DISCLAIMER: Los personajes le pertenecen a la grandiosa Stephenie Meyer... ¡la admiro tanto!... okz okz... yo solo plasmo las ocurrencias de mi mente y juego con sus personajes.
Ok, akí les dejo el cap… enjoy!
EDWARD POV
Me levanté ansioso por llegar al lado de Bella. No había podido dormir en toda la noche. La llamada de Rosalie me había dejado sumamente preocupado. Lo único que quiero en este momento es tener a Bella a mi lado y estrecharla en mi pecho. Y tenerla ahí siempre, protegiéndola de todo y de todos.
Me cambié rápidamente y bajé apresurado hacia la puerta principal.
-¿Edward?- Esme salía de la cocina con las manos ocupadas- Hijo, sé que aún estás enojado conmigo, pero quería saber si le podías llevar esto a Bella.- se acercó a mí y me tendió una fuente con tapa- Es un pastel de chocolate. No pienses que lo hago para conseguir más rápido que me perdone. No, esa no es mi intención. Lo hice encantada. ¿Se lo entregarías?- me miró triste.
-Claro, madre. Se lo entregaré… gracias.
-Espero que les guste.- eso ni lo dudaba. Todos los postres de Esme eran deliciosos.
-Eso es seguro.- le dije con una sonrisa- Bueno, ya tengo que irme. Nos vemos en la noche.
-Adiós, hijo.
Salí con pastel en mano. Subí a mi auto, acomodé el pastel y aceleré a fondo. Llegué a su casa en menos de 10 minutos. Miré el reloj. 6:00. ¡Rayos! Ahora qué le diría a Charlie…
Bueno, al parecer, no le diría nada. No había rastros del coche patrulla. Tal vez, salió más temprano hoy. ¡Tuve suerte! Bajé desesperado por llegar donde Bella. Cogí la llave escondida y abrí la puerta. Entré, dejé el pastel en la mesa de la cocina y subí las escaleras de 3 en 3. Abrí la puerta de su habitación y la vi durmiendo plácidamente, con sus cabellos desordenados y una pequeña sonrisa en los labios. Me acerqué sin hacer ruido, me quité la chaqueta y el polo que llevaba. Siguieron mis pantalones y mis zapatos. Rodeé la cama y me abrí espacio al costado de Bella. Levanté las cobijas y me acurruqué en las sábanas. Rodeé la cintura de mi Bella y la atraje hacia mí. Ella se removió un poco y después de dar un suspiro, se dio la vuelta y me sonrió adormilada.
-No, no despiertes aún, ¿sí? Quiero dormir un momento contigo. No conseguí el sueño. Estuviste en mi mente todo el tiempo.- le dije bajito y apretando más mi agarre.- Solo abrázame y durmamos juntos, ¿sí? Por favor.- sellé mi petición con un beso ansioso.
-Wow… si me lo pides así, me despertaré todos los días… uhmm… si, quiero dormir otro poquito más.- me rodeó con sus brazos y se acurrucó en mi pecho.
Ahora sí estaba satisfecho. Así era como quería despertar todos los días del resto de mi vida. Y lo iba a hacer. Dormí en paz abrazado a Bella, hasta que el sonido fastidioso de una alarma me despertó. Dejó de sonar, supongo que porque Bella lo apagó, y sentí cómo se removía a mi costado. Ya se quería levantar. No, aún no…
-Uhmm-mmm, otro rato más, Bella… tengo sueño.- refunfuñé como un niño y aferrándome más a su cintura.
-Cariño, ya son las 9 de la mañana. No seas dormilón. ¿Cómo conseguías ir al instituto a tiempo? Duermes mucho.- me dijo con burla.
-Te extrañé toda la noche. No pude dormir. Vamos, Bells. Otro ratito más, ¿sí?- utilicé la mirada que había aprendido de Alice, pero que solo usaba con Bella. Nadie más me vería actuar así.
-Ok, está bien. Yo también tengo un poco de sueño. Pero es que, si sigo durmiendo tanto, no conseguiré levantarme para ir al instituto la próxima semana.- me abrazó nuevamente y me dio un tierno beso en el pecho. Pudo haber sido lo más tierno del mundo, pero a mí me hizo sentir otra cosa. Dios!... solo vamos a dormir, solo vamos a dormir.
No sé cuánto tiempo pasó, pero me desperté al sentir besos en mi pecho, besos que iban ascendiendo peligrosamente. Bella ronroneó al sentir que me removía y se apoderó de mi cuello totalmente. Su mano derecha subió hasta mis cabellos y los masajeó. Dejaba besos húmedos a lo largo de toda mi mandíbula. Llegó hasta mi oído y susurró- Entonces… ¿me vas a contar tus sueños con tu angelita favorita?- terminó, dejando besos cortos hasta llegar nuevamente a mi pecho.
-B-bueno, sí… su nombre es Andrea- en ese mismo instante, paró y levantó la cara para verme sorprendida.
-¿Qué dijiste?... ¿Andrea?- entrecerró sus bellos ojos y justo cuando se iba a separar de mí, le di la vuelta, quedando encima suyo.
-¿Te la creíste?... Ahora, ya sabes lo que se siente. No creías que me iba a quedar tranquilo con lo que me hiciste ayer, ¿verdad?... la venganza es dulce… muy dulce- le dije besando su cuello.
-¿Ah sí? Pues, te va a costar, Edward Cullen. Y tu castigo será…- la corté con un beso.
-Cielo, no hagas algo de lo que te puedas arrepentir… además, tú y yo sabemos que justo ahora, ambos queremos, deseamos, lo mismo…- besé su cuello y fui bajando dejando un rastro húmedo con mi lengua hasta que llegué a sus gloriosos pechos.
