Edward Cullen
Bella golpeó mi brazo varias veces, lo que me hizo acobardarme por haber vuelto.”Eso… es… por… haberme… hecho… llorar… el… día… de… mi… cumpleaños...”Dijo entre cada golpe. No era fuerte pero no me sorprendería demasiado si me dejase un moratón.
Me froté el brazo después.”Merezco esto y mucho más. Lo siento tanto Bella. Estoy asustado.”
“Lo sé, Edward. Yo también estoy asustada. Dame tus manos.”Dijo suavemente.
“¿Por qué?”Pregunté, pero hice lo que me pidió. Las puso contra su cara.
“Quiero que me veas cuando te diga esto.”Suspiró antes de comenzar.”Me encanta que seas mi novio. No he sido tan feliz en mucho tiempo. Te quiero. Te quiero más de lo que he querido a nadie. Eres un hombre completo.”
La sinceridad de su voz me golpeó con fuerza. Pasé mis dedos por su carne suave. Era cálida y reconfortante. No hubo ira cuando habló.”Quiero serlo, para ti. Sin embargo no lo soy Bella. Ojalá fuese…”
“Cállate. Cierra la boca.”Apretó su cuerpo contra el mío, chocando contra mis labios con tal fuerza que me tiró al suelo. Ella cayó conmigo, nuestros labios nunca se separaron. Me senté apoyándome contra la pared, con Bella en mi regazo. Sus brazos rodearon mi cuerpo con fuerza.”Para verte hay que ver el cielo.”
“Lo adivinaste.”Sonreí contra sus labios.
Descansó su cabeza contra la curva de mi cuello y asintió. Le aparté el pelo de su cara.”Siento haberte pegado.”
“Siento haberte hecho llorar.”Susurré. Ella asintió de nuevo y comenzó a besar mi cuello.
Se sentó a horcajadas en mi cintura para conseguir una postura más cómoda. Sus labios se movieron por distintas partes de mi piel desnuda, excitando y sorprendiéndome con cada beso caliente. Pasé mis manos por sus piernas, que estaban desnudas. Su piel era insoportablemente suave. Arrastré las manos hasta sus muslos llegando al borde de su vestido de satén.”No pares.”Susurró en mi oído.
“¿Estás segura?”Pregunté, el miedo volvía.
No respondió, pero cogió mis manos y las puso más arriba, justo por debajo de su vestido. Lo hice, las deslicé hasta su ropa interior de encaje. Gemí cuando sentí el fino material sobre sus caderas.”Eres tan hermosa Bella.”
“¿Qué quieres decir?”Se alejó, confundida.”¿Cómo sabes si lo soy o no?”
Saqué una de mis manos de debajo de su vestido y la puse en su cara.”Eres hermosa. Permíteme que te explique cómo lo sé. Tu piel es completamente suave. Tu cabello es sedoso y huele increíble. Tu cuello es largo y delgado. Tu cuerpo es firme y fuerte. Tus curvas son… mmm… ni siquiera sé que palabra es la correcta para describirlas. Son más que perfectas. Tus manos son delicadas. Tus piernas son torneadas y no puedo dejar de tocarlas.”Pasé la mano que tenia libre por cada zona mientras hablaba. Su cuerpo se arqueaba y sonreí por su buena disposición a escucharme.”Isabella, no tengo que verte para saber lo hermosa que eres. Soy afortunado de tenerte.”
Bella Swan
Enrojecí mientras escuchaba lo que decía. Él tenía algo que decir de cada parte. No le creí, pero lo forma en la que lo decía… Nunca antes me había sentido tan querida y deseada. Toda mi ira anterior había desaparecido completamente. Hundí mis dedos en su cabello y le acerqué más a mí. Le besé profundamente, mi lengua le acarició con cuidado. Su mano fue a mi cadera por encima del vestido.
Me aparté para observarle. Se mordía el labio inferior, su mano derecha se deslizaba por mi cuerpo. Rozó suavemente el lado de uno de mis pechos. Aspiré profundamente, un poco sorprendida. Retiró la mano un momento, pero luego la volvió a poner. La movió por la curva de mi pecho y la dejó descansar en mi cuello. Me acercó más, nuestros labios volvieron a rozarse.
