Todo Gracias a mi Cuaderno de Historias (+18)

Autor: Lyhh_mt
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2011
Fecha Actualización: 26/09/2012
Finalizado: SI
Votos: 16
Comentarios: 87
Visitas: 117123
Capítulos: 28

 

La vida de Bella Swan no es color de rosas. El hombre al que amaba ni la miraba. Al no poder transmitir sus sentimientos, plasmaba todas sus fantasías con ÉL en un cuaderno. Un día, ese cuaderno cambiará su vida para siempre... ¿cómo? averígualo aquí.

 

Amor… odio… dolor… felicidad… y sobre todo… suspenso… muuucho suspenso…

.

.

.

Hola, me llamo Lyane y este es mi primer fanfic. Bueno, qué decirles… me gusta mucho escribir y espero la opinión de ustedes, las lectoras (yo también soy lectora, por eso sé la importancia de la opinión y críticas de ellas a las autoras). Me encantaría saber lo que piensan… claro, pondré todo de mi parte para que esta historia sea de su agrado… yyy con respecto a los mensajes que sé que envían en donde incluyen insultos y demás, pues solo los ignoraré… si es que en esos mensajes, e incluyen algo así como críticas constructivas, que me ayuden a mejorar, que es lo que me importa, entonces, los tomaré en cuenta; mas no aquellos que solo ofendan…

Bueno, espero que les guste la historia y espero sus opiniones…

Lyhaane.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 9: CHAPTER 9

DISCLAIMER: Los personajes le pertenecen a la grandiosa Stephenie Meyer... ¡la admiro tanto!... okz okz... yo solo plasmo las ocurrencias de mi mente y juego con sus personajes.


 

EDWARD POV

Bella está en coma… en coma…

Esas palabras era lo único que procesaba mi cerebro y aún no lo quería aceptar. No era posible que mi Bella estuviera en ese estado… y por mi culpa. Me odiaba. Por primera vez en mi vida, me odiaba, me aborrecía, quería nunca haber aparecido en la vida de Bella. De esa manera, ella no estaría aquí, sin poder hacer ni sentir nada. En coma…

Negué con la cabeza.

-¿En coma?- miré por fin a mi padre.

-Lo siento, hijo, pero las drogas que le inyectaron a Bella eran muy potentes, por lo que causaron que entrara en coma justo después de haberle limpiado el sistema. Como nos dijo el paramédico cuando recién la trajeron, fue una mezcla, una mezcla letal. Si nos hubiésemos demorado 20 minutos más, ella habría podido… morir. Quien sea que le hizo eso, no tenía la intención de solo dañarla, sino de causarle la muerte.

-¿Lo dices por la rapidez con la que actuaron las drogas en el organismo de Bella?- preguntó Alice. Yo no podía siquiera hablar, después de lo que mi padre había dicho.

-No, lo digo por el tipo de droga que usaron. Los estudios arrojaron que la sustancia que le inyectaron a Bella contenía pequeñas cantidades de heroína y casi el 95% de la mezcla era GHB- llevé mis manos a mi rostro al oír el nombre de la droga… la conocía bien y sabía que era capaz de matar incluso a personas que la consumían por primera vez- La dosis excesiva de esta droga se caracteriza por causar coma y paro respiratorio en el plazo de una hora. Si el paciente no es atendido en ese lapso de tiempo, la sobredosis causa la muerte de este. En el caso de Bella, su estado fue producido mayoritariamente por el GHB. Ella en realidad tuvo suerte de no haber perecido.

-¿Y cuánto tiempo estará así? ¿Cuánto durará su estado?- preguntó mi madre, y yo ya sabía la respuesta… No era posible saber cuánto.

-No sabemos. El coma puede durar días, semanas, meses… o años. Todo depende de cómo reaccione el organismo del paciente. Todos llevaron sus manos a sus rostros e hicieron muecas de dolor y odio por parte de Rosalie.

-Iré a matarla. Juro que la mataré. Sé que hablaste con Tanya, Edward. Sé que ella es la causante de todo esto. ¿Qué te dijo? ¿Dónde está?

-¿Cómo puedes afirmar eso, Rosalie? ¿Tanya capaz de esta atrocidad? Hijo, ¿eso es cierto? ¿Ella se atrevió a hacer todo esto?- exigió saber mi madre. Estaba totalmente furibunda.

-Fue ella, mamá. Ella me mandó un mensaje diciéndomelo. Y como dijo Rosalie, me llamó. Cuando me paré y salí corriendo fue porque ella estaba al habla y me había dicho que estaba precisamente aquí, en el hospital, viendo a Bella, en el estado en que se encontraba. Por eso corrí, porque pensé encontrarla y… matarla con mis propias manos, pero ya no estaba. Me volvió a llamar y me dijo que nunca la atraparía y que no tenía pruebas para culparla… y tiene razón. No tenemos pruebas.- Todos estaban sorprendidos de mi confesión, menos Rosalie. Ella tenía las venas de su sien dilatadas, y sus manos cerradas en puños.