-Edward, n-no…
-¿No?... ¿paro?... ¿eso quieres?- decía yo entre besos.
-N-no…
-¿No?
-N-no… no p-pares.
-A sus órdenes…- suavemente le quité el camisón que llevaba y comencé a rendirle tributo a sus hermosos senos. Sus sonrosados pezones me llamaban a que los lama, los muerda, los succione. Y eso les daría.
Mientras yo me ocupaba de sus pechos, Bella acariciaba mi espalda y dejaba rastros suaves con sus uñas. No de manera salvaje, sino sensual. Amaba esa sensación. Sus manos bajaron más… y más, hasta que finalmente se posaron en mis nalgas. Las apretujó y las empujó de manera que se encuentre con sus caderas. Al rozarse nuestros cuerpos en esas partes sensibles, ambos gemimos y ella sin esperar más, me quitó los bóxers, lo único que levaba encima. Mis medias ya habían desaparecido. Bella movió sus manos a mis muslos y buscó su objetivo… sí, mi querido amigo…
Mi cuerpo se estremeció cuando acarició mi miembro lentamente, torturándome. Desesperado, me deshice de sus bragas y las lancé… como siempre… Dios!, me estaba convirtiendo en un ninfómano. Pero no me importaba. Siempre y cuando sea con Bella, desempeñaría mi mejor papel de ninfómano.
Por enésima vez, me rendí ante sus caricias. Nunca antes me había pasado. Solo con ella perdía el control de mis sentidos. Sin poder reaccionar, sentí cómo ella me hacía rodar para quedar encima de mí y sin más apoderarse por completo de mi miembro. Lo único que alcancé a hacer fue empuñar con ambas manos las sábanas y disfrutar de las sensaciones que poco a poco se apoderaban de mí. Bella aceleró sus movimientos. Ya estaba cerca… muy cerca…
Toc, toc… toc, toc… toc, toc, toc.
¿Qué carajos…? ¿A quién jodidos se le ocurre venir ahora?
Bella paró su actividad y yo en ese momento quería hacer un berrinche poco adecuado para un joven de mi edad. Pero es que estuve a tan cerca, tan cerca, tan cerca… ¡Maldición!
Sin decir nada, Bella se puso de pie, se colocó su camisón y salió de la habitación, dejándome ahí, tendido, abandonado y excitado… bueno, frustrado sería la palabra correcta. Como sea, sabía que reanudar el momento sería difícil. No exactamente para mí, pero conocía a Bella. Ella estaría avergonzada y evadiría el tema. Por ello, decidí darme una ducha bien fría. Me puse de pie y me dirigí al cuarto de baño. Abrí la regadera y me metí sin más. Sí que estaba realmente fría. Me quedé ahí, bajo el chorro del agua, esperando a que mi cuerpo se enfríe. Cerré los ojos e intenté pensar en otra cosa, algo que me ayudara con mi propósito, pero unas manos rodeándome me sorprendieron en ese instante. Bella se aferró a mí y gimió.
-¡Rayos! Está congelada.
-Bella, ¿qué haces aquí?
-Tú no eras el único caliente. Ya sabes a lo que me refiero. ¿No te molesta que te acompañe verdad?
-Claro que no, pero…- no había necesidad de enfriarse ahora…- ahora que estás aquí, pues no hay necesidad de quedarnos así…- la giré quedando su cuerpo entre la pared de la ducha y el mío. Sentía cómo la excitación se volvía a apoderar de mí.
-Pero el agua…
-Oh, cariño, cuando menos te lo esperes, estarás hirviendo. Ya verás.
La besé con intensidad y con mi lengua delineé su labio inferior. Ella abrió la boca dejándome entrar. El beso se volvió muy salvaje y desesperado. Cuando me fijé, las piernas de Bella rodeaban mi cintura y ella aprovechaba eso para frotarse con mi dura erección. Rápidamente, bajé mis labios a sus senos. Succioné fuertemente sus pezones y sin darme cuenta, absorbí la piel de porcelana de sus deliciosos pechos, dejándolo rojizo. Eso era mala señal. Estaba seguro que más tarde, sería un chupetón (N/A: No sé si en sus países se les llame igual, pero en el mío “chupetón” es esa marca rojiza como una mancha, que queda cuando alguien absorbe fuertemente tu piel). Espero que no le moleste a Bella. Bueno, gracias a Dios no fue en un lugar más notorio. Sería muy embarazoso de que Charlie se enterara de la gran actividad que se lleva a cabo en su casa todos los días.
Siguiendo con mi quehacer, bajé mi mano derecha y acaricié su muslo. Toqué la parte interna y tanteé hasta que alcancé mi objetivo. Introduje un dedo en su entrada y me di cuenta que Bella ya estaba muy húmeda… extremadamente húmeda para mí. Perfecto. La besé transmitiéndole todo el deseo que sentía. Ella me lo devolvía encantada y con la misma intensidad.
Saqué mi dedo haciendo que Bella suelte un quejido. La sujeté de la cintura con ambas manos e hice que se soltara de mis caderas. Dejé de besarla y ella me miró extrañada. No sé en qué se convirtió su expresión, ya que la volteé quedando ella mirando a la pared. ¡Oh, sí! He anhelado este momento desde hace mucho.
-No sabes cuántas noches soñé teniéndote así.- le susurré al oído. Sus palmas estaban contra la pared y su cabeza estaba ladeada. Su mejilla izquierda estaba recostada contra la pared también.
