Un Amor Imposible

Autor: mari584
Género: Romance
Fecha Creación: 27/01/2010
Fecha Actualización: 15/02/2010
Finalizado: SI
Votos: 45
Comentarios: 148
Visitas: 171256
Capítulos: 26

Después de seis meses de que Edward la abandonó, el primer día del mes de Marzo, Bella ve el Volvo en la escuela. Ahí se encuentra Edward, pero de la mano de otra persona ¿Qué hará Bella? ¿Cómo podrá sobrevivir?.

Chicas este es una nueva historia, aquí sufrirán de todo jejejejeje, mas que todo le doy las gracias a Mommy's Bad Girl por esta magnifica historia..! ;)

Espero que lo disfruten..! ;)

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Capítulo 8: ¿Y luego..?

-Isabella Marie Swan ábreme la puerta ahora mismo o la derribare, y bien sabes que si puedo- Chillo Alice.

-Alice- Gemí- Ya voy.

Me levante a trompicones y abrí la puerta, para después regresarme casi corriendo a mi cama y taparme con las cobijas.

-Vamos señorita- Alice comenzó a saltar en mi cama- Levántate ya que se nos hace tarde.

-No- Gemí- Cinco minutos mas.

-A-HO-RA- me quito las cobijas y me cargo para llevarme al baño.

-Esta bien, esta bien, ya comprendí, ahora ¿Podrías bajarme por favor?

-Claro- Me dejo caer de sentonaso en la taza del baño.

-Ouch- Gemí.

-Oh lo siento Bell`s.

Abrió la llave de la tina del baño y saco su celular, mando un rápido mensaje de texto mirándome de reojo y luego se rió.

-¿A quien texteas?- Pregunte entrecerrando los ojos con curiosidad, sabia que ese mensaje tenia algo referente a mi… y me imaginaba a quien iba dirigido.

-A nadie de importancia –Sonrió- Ahora a bañarse floja, aquí te dejo tu atuendo.- Diciendo esto salio del baño azotando la puerta.

Mientras me desnudaba me di cuenta o más bien ya sabía que el mensaje de texto que había enviado Alice trataba sobre mí, el punto es ¿A quien se lo habría mandado? ¿A Edward? No, era poco probable, realmente Forks me estaba volviendo loca.

El agua caliente de la ducha me hizo reaccionar y el olor a mi shampoo me trajo de nuevo a la vida. Mientras me secaba tome la decisión de preguntarle a Alice ¿Que si ella era la que había entrado en mi habitación por la noche?, no había nada que perder, lo mas probable es que si haya sido ella, que me vio en alguna de sus visiones y vino a recostarme en la cama –si bella claro, y tu eres guera y tienes ojos azules, bien sabes quien fue quien entro no seas IDIOTA- la vocecita en el fondo de mi cabeza me gritaba, sacudí la cabeza un par de veces para quitarme esa maldita voz de mi mente.

No me había dado cuenta de lo que me había puesto hasta que salí del baño y me dio frió.

-Marie Alice Brandon Cullen- Grite horrorizada- ¿Qué demonios me pusiste?

Traía un sweater color azul marino con escote en V que dejaba ver gran parte de mis atributos, era muy muy entallado, y unos pantalones muy pero muy muy bajos.

-Ja ja, vamos Bell`s no te quejes- Me hizo su cara de gato con botas- Ahora ven, siéntate para peinarte y maquillarte.

-¿Qué? Estas realmente enferma si piensas que yo voy a salir así- Apunte mi cuerpo- Vestida a la calle.

-Ja ja bien Bella- Su voz se hizo mas siniestra- Te recuerdo que te puedo obligar, no tienes muchas probabilidades que digamos de hacerme cambiar de opinión o de escaparte de mi- Rió sordamente- Así que tu decides… por las buenas o por las malas.

-Eres la criatura mas peligrosa que he conocido en esta vida- Mi tono era de histeria.

-Lo se, es un talento natural- Sonrió- Ahora… SIENTATE.

