Podría sentir el hielo en mi piel, como se congelaba todo a mi alrededor, una sensación indefinible, hasta afuera había más calor a pesar de la fuerte lluvia a que acaecía en el poblado, mis nuevos compañeros no paraban de mirarme con la boca abierta estarían pensando esta sí que está loca o cosas así, la pregunta estúpida que salió de mi boca los había dejado a todos petrificados, no había movimiento ni en su mesa ni en la mía, decidí seguir tomando mi sándwich y comiendo la mejor parte.
- No me gustan esos chistes Bella- dijo Ángela rompiendo el silencio. Estaba molesta, se le notaba en el rostro.
- ¿y esas caras?- preguntó Ben con asombro, en su mano traía una bandeja, dos emparedados grandes con dos jugos, daba la impresión de tener un estomago espacioso.
- ¿A quién sobornaste para conseguir ronda doble sin hacer la cola dos veces?- preguntó Mike asombrado.
- A nadie- respondió Ben.- lo que no me han respondido es el porqué del silencio sepulcral. ¿Quién se murió?- seguía bromeando.
- Morirás tú si sigues con la preguntadera- dije en tono furioso.- No sé cuál es el problema con Edward- dije exasperada.
- El asunto es que… Bella él es muy extraño, no habla con nadie, sólo se la pasa con su grupo y siempre cuchichean entre ellos, parece que su vida está envuelta por un misterio no común- dijo Ángela usando un tono de voz sigiloso.
- Já son puros cuentos de todos, yo no lo veo de esa manera- dije sin preocupación.
- Entonces ¿cómo lo ves?- dijo Jessica frunciendo el ceño.
- Este… diferente, el es amable, además cambiemos de tema, por favor- tartamudeaba.
Todos hicieron lo que les pedí, pero esta vez, me ignoraban, parece que las tres últimas palabras que salieron de mi boca no les agradaba, seguí comiendo mientras ellos reían a carcajadas, ni entendía lo que decían, en mi mente revoloteaban muchas dudas, no sabía si estaba comiendo indagaciones o comida.
Me levante ni se percataron de mi ausencia, fui a botar la basura sin mirar hacia la mesilla de Edward, me devolví a la mesa a buscar mi morral,- Hey chica, ¿para dónde vas?- dijo Ben tomándose el ultimo jugo.
- A clases- dije de manera obvia.
- A la salida nos esperaremos para irnos todos juntos- dijo Ángela en tono jubiloso.
- Aja- asentí con la cabeza.
Camine por el pasillo sin dejar de pensar en la mirada de ese chico, tenía una mezcla de sobreprotección con horror, saque mis apuntes y revise la clase que estaba por entrar, tenia clases de Física, pasaron las horas y el tipo ni llegó, acababa de perder el tiempo, coloque mis audífonos en mi oído y subí el volumen del Ipod, moviendo la cabeza al ritmo de la música, al salir estaban los muchachos esperándome en la entrada de la secundaria. Ben me hizo una seña de saludo indicándome donde estaban situados, había bastante gente alrededor, todos reían y charlaban de hacer los planes del fin de semana.
-¿Qué haremos el fin de semana Bella?- decía Ben, revoloteando encima de mí, el tenia el aspecto de alguien intranquilo, es mas molestaba pero me hacía reír.
- No lo sé Ben, cualquier cosa, lo que ustedes decidan está bien- dije sin mucha emoción. Mike estaba con una cámara digital sacándose fotos con Ángela, Jessica y Melisa, con las chicas. Ben se fue a charlar con otros muchachos, el ambiente parecía cálido porque todos reían y para ser miércoles, todos planificaban el fin de semana.
De repente vi como varios chicos corrían hacia dirección de la calle, al voltear, vi a Edward intercambiándose guías con los chicos de su grupo, los muchachos, Mike y Ben salieron corriendo en dirección a los primeros chicos que vi correr, todos gritaban, no preste atención al bullicio de los estudiantes, me coloque mis audífonos, di un medio giro para guardar el cuaderno que traía en las manos, a girar me di cuenta que todos venían en dirección hacia mí, las muchachas se apartaron, decidí caminar hacia detrás de un automóvil que estaba estacionado allí, al quitarme un audífono, sentí el sonido de una detonación, cuando reaccione era demasiado tarde, caí al suelo de forma boca bajo, no podía escuchar y menos moverme, cuando sentí algo sobre mí, pensé que era la bala, por Dios me habían disparado pensé, cuando mire hacia arriba estaba Edward con forma inmóvil parecía nervioso, el se levantó e hizo lo mismo conmigo, me tomo fuerte del brazo y me susurro: no digas nada de esto a nadie. Al voltearse me percate que tenía un agujero en su chaqueta, corría de manera muy rápida pero alcance a mirarlo, entonces pude comprender que mi chico de ojos dorados no tenía un secreto común.
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