Pov Santiago.
Mi dulce y pequeña Gianna. Desde la gran sala escuche sus preciosos latidos; se la notaba que estaba aterrada, tal vez se pensaría que este era su final; y de ser así yo la acompañaria; ya no me imaginaba un mundo sin ella. Todas las noches velaba por ella, cuidandola de Demetri, no permitiría que este la hiciese daño. Y todas las noches la misma historia, yo interfería en sus sueños. Quería que ella se olvidase de el, que no se acercase; quería que se diese cuenta de que el es inalcanzable.
Esta entró por la gran puerta; tan hermosa como siempre; pude observar como recorrí con sus preciosos ojos a toda la guardia, esta le estaba buscando, y lo encontró, se topó con los ojos de Demetri; por un momento pense que esta iba a caer de nuevo en sus redes; pero no fue así, aparto la vista resignada; y eso me alegro. De nuevo su mirada buscaba ha alguien, y ese alguien era yo. Me miro con ilusión.
Ella lo tenía todo, deseaba tenerla entre mis brazos, protegerla de cualquier mal; acariciar su precioso cabello, admirar sus maravillosos ojos... me sucumbí en mis pensamientos que no atendí a la conversación que tenían Aro y Gianna; en pocos minutos este pido su mano para poder leerle la mente; esta dudo un poco, pero al final se la entrego; y cuando lo hizo pude ver en su cara el miedo, la confusión.
Se la veía nerviosa y asustada; en esos momento yo ya sabía que iba a hacer Aro. Este acuno el rostro de Gianna entre sus manos y le dio un casto beso en los labios. Yo ya sabía que era un beso de cariño, es decir de afecto, pero la rabia me invadió; me puse realmente celoso, me daban ganas de arremeter contra Aro y estamparle contra la pared. Recorrí con la mirada toda la guardia; Demetri estaba furioso; no había descripción para expresar lo que en esos momentos sentía; Alec estaba igual, ¿por que estaría así? no le entendía; Felix como siempre; risueño; Jane... mejor ni decirlo; estaba realmente dolida y rabiosa; todos sabíamos sus sentimientos hacia Aro, y eso le dolió bastante.
Ella estaría encantada de usar su don, pero sabía que si lo usaba Aro la regañaria; y eso sería un palo muy fuerte. En la lejanía se encontraba Sulpicia; miraba con asco a Gianna, tambien ella estaba celosa; pero tendría que estar acostumbrada; Aro siempre hacía eso, mostrar su afecto, sobre todo en las mujeres; y si de verdad hacía eso con Gianna es que tenía planeado algo grande para ella; tal vez vería un diamante en bruto.
Cuando se separaron pude ver que Gianna estaba más palida de lo normal; su corazón tambien iba lento, pero su respiración era algo agitada. En esos instantes Aro aprovecho para comunicarle algo, que ni nosotros mismos sabíamos.
El había decidido prescindir de nosotros; de Felix; Jane; Alec , Heidi y de mi para una misión. El único que se quedaría sería Demetri.
No me lo podía creer; tal vez Aro había hecho esto debido a los pensamientos de Gianna; ¿que había visto en ellos para que hiciese esto?
Por el rabillo del ojo vi como Demetri estaba risueño; durante un tiempo se libraría de mi, y podría estar solo con Gianna.
De un momento a otro sentí que el corazón de Gianna iba en aumento; su respiración tambien, y estaba más palida de lo normal. Se iba a desmayar. Inmediatamente fui donde ella y la cogí por la cintura ; evitando el golpe.
- Vaya por dios - dijo Aro en un susurro - Por favor Demetri llevala hasta su casa y quedate con ella hasta que se despierte.
Dicho este este apareció a mi lado arrebatándome a Gianna de mis brazos. Deje de sentir su cálido roce.
- Pero señor lo podría haber hecho yo - dije mientras miraba a Aro
- Lo se, pero prefiero que la lleve Demetri; además tu te tienes que preparar para la misión.
Esto no era posible; ¿por que Aro me hacía esto? Eche una mirada atrás y pude ver como Demetri se desvanecía en la penumbra; a leguas podía percibirse su felicidad; y no me extrañaba; ya que tenía a un ángel entre los brazos.
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