La siguiente media hora fue una completa y total tortura, Alice me rizo el pelo que me caía en cascada por la espalda, me pinto los ojos de un azul oscuro para que combinaran con el sweater les puso delineador en la parte interior, así que se veían mas profundos de lo que ya eran.

-Soy la mejor- Dijo Alice limpiándose una lagrima imaginaria dramáticamente- Ve a verte en el espejo.

Cuando me vi en el espejo no me reconocí, esa que estaba en el reflejo no era yo, me veía simplemente hermosa, obviamente no tanto como Rose, Tanya o Alice… pero me veía realmente bien.

-Rápido Bell`s que se nos hace tarde- Chillo Alice desde mi cuarto.

-Ya voy- Grite dándome el ultimo vistazo antes de irnos.

Nos subimos a su Porche y llegamos a la escuela en menos de 10 minutos, para mi desgracia nos tuvimos que estacionar al lado del volvo plateado “Maldito propietario de un flamante volvo” pensé para mis adentros, Edward estaba esperando a Alice ahí recargado contra este, parecía un dios griego mandado desde el mismo cielo. Respire rápidamente antes de bajar del Porche, estaba a punto de hiperventilar.

Bajamos y pude ver por el rabillo del ojo como Edward abría los ojos como platos y casi me comía con la mirada, reí para mis adentros.

-Nos vemos luego Alice- Grite por encima de mi hombro.

-Ja ja si Bell`s hasta luego- Me guiño un ojo.

Camine hasta mi clase de lengua, con la mirada clavada de todos mis compañeros puesta en mi, parecía el primer día de clases, de nuevo me inundo aquella sensación de querer desaparecer del mapa.

Llegue hasta la puerta de lengua y ahí estaba Anthony recargado sobre la pared, se veía realmente bien, si no fuera por el color de su pelo y de sus ojos lo habría confundido completamente con Edward.

-Wow Bella, ¿Eres tu?- Me miro de arriba abajo con aquella sonrisa que tanto me gustaba.

“Pues quien si no” pensé para mis adentros.

-Si Anthony, soy yo- Le sonreí.

-Wow, te ves realmente bien- Comenzó a reír.

-Gracias, pero ¿Qué es tan gracioso?- Baje la mirada para darme un rápido vistazo, esperaba que no se me hubiera olvidado ponerme algo importante.

-Es que combinamos – Dijo apuntándonos.

“Me las vas a pagar muy muy caro Alice” Pensé para mis adentros, esa maldita duendecilla ya lo había visto. Anthony llevaba un sweater ligero color azul marino, se veía el cuello de su camisa blanca y sus pantalones eran del mismo color de los míos, llevaba tenis Adidas blancos.

Una vez mas la sensación de Deja vu me abordo, recordé aquel día en mi casa, antes de ir al claro con Edward, sacudí la cabeza para quitarme ese recuerdo.

Lo único que atine a hacer fue sonreír.

Entramos al salón y nos fuimos a sentar a nuestros lugares aun riendo, creo que yo reía más de histeria que de otra cosa.

-Oye princesa, ¿A dónde quieres ir primero hoy? ¿Al cine y luego al Gossip por un café o primero por un café y luego al cine?- sonrió de esa manera torcida que tanto me encantaba, aunque no fuera de esa boca que tanto deseaba.

“Habla idiota, o va a pensar que eres retrasada mental” Gritaba la voz de mi conciencia.

-Ah, pues primero al cine y luego por un café ¿No crees?- Dije aun embobada viendo su sonrisa, se parecía tanto a Edward que dolía el solo mirarlo.

-Claro princesa- Me acaricio la mejilla- Tus deseos son ordenes para mi.

Justo cuando dijo eso se escucho un bufido casi imperceptible, observe con el rabillo del ojo a Edward que estaba sentado en el asiento de al lado rígido, viendo hacia el frente con la mandíbula apretada y la mano crispada en un puño.

-Gracias Anthony- Dije regresando la mirada a aquellos ojos verdes esmeralda que me observaban.