Toqué su mejilla y se inclinó hacia el roce. Entonces, un nuevo deseo creció en mí. Quería ver sus ojos. Antes no me había dejado, siempre mantenía sus gafas oscuras. Levanté ambas manos, con cuidado tomé las esquinas de las gafas. Él me detuvo poniendo sus manos sobre las mías.”Bella, no lo hagas.”
“¿Por qué no?”Pregunté confusa.”Me gustaría ver como son. Por favor déjame velos.”
“La mayoría de la gente los encuentra… espeluznante. Mirar pero sin ver.”Sus manos siguieron sobre las mías.
“Edward, confía en mí. Eres demasiado guapo para ser espeluznante.”Asintió, dejando caer las manos despacio. Tiré de las gafas y las coloqué sobre su cabello. Sus ojos miraban fijamente sin ver mi cara. Eran de un verde esmeralda oscuro y brillante. Sus pestañas cobrizas los enmarcaban perfectamente.
“¿Bella?”La expresión de su rostro se volvió preocupada. Parpadeó despacio, sus ojos se movieron hacia abajo.
“Eres tan guapo.”Dije con sinceridad. Él se burló y trató de tirar de sus gafas hacia abajo. Las sujeté más fuerte y las aparté con cuidado de no romperlas.
“¡Oye!...”Se quejó suavemente y las buscó a tientas por el suelo.
“No, escúchame. Eres más guapo de lo que alguna vez sabrás. Edward, confía en mí.”Dije otra vez.
“Confío en ti, en serio. En quien no confío es en mi.”Envolvió mi cintura con sus brazos y me acercó más.
“Edward… Edward.”Repetí su nombre una y otra vez mientras comenzaba a besarle el cuello.”Quiero que creas en ti como yo lo hago.”
“Podría decirte lo mismo.”Dijo, agarrando mi pelo.
“Eso me gustaría.”Susurré suavemente. Su piel estaba comenzando a calentarse bajo mi tacto.
“Edward, te quiero.”Susurré en su oído. El miedo a que él me apartase de su regazo volvió y rápidamente me agarré más fuerte a él.
“¿Estás segura?”Preguntó por segunda vez esta noche.
“Completamente.”
Edward Cullen
Ella me quería. Lo había dicho. No era compasión o algo así. Me quería de la misma manera en que yo la quería a ella. Me puse eufórico. Mis labios se estrellaron contra los suyos, saboreándola con poca delicadeza. Gimió en mi boca enviando dulces vibraciones por mi columna vertebral. Con cuidado cambié de posición y puse su espalda contra el suelo. Avancé lentamente encima de ella, sentándome a horcajadas sobre su cintura. Decidí que quería besar cada pulgada de su cuerpo.
Comencé por sus labios y seguí bajando. Besé su pecho por encima del frio vestido de satén. Se retorció y gimió debajo de mí mientras mis labios bajaban más y mas abajo. Encontré su ombligo y lo besé suavemente, recalcándolo con mi nariz. Rió tontamente y yo sonreí por el hecho de que ella estaba disfrutando tanto como yo. Seguí explorándola, bajando por sus caderas. Me senté, tomando una de sus piernas en mis manos. La besé desde el muslo hasta el tobillo. Besé su pie antes de masajear la carne desnuda con mis dedos.”Edward, me encanta.”
Me gustaba oírla decir mi nombre. Me hacía sentir como si fuese completamente mía. Me sentí más posesivo respecto a ella y quería reclamar lo que era mío. La besé volviendo a subir, mordiendo ciertas zonas. Gritó suavemente con una pequeña mordida. Me detuve cuando llegué al interior de su muslo. Podía oler su dulce excitación y esto me sorprendió. Yo se lo estaba provocando. Olí su suave carne durante un momento, besándola suavemente antes de ponerme sobre ella.
“Sabes tan bien. No puedo esperar a probar cada parte de tu cuerpo.”Susurré contra su carne. Ella no respondió pero sus piernas me rodearon, apretándome contra ella. Mi excitación presionó directamente la de ella y gemí mientras ella se frotaba contra mí. Era dolorosamente delicioso.
“Vamos a mi habitación.”Dijo después de besar mi frente suavemente.