Froté mi miembro en su entrada, sin penetrarla aún. La sensación era indescriptible. Disfrutaba del momento, cuando sentí cómo las manos de Bella rodeaban mi pene y lo dirigían dentro de su feminidad, lentamente. Ambos gemimos al unísono, disfrutando esa nueva pose. Sentía cómo el agua que corría fría por mi cuerpo, ahora estaba tibia, casi caliente. Bella soltó mi miembro y colocó sus palmas nuevamente en la pared. Comencé mis embestidas lentas. Sabía que a ella no le gustaban mucho, pero quería que me pidiera más. Oírla gritar por más me ponía a mil. Siguiendo con mi tarea, dirigí mis manos a sus pechos y los masajeé, incitándola a que me dé lo que quería.
-Duro… Edward…ah…- empezó a gemir alto.
Incrementé un poco la fuerza, queriendo volverla aún más loca.
-¿Qué más?- le susurré.
-Profundo… dame profundo.- le hice caso. Se sintió jodidamente bien- así… ahh!
-¿Más?
-Rápido… más rápido… E-dward- cada vez incrementaba el volumen de su voz.
Le di como me pidió… duro, profundo y rápido. Sentía que el momento se acercaba. Coloqué mis manos en sus caderas para arremeterla aún más fuerte. Ella inclinó su cuerpo. Pensé que se estaba cayendo, pero cuando se detuvo en el momento en que su cuerpo formaba un ángulo casi recto, me di cuenta que no era así. Me sentía aún más adentro de ella. Incrementé la velocidad sin pensarlo y pronto sentí la cavidad de Bella apresándome.
-¡Edward!... ah… ¡Dios!... ya casi…
-Ah… ¡Bella!... estás más… estrecha que… nunca… ahh- sentía el clímax aproximarse rápidamente. Con mi mano derecha, la enderecé para luego coger su mano y enroscarla en mi cuello. Ella ladeó su cabeza y me besó con fuerza. Ambos gemíamos descontrolados. La apegué totalmente a la pared; estaba demasiado cerca. Después de 3 embestidas más, ambos nos venimos… juntos. La besé suavemente, y cuando nos faltó el aire, fui dejando cortos besos en su nuca, cuello y espalda. Nuestras respiraciones se calmaron después de unos minutos y en ese momento, salí de ella. Bella se volteó y se recostó en mi pecho.
-¡Vaya! Eso fue… fantástico.- dijo mientras besaba mi pecho.
-Ni que lo digas… siempre es maravilloso cuando es contigo.- le dije tomando su barbilla para alzarla y besarla.
-Pero, aún faltan mis sueños… esto no acaba aquí…- dijo girándome y estrellándome contra la pared. Uff!!! Esto sí sería largo…
BELLA POV
Me desperté sintiendo los brazos de Edward rodeándome. Habíamos hecho el amor hasta quedar sumamente exhaustos. ¿Esto es saludable?... Tal vez, alguna vez se lo pregunte a mi madre… tal vez. Me removí y dejé besos en el pecho de Edward para levantarnos. No sabía qué hora era, pero ya era tarde. De eso estaba segura.
-Edward, amor, ya tenemos que levantarnos.
-¿Uhmm?... ¿tan pronto?- refunfuñó.
-Vamos, no estoy jugando. Algo me dice que es realmente tarde, incluso para almorzar. Tenemos que salir de la cama ya.
-No… es de madrugada… duerme…
-Edward… ya deja de bromear. ¿Acaso no ves la luz que proviene de la ventana? Y no digas que es la luz de la luna o algo así. Vamos, ya es de día. Tenemos cosas que hacer. Hoy vendrá Rosalie y tu compañero. Además, tenemos que ir al supermercado.
-¿Supermercado?- abrió finalmente los ojos y me miró expectativo.
-Sí, la persona que nos inoportunó hace unas horas fue un mensajero de Charlie. Me encargó que haga algunas compras para la despensa, ya que mi madre llega en algunos días y no le gusta encontrar la despensa vacía. Tenemos que levantarnos.- me deshice de su agarre e inmediatamente me fijé en mi reloj. 13:30. En media hora, las clases terminarían. Los chicos llegarían y ellos aún seguían en la habitación, sin comer.- Edward, es muy tarde… y la verdad es que tengo un hambre que me está matando. No puedo creer que hayamos estado más de 3 horas en la cama.
-Créeme, amor, que cuando haces cosas en la cama, lo que menos importa es el tiempo que pases en ella. Pero, bueno, tienes razón. Tenemos que prepararnos para recibir a los chicos.- dijo Edward poniéndose de pie para buscar sus ropas y empezar a ponérselas.
Yo me dirigí a mi closet y me puse lo primero que encontré. Me peiné y a través del espejo pude ver cómo Edward me miraba de la misma forma que ayer. ¡Dios! ¿Cómo lo hace?
Hice como si no me afectara la intensidad de su mirada y me puse un poquito de colonia.- ¿Estás listo?- él solo asintió- Bueno, vamos.- Me tomó de la mano, entrelazando nuestros dedos y bajamos. Preparé algo rápido. Tenía mucha hambre. Pero claro, si ni desayuno había tomado. Por lo rápido que había entrado a la cocina, no me había percatado de una especie de fuente redonda con tapa que yacía en la mesa.
-Edward, ¿tú trajiste eso?- pregunté señalando la fuente.
-Sí, bueno, te lo envía mi madre. Alega que no lo hizo con la intención de que la perdonaras. Supongo que entiende que quieras tiempo para afrontar esa situación, al igual que yo. Pero, ya sabes, cuando te sientas lista para hablar con ella, solo dímelo y ambos lo afrontaremos juntos… juntos, Bella.- me dijo tomándome de las manos.