La clase comenzó enseguida y Edward no relajo su posición ni un momento, el único cambio que hubo fue que cambio su mirada hacia Anthony, lo veía con tanto odio… que se me vino a la mente la oración de “si las miradas mataran”, Anthony no parecía ni notarlo, estaba absorto jugando por detrás de su pupitre con mi mano.

La clase iba demasiado rápido y Edward seguía con aquella mirada de asesinato.

Por fin, para mi buena suerte, sonó el timbre y comencé a guardar mis cosas temblando y con el corazón mas acelerado de lo normal gracias a la mirada que Edward tenia en su rostro angelical, no era justo que un ser tan bello pudiera sufrir tanto, una vez mas me sentí culpable por causarle esto, aparte, la ultima mirada que Edward le había dado a Anthony antes de salir del salón me dejo petrificada.

-¿Nos vamos princesita?- Anthony sonrió y yo salte del susto.

-Aja- Fue lo único que atine a decir.

Salimos directos a la siguiente clase, Anthony no paraba de hablar como ya era su costumbre.

-Princesa, saliendo de la escuela te sigo hasta tu casa para que dejes tu camioneta y de ahí nos vamos ¿Te parece bien?- Puso una sonrisa angelical, pero no era nada comparada con la de Edward.

-Ah, no Anthony no traigo mi cacharro, me vine con Alice Cullen- Murmure.

-Ah, tu y ella son muy amigas- No era una pregunta.

-Así es, es mi mejor amiga- “y su hermano el amor de mi vida” pensé en mi fuero interno.

-Oh, me parece que a su hermano no le caigo del todo bien.- Me quede congelada ante esa suposición, que mas que suposición era la verdad… de nuevo no era una pregunta.

-¿Por qué lo dices?- Dije con el tono más casual que me salió para que no notara el temblor en mi voz.

-Pues- Se puso un dedo en la barbilla y medito unos segundos- por que el primer día me trato muy bien, pero cuando vio que me empecé a acercar mucho a ti –Me tomo de la mano- Como que ya no le caí tan bien, me parece que esta celoso.

Tuve que taparme la boca para no estallar en carcajadas, si claro Edward Cullen celoso, Ja Ja Ja… yo era un cero a la izquierda en su vida, el ya tenía a su niña de pelo negro y ojos grandes y yo había dejado de importarle… eso jamás podría pasar… la voz de mi cabeza me recordó las palabras de Alice.

“Le importas más de lo que piensas…, más de lo que piensas, más de lo que piensas”

Sacudí mi cabeza un par de veces para sacarme esas palabras.

-Pues no tiene razón para estarlo Anthony, el y yo no somos nada- Mi corazón se retorció ante esas palabras.

-Pues sí, el no se tiene porque meter en esto- Seguía con mi mano entre sus grandes dedos la levanto y la beso.

-Eh… si- Me quede petrificada ante su beso.

-Esto- Dijo mirando nuestras manos unidas- ¿Te molesta?

“si”

-No- “y un demonio Bella dile que si” gritaba mi conciencia.

-¿Segura?- Sonrió angelicalmente- ¿Ósea que si te tomo de la mano durante todo lo que resta del día no te vas a molestar?

“si”

-No, no te preocupes- Mi conciencia me dio un golpe mentalmente.

Fuimos por los siguientes tres periodos de clase tomados de la mano, los estudiantes nos veían con ojos curiosos, sabía bien lo que estaban pensando. No necesitaba tener el talento de Edward para saber bien lo que pensaban, se notaba en sus ojos, “despechada” grito mi vocecita… sacudí mi cabeza para quitarme aquellos enfermizos pensamientos de la mente.

El timbre sonó y era hora del almuerzo, me ponía cada vez más nerviosa el tener que entrar a la cafetería tomada de la mano de Anthony, sabía lo que parecíamos a simple vista… una pareja de novios… me estremecí ante aquella idea.

Empuje la puerta de la cafetería, y todas las miradas se giraron hacia nosotros dos, la sangre empezó a subirme a las mejillas y el corazón me empezó a latir demasiado rápido, Anthony a mi lado parecía realmente absorto como para darse cuenta de que la mitad de la escuela nos observaba.

