Bien, aquí estamos en mi apartamento, ella se quedó dormida casi llegando y ahora está en mi cama.

Me puse a hervir agua y leche, iba a hacer café para mí, y leche con chocolate para ella. Mientras eso pasaba, preparaba la mezcla para los ricos panquecillos que le prepararía. Huevos, leche, mantequilla, aceite, etc.

Estaba batiendo la mezcla cuando oí un grito desde la recamara.

-MAMAAAAAAAAAÁ.

Fui corriendo y ahí estaba Renesmee llorando.

-No te preocupes, ya estoy aquí, Renesmee, ya estoy aquí-dije mientras la mecía en mi regazo.

Tiempo después caí en la cuenta. Ella había llorado por su mamá y yo prácticamente le decía que era su mamá, esto no podía seguir así, iba a hablar con Edward sobre ciertas cosas.

-Gracias, Bella, yo quiero que tú seas mi mamita, que no me abandones.

-No, mi nena, yo estaré aquí siempre que tú quieras, de una forma u otra pero estaré contigo.

-Bella, ¿Te…Te…Puedo…Decir mamá?-preguntó en un susurro confidente.

Eso hizo que mi corazón comenzara a latir fuerte y recio.

-Renesmee-gemí-Yo no soy tu mamá, nena linda-dije llorando-Y aunque quisiera no podría…

-Por favor, Bella, yo quiero ser tu hija-lloriqueó la nena hermosa.

-Es que… Tú tampoco eres mi hija… Te aseguro que a Tanya…

-No… Esa señora es mala-tembló miedosa.

-Pero… Es tu mamá…

-No, esa señora una vez me dijo que…

Unas tocadas furiosas a la puerta interrumpieron y acosté de nuevo a Nessie.

-Quédate aquí, nena-dije dándole un beso en la mejilla-YA VOY-grité a la persona de la entrada.

Cuando la abrí, estaba un Edward encolerizado.

-¿CÓMO SE TE OCURRE SACAR ASÍ DE LA CASA A MI HIJA?-me gritó con las facciones contraídas.

-Yo…-estaba nerviosa-Pásale-dije haciéndome a un lado. Pasó y esperaba la respuesta-primero, cuando vuelvas a gritar, no lo hagas, sólo habla. Y si la traje aquí, fue porque tu casa está más que encerrada, ese no es el ambiente para una niña.

Mi apartamento era todo lo contrario, tenía colores rosas, azules, amarillos y blancos, todo muy claro. En la recámara tenía estampados de castillos, caballos, entre otras cosas para sentirse como princesa, quería que mi hija se sintiera cómoda y si ahí se dormiría, ¿por qué no ponerle cosas infantiles?

-Tú no eres nadie para decidir por ella-siseó bajito.

-No soy nadie, pero la quiero como si fuera mi hija-en ese instante me asusté por la verdad de mis palabras.

-Pero no lo es. Además… No sabes lo que es querer a una hija…

En ese momento yo me encontraba llorando por mi hija más que por otra cosa.

-Ya lo sé-gemí con dolor.

Edward me abrazó fuerte y, aunque eso me sorprendió, no pude hacer otra cosa más que responderle aquel dulce gesto.

Nos estuvimos abrazados mucho tiempo hasta que mis sollozos fueron calmados.

-Bueno, ¿qué hora es?-pregunté secándome las lágrimas.

-Son las cuatro y media.

-Creí que salías a las cinco-dije yendo a la habitación para encontrarme con una niña dormidita en mi cama.

Regresé e hice señas de que se sentara a mi lado en el sillón.

-Sí, pero… Hoy no hubo muchos pacientes y… Salí antes-dijo encogiéndose de hombros.

-Oh… Edward, quiero hacerte unas preguntas que hay en mi mente desde ayer-dije ruborizada.

-Claro, hazlas.

-¿Por… Por qué le pusiste Renesmee a tu hija?-dije con una lágrima silenciosa que rápido quité.

-Yo…-estaba nervioso-Es que…

Como no decidía contestar, me adelanté yo.

-¿No se te ocurrió que yo lo quisiera usar para algo más?

-Sus ojos me recordaron a ti-soltó veloz.

-Já, já, tú no me querías como habías dicho miles de veces, Edward, ¿por qué te acordarías de mí?-gruñí enojada.

-Es que… Son marrones chocolate y… ¿No tienes otra pregunta?

-¿Qué pasó con Tanya?-susurré.

-Se fue con su esposo al año de nacer Renesmee y…

-¿Esposo?-pregunté confundida.