-Juntos… como debemos estar siempre.- me paré de puntillas y lo besé. La cosa se ponía más interesante cuando se escuchó un gruñido de mi estómago. ¿Por qué siempre tiene que ser tan inoportuno? Edward rió y me jaló hacia la mesa, donde ya había dejado los platos. Nos dispusimos a comer. Él también estaba hambriento. Estábamos por terminar cuando alguien llamó a la puerta. Me puse de pie y Edward vino tras de mí. Abrí la puerta y me encontré con 2 personas. Rosalie y un muchacho alto y muy, muy fornido. Parecía que tomaba esteroides. Él se encontraba algo raro, como nervioso o incómodo por algo. Le dirigió una mirada a Edward, quien me rodeó la cintura. En ese momento me di cuenta que aún no los dejaba entrar. Ambos pasaron y les dije que se pusieran cómodos en los sofás.
-Bella, cariño, te presento a Emmett. Es un amigo del instituto y me ayudará con las clases.- nos presentó mi novio. El chico Emmett se acercó y me tendió la mano. La recibí.
-Mucho gusto.
-El gusto es mío, Bella.- dijo él sin soltar mi mano, dándome una mirada algo extraña. Edward carraspeó y me apegó a su cuerpo.
-Bueno, Emmett, ella es Rosalie. También es del instituto.- presenté a los chicos para aligerar el momento. Emmett volteó cuando Rosalie se puso de pie y le tendió la mano también, pero lentamente.
-Gusto en conocerte.- dijo ella. Él solo se quedó callado mirando a la rubia. Uhmm… esto se me hace extraño.
-Ok, chicos, Edward y yo estábamos a punto de comer el postre. Es…- no sabía qué era.
-Pastel de chocolate.- completó Edward.
-Exacto. Pastel. ¿Se les antoja un poco?- ellos solo asintieron. Ambos no se veían nada tímidos a simple vista, pero al parecer lo eran. Me dirigí a la cocina y Edward me siguió. Me di cuenta que ni Rosalie n Emmett se habían sentado. ¿Qué iba mal con ellos?- Edward, ¿Rosalie y Emmett se conocen de antes? ¿Han tenido algún pleito o algo? Se comportan extraño.- le susurré mientras sacaba platos de la repisa y los llevaba a la mesa.
-Pues, la verdad no sé si han tenido algún pleito, pero…- se paró y yo levanté mi rostro para verlo. Lo incité con mi mirada a que prosiguiera- … verás, Emmett siente algo por ella… a él le gusta mucho Rosalie… bastante diría yo. Pero nunca se lo ha dicho.
-¿Nunca? Si yo fuera Rosalie, le daría una oportunidad.- comenté mientras partía el pastel con un cuchillo. De pronto, sentí la mirada de Edward en mí. Levanté la cara y vi cómo me miraba desaprobatoriamente… No es posible…
-Dije: si fuera Rosalie. Pero no lo soy. Para mí solo existes tú. Solo tú. ¿De acuerdo?- le dije mientras lo abrazaba y lo besaba ligeramente.
-Emmett es… atractivo. Él bien podría…- le puse un dedo en los labios.
-Edward, te amo. Mi corazón, mi mente, todo mi ser tiene dueño. Tú. Nadie más. Nadie existe para mí; solo tú.- él cogió mis manos y las enrolló en su cuello.
-Y tú eres la única que existe en mi mundo, Bella. Te amo, nunca lo olvides.- me dijo rozando mis labios con los suyos.
-Nunca lo haré.- nos besamos por un momento, hasta que un carraspeo nos interrumpió. Era Emmett.
Me separé de Edward y me dispuse a servir el pastel. Edward me ayudó con los platitos y les entregamos a los chicos los suyos. Emmett devoró el pastel. Me quedé sorprendida por el cortísimo tiempo en el que se lo terminó. Parecieron solo segundos. Yo estaba sentada al costado de Rosalie, en el sofá para dos. Edward estaba sentado sobre la alfombra pegado a mis piernas, mientras que Emmett estaba en el sillón individual. Terminamos el postre y automáticamente nos preparamos para las clases que nos darían Emmett y Rosalie. Estábamos despatarrados los cuatro en la alfombra. No me había perdido mucho que digamos. Además las clases estaban prontas a terminar, así que se avanzaba poco. Los profesores se pasaban las horas haciendo repasos de sus cursos, exámenes de prueba y actividades que ayuden al estudiante a acumular puntos para sus promedios finales. Eran las 18:00 y la verdad es que me dio hambre. Fue ahí cuando me di cuenta de que no había ido al supermercado. Esperé que Rosalie terminara, al igual que Emmett, y me puse de pie.
-Edward, no fuimos al supermercado. Tenemos que ir ahora, sino Charlie se resentirá conmigo.
-Claro, lo había olvidado. De paso podemos comprar algo para comer ahora; tengo mucha hambre.- miró a Rosalie y Emmett que estaban parados sin saber qué decir- Supongo que ustedes también están hambrientos. ¿Qué les parece si nos acompañan al super y luego regresamos y preparamos algo?- ambos dudaron y no sabían qué responder, pero Edward s adelantó- Ok. Decidido. Vamos.- se encaminó a la puerta principal seguido por Emmett. Antes de que este salga, vi cómo le susurraba algo a Edward y salía sin más. Edward sonrió y se volteó hacia nosotras- Vamos, chicas. Amor, tú vendrás conmigo en el Volvo. Tengo que decirte algo que olvidé esta mañana. Rosalie, ¿no te molesta ir en el Jeep de Emmett verdad?- Ella carraspeó. Claro, ahora ya veía el plan de Edward. Sí que no pierde el tiempo.
-Claro, no hay problema.- dijo ella dirigiéndose hacia la puerta. Apenas salió me dirigí hacia mi novio.
-¿Qué planeas Edward Cullen?- le dije abrazándolo.
-¿Crees que no me di cuenta? Estás ayudando a tu amigo.- besé su cuello. Antes de que dijera algo, oímos un claxon.
-Ey, no me quedaré esperando aquí toda la noche. La verdad no me interesa saber cómo disfrutan de cada rincón de la casa cuando están solos.- gritó Emmett. Agradecía no tener vecinos cerca, que pudieran haber oído eso.