Por inercia voltee a la mesa de los Cullen, y ahí estaba Alice… con una sonrisa de oreja a oreja… parecía alegramente emocionada y me estaba observando… a su lado estaba Edward que me observaba de nuevo con aquellos ojos tristes que tanto me habían matado. Me sentí de nuevo culpable.

-Princesita, ¿Qué vas a querer de desayunar?- Pregunto Anthony con voz ansiosa.

-Humm… nada, solo una limonada- Seguía observando la mesa de los Cullen.

Nos fuimos a sentar a nuestra mesa habitual, que por desgracia estaba dentro de la vista periférica de Edward y Alice… la culpabilidad me carcomió toda la hora… a pesar de los intentos fallidos de Ang y Jess por animarme, me habían dicho.

-Hay Bells, no te sientas culpable el te hizo lo mismo- Dijo Ang con una sonrisa de suficiencia en la cara.

-Exacto una cucharada de su propio chocolate- Agrego Jess.

Sabía que Edward estaría escuchando eso… por eso no quise agregar nada mas, no quería que viera lo duro que se me estaba haciendo olvidarlo, ahora el tenia la vista clavada en algún lugar lejano, como si estuviera pensando en algo detalladamente, para mi sorpresa el timbre sonó demasiado rápido y mi tortura había llegado.

Anthony me volvió a tomar de la mano y fuimos directos al salón de biología en un tranquilo silencio, mi mente vagaba muy muy lejos de ahí, ¿Por qué Edward se habría puesto así? ¿Seria por mí y por Anthony? “No idiota, recuerda que el te dejo no te quiere” me repetía una y otra vez a lo largo del trayecto hacia el salón.

Por fin llegamos y Anthony se fue a su lugar, no sin antes darme un suave beso en la frente… camine hacia mi lugar aun embobada.

Edward ya se encontraba ahí con la mirada de nuevo perdida en algún lugar lejano, me senté a su lado pero el pareció no darse cuenta de mi presencia… no soportaba la idea de que estuviera de esa manera por mi… así que tuve que juntar todo mi valor para preguntar.

-Ed... Edward- Mi voz se quebró- ¿Estas bien?

Giro a verme con la sorpresa escrita en su cara.

-Si, ¿Alguna razón en especial por la que preguntes eso?- Pregunto con su tono frio y Cortez que utilizaba para los simples humanos.

-Humm… no, simplemente te he visto muy triste estos últimos días y me preguntaba si- Garraspe un poco- ¿Te podría ayudar en algo?

Por un momento sus ojos se llenaron de alguna emoción que no pude reconocer y luego volvió a poner cara de nada.

-No, muchas gracias. Mejor vete a ocupar de tu noviecito- Utilizo su tono despectivo.

-El y yo no somos novios- Dije enojada.

-Pues eso son lo que parecen. – dijo con un tono cargado de amargura.

-Pues no, te equivocas- Dije mas irritada, no tenía derecho a decirme eso ¿Quién demonios se creía?

-Humm- Fue lo último que dijo.

Por suerte el profesor comenzó la clase en ese mismo instante, tuve que sostenerme en la barra para aplacar mis ganas de gritarle, ¿Quién demonios se creía para hablarme así? El me hizo lo mismo y nunca le conteste tan fríamente… Edward ya no me amaba eso me quedaba más que claro ahora… las lagrimas luchaban por salir de mis ojos… pero tuve que respirar varias veces para que se calmaran… Edward me vio por el rabillo del ojo suspiro y luego se volvió a voltear.

La clase se pasó demasiado rápido como para notarla, estaba demasiado ocupada luchando contra mi enojo con Edward, era injusto que me tratara así, yo no le había dado ningún motivo.

El timbre sonó y Edward se levanto igual de rápido como era su costumbre… me pareció escuchar un “lo siento” pero lo ignore… no iba a sufrir más por ese maldito vampiro.

