Bella Swan
Paseamos juntos, no necesitaba volver a enseñarle el camino, pero caminamos el uno al lado del otro. Nuestras manos estaban entrelazadas, balanceándose a nuestros lados. Él supo que habíamos llegado a nuestro apartamento antes que yo.
“¿Te veré mañana?”Pregunté suavemente. Me apoyé en él, descansando mi cabeza en su hombro.
“Estaré en el banco como siempre.”Me dijo sonriendo.”Quizá podríamos estudiar juntos mañana por la noche.”
“Me gustaría.”Le dije, bailando con entusiasmo por dentro.
Entonces se inclinó hacia delante, sus labios presionaron los míos. Sentí el fuego correr por mis venas. Me agarré a él, mis dedos se enredaron en su cabello castaño rojizo. Sus manos presionaron mi espalda, acercándome a él. Gemí de placer mientras se alejaba. Besó brevemente mi frente.”Te veré mañana.”
“Vale…”Suspiré, sonriendo mientras me apartaba, pero entonces caí en la cuenta de algo.”¿Quieres que te lleve a casa?”
Se rió, pero eso no me tranquilizó.”Bella, puedo hacerlo por mi cuenta. No te preocupes.”
“Pero no-“Comencé pero él levantó una mano. Las yemas de sus fríos dedos tocaron mis labios.
“No me hubiese ofrecido a acompañarte si necesite que luego me llevases a casa. Puedo hacerlo.”Dijo, poniendo un último beso en mi mejilla.
“Llámame cuando llegues.”Gimoteé.”Por favor.”
Él suspiró.”Bien pero solo porque echaré de menos tu hermosa voz.”
Sonreí por sus dulces palabras. Se giró y comenzó a bajar la calle. Esperé en la puerta, lentamente la abrí. Observé su figura alejarse y suspiré. Cerré la puerta otra vez y comencé a seguirle aproximadamente a 25 pies de distancia.(N/T: 7.62 m)
Suficientemente lejos para que no me oyese y lo bastante para que yo pudiese verle.
Mi corazón casi se detuvo cuando le vi cruzar la carretera. Me pregunté cuanto se enfadaría si supiese que le estaba siguiendo. Sabía que tenía su orgullo pero aun así. No estaría tranquila hasta que le viese entrar en la seguridad de su dormitorio.
Me detuve en la puerta de cristal de la entrada mientras le veía deslizar su llave en la puerta. Entró y antes de que la cerrase le vi sacar su teléfono móvil.
El móvil vibró en mi bolsillo. Comencé a volver a casa mientras contestaba.”Hola.”Dije con bastante inocencia. Sabía que era bastante tonto por mi parte, pero lo hice. Él no lo entendería, si nunca lo descubría.
“¿Disfrutaste del paseo?”Se burló.”Me gruñí a mí y a mis pisadas ruidosas.
“No tengo ni idea de lo que estás hablando.”La culpa resbaló por mi espalda.
“No sabes mentir, Bella.”Rió apartando los sentimientos negativos de mi cuerpo.”Hablaremos mañana.”
“Buenas noches, Edward.”Suspiré su nombre. Aunque todavía estaba avergonzada por haber sido demasiado protectora no podía dejar de justificarme por ello. Al menos no estaba enfadado conmigo.
Gemí cuando llegué a la puerta. Alice estaba dentro. El recuerdo de los pasados sucesos cruzó mi mente. Temblé. Entré sigilosamente, queriendo escabullirme y llegar a mi habitación.
“¡Estas aquí! ¿Lo has pasado bien esta tarde?”Dijo Alice alegremente. Ella siempre me llevaba la contraria.
“Sí ¿Y tú?”No pude evitar sonreír. Involuntariamente miré el sofá y me di cuenta de que era diferente. La funda no estaba puesta y finalmente noté que la lavadora estaba en marcha, traqueteando. Comencé a reírme.”No importa. Sé la respuesta.”
Alice ni siquiera trató de negarlo. Se sonrojó furiosamente y su sonrisa creció en sus pequeñas mejillas.”¡Al menos lo lavo¡”Dijo después mientras me marchaba a mi dormitorio.
“Ew.”Puse los ojos en blanco.”Será mejor que estés utilizando lejía.”
“Siempre lo hago.”
“Ew.”