-Ya vamos.- devolvió Edward. Subimos al Volvo y nos dirigimos al Thriftway. Llegamos en poquísimo tiempo. Entramos y compramos todo lo necesario. Una vez listos para pagar, recordé que aún me faltaba una cosa. Rosalie me acompañó, mientras los chicos colocaban los demás productos para ser registradas y luego pagadas. Tuve lo que buscaba y estábamos regresando hablando sobre las novedades de la escuela en mi ausencia cuando vimos cómo Edward y Emmett coqueteaban con la cajera. El primero le dedicaba su sonrisa torcida y el otro se inclinaba hacia ella. Me sorprendí aún más cuando pude ver que el nombre de la chica era Andrea. Así que ella es Andrea. Ok, si quería quedarse con ella, que lo haga. Ahora me daba cuenta que lo del ángel de sus sueños no había sido una broma. Dejé el producto que había conseguido en uno de los estantes y me di la vuelta decidida a marcharme. Rosalie estaba a mi costado sin decir nada aún. Pero al verme casi yéndome, habló.
-Todos son iguales. No lo pensé de Edward. Vámonos, Bella.- me tomó del brazo y nos dirigimos a la salida. Le di una última mirada a Edward y sin querer él levantó la suya y nuestros ojos se encontraron. No sé qué vio en los míos. Lo único que quería era salir de allí. No soportaba verlo con otra, así sea coqueteando o tocándose. Sé que él acostumbraba hacer eso con sus amigas, pero pensé que estando conmigo eso cambiaría. Edward reaccionó y se separó de la chica echándose a correr hacia mí. O quería hablar con él, al menos hoy. Antes de irme, me di cuenta que Emmett veía a alguien a mis espaldas. Rosalie. Y después de quedar inmóvil, reaccionó e iba a seguir a Edward, cuando se percató de las bolsas. Cargó con todas y se puso en camino. Rosalie y yo salimos apresuradas del supermercado, dispuestas a tomar un taxi, pero no pudimos. Edward nos alcanzó y me tomó del brazo izquierdo.
-Espera, Bella, amor, no es lo que tú piensas. Yo no…
-Claro, lo sé. Así eres, ¿verdad? No lo puedes evitar. Pero a mí no me gusta que te comportes así. Si quieres seguir haciéndolo, adelante, pero te buscas otra que te aguante.- forcejeé pero no conseguí nada.
-No, Bella, escúchame. No lo hice intencionalmente. Bueno, sí lo hice, pero no por lo que tú crees.
-¿Ah, no? ¿Entonces por qué lo hiciste? Explícame.
-Al parecer ella escuchó una conversación entre Tanya y James hoy en la escuela y por lo que yo pude escuchar de la chica mientras hablaba por celular, Tanya no le cae nada bien y sospechaba de que quería hacer una de sus maldades. Por ello, le pedí ayuda a Emmett para convencerla de que nos lo contara. Solo eso. No pretendía nada con ella. Créeme, Bella. Por favor.
-¿Tanya? Pero, ¿qué tiene que ver Tanya con todo esto? ¿Por qué te interesa lo que ella hable con James? ¿Qué está pasando, Edward? ¿Hay algo que yo no sepa? Si así lo es, será mejor que me lo digas ahora.- estaba enfurecida, ¿por qué él se interesaba tanto en lo pueda o no hacer Tanya?
-Está bien, te lo contaré todo, pero no aquí. Vamos a tu casa. Además, no soy el único que te puede explicar la situación. Rosalie te dirá lo que sabe.- ¿Rosalie? Ok, esto no era nada bueno.
-Entonces, vamos ya. Quiero entender por qué le dan tanta importancia y por qué no me lo contaste, Edward.- sin más, me dirigí al Volvo y esperé que Edward le sacara el seguro para entrar. Emmett metió todas las bolsas en su Jeep y entró junto con Rosalie en él. Edward arrancó y fuimos a mi casa sin dirigirnos una palabra. ¿Qué me estaba ocultando Edward? ¿Por qué?
EDWARD POV
Llegamos a la casa de Bella y todos entramos silenciosos. Ayudé a Emmett con las bolsas y las llevamos a la cocina mientras Rosalie y Bella se sentaban en el sofá. Nos dirigimos hacia ellas y pude ver la expresión de Bella. Había muchos sentimientos. Amor, dolor, miedo, decepción, rencor. Todos ellos se alternaban rápidamente, como si por su cabeza pasaran miles de imágenes y ella cambiase de sentimientos en cada una. Apenas me vio, su rostro se tornó serio.
-Quiero que me expliques todo, Edward.- sin decir nada, me senté en la alfombra y comencé a narrarle todo. Hasta que llegó el turno de Rosalie, y ella le dijo lo mismo que me dijo a mí la noche anterior. Le expliqué por qué no se lo había dicho, y ella solo bufó y se quedó callada. Llegamos hasta la situación de hoy y vi cómo su rostro aún seguía serio.
-No pude averiguar lo que esa chica escuchó, pero no creo que haya sido nada bueno.- dije- Bella, por favor, amor entiende. No te lo oculté porque no confiaba en ti, sino porque ya no quería causarte más dolor, porque ya no quiero que sufras.
-Créeme, Edward, que no decirle a uno la verdad, duele más. Pero bueno, las cosas ya están hechas.- dijo ella en voz baja. Levantó el rostro y nos vio a todos- Entonces, Tanya quiere… deshacerse de mí, me quiere… dañar. Y por lo visto, se ha aliado con James. Ella quiso dañarme cuando estaba en el hospital, pero no lo consiguió y ahora quiere hacerlo en la escuela, o eso es lo que sospechan.- dijo Bella con voz monótona.
