Algún lugar de Alaska.
Pov: Demetri.
Yo le había dicho a Jane que salvar a esa chica había sido el peor error de mi vida pero no podía seguir tratando de de engañarme, a decir verdad salvar a esa chica de aquel oso era lo mejor que podía haberme pasado en la vida, ella me había devuelto a la vida, me había llenado de ilusiones y de esperanza, aunque yo sabía que era incorrecto tomar algo que naturalmente no me pertenecía pero yo estaba dispuesto a cambiar de vida, dejaría de ligarme a todas las chicas del instituto, haría cualquier cosa por ella, incluso si ella me pidiera dejar a mi familia lo haría, haría todo por ella.
Yo sabía bien que era lo que me llevaba a ser así, y era que su sangre me llamaba y cantaba para mí, así es Carol McCarty era mi cantante, y a pesar de que su sangre me llamaba a bebérmela mi cabeza me indicaba que si ella pereciera yo también me iría detrás de ella sin importarme nada más.
Seguía pensando en todo lo que era capaz de hacer por Carol y todo lo que ella y su sangre causaban en mí, de pronto sonó mi móvil y en la pantalla apareció un número que yo ya conocía muy bien, era Jane, mi hermana y confidente, mi mejor amiga y por supuesto mi mejor aliada.
-¿Que pasa Jane?, ¿has averiguado algo?, ¿te has hecho su amiga?, ¿se han hecho confidentes?, ¿han tenido pijamadas?, Jane respóndeme-
-Demi si hablas tan aprisa me es imposible responderte una sola de tus preguntas-
-Ok discúlpame-
-Si he averiguado, digo no es mucho pero algo es algo, su madre acaba de morir hace poco más de un mes, ya somos amigas y de las buenas, tenemos mucho en común, si, también nos hemos hecho confidentes y por último aún no tenemos ninguna pijamada-
-Oh Jane hermana eres la mejor me has hecho el hombre más feliz del mundo-
-Demetri te tengo dos malas noticias-
-Vaya ya decía yo que esto era demasiado bueno para ser verdad cariño, habla dime ¿qué ha pasado?-
-Jessica Stanley tu última conquista no para de venir a la casa y preguntar cuando volverás la verdad yo ya me harté de responderle que no lo sé, pero ella no se cansa de venir incluso viene por las noches, sospecha que te escondes de ella-
-No te preocupes Jane ya hallaré la manera de zafarnos de ella, y ¿cuál es la otra mala noticia?-
-Demetri Carol está saliendo con el perro ese, Paul-
-¿Qué? pero ¿cómo es eso posible?, ¿por qué se lo has permitido?, Jane tú sabes que los perros esos son peligrosos, debes separarla de él-
-Demetri traté de hacerlo pero yo creo que ella está enamorada de él, y contra eso tu sabes que yo no puedo hacer nada-inmediatamente colgué el teléfono y lo apagué, las palabras hacían eco en mi cabeza “creo que ella está enamorada de él”, justo en esas siete palabras mi mundo se había derrumbado, justo con esa frase se habían acabado mis ilusiones y mis esperanzas, volvería pero volvería a casa y sería el mismo Demetri de siempre y aunque mi ser le perteneciera jamás se lo dejaría saber, no sería yo quien se interpusiera en su felicidad, y si el perro la hacía feliz no había nada más que hacer que estar pendiente de que él no la dañara, pero como la hiriera se las vería conmigo, le arrancaría su asquerosa cabeza peluda.
Ahora solo me quedaba preparar mi maleta y volver con la cabeza alta y que ella jamás se enterara de mis sentimientos, la dejaría ser feliz y yo seguiría mi vida de antes, como si esto jamás hubiera pasado, pero ¿cómo podría verla y evitar que todo mi mundo diera un vuelco?, sería difícil y era el precio que tenía que pagar por fijarme en alguien que no era para mí, en alguien que a decir verdad estaba prohíbida, que era inmirable e intocable, ¿sería que yo estaba destinado a sufrir?, ¿a no encontrar el verdadero amor jamás?, esa era una pregunta que jamás podría responderme.
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