-Entonces, no te dijo nada sobre su paradero.- dijo ella.

-No.- no aguantaba más esta situación. Quería verla desesperadamente.- Papá, quiero ver a Bella. No me moveré de aquí hasta que ella despierte. Llévame con ella, papá… por favor.- hablé en voz baja. No salía más de mí. Lo único que anhelaba era tomar sus manos y no soltarla hasta que despierte y podamos seguir con nuestras vidas.

-Está bien, hijo.- nos estábamos retirando, cuando mi padre volteó hacia mi familia y amigos- antes que nada, ¿alguno de ustedes avisó a los padres de Bella de lo que le ha sucedido hoy?- había olvidado la existencia de Charlie y Reneé. Después de esto, no sabría cómo mirarles a la cara. Yo prometí cuidar a su hija y lo hice tan bien que ella terminó en coma en un hospital.

-Yo los llamé hace unos minutos. Ellos están en…- decía Alice cuando escuchamos que llamaban a mi padre.

-¡Carlisle! ¿Dónde está mi hija? ¿Cómo está?- decía Charlie desesperado mientras corría hacia mi padre. Reneé venía tras él con un pañuelo en la mano y con signos de haber estado llorando. Ellos ignoraron mi presencia y se encararon con mi padre.

-Charlie, tanto tú como Reneé tienen que ser fuertes y tomarse las cosas con calma…- pero el señor Swan no lo dejó terminar.

-No me vengas con palabrerías, Carlisle. ¡¿Cómo está mi hija?!

-Charlie, Bella… ella ha entrado en estado de coma.- apenas terminó de decir la frase, Reneé había entrado en lágrimas nuevamente. Mi madre fue a consolarla y decirle palabras confortantes. Charlie se había quedado con la mirada vacía. No decía nada. No se movía. Mi padre se acercó a él y le tomó del hombro- Tienes que ser fuerte, Charlie. Por ella. Tu hija saldrá de esta. Ella luchó por su vida. Si se hubiera tratado de cualquier otro, no hubiera resistido, pero ella sí lo hizo. Bella es fuerte, Charlie, pero no le vendría mal esa fuerza adicional que solo un padre puede brindar. Ella te necesita así… los necesita así, a ambos.- dijo refiriéndose a Reneé y al jefe Swan. Este último pareció haber reaccionado su letargo, pero justo en ese momento se percató de mí y me miró fijamente.

-Me prometiste que la cuidarías… y no lo hiciste. Dejé a mi única hija en tus manos, te la confié y es así como me la entregas.- aunque su voz no era elevada, cada palabra que salió de su boca fue como un dardo dirigido a mi corazón.

-Jefe Swan yo no…

-No me digas nada ahora. No quiero oírte. No quiero hacer algo de lo que después me arrepienta… o eso quiero creer.- se volteó hacia mi padre- Quiero verla, Carlisle. Queremos verla.- corrigió tomando de la mano a Reneé, quien hasta ahora ni siquiera me había mirado.

-Síganme.- Carlisle se volvió hacia mí- Primero entrarán ellos y luego podrás verla tú- Charlie se tensó al oír esto y quiso decir algo, pero fue detenido por Reneé.

Lo mínimo que podía hacer era esperar. Quería verla más que el aire para respirar, pero merecía que me lo negaran para que pasasen sus padres. Había perdido la confianza que ellos me tenían y ya no tenía fuerzas para pensar cómo volver a ganármela. Ya ni creía posible que ellos puedan confiar en mí alguna vez.

.

.

.

No sabía cuánto había pasado desde que los padres de Bella entraron a verla. Ni siquiera sabía si ya habían salido. Estaba desorientado, me sentía como si estuviera en un cuarto oscuro, absolutamente solo aovillado en el suelo, sin pensar en nada más que en lo idiota que fui aquella noche y hundirme en el sentimiento de culpabilidad que me invadía totalmente. Simplemente, no podía aceptarlo. Había sido un completo imbécil. A pesar de que sabía que había una gran probabilidad de que Tanya atacara ese día, me enterqué en llevar a Bella al baile de graduación, cuando bien pude haberla llevado a un lugar más seguro y la hubiéramos pasado realmente bien; ahora estaríamos juntos y ella no estaría en coma… en coma…y por mi culpa. No podía dejar de sentir las dagas que apuñalaban mi pecho, y no quería dejar de sentirlas… debería estar sufriendo más, Charlie debió haberme dado mi merecido sin pensar, en el fondo, que estaría haciendo mal. Todos deberían restregarme en la cara que lo que había sucedido era por mi culpa, solo mía. Emmett debió haber venido hacia mí totalmente enfadado para gritarme en la cara que por salvar mi maldita vida, él ahora no podía mover un brazo… pero no… nadie hasta ahora me había dicho o hecho eso. Estaba solo. Tal vez, dejarme solo era su forma de castigarme y aunque ahora me sentía como una basura, me sentiría aún peor si ellos me hubieran despreciado de todas las formas existentes y luego me hubieran dejado solo.

