te voy a dar calabazas

Autor: princcesaaa
Género: Romance
Fecha Creación: 14/04/2010
Fecha Actualización: 01/05/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 12
Visitas: 112303
Capítulos: 32

Nueva historia.....nueva autora. A todos nuestros visitantes les quiero presentar a Patricia o como la conocen por ahí Patty Massen, ella es de Perú y es la autora de varios fanfic's, su redacción es genial y las tramas de sus historias buenisimas.yo solo la estoy bajando.  k  kede todo claro.
La primera de las historias que disfrutaremos de ella es distinta a varias que conocemos......Bella y Edward se ven obligados a casarse para poder acceder a una herencia pero deben convivir un año entero. Que pasará con ellos, ambos son muy obstinados y parecen odiarse. ¿Podrá surgir el amor en pleno campo de batalla?
Dificil la verdad.....vamos a ver que pasa  en esta divertida historia con mucho humor y romance.
Link de la autora:

 

 

 http://www.fanfiction.net/u/1802610/PATTYMASSEN

 

 

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Capítulo 9: Conociendo a mi marido

 

Me desperté temprano el domingo, quería visitar a mis padres. Fui al baño a ducharme y horror, cabellos en la ducha, en el lavamanos había una hoja de rasurar, el piso estaba mojado y la taza del baño sucia.

- Edward Cullen- Grité

En menos de 5 segundos él estaba a mi lado.

- ¿Te pasa algo Bella?

- Edward, ¿vamos a compartir el baño verdad?

- Claro, hay uno sólo en este piso.

- Entonces te agradecería que cuando pases por él para asearte no lo dejes como si fuera una letrina.

- Ups lo siento, Esme siempre me repite eso. Bien lo tendré en cuenta.

- No quiero que lo tomes en cuenta, quiero que lo hagas ahora, voy a usar el baño y está hecho un asco.

- Ok.

Entro al baño, pasaron 15 minutos y seguía sin salir.

- Edward date prisa tengo necesidades urgentes.

- Pediste eficacia no rapidez- dijo desde dentro.

- Edward- grite otra vez.

De pronto salió sonriendo.

- Todas la mujeres son iguales, apenas te casas empiezan a gritarte- dijo y se fue corriendo antes de que pudiera arrojarle algo.

Cuando me vestí y bajaba al primer piso oí una melodía, creí que era de un Cd, pero cada vez se hacía más fuerte. Al llegar abajo me di con la sorpresa. Un enorme piano negro estaba en un rincón del salón. Y Edward tocaba Claro de Luna. Sentí como la melodía me envolvía, quería volar con las notas. Cerré los ojos y me dejé llevar hasta que la pieza termino.

Cuando abrí los ojos él estaba mas cerca de mi, sus ojos verdes me hicieron recordar la primera vez que lo vi en aquella librería. Todo este tiempo había estado a la defensiva y no me permití conocerlo. De hecho era muy guapo y su sonrisa torcida era inigualable. También había notado durante nuestro encierro que olía bien, más que bien, su fragancia natural era embriagante. Todo en él era perfecto, casi rayando en un sueño. Me había dicho que no me odiaba pero con seguridad después de todas las peleas que habíamos tenido si alguna vez sintió algo de atracción por mí ya lo había matado. Como quisiera tener otra oportunidad con él. Pero de ahora en adelante solo nos quedaba la amistad y el compañerismo sería lo único que nos ayudaría a superar el vivir día a día tan cerca.

- Bella, siéntate aquí- me dijo haciéndome un lugar en su banca.

- Edward, de donde salió este piano, anoche no lo vi.

- Es regalo de mi tío Cayo, supo que vendí el mío y lo trajeron muy temprano, como regalo de bodas.

- Es magnífico, podrás seguir tocando- dije entusiasmada

- Espera a ver el regalo del tío Marcus.

- ¿Hay mas regalos?

- Si ven conmigo- me tomó suavemente de la mano y me guió hacia fuera. Frente a la casa había un hermoso y moderno auto plateado.