-Sí, es que… Nosotros jamás nos casamos.

-Ah…

Si él la amaba debió de haberle dolido mucho, así que mejor me disculpaba por haberla metido en el tema.

-Siento hacerte recordar…

-No-dijo sonriendo-no es nada… Bella-ay, no, iba a hablar otra vez del pasado-Yo… ¿quieres salir a cenar hoy?

Creo que ya cambió de rumbo de conversación o yo me equivoqué.

-Yo…

-¿Por favor?

-Está bien-susurré.

El celular de Edward timbró y contestó sin ver quién era.

-Edward… ¿Ya la invitaste?-se oyó la voz de Alice.

Lo miré con una ceja levantada. Todo eso ya lo tenían planeado.

-Sí, Alice, de hecho, te está escuchando…

-No importa, dile que pasaré por ella en diez minutos, tú llévate a Nessie y explícale que saldrás con Bella. Y no te quiero ver en cuanto llegue.

Sin más, cortó la llamada y Edward y yo seguíamos aun en shock.

-Bueno, me llevaré a mi nena porque si no, el duende me mata si sigo aquí-dijo riendo.

Se fue y apenas me dio tiempo de guardar la mezcla olvidada que había preparado y el agua y leche  taparlos.

-Pero, Alice, no sé que me…

-No te preocupes, Bella, ya tengo todo listo, tú sólo relájate y ya.

Las siguientes dos horas, las pasé en casa de Alice y mi hermano, Alice parecía un  chapulín haciendo aquí y allá, me maquillaba, me peinaba y al último me vistió.

Me vi rápidamente vestida con un hermoso vestido color azul cielo, con escote en ''v'' y tirantes gruesos en los hombros, me llegaba hasta la rodilla y estaba ajustado en la cintura y parte superior.

Tenía pequeñas joyitas bordeando el escote y la parte de la cintura, eran de diferentes tonos azules, pero igual me veía bien. Me peinó con la mitad de cabello recogido y lo demás en rizos elegantes.

El maquillaje eran tonos azules y muy leves.

-Guau, Bella, estás muy hermosa-dijo mi hermano que venía entrando.

-Gracias, Jazz-le dije sonrosada-Aunque Alice se excedió.

-Claro que yo nunca, jamás, me he excedido con algo o alguien-dijo Alice que venía entrando.

-Está bien, está bien-dije levantando las manos en señal de rendimiento-quedé perfecta-dije de verdad.

-Eso ya lo sé, tonta Bella.

Nos quedamos todos en silencio, Alice veía mi cuello como en busca de algo, Jasper veía a Alice con confusión y yo veía todo mi alrededor.

-Ya sé-exclamó Alice de repente.

-¿Qué?-pregunté alarmada pero ella ya estaba colgada de su teléfono.

-Sí, Edward… A Nessie… Pásamela… Hola, princesa… No, todo está bien… Ay, sí, ella está muy hermosa… Ya lo sé… No… Ay, por favor, tráelo… Es para ella… Le quedará hermoso… Como guante ajustado-eso ya se estaba poniendo raro-Claro, nena… Los espero… Adiós, hermosa.

-¿Qué fue todo eso, Alice?-preguntó Jazz desconcertado, y se lo agradecí, internamente, ya que yo seguía sin entender nada.

-Es sólo que Nessie…

-Renesmee-corregí, aunque no sé por qué.

-Sí, ella tiene algo, un collar hermoso de tonos azules, que combinará perfecto en Bella.

Yo me quedé como signo de interrogación, y uno muy grande.

Repasé todas las joyas que yo había tenido con cosas azules, que eran la gran mayoría, ya que Edward me regalaba muchas cosas, y casi todas azules, a él le encantaba la forma en que ese color combinaba con mi piel pálida y traslúcida. Entonces a mi mente llegó una hermosa joyita, me la había dado mi mamá días antes de su muerte, que le dí a una enfermera de las que me atendió el día que nació mi niña, y se la dí precisamente para que se la colocara a mi hermosa nena, era un pequeño collar, aunque grande para ella en ese entonces, rodeado con perlitas blancas y zafiros azules, con un colguije de tonos platas y azules que era una gran ''B'' para que no olvidara mi inicial. Bella, eso significaba…

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Oh, perdónenme por no haber subido en... ¿Qué? ¿Un mes?, bueno, mucho tiempo... Pero es que en este tiempo me han encargado horriblemente tarea... Pero aquí lo tienen ya. Prometo que haré todo lo posible por subir al menos do capítulos a la semana...

:)

Besos...                                         

                                                                                *fenanda*