-No solo lo sospecho, Bella. Sé que Tanya lo intentará. La conozco desde que éramos pequeñas y créeme que sé muchas otras cosas que ella ha hecho. Sé que sería capaz de causarte cualquier daño estando en la escuela.- le dijo Rosalie- Sé que Edward cometió un error al no decírtelo, pero he podido ver que él te ama, Bella. Yo no me comporté bien contigo, pero ahora quiero remediarlo. Sé que no eres una mala persona, al contrario, eres la chica más noble que he conocido y no pueden atentar contra ti solo porque te enamoraste… en eso, nada ni nadie puede mandar al corazón.- dijo esto último en voz más baja, lo que le interesó a Emmett y la miró inspeccionándola. Ella se dio cuenta y se tornó seria- Te ayudaré en todo lo que sea necesario, Bella. Es lo menos que puedo hacer por ti y la verdad es que quiero hacerlo. Tanya no es la persona que creía mi amiga. Ella cambió repentinamente y creo saber por qué, pero lamentablemente ya no puedo hacer nada ante ello. Ya no puedo ayudarla porque no quiere escuchar a nadie que le diga en algún momento que lo que está haciendo está mal. Y ya dejé de intentarlo. Siempre me quedaba callada, porque la gente con la que se metía no era… buena. Contra los que ella arremetía, esas personas, eran como… ella. Me convencía de que se lo merecían para de alguna manera encontrar una justificación para lo que Tanya hacía. Pero hacerle daño a inocentes, solo por un encaprichamiento… eso es pasarse de los límites. Y si puedo evitar que algo malo pase, lo haré. Quiero ayudarte, Bella. Sé que tal vez piensas que puedo estar planeando algo y que en realidad todo esto sea mentira, por eso quiero demostrarte que estoy siendo sincera. Deja que me acerque a ti, deja que te ayude para que Tanya no consiga lo que quiere. No se lo permitas. Solo… déjame ayudarte, Bella.
-Esto es… no puedo creerlo.- pasó las manos por su rostro- Pero, sé qué clase de persona es Tanya…- me dirigió una mirada y continuó- sé que prometimos que nunca, nadie nos separaría, Edward…- se detuvo y temí lo peor-… y así lo haremos. Lucharemos juntos… contra todo…- me miró intensamente y vi cómo sus ojos se llenaban de lágrimas- te amo, Edward… y no quiero perderte… sé que no debería, pero no puedo evitar pensar que… lo mejor sería que yo me f…
-No, Bella. Eso no es una solución- dije mientras me acercaba con rapidez, me acuclillaba y la tomaba de ambos lados de su rostro- mírame… si tú te… fueras, solo conseguirías dañarnos más. Estoy seguro, Bella de que si permanecemos juntos, podremos con todo lo que se nos venga encima… todo. Lo lograremos. Además, la escuela ya va a terminar y cuando eso suceda, ambos podemos irnos a estudiar fuera del estado, vivir juntos, comenzar una vida lejos de todo esto. No tendríamos que huir más. Viviríamos como siempre lo hemos soñado. Y estaremos juntos, eso es lo que más importa. No quiero que vuelvas a pensar que irte de aquí mejoraría las cosas, porque no es así. Y yo también te amo, Bella, más que a mi vida.- me acerqué a sus labios y los acaricié tiernamente con los míos- No llores, mi Bella. Me parte el alma verte así. Quiero verte feliz. Juntos podremos. Confiemos en nosotros.- la rodeé con mis brazos y la atraje hacia mí. Ella me abrazó fuertemente. Eso era todo lo que necesitaba. Ella me daba la fuerza para pelear contra todo y contra todos, sin importar qué o quién.
-Te amo muchísimo, Edward… perdón por pensar nuevamente que huir podría ser una solución. Te prometo que nunca más lo consideraré. A no ser que huya contigo, nunca me iría de aquí.- esas palabras me tranquilizaron de sobremanera. Lo que menos quería en el mundo era que ella se vaya. Me volvería loco.
Se escuchó un carraspeo. Rosalie.- Chicos, siento interrumpirlos, pero aún tenemos mucho de qué hablar sobre Tanya y supongo que el padre de Bella no tarda en llegar.- ella tenía razón; ya eran las 19:30- Tenemos que planear cómo mantendremos a Tanya lo más alejada de Bella; y no olvidemos que ahora también está involucrado James. Y hablando de eso, Edward te dije que me mantendría alerta. Lo que hicieron en el supermercado fue… innecesario- dijo mirando también a Emmett- Además, no estoy segura de que hubieran conseguido lo que se proponían. La pobre muchacha estaba tan abrumada que pensaba que le iba a dar un ataque de nervios o algo parecido.- continuó mientras movía la cabeza con reprobación- En fin, yo conseguí oír la conversación entre Tanya y James. Fue sumamente difícil esconderse en un maldito arbusto que resultó más pequeño de lo que había pensado, pero ni modo. Ok, pude escuchar cómo Tanya le pedía ayuda a James para… ya saben, atentar contra Bella. Le decía que ella se había vuelto alguien muy importante para Edward, por lo que sería un buen punto por el que atacar.- escuchar eso me hizo tensarme y cerrar mis manos en puños. Bella sintió eso e intentó tranquilizarme con caricias, pero no lo logró. Tan solo imaginar a James cerca de ella, me hacía perder los papeles- Tanya le dijo que tenía un plan. James se encargaría de seducir a Bella y un día la llevaría con engaños al bosque solo por un corto tiempo, donde la besaría y Tanya se encargaría de llevar a Edward en ese momento al bosque también para que vea cómo su novia la engañaba con su peor enemigo, justo con ella misma había hecho. Así, la odiaría y al hacerlo él también sufriría. La cuestión es que ellos buscarán tenderles una trampa y ustedes no lo pueden permitir. No estoy segura de ello, pero puede que busquen más… aliados. Tenemos que estar alertas y más aún cuando llegue la fiesta de graduación. Estoy segura de que ellos aprovecharán ese día para atacar.