- Es precioso- dije mientras veía aquel auto que combinaba perfectamente con su nuevo dueño.

- Es nuestro- dijo él mirándome – ¿Quieres que lo probemos?

- ¿Si claro, a dónde iremos?

- No importa, sólo sube y ya veremos.

- Edward me gustaría visitar a mis padres antes.

- Estupendo sube al auto.

- Pero puedo ver su casa desde aquí.

- Será nuestra primera visita a su casa, tenemos que ser formales. Avísale que vamos. Anda llámales. Luego iremos a casa de mis padres.

Llamé a Charlie y a Renee, luego a Esme y Carlisle, ambas parejas se alegraron de nuestra llegada.

*

Cuando subimos al auto Edward se demoró en encenderlo.

- ¿Te pasa algo?- pregunté, era raro verlo tan callado, usualmente siempre tenia algo que decir y con frecuencia era para molestarme.

- Te lo voy a contar antes de que te enteres por otras personas.

- Me asustas ¿qué has hecho?

- Sé que mañana volverás al instituto. Yo también iré contigo.

- Pensé que ya te habías graduado el año pasado. Esme dijo que ibas un año adelantado.

- Si, ya me gradué. No iré como estudiante. Me presenté como profesor auxiliar de música. He ido algunos años al conservatorio y pensé que sería buena idea.

- Claro que es buena idea.

- ¿Lo dices en serio?

- Por supuesto, además llegaré al instituto en este auto todos los días.

- ¿No te avergonzarás de ir conmigo?

- Estoy segura de que aunque quisiera no podría avergonzarme de ti.

Desayunamos con mis padres, aunque Charlie no abrió la boca más que para saludar y despedirse. Renee nos preguntaba sobre nuestro viaje, otra vez nos reíamos en complicidad pero le dijimos que estuvo bien.

- Brujis, volviste, espero que no sea para quedarte- dijo Emmet que parecía que acababa de levantarse.

- Me extrañaste verdad hermanito.

- Claro que no, aunque no tenía a quien molestar. Pero a quien tenemos aquí, mi sucesor, ahora recae en ti la sagrada misión de hacer perder el control a Bella. Edward amigo, ¿como te ha ido?

- Emmet. Fue un buen viaje- dijo abrazándolo.

- Déjenme verlos, no hay marcas de arañazos, ni de golpes, ¿estás entero Edward?- dijo lanzando una sonora carcajada.

- Bella no es tan salvaje como piensas, digamos que me trató con bien.

- Estas bromeando, si te fuiste una semana completa con la responsable de la destrucción del laboratorio de química del instituto.

- Emmet, eso fue un accidente- me defendí.

- ¿Un accidente? El pobre profesor aun sigue sordo. ¿Y que me dices del rostro de Mike?

- Otro accidente.

- ¿Que le pasó a Mike?- preguntó Edward

- Una pelota de tenis después de una mañana entera de acoso. Eso no fue accidental Bella El chico tiene una deja más alta que la otra.

- Bueno tal vez no fue totalmente un accidente pero no planeaba dejarlo así- porque me estaban acusando.

- ¿Y el laboratorio?- preguntó Edward

- Mandibulin, digo el profesor le tenía en observación a Bella casi no la dejaba entrar a su clase porque ella siempre tiraba algo. Pero ese día había demasiados productos peligrosos. Menos mal que le volvió a crecer el cabello- dijo mi hermanito mirando al aire recordando. Me había ruborizado, yo no lo había hecho a propósito, solo mezclé el anhídrido sulfúrico con otra cosa. Los rótulos estaban mal puestos.

- Estoy seguro de que nada de eso fue intencional, ¿verdad Bella?- dijo Edward.

Acaso me estaba defendiendo, esperaba que se burlara, que se riera, pero no que me defendiera.

- No fue a propósito- dije triste.

- Lo se- dijo Emmet –Pero si eso lo hace sin querer ¿te imaginas si decide hacer maldades intencionalmente?

- Bueno Emmet debemos ir a visitar a mis padres. Si nos disculpas- dijo Edward dando por terminada la conversación.

