo que murmuró. Una de sus piernas se enganchó alrededor de mi cadera. Sujeté la parte superior de su muslo con una mano, acercándola más a mí.
Nuestros labios se juntaron una y otra vez, ninguno de los dos estaba dispuesto a detenerse. Me encantaba poder perderme en mi propio mundo gracias a ella. Se convertía en mi todo cuando estaba con ella.
“Maldición Edward. Deja que la pobre respire.”Se rió Emmett a mi lado. Me eché hacia atrás, ocultando mi rostro en su cuello, para esconder mi vergüenza.”Tú debes de ser la maravillosa chica a la que Edward le compró la pulsera.”
“Soy Bella.”Dijo quitando una mano de mi cuello. Su cuerpo entero se meneó mientras él sacudía su mano.
“Buen trabajo, amigo. Es preciosa, para que lo sepas.”La provocó. El cuello de Bella se volvió caliente al momento.
“Créeme. Lo sé.”Finalmente levanté la cabeza. Sonreí en su dirección.
“¡De acuerdo, comportaos y pasad una buena noche!”Nos dijo antes de cerrar su puerta. Suspiré, acercando la cara de Bella a la mía.
“Buenas noches, mi hermosa Bella.”
“Que duermas bien.”Con un pico final sobre mi mejilla se marchó.
Al instante me sentí vacio sin tenerla junto a mí. Era un sentimiento al que no estaba acostumbrado y no me gustaba. Entré en el cuarto. El repique del teclado del ordenador llenaba la pequeña habitación.”Hola Jasper ¿Qué tal el fin de semana?”
“Genial. Tal vez incluso mejor que el tuyo.”Su voz estaba llena de conocimiento. La niña para ser bajita tenía una boca muy grande. Aunque, realmente no le di importancia. Lo gritaría desde lo más alto del edificio si no pensase que eso haría que Bella se enfadase conmigo.
“Lo dudo.”Dije con una gran sonrisa. Pateé para quitarme el calzado y lo guardé en el armario.
Revisé los mensajes de mi contestador automático. Tres de mis padres. Uno del sábado y los otros dos de hoy, parecía que cada uno estaba más lleno de pánico que el anterior. Coquí el teléfono y marqué el numero de mis padres. Mi madre contestó al primer tono. Ni siquiera fingió que no sabía quién era.”¡Oh, gracias a Dios! Edward ¿dónde has estado?”
“Lo siento, mamá. He estado muy ocupado. Ayer fue el cumpleaños de mi novia y lo estuvimos celebrando.”No lo sentía realmente pero no iba a decírselo. Bueno, me arrepentí por haberla preocupado.
“No es- espera ¿has dicho que tienes novia?”La voz de mi madre se volvió encantada en menos de un segundo.”¿Cómo se llama?”
“Bella.”
“¿Bella? ¿Bella? Eso es todo lo que consigo. Háblame de ella.”Se burló mi madre. Realmente no podía negarle un poco de información.
“Ah, bueno, se está especializando en filología inglesa. Es de Phoenix, Arizona. Es una gran cocinera y tiene mucho gusto para la música. Es graciosa y simpática. Es… hermosa. Mamá, ella es muy hermosa.”Sonreí en la última palabra.
“¿Hermosa, huh? Bien, espero que esa muchacha sea lo bastante buena para mi hijo.”
“Lo único que espero es ser lo bastante bueno para ella.”Dije honestamente.
Se burló de mi preocupación como cualquier otra madre.”Eres un hombre maravilloso.”
“Y, tú no eres en absoluto parcial, Madre.”Me burlé. Ella soltó una risita antes de suspirar.
“Bien, bien, pues supongo que estas demasiado ocupado para mi, te dejo. Buenas noches hijo.”
“Igualmente y dile hola a Padre de mi parte.”
“Lo haré si prometes llamar más a menudo. Te echo de menos.”Mi pobre madre sonaba al borde de las lágrimas y me sentí culpable. Había estado tan feliz y ocupado con Bella. Me prometí a mi mismo llamar dos veces por semana a partir de ahora. Los jueves y los domingos.
“También te echo de menos. Buenas noches.”Colgué el teléfono y lo volví a dejar sobre el soporte.
Esa noche soñé con Bella. Su voz, su piel, su olor. Con todo lo que tenía que ver con ella. Soñé con poder verla. Ver su belleza de verdad. El dulce sueño se volvió lentamente en pesadilla. El sonido de la voz de Bella, chillando asustada por mí, mientras la miraba, golpeaba mis oídos.
Rodé por la cama y caí en el suelo con un golpe sordo. Sabía que a la mañana siguiente tendría un moratón. Pulsé el reloj y dijo que eran las tres. Demasiado temprano para llamar a Bella. Volví lentamente a la cama con mi corazón lleno de peso. Tiré de las sabanas poniéndolas sobre mí y luché por volver a caer en un sueño profundo sin sueños.
Bella Swan
Después de llegar a casa, tras mi amodorramiento por dejar a Edward hice algunos deberes y le escribí un correo electrónico a mi madre. Había estado barbotando sobre su nuevo marido Phil. Parecía muy feliz. Me pregunté si estaría contenta por mí, por haber encontrado a alguien de quien cuidar intensamente. Decidí contarle algo de eso.
Hola mamá,
La universidad va muy bien. Me mantengo en un 3.5 pero acabo de empezar. Ya verás cómo voy subiendo a partir de ahí. Realmente estoy disfrutando de las clases, al menos de la mayoría. Me alegra oír que todo va bien con Phil. No le hagas daño bailando salsa. No le rompas los dedos del pie o algo así, podría necesitarlos.
Gracias por tus regalos de cumpleaños. Me encantan los libros de cocina. No puedo esperar para probar algunas recetas. Solo tuve una más que suficiente cena de cumpleaños en casa. Sin bebida ni fiesta. Ya sabes cómo soy. Lo pasé solo con…
Dudé y traté de encontrar el modo correcto de presentarle a Edward a mi madre. ¿Debería decir solo amigo? No era el término adecuado para él. Era mi novio de todas las formas posibles. No había dicho nada acerca de él hasta entonces. No sé porque me daba vergüenza, pero sabía como era mi madre con las citas. Pero ¿qué es lo que ella podía hacer a millas y millas de distancia? Simplemente montarme un escándalo y podría sobrellevarlo. No podía cambiar nada.
Lo pasé con mi novio Edward. Es un gran chico. Incluso me ayudó con la cena (me negué a dejar que me llevase a cenar, ya sabes cómo soy. Él se frustró tanto como tú.)
En resumidas cuentas, Te quiero y hablaré contigo mas tarde.
Bella.
Miré el mensaje una y otra vez antes de enviarlo finalmente. Estaba segura de que mañana recibiría una llamada telefónica o un correo electrónico pero no me preocupé. Ella podría sobrellevarlo.
Ella podría sobrellevarlo. Wow. No pensé que alguna vez diría o pensaría esa frase. A mi madre nunca le gusto la idea de que saliese o me casase con alguien antes de los treinta años debido a lo que pasó entre mi padre y ella. Pero, yo era feliz y no me preocupaba lo que ella pensase, o lo que nadie pensase en realidad.
Miré la pulsera de plata antes de quitármela con cuidado. Pasé un dedo sobre las letras en braille del interior. Para verte hay que ver el cielo. Me pregunté si él sabría que me sentía de la misma manera
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