Edward Cullen
Los próximos tres días los pasamos más o menos igual, quedábamos en el banco durante un corto tiempo después quedábamos para volver a mi dormitorio a estudiar. En realidad estudiábamos, al menos algo. Jasper nunca estaba allí. Él se encontraba, como siempre, muy ocupado. El jueves fue diferente porque tenía una clase privada de música, que para mí fue una broma. Si no necesitase esto para mi diplomatura le hubiese dicho al ¨profesor¨ que se tomase un descanso.
Después de terminar con eso regresé a mi dormitorio tratando de pensar que darle a Bella por su cumpleaños. No estuve sentado ni dos minutos antes de que alguien llamase a la puerta.
“Adelante.”Grité. Ne me molesté en moverme de mi asiento sobre la cama.
“Hey Eddie, he venido a ver si esta Jasper por aquí, pero supongo que no. Bueno, ya que él no está ¿te gustaría venir conmigo a comer?”Preguntó Emmett con educación. Me pregunté si lo quería de verdad o solo trataba de ser amable.
Estaba hambriento y tener un acompañante masculino tampoco estaba mal.”Claro, porqué no.”
“¡Magnifico! ¡Vamos! Me estoy muriendo de hambre.”Sonaba realmente emocionado.
Fuimos a un restaurante local mexicano. Con solo entrar la boca se me hizo agua. El olor era divino.
Era increíblemente fácil hablar con Emmett. Era gracioso y parecía que decía todo lo que pensaba. Creo que comió diez veces la cantidad de lo que yo comí, me pregunté cómo seria de grande.
Cuando más o menos acabamos decidí hacerle una pregunta, una que probablemente haría reir a cualquiera.”Esto, el cumpleaños de mi novia es el próximo sábado y no tengo ni idea de qué regalarle ¿Se te ocurre algo?”
“Hm, entiendo tu problema.”El hecho de que no se riese hizo que me quedase con la boca abierta. La respuesta que me dio después me sorprendió aun mas.”Llamaré a Rose y a ver si a ella se le ocurre algo…”
Antes de que pudiese decir que no era necesario le escuché sacar el teléfono.”Hey cielo ¿Puedes ayudarme en una cosa?”Silencio.”No, no he estropeado mi Jeep de nuevo. No, te lo prometo. Un amigo mío necesita ayuda para hacerle un regalo a su novia. Vale. Vale. Bien, esa es una pregunta un tanto grosera. Oh bien, preguntaré.”Se aclaró la garganta.”Quiere saber cuánto te gusta y el límite de tu presupuesto.”
Me burlé ligeramente, sonriendo para mí.”Ella es la persona más asombrosa que he conocido y no hay ningún límite.”
“Um, bien no hay límite. Oh. Bien esto- Oh vale. Pero nena es tarde. Bien, bien. Nos vemos entonces. Yo también te quiero.”Oí un chasquido cuando cerró el teléfono.”Quiere que nos encontremos con ella en la joyería en 30 minutos. Espero que estés de acuerdo.”
“No creo que ella vaya a aceptar un no como respuesta.”Sonreí suavemente.
“No creo que a Rosalie le hayan dicho que no alguna vez.”Rió para sí mismo.
Después de pagar condujimos hasta la desconocida tienda, desconocida al menos para mí. Estaba bastante seguro de que Bella no era vanidosa, más bien tacaña.
“Hola, debes de ser Edward. Soy Rose.”Una voz hizo eco en algún lugar a mi lado. No era musical como la de Bella o aguda como la de Alice. Era más profunda de un modo femenino.”Entonces, cuéntame cosas sobre esa chica.”
“Ella es genial. Es sencilla y dulce. Verdaderamente inteligente. No le gustan las cosas muy emperifolladas. Um, he notado que ha llevado pendientes.”Comencé, tratando de pensar en conseguir algo de este lugar.
“¿Cuánto tiempo lleváis saliendo? ¿Lo suficiente como para comprarle un anillo?”Me gustó que fuese directa al grano. No me extrañaba que se fuese a dedicar a los negocios.
“No, no tanto.”Admití con vergüenza, aunque la idea de tener un anillo en su dedo era interesante.
“Está bien, eso nos deja con las pulseras y los collares.”Sonaba muy decidida y firme mientras tiraba de mí hacia algún sitio.
Pensé un momento.”Una pulsera estaría bien.”