Rosalie tenía mucha razón. Ellos atacarían en la fiesta. No me había dado cuenta de que faltaba tan poco tiempo para ese día.- Gracias por la información, Rosalie. Y sí, no dudaría de que ellos pidieran a otros que los ayuden. Con el dinero, todo se puede en esa escuela. Pero nosotros también podemos aliarnos con varias personas. No perdamos tiempo. Mañana mismo, Emmett, buscarás información sobre los posibles aliados de James y tratarás de buscar unos cuantos para nosotros. Ya sabes, gente de “confianza”. Ben, Erick, Tayler. Y no pierdas de vista a Demetri, Félix y Newton. Ellos estarían dispuestos a hacer cualquier cosa por James con tal de recibir dinero a cambio.- Emmett asintió serio y con cierto brillo en los ojos. Sabía cómo le gustaba estas tareas. Por eso, no dudé en encargarle unas cuantas “misiones”.
-Eso estaría bien para empezar. Yo trataré de conseguir más información. Pero, hay algo de lo que no me había percatado. Y eso es que tarde o temprano ella sabrá que yo ayudo a Bella y creerá que la estoy traicionando. No temo por lo que me pueda hacer, pero al descubrirlo, yo ya no podría averiguar nada por parte de ella.- Tenía razón, tampoco yo había tomado eso en cuenta.
-Pero, Rosalie, si Tanya te daña por mi culpa…- Rosalie bufó sonoramente.
-Bella, sé defenderme muy bien. Creo que ya lo has visto antes. Y Tanya no es inmune a mí.- Todos la miramos extrañados. Ella sonrió- Verán, hace años, ella quiso… supongo que estaba celosa por todas las cosas que mi padre me daba y el suyo no a ella. No sé si lo saben pero mi padre es el jefe del suyo y como tal ganaba más, por lo que mi papá me consentía mucho más. Su sueldo le permitía eso. Un día, ella fue como siempre a mi casa a conversar, escuchar música, hablar sobre la última moda y recuerdo que yo estaba súper emocionada porque mi padre iba a comprarme un BMW como regalo de cumpleaños, justo el que yo quería. Y mi madre me daría una tarjeta de crédito con un saldo bastante alto para comprar lo que yo quisiera en las tiendas más concurridas de Seattle. Tanya permanecía callada. Yo pensé que se iba a alegrar tanto como yo y se lo dije, pero de un momento a otro, ella me miró furibunda y se lanzó encima de mí. Recuerdo bien lo que me dijo: “¿Querías que me alegrara? Pues no. Todo lo que tú tienes, lo debería de tener yo. Yo lo merezco más que tú. Yo debería tenerlo, no tú”. Debido a que la música estaba muy alta, mi madre no podía escuchar los gritos de ella; pero yo estaba tan enojada como ella. No pensé que pudiera reaccionar así. Se suponía que era mi amiga. Ella iba a darme una bofetada, pero en ese momento la giré y quedé encima de ella. Le grité al igual que ella a mí que no me importaba si ella creía que yo no merecía lo que tenía y que si pensaba que ella debería tenerlo todo y no yo, pues que estaba equivocada, porque estaba demostrando lo contrario. Y por último, le dije que nunca más se atreviera a golpearme, porque si tan solo lo intentaba, se arrepentiría y me la pagaría muy caro. En ese momento, ella soltó sus manos, que yo tenía apresadas e intentó golpearme, pero yo la bloqueé y le di un golpe con mi puño en su cara y le dije: “Te lo advertí, pero no me escuchaste”. Estaba preparada por si ella se lanzaba de nuevo hacia mí, pero en vez de eso solo empezó a llorar y me pidió perdón, que se encontraba muy deprimida porque sus padres no la querían y que no quiso reaccionar de tal manera conmigo. Su rostro me transmitía tanto dolor que le creí y le puse maquillaje en el moretón que le había dejado en el ojo izquierdo, pero como no logramos ocultarlo del todo, decidimos decir que se había tropezado en el baño y se había golpeado en el lavabo.- Todos escuchábamos atentos lo que Rosalie contaba. Nunca me imaginé que ellas se hubieran peleado en algún momento.- Bueno, eso es todo. Después de eso, ella nunca volvió a intentar algo así conmigo. Una parte de mí me decía que no lo había vuelto a intentar porque en realidad fue un impulso lo que la llevó a intentar golpearme, pero que no lo quiso hacer. Sin embargo, otra parte me decía que si yo me hubiera dejado pegar por ella, lo hubiera intentado nuevamente, cuantas veces lo hubiera querido, pero que al darse cuenta que conmigo no podría, creció en ella cierto temor por mí y no le quedó más que hacerse mi amiga, ya que como enemiga no le convenía. Ahora, me inclino más por esta última opción, pero antes pensé que era más por la primera.- No sabía qué decir. Tanya es astuta. Tal vez, solo tenga a Rosalie para le cuide las espaldas. Podría esperarme todo de ella.
-Bueno… nunca me imaginé a ambas en una situación como esa, pero ahora que lo cuentas, pues no me impresiona en realidad. Siempre fui testigo de su ambición, codicia, egoísmo. Lo que me sorprende es que concuerde contigo en que Tanya te tema. Pensé que hasta tú le temías a ella, pero al parecer me equivoqué.- comenté.