Reí entre dientes para mi, había olvidado donde estábamos. Asentí antes de levantarme. Le ofrecí mi mano a Bella y ella la tomó, alzándose. Sus brazos rodearon mi cintura a la vez que comenzaba a caminar hacia atrás. Nos besamos muchas veces. Bella me giró y me empujó hacia abajo. Caí de nuevo en su cama y ella se subió sobre mí.”Esto me parece extremadamente familiar.”
“¿No te gusta?”Preguntó, sonaba como si tuviese un poco de pánico.
Me senté y la agarré por la cintura. Comencé a besarle los hombros.”Nunca dije eso.”
Dejó de contener la respiración y suspiró.“¿Te gusta?”
“Ah huh. No pares.”Suspiró otra vez, moviendo sus caderas contra las mías.
“No pensaba parar de todas formas.”Dije con una gran sonrisa.
Mis manos buscaron el dobladillo de su vestido. Cuando lo encontré comencé a empujarlo hacia arriba, pasando las palmas de mis manos contra su piel mientras lo hacía. Gemí cuando me di cuenta de que no llevaba sujetador. Ansié tocar sus pechos pero eso tendría que esperar hasta que le hubiese quitase el vestido. Levantó sus brazos para mí y en un movimiento rápido lo tiré al suelo. Mi estómago se llenó de nudos sabiendo que estaba casi completamente desnuda.
Sentí la necesidad de enterrar la cara en su suave carne. Mis brazos rodearon fuertemente su cintura y comencé a besar los lados de sus pechos. Ella echó la cabeza hacia atrás y gimió en voz alta. Ese sonido me encantó, necesitaba escucharlo más. Besé y lamí el lado derecho de su pecho hasta que alcancé su firme pezón. Me lo llevé a la boca y comencé a chupar, dejando que mi lengua se moviese rápido contra él. Volvió a gemir, esta vez más fuerte. Llevé una de mis manos a su pecho izquierdo y comencé a masajear el hinchado montículo. Sentía su pezón duro contra mi palma, y por alguna razón eso me entusiasmó. Sus manos retorcieron mi pelo, sujetándome ahí.
Me moví de derecha a izquierda, cambiando de manos. Masajeé la humedad que mi boca había formado en su piel, dejando que me ayudase a masajear aquel sensible punto. Sus dedos comenzaron a desabrochar los botones de mi camisa. Se tomó su tiempo haciéndolo, estaba seguro de que la distracción a la que la sometía no ayudaba. Cuando terminó sonreí abiertamente contra su piel. Me empujó hacia atrás y quitó la camisa de mis hombros. El aire frio hizo que sintiese un hormigueo en mi piel demasiado caliente. La sensación fue agradable. Me incliné de nuevo y la besé en el centro del pecho.”Bella, sabes lo bastante bien para comerte.”
Rió tontamente y me abrazó. Presionó la mejilla contra mi frente y sentí su cálida piel. Me pregunté si estaría caliente o sonrojada. Me gustaba notar su rubor. Sonreí travieso.
“¿Sabes qué? Creo que eso es lo que voy a hacer.”La eché con cuidado poniéndome sobre ella. Me asombré de que no la golpease contra el suelo. Ella rió tontamente por lo que había hecho.
“¿Y qué es lo que vas a hacer?”
“Voy a…”Comencé a bajar besando su cuerpo bastante rápido.”Saborearte.”
Jadeó fuerte cuando llegué a las bragas. Estaban mojadas contra mis labios.”No tienes que hacerlo si no quieres.”
“Te quiero Bella. Quiero malcriarte. Déjame hacerlo, por favor.”Pedí tranquilamente mientras le besaba los muslos. Olí la carne caliente y sedosa.
Ella respondió bajando sus bragas despacio. Me encargue de eso y de su carne.
No estaba seguro de cómo hacerlo pero tenía una idea general. Supuse que solo tendría que escuchar para saber si lo estaba haciendo bien o no. Le sujeté los muslos y los aparté ligeramente. Bajé la cabeza, besando la parte superior de su estómago antes de besar la inferior. Gimió mientras me movía, retorciéndose ligeramente. La primera vez que la probé mi boca se hizo agua queriendo más. Enterré la cara, besando y lamiendo con avidez. Mis dedos se hundieron en sus caderas, tratando de mantenerla quieta.
Cuando lamí el diminuto brote que había entre sus muslos, elevó las caderas hacia arriba gimiendo con fuerza. Sonreí ampliamente por esa reacción. Eso era lo que quería. La besé suavemente, después lo metí en mi boca. Chupé con cuidado al principio haciéndolo mas y mas fuerte a cada segundo que pasaba.