“Hola ¿Hay algo en lo que pueda ayudaros?”Preguntó una anciana, a poco más de dos pies de distancia (N/T:0.610 m)
“Nos gustaría ver algunas pulseras, por favor.”Dijo Rosalie con voz dulce, pero de mando. Podría decir que ella disfrutaba comprando. Me pregunté por donde vagaba Emmett entonces.
“Bien, solo tenemos la muestra de la nueva selección de pulseras de plata esterlina. Son perfectas para hacer gravados…”Parloteó la mujer pero yo dejé de escuchar. Estaba demasiado hundido en mis pensamientos.
“Oh, me gusta esa.”Rosalie me dio algo, presionándolo en mi palma. Era frio y delgado. Algún tipo de joya, con los bordes en relieve.
“¿Se puede grabar en este?”Pregunté a la dependienta.”¿Y, puede estar listo antes del sábado?”
Bella Swan
Eran casi las nueve de la noche y Edward aun no había llamado. Sabía que hoy tenía clases pero aun así estaba preocupada. También echaba de menos su voz. Estaba frustrada esperando y decidí darle las buenas noches, al menos por medio del buzón de voz.
Él lo cogió al tercer tono.”Hola.”Su voz sonaba feliz aunque un poco fatigada, sabia quien le estaba llamando. O al menos esperaba que así fuese.
“Hey ¿qué estás haciendo?”Le pregunté suavemente, tratando de que no sonase a acusación.
“Oh, acabo de volver. Estaba a punto de llamarte. Fui a cenar con mi amigo, Emmett.”
“¿Estuvo bien?”Estaba emocionada de que Edward hiciese nuevos amigos. Él me preocupaba por bastantes cosas. No era la persona más fácil para acercarse o trabar amistad. Sin embargo, al final valía la pena.
“¡Sí! Tengo que llevarte a ese sitio alguna vez. Se llama Trejo. Tiene la mejor comida mexicana.”
“Me encantaría. De todos modos iba a preguntarte qué te gustaría comer el sábado.”Fruncí la boca. Sabía la respuesta incluso antes de que contestase.
“Cualquier cosa que quieras. Es tu cumpleaños.”
“Se me había ocurrido hacer unos bistecs. ¿Te gusta la idea?”Le pregunté nerviosa. Todavía me molestaba no saber lo que le gustaba y lo que detestaba. Quería conocer todo su mundo.
“¡mmm! ¡Oh! Eso me ha dado una idea. Puedo hacer otro plato de acompañamiento. ¿Te gustan las patatas?”Dijo de forma muy apasionada.
“Sí ¿Puedes cocinar?”Me reí.
Resopló en el teléfono.”Puedo mientras tengas microondas.”
“Típicamente masculino.”Esta vez fue mi turno para resoplar.
Se rió mas fuerte por el teléfono haciendo que aumentase mi risa.”¿Te gustan o no?”
“Me gustan. Y, no te preocupes, tenemos microondas.”Le tomé el pelo, riendo tontamente para mí.”Bien, iré al supermercado mañana y cogeré todo lo necesario. ¿Hay algo que quieras en concreto?”
“¿Sabes que voy a ir contigo y voy a pagar, verdad?”Preguntó, ahora su voz era completamente seria.
“Gemí fuerte.”Edward, no, no lo harás.”
“No vas a pagar por tu cena el día de tu cumpleaños.”
“Sí, lo haré. Solo es un poco de comida. Además, no quiero que gastes todo tu dinero.”Incluso soné como si estuviese poniendo mala cara. Mentalmente me reñí por parecer tan infantil.
“Bien, si no vas a dejarme pagar entonces tendré que llevarte a algún sitio. ¿Puedes hacerme un favor y preguntarle a Alice cual es el restaurante mas bueno de la ciudad?”
Literalmente le gruñí el teléfono, odiaba que él acabase ganando.”Bien, bien. Pero, solo serán unas cosas. Odio que tengas que gastarte dinero en mí.
“Está bien, puedo encargarme de eso. Además, quiero.”
“De todas formas ¿De dónde consigues tanto dinero? No trabajas. Odiaría si te estuvieses gastando todo el dinero de tus padres en mi.” Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiese poner la mano delante para detenerlas. Era tan increíblemente grosero. Simplemente se me escapó debido a mi molestia.
“Tengo mi propio dinero.”Dijo de hecho. Puse los ojos en blanco por su respuesta. No me gustaba que fuese tan misterioso sobre todo.