No sabía qué hacer o a dónde ir. Mi mente había quedado en blanco. Mi sufrimiento crecía con el pasar de los segundos y agradecía que nadie me haya sacado de las profundidades de este.

Nada dura para siempre.

Mi voz interior se había fortalecido desde el momento en que lo único que veía era oscuridad a mi alrededor. Definitivamente, me había vuelto esquizofrénico. Tal vez, veía todo oscuro porque estaba en un manicomio.

Claro… loco. A diferencia de ti, yo sí quiero afrontar la realidad. Sé… algo me dice que están pasando cosas muy importantes allá afuera y tú no nos permites saber qué. Si fuera así, ten por seguro que vas a arrepentirte de haber estado tanto tiempo en este estado de idiotez.

¿Qué cosa importante habría pasado? ¿Tan importante como para odiar cada segundo de mi sufrimiento?... No lo creo.

Y verás.

.

.

.

Nuevamente, pasó un tiempo indefinido y yo seguí hundido en mi dolor. En una ocasión, había querido salir a la superficie, pero solo me había bastado recordar todo lo sucedido para volver a caer. No tenía las fuerzas para luchar contra ese dolor… me sentía como un maldito cobarde y eso me hacía sentir aún más dolor. Y yo me hundía más y más. (N/A:… tenía que ser hombre!) De pronto, en ese momento, sentí… ¿alguien me estaba tocando?... pero si estaba solo…

-¡Edward!... Creo que perdió la razón.- ¿Emmett?

-No seas tonto, Emmett. A ver, déjame a mí.- ¿Alice?- Edward, hermanito, ya reacciona, por favor. Dime algo, me preocupas. Si no me contestas, te juro que llamaré en este momento a papá y te llevaremos al hospital. Edward…- en ese momento, la vista se me aclaró. Vi a mi hermana enfrente de mí. También estaban Emmett, Rosalie y Jasper.

-Creo que ya está entrando en razón, Alice.- Dijo Jasper. Rosalie se acercó a mí.

- Vamos, Edward, ya reacciona. Todos estos días, he sentido unas ganas tremendas de venir y abofetearte hasta que por fin entres en razón, pero me lo han impedido todos los aquí presentes. No me obligues a hacerlo ahora que tengo el camino libre.

-Hazlo. Golpéame. Así, me dolerá aún más.- encontré mi voz, pero hablé débilmente. Mis amigos y mi hermana suspiraron de alivio al escucharme hablar. Aún no entendía lo que había pasado. Yo estaba solo… completamente solo… de repente, la oscuridad se convierte en luz y estoy más acompañado que antes.

-No seas idiota, Edward. Nadie va a golpearte. Rose solo bromeaba, ¿no es así, cielo?- ¿cielo?

-¿Qué día es hoy?- pregunté a todos incorporándome. Emití un gemido de dolor. Todo mi cuerpo estaba agarrotado. Tal parece que había estado en el suelo, aovillado, como había imaginado estar en ese cuarto oscuro.

-Ay, viejo, tú sí que estuviste realmente mal. Hoy es de julio del 2010, han pasado dos semanas desde que pasó… lo que ya sabes, y todo este tiempo has parecido más un muerto que vivo. En verdad, Edward, ya le iba a decir a Carlisle que te internara en un manicomio. En estas dos semanas, lo único que has hecho es permanecer aovillado sobre tu alfombra, llorar y llorar más, y no dejabas de murmurar el nombre de Bella… ah, y también decías que eras un imbécil.- Dos semanas… dos semanas… no podía ser. Perdí tanto tiempo… no había visto a Bella… estaba en mi casa… ¿cómo me habían llevado hasta allí? Yo estaba en el hospital… ¡Maldición! Perdí tiempo por estarme “hundiendo en mi maldita miseria”… Te lo dije… esa voz… ahora la odiaba. Si me hubiera dado más pistas, hubiera reaccionado mucho antes… te avisé, otra cosa es que no escuchaste…

-Hermanito, en todo este tiempo, no has comido, y parecía que ni dormías. Siempre estabas con los ojos abiertos, pero tu mirada era vacía, perdida. Como si en realidad no estuvieras viendo tu entorno… como si vieras algo diferente. Todos estábamos realmente preocupados por tu estado. No contestabas a nuestros llamados. Te tocábamos el rostro o el hombro para que te dieras cuenta de nuestra presencia, pero no reaccionabas. Ya me estaba asustando.- mi hermana se acercó más a mí y me abrazó fuerte. Yo le correspondí y al mirar a mi alrededor, a mis amigos, pude ver mi rostro en el espejo que tenía en mi habitación. Estaba demacrado, con ojeras moradas, pálido, y si me miraban bien, se podían ver los caminos que habían dejado mis lágrimas al correr por mis mejillas.