Anthony llego a mi lado en menos de medio segundo y me volvió a tomar de la mano, ahora con mucha mas fuerza, no me había dado cuenta que tenia unas manos muy muy suaves y calidas, me sentí cómoda con su tacto.

La clase de gimnasia se paso demasiado rápido. Estuve un poco mas cómoda de lo normal ya que cierta vampiresa que me mataba con la mirada había desaparecido de la escuela como por arte de magia… aunque aun me seguía preguntando el porque de su huida… gracias a mi buena suerte la clase se paso demasiado rápido… y el timbre sonó antes de que me diera cuenta…

Bien eso solo podía significar una cosa... que ya era tiempo de irme con Anthony al cine ósea que eso quería decir que Alice y Jazz estarían de chaperones ¿No creen que estoy demasiado grandecita como para saber cuidarme por mi misma?

Anthony me alcanzo en la puerta del gimnasio.

-Princesita ¿Estas lista? –Me tomo de la mano.

-Si listísima- Le sonreí.

Me jalo hasta el estacionamiento… donde otra vez todos los alumnos nos observaban con ojos curiosos… por el rabillo del ojo vi que Alice me saludaba con la mano y le regrese el saludo… antes de darme cuenta que Edward estaba a su lado observándome con una sonrisa de suficiencia en la cara… ¿Por qué sonreirá? ¿Qué será tan gracioso?

-Princesa, déjame te abro la puerta.

Me quede embobada viendo el auto que estaba frente a mi… era un Mustang GT turbo… negro como la noche…

-Wow ¿Esto es tuyo?- Sonreí

-Ja ja así es princesita.- Anthony cerro la puerta detrás de mi y fue a subirse por su lado.

-Oye… -Mis mejillas se pusieron rojas- disculpa mi incumbencia pero ¿Por qué si tienes este auto tus papas se vinieron a vivir aquí y tu papa esta trabajando como policía?- Ok tal vez fui muy dura con mi tono de voz… porque se quedo con la boca abierta por la impresión… para luego después echarse a reír entre dientes.

-Vaya!!... ¿Eres muy curiosa lo sabias?- Volvió a reír- Pues… mis papas no me han regalado el auto, fueron mis abuelos… como soy el único nieto hombre pues… digamos que me dan todo lo que quiero… aunque yo no lo acepto… no quiero hacer sentir mal a mis papas… aparte de que no me falta nada.

-Oh, entonces ¿Por qué aceptaste el auto?

-Pues – Se puso serio por un momento- no me lo regalaron, yo trabaje para comprarlo, veras el verano pasado me fui a New York a trabajar en la empresa de mi abuelo como su asistente personal… y así fue como me lo compre… no quiero ser el típico hijo de papi… o mas bien de abuelo- Sonreí ante la idea- que tiene todo lo que quiere cuando quiere…

-Eso es muy noble de tu parte.- Que lindo y tierno era… era tan despreocupado… algunas veces era tan fácil que Anthony me gustara… pero no, mi cuerpo demandaba unos brazos diferentes y mi boca unos labios que no eran los de el… me sentí mal por no poder hacer que me gustara tanto como yo le gustaba a el…

Anthony siguió hablando sobre su escuela, donde era el lugar donde vivía sus amigos etc. etc.… emití algunos oh`s y ah`s en los momentos adecuados para que pensara que le estaba prestando atención… pero la verdad era que mi mente ya volaba a varios cientos de kilómetros de ahí… mas que estar en Forks… mi mente se encontraba junto a Edward… aunque yo sabia que el no me veía de la misma manera que yo a el lo seguía amando con cada célula de mi cuerpo… eso dolía mas que nada… porque sabia que el sentimiento no era mutuo.