“¿Y de dónde, si me permites preguntar, sale mágicamente?”Todavía molesta por controlar mis palabras.
“Recibí le herencia de mis abuelos cuando cumplí los dieciocho. Mi abuelo era abogado tenia una de las mayores empresas del estado. Fue un hombre de éxito. Mis abuelos dividieron el dinero en dos partes. Una mitad fue para mis padres y la otra mitad para su único nieto, yo.”No parecía muy emocionado con eso. Aunque no podía decirlo con certeza solo por su voz. Me sentí como una idiota por ser tan grosera.
“Lo siento.”Dije suavemente.
“¿El qué, Bella?”Preguntó, su voz delataba su confusión.
“Por ser tan idiota. No debería haber preguntado eso.”Dije en voz baja. Por alguna razón las lágrimas comenzaron a caer de mis ojos.
“¡Oh” ¡Dios, no! Bella de ninguna manera eres idiota, tal vez cabezota.”Parecía tan firme cuando dijo eso, aunque todavía amable.
“Lo siento.”Me sorbí la nariz, contenta de que no estuviese conmigo en este momento. Odiaba cuando la gente veía lo débil que era.
“Bueno ¿Sabes qué? Puedes dejar que yo me encargue de pagar la comida el sábado.”Dijo más juguetón.
“Maldición.”Murmuré sabiendo que había perdido por completo, una vez más. Froté mis ojos con la palma de mi mano.”Bien. Pero no tengo que estar contenta.”
“Estaré allí sobre las cinco.”Sonrió antes de que su voz volviera a ser de un tono aterciopelado.”Buenas noches Bella.”
Edward Cullen
No me podía creer fuese tan cabezota con el tema de la comida. Puso mala cara durante todo el camino hacia la tienda, negándose a hablarme. Supe que no estaba enfadada cuando su mano sujetó al mía.
Bella empujó el carrito y lo sujeté por el mango, caminando entre los estantes.”¿Qué tipo de tarta de cumpleaños quieres?”
“Ninguna.”
“¿Pasteles?”
“No.”Refunfuñó.
“¿Una barrita de cereales?”Bromeé.
Hizo ¨mmm¨ antes de poder contenerse. Rió un poco.”No. No necesito nada de eso.”
“¡En los cumpleaños es necesario disfrutar con algún dulce!”Esto estaba empezando escapárseme de las manos. Ella era peor que yo en mi peor día.
“Te tengo a ti, con eso es suficiente.”Le dio un tirón a mi cinturón. La sujeté por las caderas y la acerqué mas a mí.
“Me tienes.”Acerqué mi nariz a su cuello, besándolo suavemente.”Algo más que eso.”
“Bien ¿Te gusta la tarta de chocolate?”Masculló, echó su cabeza hacia atrás permitiéndome un mejor acceso. Asentí contra su carne extendiendo más besos mientras me alejaba.
Olvidé que estábamos en medio de una tienda hasta que oí a un niño pequeño reírse disimuladamente en algún lugar cerca de nosotros. La piel de Bella se volvió caliente al instante y se alejó. Sonreí para mí, me encantó su reacción. Dejé mi mano en su pequeña espalda todo el tiempo. Gruñó cuando la aparté para poder pagar.
Cuando finalmente volvimos a estar solos en la furgoneta, fuera de la tienda, la puse en mi regazo. No iba a dejar que hiciese pucheros otra vez. Mis dedos encontraron su tórax, la sostuve con cuidado.
Comencé a besar su cuello otra vez, dejando que mi nariz rozase su mandíbula al pasar.”¿Sigues enfadada?”
“Sí.”Susurró, sus manos agarraron mi cintura.
“Deja que te mime, Bella.”Susurré contra su carne, provocándole un escalofrió. La acerqué más a mí, succionando su dulce carne.
“No tienes que mimarme. Lo estás haciendo muy bien así…”Sus dedos se enredaron en mi pelo, tirando de él ligeramente.
“No, esto no son los mimos. Esto solo es un regalo.”Chupé el punto sobre su pulso, un suave gemido salió de sus labios. Coloqué una de mis manos sobre su rostro, de forma que pudiese sentir su expresión. Sus labios se estiraban en una sonrisa y sus mejillas estaban calientes.
“Eres demasiado bueno para mí.”Besó mi cabeza.”Vamos, vamos a llevar estas cosas a casa antes de que se estropeen.”
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