Pero cuando me despedía de ellos y salíamos de la casa, llegó Jacob con una camioneta.

- Jake, que bueno que no has demorado- Charlie avanzó para recibirlo.

El recién llegado, nos miró con desconfianza pero se acercó.
- Hola Bella, ¿estás bien?- preguntó mirándome e ignorando por completo a Edward.

- Si Jake, estoy más que bien- le dije sinceramente porque así me sentía, vi un rayo de molestia en su expresión y sentí la risa apagada de Edward.

- Bella hija- dijo Charlie. –Este es nuestro regalo de cumpleaños. No te lo pudimos dar la semana pasada- y señaló la camioneta roja detrás de Jake. Era un tanto antigua y no parecía muy rápida pero no me importaba, nunca había tenido auto propio.

- ¿En serio papá? Gracias- dije avanzando con entusiasmo.

Jake me siguió y me abrió la puerta del conductor. Me subí y probé encenderla.

- Bella, la he arreglado para ti. No es veloz pero es muy seguro. Si hace algún ruido molesto o notas el más mínimo desperfecto, no dudes en llamarme o llevármela para revisarla.

- Gracias Jake. Espero que ya no estés molesto conmigo- dije aprovechando que me hablaba otra vez, no me gustaba que esté molesto conmigo

- Contigo no podría estar molesto, son solo las circunstancias, las que me fastidian y algunas personas- lo último lo dijo mirando a Edward.

Bajé de mi nuevo auto para besar a mamá y a papá.

- ¿Bella nos vamos? Preguntó Edward

- Si, Esme debe estar preocupada- dije mirándolo –Nos vemos, paso por aquí mas tarde- les dije a mis padres. –La camioneta esta genial Jake- dije despidiéndome.

Edward me abrió la puerta del copiloto de su auto y subí.

- Bella no quiero que pienses que este auto sólo es mío- dijo él mas tarde, mientras conducía. –Es de ambos, puedes conducirlo cuando quieras, me agradaría que fuéramos y volviéramos del instituto juntos.

- Gracias, aunque me gustaría probar mi camioneta de vez en cuando- dije pensando que el nuevo auto le quedaba mejor a él que a mi.

*

Cuando llegamos a su casa Esme esperaba en la puerta. Se acercó apenas nos estacionamos.

- Bella, Edward. Que bueno que volvieron- dijo sonriendo y abrazándonos.

Entramos y Edward subió a su habitación

- Bella, que tal les fue. Espero que mi hijo no haya sido maleducado contigo- dijo apenada.

- No Esme descuida, de hecho nos llevamos mejor. Sigue tomándome el pelo pero se porta bien conmigo, no me ofende ni me hace sentir mal.

- Estaba angustiada. Sé que él es bueno y sensible solo que parecía ser todo lo contrario contigo.

- ¿Y Carlisle? –pregunté.

- Está en la cocina. Quería prepararles el almuerzo. Comeremos en 1 hora. Voy a ayudarle. Puedes subir, estás en tu casa- me dijo

Apenas había estado en esa casita unas pocas veces y nunca había subido al segundo piso. Caminé lentamente.

- Edward- llamé

- aquí- me respondió desde una habitación cercana.

Llegué a lo que parecía una tienda de cds, al parecer Edward los coleccionaba. Había un estante inmenso que cubría casi toda la pared con cientos de cds y un equipo muy moderno de música.

- Vaya, fantástico- dije mirando la colección

- ¿en verdad te gusta?- me dijo desde un rincón, estaba apilando libros.

- Es genial. Esta sección es mi favorita- dije mirando la zona de música clásica.

- Entonces ayúdame a quitarla de allí- dijo.

- ¿Por que?- dije intrigada

- Para llevarla a casa claro- dijo sonriéndome. Nuestra casa, sonaba bien.

Le ayudé a sacar los cds y algunos libros, hicimos varios viajes al auto para acomodar las cosas. También quitó muchas cosas de su escritorio y llenó una maleta más de ropa.