-Yo sí creo que Rosalie pueda dar miedo.- dijo de repente Emmett. Todos lo miramos y él se puso algo nervioso- Digo… tan solo, imaginándome la escena de los puñetes… creo que R-Rosalie puede dar miedo… sí- decía mientras movía sus manos. Quería burlarme de él. Desde que llegó había estado muy nervioso. Pero no lo haría; no me gustaba ver a Emmett enfurecido por una broma. Era insoportable. Y qué decir de su venganza. Casi me da un patatús cuando coqueteó con Bella.
-Sí, bueno, yo sí he sido testigo de la manera de defenderse que tiene Rosalie. Puedo asegurar de que muchos chicos de la escuela le temen. Rose es de armas tomar… perdón, Rosalie- dijo Bella, quien había permanecido callada largo tiempo. Ya hasta había pensado que se había dormido en mis brazos.
-No…Rose está bien. Me gusta. Además, yo te llamo Bella desde hace mucho y tú ni te dabas cuenta.- dijo Rosalie sonriendo- Bueno, yo ya tengo que irme. Mi madre se preocupará si llego muy tarde a casa.
-Sí, tienes razón. Lamento no haber podido preparar nada para la cena aún. Me hubiera encantado tenerlos de invitados. Pero mañana será.- dijo Bella ahora más relajada- Por cierto, no vi tu auto afuera. ¿Cómo viniste?
-Bueno, digamos que no le caigo bien a varias personas en la escuela, por lo que ahora mi auto está en el taller. Se supone que me lo llevarían hoy a casa. Aún no sé si así lo han hecho. Por ello, vine en taxi. Pero no se preocupen, ahora llamo a otro.
-No, no es necesario. Creo que a Emmett no le molestará llevarte, ¿cierto, Emmett?- no evité comprometerlo. Tenía que entablar más conversación con Rosalie si quería conseguir algo.
-¿En serio? ¿Podrías llevarme?- le dijo Rosalie mirándolo directamente. Mi pobre amigo casi estaba con la boca abierta, pero reaccionó de su letargo rápidamente.
-No… no hay problema. Vamos.- dijo tomando su mochila.
-Gracias. Bueno, nos vemos mañana Bella. A la misma hora. Adiós, Edward.- se despidió Rosalie.
-Hasta mañana, Rose. Ahh, mañana… ¿podríamos hablar de algo… solas?- ¿solas Bella y Rosalie?... Raro…
-Claro. Adiós.
Dicho esto, Rosalie y Emmett salieron y Bella y yo nos quedamos en la entrada hasta que el Jeep desapareció. Ella me abrazó y así entramos a la casa. Una vez en la sala, ella empezó a reír suavemente.
-¿Qué sucede?
-Nada… es solo que cada vez me sorprende cómo ha cambiado mi vida.
-Sí, igual yo.- concordé con ella mientras me sumergía en sus cabellos- Por cierto… ¿de qué hablarán Rosalie y tú mañana?
-Cosas de chicas- ¿Y qué se supone que es cosa de chicas?
-¿No me dirás?
-No.- dijo levantando su rostro y mirándome fijamente- Además, aún me tienes qué explicar qué hay con esa chica Andrea.
-Bella…- no creí que tendría que empezar de nuevo. Ella rió divertida.
-Fue una broma…- se tornó seria- te amo… demasiado.
-Y yo a ti… te adoro, mi Bella.
Así, la semana fue pasando rápidamente para mi mala suerte. Nunca me enteré de la “cosa de chicas” del día siguiente. Me sorprendí más cuando Alice llegó al poco rato de haber llegado Rosalie y Emmett. Por lo menos, el tiempo que llevaron encerradas en la habitación de Bella, Emmett me contaba lo que había sucedido cuando llevó a Rosalie a su casa y que luego de eso habían quedado en que él la recogería de su casa luego de la escuela y la llevaría a casa de Bella y en la noche la dejaría en su casa nuevamente. Por lo visto, mi amigo no perdía el tiempo.
Los días pasados con Bella fueron los mejores de mi vida. Cada día mejor que el anterior, y así sería por el resto de mi vida. Ahora, tendríamos que enfrentarnos a lo que sea en la escuela. Habíamos conseguido mucha más información que nos ayudaba, pero no bajaríamos la guardia. Lo único que me consolaba era que ya faltaba menos de 2 meses para que finalizaran las clases. Después de eso, Bella y yo nos iríamos, y viviríamos juntos, como lo soñamos todas las noches.
Holaaaaaa, chicas... m tardé mucho??? perdón... ayy pero si supieran... recuerdan k les dije k ya tenía la historia avanzada?? pz sí.. publico la historia en otra pag... y ahí la tengo maaaaaaaaas avanzada, pero no he publicado desde hace 2 semanas... stoy super ocupada y me deprime no poder escribir pero comprenderán k no puedo dejar de estudiar, k es mi caso, por escribir, k por cierto me encanta, pero hay k tener prioridades... y esto es cada vez más dificil... a veces me dan ganas de escribir y ya dejar el estudio a un ladito, pero sé k si lo hago puedo arrepentirme y después de eso, ya no habrá vuelta atrás... weno, dejando este tema, espero k les haya gustado el cap... ahora sí, el cap k viene es... digamos... la continuación de la furia de Tanya... así k me dicen si kieren publicación rapidito... si me dicen hasta el domingo, lo publico ese mismo día... ya para el lunes, no sé si pueda pork será semana de prácticas... ya veremos... weno, me despido chicas... muchas gracias por su apoyo... ya estamos en la pag 29!!!! spero k siga subiendo... chauuuu nos leemos prontito... en verdad, muchas gracias a todas por su apoyo incondicional...
Lyhaane.
(*) ahhh, por cierto, a partir de ahora, también les voy a colgar fotos de los vestidos, peinados o lugares k nombre en cada cap, para k tengan una idea de cómo se ven los personajes y los sitios a donde estos vayan... ahora siii, byeeee
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