¡Idiota! En vez de estar mirando tu estúpida cara, ¿por qué no preguntas lo más importante? ¿Cómo está B…

-Alice tiene razón, Edward. Rechazabas todo y a todos. Incluso cuando tu papá o cualquiera de nosotros venía a informarte sobre los avances de Bella. No escuchabas…

-Bella… ¿avances?... ¿ella ha mejorado? ¿Despertó? ¿Se ha movido? ¿Habla? Díganme, ¿cómo está Bella?- pregunté desesperado. Estaba seguro que en este momento, mi rostro tenía el mismo aspecto que el que tenían las personas dementes.

-Tranquilízate, Edward. Efectivamente, Bella ha progresado en estas dos semanas. Ha mejorado, pero no despierta. Después de la primera semana, movió una mano, bueno, los dedos de la mano. Carlisle dijo que eso ya era bastante. Y desde hace 3 días que murmura frases, pero sigue inconsciente.- Rosalie me contestó, hablando rápidamente. Parecía como si hubiera querido decirme esto desde hace tiempo. ¡Qué imbécil había sido todo este tiempo!

Pero ahora lo más importante era que Bella había hablado, y por lo que entendí, lo seguía haciendo, y se había movido.

-Tienes que ir a verla ya, Edward. Ella te necesita. Estoy, más bien, todos estamos seguros de eso. Hasta la Bella misma nos lo confirmó. La única persona que quiere a su lado es a ti.

-¿De qué hablas?- pregunté con curiosidad. Si ella no había despertado, ¿cómo pudo confirmarles que… Rosalie me interrumpió y empezó a hablar nuevamente con rapidez  con cara de explicar por enésima vez la cosa más fácil del mundo a un tarado, en este caso yo.

-Carlisle nos dijo que era buena idea hablarle. De alguna y otra forma, ella puede escucharnos. Eso nos dijo tu papá. Así que todo este tiempo nos la hemos pasado conversándole. Un día, a Emmett se le ocurrió la grandiosa idea de preguntarle que si necesitaba algo, lo cual era una estupidez, porque no nos podría responder. Pero mientras discutíamos sobre esto, ella empezó a murmurar. Todos nos callamos al instante y nos pusimos a escucharla con atención, ya que hablaba tan bajo que nos costó bastante descifrar lo que estaba diciendo. Y ahí supimos que te necesitaba solo a ti.- fruncí el ceño.

-¿Ella me llamaba?- pregunté incrédulo. Todos me miraron como si fuera un retrasado mental- Bella me llamaba. Me quería con ella.

-No te quería, te quiere con ella. No deja de llamarte desde aquel día. Y no solo dice tu nombre, sino te pide que te quedes con ella. Parece que no tiene tan buenos sueños que digamos. A veces dice: “Edward, no te vayas” o “Edward, no me dejes”, y luego llora. Le tienen que inyectar calmantes para dormirla. Charlie entra en pánico cada vez que le dan esos ataques de lágrimas. Incluso, fue él quien nos pidió, casi suplicó, que te lleváramos, pero tú no cooperabas en nada. Él pensó en venir personalmente, pero no creímos que fuera tan amable como nosotros en su intento de convencerte. Así que lo decidimos intentar… ¿Edward? Edward, ¿me estás oyendo?- dejé de escuchar la voz de Alice… ¡Idiota, idiota, idiota! Te lo dije.

-¡Edward! ¡Maldición! ¡Reacciona!- sentí cómo Rosalie me samaqueaba. La miré fijamente- Deja de mirarme con esa cara de estúpido, mueve tu maldito trasero, báñate porque no hueles muy bien que digamos, cámbiate de ropa y ve con Bella antes de que te coja de los cabellos y te arrastre hasta el hospital.- empezó a empujarme- Ok, chicos, todos vayámonos. Tienes 5 minutos, Edward, 5 minutos.- me quedé mirándola- ¿Qué haces mirándome? ¡Muévete! Si en los próximos 10 segundos, no te diriges al baño, te juro que te arrastro, Edward, te lo juro. No juegues conmigo.- la miré atónito y sin pensar más, me fui corriendo al cuarto de baño. ¡Por fin! Ya había pensado que te habías convertido en una estatua. Creo que deberías darme el control a mí, en vez de a la parte estúpido de tu cerebro, bueno, nuestro cerebro.

Me duché con rapidez. Me rasuré la crecida barba y salí como un rayo hacia mi habitación para cambiarme. Me puse lo primero que cogí, busqué las llaves de mi auto como un loco. Cuando las encontré, bajé las escaleras deslizándome por la baranda, no hacía eso desde que cumplí 15. Los chicos me esperaban y al verme pasar como alma que lleva el diablo, me siguieron. Subí a mi auto, arranqué y aceleré en primera. Jasper me seguía con los demás chicos con él. Tuve cuidado de no sobrepasarme del límite de velocidad, ya que lo que menos quería era que un oficial me detuviera. Llegué finalmente al hospital, aparqué mi auto y entré corriendo. Una vez dentro, no sabía a dónde ir. No sabía en qué habitación estaba Bella.