Moví una de mis manos desde el interior de su muslo a su centro. Cuidadosamente la estudié con mis dedos mientras seguía saboreándola. Estos resbalaron fácilmente dentro de ella. Comencé a empujarlos dentro y fuera, retorciendo y sacudiéndose mientras lo hacía. Bella casi gritó, sus piernas se extendieron apartándose aun más. Era la cosa más sexy que había escuchado jamás. La sujeté con cuidado utilizando los dientes y empujé los dedos más profundamente.
Culminó en mi cabeza, gimiendo y gritando mi nombre. Un gran orgullo creció en mí. Yo le había provocado eso. Me levanté sobre ella, limpiándome la barbilla. En cuanto estuve completamente incorporado Bella me atrajo hacia ella. Su boca presionó contra la mía en el beso más apasionado que jamás me había dado. Su lengua se enredó y luchó con la mía. El pensamiento de que ella misma estaba probando su sabor de mis labios me excitó aun más.
La empujé hacia atrás.”Bella, quiero hacer el amor contigo.”
Se puso sobre mí y me besó en los labios, sus pequeños dedos desabrocharon el botón de mis vaqueros. La ayudé, dando patadas para que bajasen por mis piernas. De algún modo lo conseguí, quitándome también los calcetines y los zapatos. Estaba muy nervioso y no quería hacerle daño. Ella notó mi expresión y atrajo mi cara hasta la suya.”Por favor, Edward. Te quiero.”
Tragué con fuerza y asentí. Me incliné hacia delante y encontré su entrada fácilmente. Dudé y Bella elevó sus caderas, haciéndome entrar un poco. El calor era asombroso. Mordí mi labio inferior para evitar gritar de placer. Despacio me moví poco a poco hacia delante. Con un movimiento final estaba completamente dentro de ella y entonces gritó. Sus brazos me rodearon con fuerza y enterró la cara en mi cuello.”¿Te duele?”
“Solo un poco. Dame un minuto. Y seguiremos.”
Quería empezar a bombear salvajemente pero no quería hacerle daño. Hice lo que me pidió, permaneciendo completamente quieto, con muchísimo esfuerzo. Movió las manos por mi espalda y alzó las caderas, señalándome que ya podía moverme otra vez.
Lo hice muy despacio. Moviéndome hacia delante y hacia atrás. Comenzó a gemir otra vez y sus uñas se hundieron en mis caderas. Cogí algo más de velocidad. La tensión de mi estomago se retorció en forma de apretados nudos. Mi respiración salía en forma de jadeo mientras trataba de controlarme.
“Fuerte.”Pidió Bella bajo mi cuerpo, su voz era suave.
Perdí el control tras aquella palabra. Comencé a embestir dentro de ella con todas mis fuerzas, y aumentando a cada golpe. Gritó mi nombre de nuevo mientras comenzaba a palpitar a mí alrededor. Empujó contra ella y estallé en su interior. Me derrumbé encima de ella, habiendo perdido toda mi fuerza. Ella se abrazó a nuestra piel caliente y pegajosa manteniéndonos unidos. Olí su cabello, recogiendo su voluptuoso olor.
“A sido asombroso.”Susurró contra mi piel. Asentí, todavía incapaz de hablar. Finalmente me di la vuelta, trayéndola conmigo. Descansó contra mi pecho, sus dedos se arrastraron arriba y debajo de él con lentitud.
Estaba al borde del sueño cuando me acordé de algo que me asustó.”Oh dios mío, no me he puesto condón. Lo siento mucho…. Yo solo… debería haber sabido mejor…”Tartamudeé tratando de sentarme.
Me empujó hacia atrás, callándome.”Tomo la píldora. Es bueno para la piel.”Explicó. Suspiré agradecido. Rió tontamente, volviendo a echarse contra mí.”Aunque deberíamos conseguir condones para las próximas veces.”
Asentí y la atraje hacia mí. Ella puso la colcha sobre nosotros, acomodándonos más.
“Buenas noches mi hermosa Bella.”Le susurré en su cabello. Me preocupé cuando no contestó, pero luego noté su respiración rítmica. Se había dormido. Sonreí mientras caía en un profundo sueño.
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