- ¿Porque llevas tantas cosas? pregunté

- Esta ya no es mi casa. No quiero estar aquí todos los días cuando necesite algo.

*

Después del almuerzo fuimos a visitar a Alice, pero nos sorprendimos de encontrar a Jasper, el primo de Edward con ella.

- Hola Alice. Hola Jasper ¿verdad?

- Si, lo recordaste. Hola Bella. Que hay Edward, se ven bien juntos, ¿como la pasaron?

- De maravilla. Alice te debe haber contado nuestra aventura- dije picadamente, no quería que él supiera nada, de hecho era hijo de Marcus, el tío malvado de Edward.

- Jasper ¿Qué haces aquí?- preguntó Edward.

- Yo también me alegro de verte primo. Estoy visitando a esta linda damita- dijo mirando a Alice con ternura. –Y la verdad no me sorprende que no lo sepas, pero seguro mi padre no se lo dijo a Carlisle o a ti. Nos mudamos la semana pasada. A Forks, mi madre, Rosalie y yo. Papá vendrá los fines de semana a vernos. Y seguro que la noticia te cae bomba pero la tía Heidi también se muda con nosotros. Mi padre compró una casa a las afueras de la ciudad, al norte.

- Vaya, pues que bueno- fue lo único que pudo contestar Edward sin ganas.

- ¿Entonces estudiarán aquí? –pregunté

- Si, ya estamos asistiendo a clases, tengo algunos cursos con Alice. Rosalie y Tanya también están inscritas. Aunque Tanya recién se incorpora mañana- ay no la sexy Tanya también iba a estar cerca.

Apenas pude conversar con Alice pero me aseguró que aunque Jasper le gustaba mucho no le diría la verdad hasta no saber sus intenciones. Aunque me dejo en claro que estaba segura de que él era diferente a su padre.

*

Cuando llegamos a casa Edward se veía desganado y apático. Se fue a su habitación sin decir palabra.

Preparé algo ligero y se lo subí. Sabía que se estaba culpando de algo. Pero no iba a dejar que estos eventos nos arruinaran la vida. Si ellos iban a dar lucha nosotros pelearíamos más.

Toque su puerta y entré.

- Edward traje algo de comer ¿quieres acompañarme?

- No debiste molestarte Bella, discúlpame pero me duele la cabeza.

- ¿Quieres que me vaya?- pregunte, a lo mejor era solo mi imaginación pero parecía que no quería verme

- Sería lo mejor Bella. El tío Marcus esta moviendo sus fichas y él nunca pierde un juego. No quiero que después te lamentes el haber hecho esto. No debimos casarnos.

- Eres un tonto, lo único que me lamento es haber pasado la ultima media hora cocinando. Pero si no me quieres por aquí, estaré en casa de mis padres.

Salí de su habitación y de la casa corriendo. Sentía que quería llorar.

Cuando llegue al jardín de mi antigua casa tenia la cara empapada. No entendía porque estaba tan triste. Después de todo él era un niño engreído con quien me había casado por dinero, no podía esperar nada mejor que eso. No podía esperar que él sintiera algo por mí. Él jamás sentiría lo que yo estoy sintiendo. Esto me asustaba, él me gustaba más que cualquier otra persona que conocía. Lloré aún más y me subí a la camioneta que me habían obsequiado en la mañana. Tenía las llaves puestas aun.

La encendí y empecé a retroceder. Sabía conducir desde los 15 años, pero nunca lo había hecho sola. Bajé con cuidado hacia la pista. Por un segundo pensé a dónde ir. No tenía nada en claro sólo quería conducir. Aceleré y salí de allí, al pasar por mi casa vi a Edward en la ventana mirándome.

Estaba oscureciendo y manejé a una velocidad considerable. Quería ver el mar, aspirar su aroma. Tal vez eso me ayudaría a calmarme. Me sentía rechazada y que no era parte de nada. Todo en mi vida era una farsa bien montada. Necesitaba gritar

Capítulo 8: ¿Luna de hiel? Capítulo 10: No peleen por mi!

 
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