-230, el cuarto 230. ¡Ve!- gritó Rosalie. Corrí hacia las escaleras más cercanas. Subí los escalones de 5 en 5. Llegué algo exhausto, pero aún así seguí corriendo. Llegué a la habitación. Me detuve y respiré hondo antes de entrar. Abrí la puerta despacio. Lo primero que vi fue a mi Bella. Su semblante no era muy pálido, pero no tenía el color rojizo en sus mejillas, aquel rubor que tanto amaba. Al principio, parecía como si no respirara, pero presté más atención y me di cuenta que su respiración era algo débil.

-¿Edward?- Volteé hacia la voz. Era Reneé. Parecía que recién se había despertado. Tenía ojeras muy profundas, como cuando lloras y lloras y tus ojos terminan igual que los de Rocky después de una pelea.

-Reneé, no sabía que estabas aquí. Si quieres, puedo…- no quería irme, pero tampoco quería incomodar a la mamá de Bella- puedo volver luego…- pero me interrumpió.

-No, no, no te vayas.- corrió hacia mí y me cogió una mano. Me arrastró con ella y me hizo sentar en el sofá que estaba al costado de la cama de Bella- Yo quería disculparme por lo que sucedió aquel día en que mi esposo y yo te vimos por primera vez aquí. Nosotros nos dejamos llevar por la ira que sentíamos. Estábamos desesperados. Cuando Alice llamó a mi casa para informarme del accidente de Bella, me desesperé y se lo dije a Charlie casi gritándoselo. Cuando salimos, una vecina fue a nuestro encuentro y nos dijo que su hijo le había llamado diciéndole que había sucedido un tiroteo en el baile de graduación y que había visto cómo llevaban a Bella en una ambulancia y que ella no dejaba de temblar. Sentí que  me iba a morir en ese instante. Charlie se puso como loco y gritándome me ordenó que me subiera al coche patrulla. Condujo como un demonio y cuando llegamos no pudimos controlar la ira que sentimos cuando te vimos. Pensamos que nos habías mentido, que te habías descuidado de ella, que la habías dejado sola, incluso que en vez de protegerla, la habías dejado. Ya cuando salimos después de verla, Alice junto a tu madre, nos explicó cómo habían sucedido las cosas. Incluso, tu hermana se declaraba culpable por lo que había sucedido, ya que nos dijo que ella te había separado de Bella. Comprendimos tarde que no habías podido evitarlo y que casi te hieren de no haber sido por Emmett.- hablaba tan rápido que tuve que prestar mucha atención para entenderla- Disculpa nuestro comportamiento, Edward. En verdad, Charlie y yo lo sentimos muchísimo. No queríamos dejarte en ese estado tan deplorable en el que te encontrabas. Y nos sentimos aún peor cuando Bella empezó a llamarte para luego llorar y descontrolarse.- algunas lágrimas bajaron por sus mejillas- Estoy más tranquila ahora que estás aquí. Ya no sabía qué hacer para traerte. Mi hija te necesitaba y yo no podía hacer nada. Muchas gracias por haber venido hoy. Estaba decidida a ir a suplicarte para que vengas… en verdad, te agradezco mucho que…- la interrumpí. No era ella quien tenía que agradecer.

-No tiene nada que agradecer, Reneé. Yo tengo que darle las gracias por aceptarme. Si yo hubiera sido el padre de Bella, hubiera reaccionado igual o peor que usted y Charlie hicieron. Y a pesar de lo que todos piensen, nunca dejaré de sentirme culpable por lo que sucedió. Aún me siento culpable, fue por eso que me sumí en un mundo irreal, donde mi sufrimiento me consumía. No era consciente de nada de lo que estaba sucediendo en el mundo real. Me encerré en el dolor que estaba sintiendo aislándome de todo y de todos. Fui realmente un perfecto idiota y lo siento mucho. Debí haber estado aquí cuando Bella se movió por primera vez o cuando habló. Pero en vez de eso, estuve más preocupado en lo que yo estaba sintiendo y me dejé vencer por toda esa carga, dejé que me aplastara. Gracias a Dios, tengo los mejores amigos del mundo, que me ayudaron a salir de ese estado tan patético en el que me encontraba. Y, para serle sincero, me preocupaba que usted y Charlie no me permitieran estar mucho tiempo con Bella…

-No, no. Te equivocas. Estoy muy contenta de que estés aquí.- soltó mi mano que tenía agarrada e hizo ademán de pararse- Quédate todo el tiempo que quieras… Ahora, bueno, uhm voy a… ya sabes, a la cafetería para… bah, ¿no tengo que darte excusas tontas, verdad? Vuelvo en un momento, quiero darte privacidad, ya sabes…- me sorprendí cuando me guiñó. No pensé que fuese tan fácil. Salió de la habitación y por fin pude estar a solas con Bella. Ella respiraba acompasadamente, como si de verdad solo estuviera durmiendo. Vi su angelical rostro por no sé cuánto tiempo. Le pedía perdón, le tomaba la mano, se la acariciaba, besaba. Le decía cuánto la amaba y le rogaba que despertara. Ella podía escucharme. Estaba seguro. Me acerqué más y le deposité un beso en la mejilla. No solté su mano en ningún momento. Cuando le estaba dando un largo beso en la frente, su mano apretó la mía.