Me forcé a pensar en la razón por la cual Edward estaba en Forks… Victoria… un escalofrió recorrió mi cuerpo… ella estaba esperando a cualquier error por parte de mis cuidadores para atacarme… cualquier fisura en mi cuidado para matarme… me pregunto si no hubiera sido menos doloroso que ya hubiera terminado con todo esto. Sabia que Alice y Jazz estarían siguiendo el auto en este instante… iba a ser demasiado difícil olvidarme de que ellos iban a estar observando cada uno de mis movimientos y que luego Edward tuviera que verlos en su mente…

Lo amaba…. Era lo mejor que me había pasado en mi vida… pero tendría que olvidarlo sin importar que… el ya había seguido adelante… y como había dicho antes sabia que a la larga lo perdonaría por estar con Tanya… lo único que realmente me importaba era su felicidad… y sabia que junto a mi no la había encontrado…

De pronto, de un enfrenan ya estábamos afuera de los cines, este había sido el viaje mas corto que había tenido en mi vida, o seria que había estado tan perdida en mis pensamientos que no lo había notado.

-¿Qué quieres ver princesita?- Sonrió de manera angelical.

-Eh… lo que tu quieras Anthony- Me perdí en sus ojos verdes… eran demasiado hermosos y me tomo de la mano.

Llegamos a las taquillas y Anthony compro boletos para una película de vampiros sádicos… para variar… era lo que me faltaba… entramos y compramos palomitas y refrescos… yo estaba con los ojos muy abiertos para ver cualquier señal de jazz o Alice… pero no los vi… ni siquiera cuando entramos a la sala.

-Princesita ¿Estas bien?- Me dijo con voz ansiosa mientras nos sentábamos en los asientos- ¿No te gusto la película que elegí?- Dios era tan lindo cuando se preocupaba.

-No, estoy bien… lo que pasa es que me da un poco de miedo la película-“si claro idiota como si esa fuera la razón” pensé en mi fuero interno.

-Oh, no te preocupes princesita aquí estaré para abrazarte si te da miedo- quito el brazo del asiento y me abrazo.

-Gracias Anthony- Sonreí de corazón.

-No hay de que princesa.

En ese momento empezó la película. Me conmociono un poco la imagen que ponían sobre los vampiros… era total y completamente falsa… yo estaba mas que segura de eso… los vampiros no eran aquellos seres horribles que tenían los colmillos llenos de sangre ni esa fea ropa- Alice hubiera muerto si tuviera que utilizar eso- eran las personas mas sensibles que existían en todo el mundo… independientemente de que fueran mas rápidos o mas hermosos que los humanos sentían de igual manera, se enamoraban de igual manera, sufrían de igual manera…

Este pensamiento hizo que la herida de mi pecho se abriera una y otra vez… haciéndome sentir un dolor inmenso… las lágrimas intentaban salir de mis ojos pero las detuve….

Cada vez que me estremecía Anthony pensaba que era por miedo, y me abrazaba con mas fuerza… hasta el final de la película que yo quede acostada sobre su pecho y el me rodeaba la cintura con sus brazos. Me sentía realmente cómoda en esa posición, pero el no era con quien yo quería estar.

-Princesita salgamos de aquí- Murmuro en mi oído, su aliento me hizo estremecer.

Me tomo de la mano y salimos del cine… un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, afuera ya era de noche y hacia mucho frió…

Anthony al ver eso se quito su sweater dejando ver su camisa blanca entre abierta y su pecho bien formado… me quede embobada viéndolo y el solo rió entre dientes.

-Anda princesa, te vas a congelar.- Sonrió.

-Oh si disculpa.- Me sonroje.

Me ayudo a ponerme el Sweater pero justo cuando me ayudo a ponerme el cuello, su cara quedo a centímetros de la mía, podía sentir su aliento en mi cara… olía muy bien… me acerque un poco mas por inercia y nuestras narices casi se tocaban… puso sus manos en mi cintura y me acerco un poco mas a el… nuestros labios estaban a un centímetro de tocarse y…

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Que creen que pase?? se besan o no se besan..??? que tensión jejejeje

espero que les haya gustado chicas..! ;) les tengo una sorpresa no se si quieren que se las diga ahorita..! jejejejejeje o en el prox cap..? jejejejejeje

un beso y un abrazo para todas saludos..! ;)

Capítulo 7: ¿Que demonios..? Capítulo 9: "Para Olvidarme de Ti.."

 
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