Pov Gianna.
Pude sentir los primeros rayos de sol que entraban por mi ventana; hoy era un día soleado; un día limpio.
Tenía la intención de levantarme y poder vivir y disfrutar de un nuevo día; pero algo me lo impidió; mis ojos captaron al más bello ser que podía existir en este mundo.
Me quede parada en mitad de la cama; admirando su maravilloso rostro. Quería hablarle, acariciarle... pero algo me lo impedía; mi mente no reaccionaba.
- Hola Gianna - dijo con una pícara sonrisa
Quería contestarle; pero mi voz estaba apagada, sin vida.
Agilmente este se acerco a mi cama y se recostó a mi lado, tenerle cerca era un privilegio, era un sueño; ya no existía ese amargo dolor en mi pecho, no habia vacío en el.
Este abrió su boca haciendo que su maravilloso aliento chocara en mi frágil rostro; era un aroma tentador y gratificante.
- No tengas miedo, no te alejes de mi; solo dime lo que sientes por mi y estaré contigo el resto de mi vida
Y dicho esto me dio un tierno beso en los labios; sus labios eran el paraiso; dulces; angelicales; llenos de pasión y de ternura.
No quería despertar de este sueño, no lo quería hacer, tenía miedo de abrir los ojos y encontrarme con la dura realidad, en la cual el me ignoraba; en la cual me dolía su desprecio, en la cual... y en ese momento lo hice, abrí los ojos y el ya no estaba a mi lado; aunque todavía seguía su aroma presente en mis sábanas.
Por fin las palabras empezaron a nacer y lo único que dije fue...
- Demetri
Y definitivamente abrí de nuevo los ojos; solo había sido un sueño.
Me incorpore de la cama bastante confusa; hoy no había tenido ese sueño que tanto me atormentaba, en el cual el era inalcanzable; sin embargo este había sido tan real... empece a recorrer con mi mirada mi habitación, ¿que hacía yo aqui?lo último que recuerdo fue el beso de Aro y sus palabras... y entonces le vi, era Demetri. Estaba recostado contra una pared, lo más lejos de mi, su semblante era serio, pero en el había una pizca de preocupación y de confusión, por un breve tiempo me le quede mirando; el era tan hermoso, tan... no había palabras para describirle. En ese momento empezaron a llegarme varias preguntas de las cuales no tenía ninguna respuesta.
- Demetri, ¿que haces aqui? ¿como llegue aqui? - pregunte confundida
- Ordenes de Aro; el me pidio que me quedase contigo hasta que despertases. Te desmayaste en la gran sala
Lástima; el no estaba aqui porque quería; solo eran ordenes de Aro, lo que hubiese dado por querer que el estuviese aqui por su propia voluntad
- ¿Te encuentras bien; sabes por que te desmayaste, que te ocurrio para que pasase eso?
Sus preguntas me sorprendieron, el estaba preocupado por mi, me sentía halagada
- No lo sé, lo de Aro me aturdió y luego...
En ese instante vi el rostro de Santiago en mi mente; vi mi sueño, en el que días anteriores el era inalcanzable... mi cabeza me decía que me tenía que alejar de el; yo no quería hacerlo, pero era como una orden que no podía discutir.
- Gracias Demetri por traerme, pero quiero estar sola - dije con un profundo nudo en mi corazón, no queria alejarme de el; pero lo tenía que hacer.
Sin decir nada este salió por la ventana; el ni siquiera se había despedido, no si quiera vi desilusión en su rostro cuando le dije eso.
- Inalcanzable - dije para mi misma.
El no era para mi; el nunca se podría fijar en una simple humana.
Fui directa hacia la ducha; quería despejarme; aclarar mis ideas; mi cabeza me decía una cosa y mi corazón otra; ¿por que la vida tenía que ser tan dificil? yo le quería, queria tenerle entre mis brazos; queria que mi sueño fuese real; lo quería todo de el, pero era imposible; había algo de mi que me decía que no, y cuando decía que no el rostro de Santiago se me aparecía... el era mi mejor amigo; le tenía cariño, pero nada más, ¿no?
Esta semana sería muy dura para mi, ya que no le tendría a mi lado y tendría que convivir con Demetri, de nuevo vendrían las malas miradas, los desprecios... intente sacarme esa idea de la cabeza, tenía que olvidarme del todo; puede ser que yo perteneciese a ese mundo sobrenatural; pero no podía involucrarme demasiado en el, ya que eso me haría daño.
Los minutos pasaban, las horas tambien y en mi corazón había un vacío. Me gustaría dejar mi mente en blanco y olvidarme de todo.
Aunque era algo temprano decidi meterme en la cama y descansar; hoy había sido un día duro.
Oscuridad. Solo veía oscuridad.
Sabía que esto era un simple sueño, pero era un sueño aterrador. En ese momento sentí como mi corazón daba un vuelco y de el se apoderaba el abrasador hielo. Mi corazón dejo de latir ante esto, pero yo seguía con vida; ¿por que sería? si tu corazón deja de latir... estas muerta, ¿no?
De repente ante mi aparecieron dos sombras, no podía identificarlas. Pero algo dentro de mi, algo como el hielo que retenía a mi corazón las conocía.
No se lo que paso en ese momento, pero esas dos sombras iniciaron una pelea.
Un alarido de dolor salió de mi pecho, sentí como mi corazón se partía en mil pedazos, y con el, el hielo.
Algo me decía que esa lucha era por mi culpa; el devastador hielo se fundió con mi corazón haciendo que regresara.
Desperté con un gritó ahogado; estaba empapada en sudor, notaba como mi corazón iba a mil por hora. Sentía un fuerte dolor en mi pecho, por inercia lleve una mano hasta mi pecho y sentí un escalofrío. Aparte la mano inmediatamente, asustada.
Mire el reloj y me di cuenta de que me había dormido, solo faltaban quince minutos para entrar a trabajar.
Me levante rápidamente y torpemente de la cama y fui directa a cambiarme; no me di cuenta si mi ropa y mi pelo conjuntaban a la perfección, daba igual, ya que nadie se fijaría en mi.
Salí apresurada de mi casa; no quería llegar tarde; de siempre había sido bastante puntual; y no me gustaría romper esa tradición.
Pasaron unos pocos minutos y ya me encontraba en el castillo; solo me había retrasado cinco minutos.
- Ni tan mal... - dije mientras supiraba y me sentaba en mi puesto de trabajo
De entre la nada apareció Demetri, quería evitar que mi corazón diese un vuelvo, ignorarle, pero sucedió todo lo contrario. Mi corazón empezó a latir descontroladamente, mi respiración aumento; ¿por que me tenía que pasar esto cada vez que le veía? Esperaba otra reacción de el... cuando paso por mi lado de su rostro nació una maravillosa sonrisa; su gesto me sorprendio, pero a la vez me encantó.
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