-¿Bella? Bella, amor, ¿puedes escucharme verdad? Aquí estoy, amor, a tu lado. Despierta, cariño, te necesito tanto. Necesito escuchar de tus labios que me perdonas por el daño que te he causado, que me digas que a pesar de todo seguiremos juntos, que no dejaremos que nada ni nadie nos separe como habíamos prometido. Amor, amor, respóndeme. Sé que puedes hacerlo. Háblame, Bella.- Seguí hablándole, pero no conseguí respuesta.

A las 2 pm, mi madre llegó con comida para mí. Intentó que Bella dé otra señal, pero tampoco lo consiguió. Ya por la noche, estábamos Charlie, Reneé y yo en la habitación. Por ningún motivo me separé de Bella. Mi mano seguía cogiendo la suya.

-Edward, ya van a ser las 8 pm, a esa hora acaban las visitas. Supongo que lo sabes.- me dijo Charlie. Desde que llegó, no me había tratado con desprecio o me había lanzado miradas de odio. Tan solo no mencionaba el tema por ningún motivo y cuando Reneé sacaba el tema a colación, Charlie hablaba de otra cosa. Así, pasamos hablando de trivialidades y de acontecimientos de la niñez de Bella, lo cual me divirtió sobremanera.

-Sí, lo sé, Señor Swan. Pero no pienso irme. Una vez pude quedarme y ahora también lo haré. No estoy dispuesto a moverme de aquí si no es con Bella.

-Pero, no creo que puedas. Yo lo intenté, y mira que soy su madre, pero por más que rogué, no conseguí nada.

-Pues créame que yo sí lo conseguiré. Haré lo que sea y nadie podrá hacerme cambiar de opinión. Ni siquiera mi padre.- la puerta se abrió.

-¿Yo qué?- dijo apenas entró Carlisle.

-Ah, qué bueno que estás aquí. Les decía a los señores Swan que no me moveré de aquí a menos que lleve a Bella conmigo. Y que ni siquiera tú podrás sacarme.- me miró reprobatoriamente.

-Hijo, sabes que nadie puede quedarse cuando se trata de casos serios como este. Bella no tiene una pierna rota o contusiones en la cabeza o cosas por el estilo. Ella está en coma y en esos casos, nadie puede quedarse con el paciente.

-Pues no me importa, padre. Si quieres tráeme al director del hospital o a la policía o al FBI. Me da igual. Nadie me sacará. Además, puedes hacer algo. No sé, habla con alguien y dile que no me iré de aquí. Pide permiso a alguien o lo que sea. Y, debo agregar, si no te dan el permiso, me quedaré de igual manera, pues me importa un reverendo pepino lo que piensen los demás. - me enterqué y aferré más la mano de Bella. Carlisle suspiró para luego decir.

-Está bien. Hablaré con el director, pero no te aseguro nada, Edward.

-Papá, por favor. Perdí demasiado tiempo estando en un estado del cual no me siento orgulloso. Necesito estar con ella. Quiero estar con ella. No me separes de Bella. Además, no le haré daño si me quedo. Por favor, Carlisle, haz todo lo posible para que me quede.

-Prometo que lo haré, hijo; pero sabes que no todos son tan comprensibles como yo lo soy en estos casos.- Asentí en silencio. Mi padre revisó a Bella y luego se marchó despidiéndose de todos. Charlie había tenido la mirada perdida durante la conversación con mi padre, mientras que Reneé tenía lágrimas en los ojos. No les dije nada, pero una vez el reloj marcó las 8 pm y una enfermera nos avisó que las visitas habían terminado, me puse de pie, después de soltar la mano de Bella, lo cual me llenó de un vacío tremendo.

-Bueno, nosotros ya nos retiramos.- dijo Charlie.

-Sí, no se preocupe, como dije antes, así venga el FBI no saldré de aquí. Pero, antes de que se vaya… señor Swan, yo sé que lo defraudé, y por eso quiero pedirle disculpas- hizo ademán de protestar, pero lo detuve-… también, sé que mi familia, mis amigos, y según lo que me dijo la señora Reneé, ustedes también, no me culpan de lo ocurrido; pero aún así, yo me siento responsable de todo esto. Por ello, quiero y voy a remediarlo. No sé si alguna vez usted o la señora Reneé puedan volver a confiar en mí como lo hacían antes, pero de algo sí quisiera que estén seguros. Yo amo a Bella más que a nadie en este mundo. Prefiero mil veces sufrir a verla así de nuevo. Me siento como una basura ahora mismo, por haber dejado que esto sucediera. Yo debería estar en esa cama y no ella. No se lo merece. Por eso, cuando vine, estaba preparado para recibir cualquier cosa por parte de ustedes… lo hubiera comprendido. Si yo estuviera en su lugar, hubiera estado más que furibundo… Pero, contrario a todo, me dejaron acompañarla y el hecho de que ahora me permitan quedarme con ella es… no saben cuánto se los agradezco. Me hubiera vuelto loco si pasaba un segundo más alejado de Bella. Les juro que esto que me están dando, no lo desperdiciaré. Aprecio con todo mi ser esta nueva oportunidad que hoy me es dada y les prometo que no los volveré a defraudar. Se los juro.

