Todos nos miraban raro y extrañados, pero nadie se atrevió a decir nada.

-¿En serio esto se come?-dije haciendo cara de asco a la langosta.

-Claro que sí, Bella.

Gemí, no me gustaba la carne, pero sí la leche, el queso y esas cosas.

-No como carne-dije haciendo un pucherito estilo Alice.

-Ey, lo recordaste, Bella-aplaudió Alice.

-Me ha servido mucho, Alice-dije riendo.

-Bueno, vamos a la cocina, hermana-me dijo Rosalie.

Fuimos y ella sacó muchas frutas y verduras, las que preparamos en una ensalada.

-Bella, no sé cómo decirles a todos que…

La corté rápidamente, había visto que algo se movía fuera de la cocina…

Abrí la puerta y dejé caer a Alice y Emmett.

-¿Se divirtieron?-les pregunté ‘amablemente’.

-Dios, chicos ¿qué hacían ahí?-preguntó Rosalie.

-No… Nosotros…

-Pues espiando-completé yo.

Los mandé de regreso al comedor, junto con Rosalie. Entonces yo llevé la ensalada al comedor y la serví para mí en un plato.

Noté que Nessie veía la ensalada y su langosta, a su comida con un poco de asco y mi ensalada con hambre.

-Nessie, ¿Quieres que tu langosta se vaya y comer ensalada?-le pregunté tiernamente.

-Yo…-miró a su papá que la veía como si estuvieran teniendo una plática sin palabras.

-Vamos, Eddie, deja que Renesmee coma lo que quiera, es sólo una niña-le dije y trataba de no reír por lo de 'Eddie' y para que todos tuvieran una perspectiva más del nombre dije Rene…Esme, fingiendo atragantarme un poco a mitad del nombre, aunque también recordándole momentos del pasado.

-Está bien-dijo a regañadientes.

A nadie se le escapó la manera en que dije el nombre y estaban, todos, pensativos.

Renesmee y yo soltamos un "yupiiiiiiiiiii", aunque yo más para agradarla.

Hice a un lado esa pobre langosta sin suerte, y le serví un poco de ensalada a la nena.

Todos estaban más que callados, así que decidí romper el hielo.

-Bien, jefe-dije refiriéndome a Edward-¿cuándo empiezo mi trabajo?

-Pues… ¿Mañana?

-Mañana… ¿A qué hora, jefe?

Me sorprendía la manera en que podía hablar con él, después de mucho tiempo de hasta evitar pensar su nombre.

-¿Puedes a las ocho de la mañana?-preguntó dudoso.

-Claro que sí, Edward-dije como si fuera lo más obvio-no tengo nada más que hacer…

Recordé que la próxima semana, el diez de septiembre, sería el cumpleaños de mi nena querida, así que iría al hospital de Seattle, donde había traído al mundo a mi hija.

-Solo que… Quiero pedirte un favor-le dije a Edward sonrojada, él sólo asintió- La próxima semana tengo un… Compromiso, así que si no es mucho pedir, quisiera el día libre.

-¿Cuándo?-dijo Alice.

-El sábado diez-dije girando mi rostro hacia ella.

Escuché un gemidito a mi lado, pero lo dejé pasar.

-¿No lo puedes cambiar, Bella?-me susurró Nessie.

-Lo siento, muñeca, pero no puedo.

-Ah, entiendo…-susurró más para ella que para mí.

-¿En verdad no lo puedes cambiar, Bella?-me dijo Alice triste, haciendo un pucherito.

-Ni siquiera aunque hagas ese pucherito todo el día-le dije con el corazón en la mano-¿Por qué?

-Es que… Es el cumpleaños cinco de mi sobrinita-dijo Rosalie.

Como por arte de magia, me atraganté. No podía ser, Edward se había estado acostando con Tanya mientras lo hacía conmigo… Eso me caló, y muy hondo debo admitir. Pero Renesmee no tenía culpa.

-¿El… El diez? ¿Sep.… Septiembre?-pregunté incrédula.

Todos, o casi todos, asintieron y mi corazón terminó de machacarse.

Le dirigí a Edward una mirada con todo el odio que pude tener, él se encogió en su asiento y yo lo miré con más odio, con tristeza y con más odio.

-No te preocupes, nena, estaré contigo ese día-le dije a Reneesme dándole un beso en la frente.

Me paré de ahí, si seguía un minuto más cerca de Edward en ese momento, le gritaría de todo, hasta de lo que después me arrepentiría.

-Bella, ¿a dónde vas?-me preguntó mi hermano parándose de su asiento.

-De aquí-dije poniéndome el abrigo-Voy a mi casa.

-Pero, ya pasan de las once y no trajiste coche, Bella hermanita-me dijo Rosalie.

-Tomaré un taxi-dije despidiéndome de todos.

Un beso en la mejilla para Emmett.

Un beso en la mejilla para Rosalie.

Un beso en la mejilla para Esme.

Un beso en la mejilla para Carlisle.

Un beso en la mejilla para Nessie.

Un apretón de mano para Edward.

Un beso en la mejilla para Jasper.

Un beso en la mejilla para Alice.

-Déjame llevarte, Bella-pidió Alice.

-No se preocupen, llamaré para avisar que estoy bien, adiós.

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Hola, perdón por la tardanza. Les juro que mañana o pasado mañana, subiré el último capítulo del año...

Por favor, comenten, voten y visiten mi nueva historia... Se llama JACOB Y RENESMEE... Es de las últimas historias. Besos...

                                                                                              *fenanda*