Reneé se me acercó sin soltar la mano de Charlie, que tenía cogida desde que se pararon, y me habló.

-No es necesario que nos des las gracias. Más bien, debería ser lo inverso. Tanto Charlie como yo sabemos lo que Bella significa para ti. No te voy a mentir; en el fondo de mi ser, una parte de mí me dice que tú eres el culpable de lo que le hicieron a Bella, pero es solo eso. Quiero encontrar un culpable, ya que no sé quién fue el o los que le hicieron esta atrocidad a mi hija. Tú no eres el responsable de esto. Estoy segura, ahora lo estoy, de que si tú hubieras estado con ella en el momento en que sucedió el accidente, hubieras hecho hasta lo imposible porque no la dañaran; pero las cosas no fueron así, e incluso si Charlie o yo misma hubiéramos estado presentes, tampoco hubiéramos podido hacer nada. No tienes la culpa de nada, Edward. Charlie y yo hemos hablado de esto y si te permitimos quedarte con Bella es porque sabemos, confiamos, en que tú amas a nuestra hija y que ambos se necesitan. Si eso no fuera así, tú no estarías aquí. Ni siquiera te importaría si Bella se movió o habló o se despertó del coma. Somos nosotros los que te agradecemos, Edward. Y espero que a partir de este momento, no te atasques en el “hubiera” porque las cosas ya sucedieron y tenemos que seguir adelante.- sus ojos fueron volviéndose cristalinos- Sé que mi hija se recuperará y contigo a su lado, será más pronto. Tengo fe en ello. Así que, quiero pedirte que me prometas algo. Aquí y ahora.

-Lo que sea.

-Promete que ya no mirarás atrás, sino más bien lo que vendrá. Porque lo más importante ahora es el futuro. No puedes cambiar el pasado, pero puedes construir el futuro. Promételo.- esto sería difícil, ya que no se puede olvidar una cosa como esa así como así, pero ella tiene razón. Lo más importante es el mañana.

-Lo prometo.- les dije solemnemente.

Reneé me sonrió pero no dijo nada. La habitación quedó en silencio. Reneé esperaba algo, pero no sabía qué. De pronto, le dio un codazo discreto a Charlie y este carraspeó para luego hablar.

-Bueno, no sé qué más decir. Todo fue dicho por Reneé.- me miró fijamente- Eres un buen muchacho, Edward. Eres aún mejor que el tipo de hombre que alguna vez había querido para mi Bella. Una vez te confié a mi hija y, después de todo lo que he visto, lo volvería hacer sin dudar. Créeme que de no ser así, no la estarías contando.- le di una sonrisa nerviosa, pero me recompuse- Lo estás haciendo muy bien, Edward, y espero que eso nunca cambie.

-Bien, creo que ahora sí todo está dicho. Los dejamos. Nos vemos mañana.- se volvieron y desaparecieron por la puerta.

Nuevamente solos.

Junté lo más que pude el sofá a la cama de Bella, acomodé los cojines y me acosté. Cogí la mano de Bella y apagué las luces para poder descansar.

-Buenas noches, mi Bella. Te amo.- le di un suave y corto beso en los labios y me recosté en el sofá.

Soñaba en un tiempo algo lejano. Bella y yo estábamos cogidos de la mano caminando por un extenso campo. Ella estaba más hermosa que nunca con un ligero vestido veraniego. Ambos teníamos un anillo en nuestro dedo anular derecho y ella tenía su vientre un poco abultado. Más adelante, iba corriendo una bella niña de cabellos iguales a los míos y de piel blanca que parecía resplandecer con los rayos del sol. Bella se detuvo y me encaró con una hermosa sonrisa. Aún unidas nuestras manos, nos besamos con amor. La tomé de la cintura y me acerqué más a ella. De pronto sentí cómo su mano apretaba dolorosamente la mía. Me separé de ella cautelosamente y vi en su rostro el pánico. Apretaba más y más mi mano y susurraba mi nombre. No sabía qué hacer. Quise ir por ayuda, pero ella me detuvo.

-Edward, no…

Me levanté aturdido por mi sueño. Tenía sobre mí una manta. Seguramente, mi padre me la había traído. En ese momento, sentí cómo mi mano era presionada como en mis sueños. Volteé rápidamente hacia Bella. Su respiración era algo agitada y vi cómo lágrimas caían por sus mejillas. Me acerqué más a ella y traté de consolarla. Fue cuando la oí.

-Edward… no… te vayas…- susurraba con un deje de desesperación en su voz.

-Shh…aquí estoy, amor, no me iré. Te lo juro.- le besé la frente por largo tiempo- Shh, tranquila. Aquí estoy.- fue calmándose poco a poco. Al final, suspiró y volvió a quedar inconsciente.

Lo mismo se repitió durante lo que quedó de la semana. Mis días se habían vuelto una rutina. Mis amigos y Alice venían todos los días y todos conversaban a Bella. Le contaban lo que sucedía y Alice le describía minuciosamente los vestidos que había comprado. Por otro lado, Emmett le contaba chistes. Era algo estúpido, pero nadie podía detenerlo. Algunos eran buenos, pero otros… sin comentarios. Cuando nos cansábamos de oírlo, Rosalie se acercaba a él y le decía que quería ir a comprar algo a la cafetería. Ella y mi amigo ahora eran novios. Estaba feliz por él. Al fin y al cabo, todas sus noches en vela pensando en ella, no fueron en vano. Jasper hablaba poco. Solo comentaba algunas cosas que pasaban en las noticias, pero eso era todo. Por otro lado, mis suegros, cada día, venían con más entusiasmo a ver a Bella. Charlie me ponía al tanto de los juegos de béisbol que me estaba perdiendo, mientras Reneé le hablaba a Bella. Ya en 3 ocasiones, Bella había susurrado “mamá”, lo cual emocionaba a Reneé. Mi papá nos decía que mi Bella estaba progresando bastante, y eso me hacía sentir una dicha indescriptible.

Ya tenía un mes en esta habitación y Bella aún no despertaba. Esperaba ansioso que reaccionara, pero parecía que mientras más lo deseaba, ese momento se retrasaba más. Era viernes. Me encontraba solo con Bella. Tenía una de sus manos entre las mías. No me cansaba de mirarla en todo momento. Había memorizado cada peca, cada rasgo de su hermoso rostro. Estaba seguro que sería capaz de dibujarla con tal precisión que todos quedarían impresionados, teniendo en cuenta que no era buen dibujante que digamos.

De pronto, sentí que Bella movía sus dedos, como iba haciendo todo este tiempo. Quité una de mis manos y aferré la otra a la suya. Suspiró y eso me hizo mirarla con mucha atención. Tal vez, hoy diría otra cosa. Otra frase. Otra palabra.

-Edward…

-Aquí estoy, amor.- acaricié su mejilla con mi otra mano y me quedé helado cuando ella hizo un pequeño movimiento en su rostro, como si se hubiera percatado de mi toque.- Bella, Bella, amor, ¿me oyes?

Sus labios temblaron levemente. Me quedé como una estatua, sin poder pronunciar palabra. Sus párpados se movieron y se empezaron a abrir con lentitud. Sentía que mi corazón iba a estallar en cualquier momento por lo que estaba aconteciendo. Por fin, Bella estaba reaccionando. Estaba despertando. Abrió totalmente los ojos, pero los volvió a cerrar. Está acostumbrando su vista a la luz, pensé.

Me vio y lo primero que hizo fue fruncir el ceño. Yo me quedé contemplándola como un estúpido. Apretó sus labios y bajó su mirada a nuestras manos. De repente quitó la suya y la alejó de mi agarre. Volvió a mirarme fijamente.

-¿Qué…? ¿Quién… eres tú?- La sangre huyó de mi rostro. No.


Holaaaaaaaaaaa chicas... aki stoy de vuelta, aprovechando este tiempecito libre... espero k les haya gustado el cap... k dicen?? cómo está yendo???... espero k sté siendo de su agrado.... bueno, kería agradecer el apoyo de todas uds... se k hay un montón de lectoras fantasmas, y aunk me encantaría k dieran señales de vida, pz de igual manera me da mucho gusto k estén leyendo el fic... tanto así k ya esté posicionado en la pag 25... muuuuuchas muchas gracias!!! en serio... les agradezco a las chicas k dejan rr sus palabras y sus consejos y todo, en verdad k me ayudan mucho... yyy marie, kriss... ya stoy leyendo sus fics... al menos el de marie k tiene caps bien cortitos... ya sabrán de mí en estos días... weno, me despido chicas, nos leemos pronto pronto okz... uds díganm y puedo dejarles el cap antes... ooo en todo caso les aconsejo k pongan el fic en mis favoritos para k puedan enterarse cuando actualizo.... ahhh por siaca, les dejo mi hotmail y mi facebook, para cualkier contacto o consulta k me kieran hacer...

hotmail: lyane_033_m_@hotmail.com

facebook: facebook.com/lyh.matos

okz, nos leemos prontito byeeeeeeeeeeeeeee

 

Lyhaane.

Capítulo 8: CHAPTER 8 Capítulo 10: CHAPTER 10

 
14671855 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10906 usuarios