Después de la cena,el conde de Forks quiso pasar un rato en el despacho.Se sentó en una silla y contempló el retrato de su madre como si por ello fuera a devolverle la vida.
Bella lo observaba sin saber muy bien qué decir.No habían hablado durante la cena.Un silencio incómodo,no como los que compartía con Edward,sino más bien como si ambos quisieran terminar de cenar cuanto antes y pasar a lo siguiente.
Por fin,tras lo que parecía una eternidad aunque sólo fueran unos minutos,el conde negó con la cabeza.
—Apenas la recuerdo y no estoy seguro de si es realmente un recuerdo o un fruto reciente del deseo de recordarla.
—Han pasado dieciocho años—dijo Bella dulcemente—.Era muy niño para recordarlo.
El conde se inclinó hacia adelante,se plantó los codos en las rodillas y cruzó las manos,unas manos muy bronceadas,llenas de cicatrices diminutas,las manos de un trabajador.
—Por lo que dicen,mi padre era un auténtico bastardo.
—Milord…
El conde la interrumpió levantando la mano.
—Ya sé que hay normas sobre cómo dirigirse a los demás,pero yo soy Sam,a secas.
—No,usted es el conde de Forks.—Y al parecer,le iba a dar aún más trabajo que Edward.Por lo menos,Edward conocía la historia de la aristocracia y sabía lo importante que era para Gran Bretaña.Pero aquel hombre era a todos los efectos…americano.La idea le produjo un escalofrío.
—De momento,llámame sólo Sam,hasta que me acostumbre a esto.
—Muy bien…Sam—dijo Bella asintiendo con la cabeza—.Samuel—rectificó—.¿Puedo llamarte Samuel?Sam es muy…corriente.
—Samuel está bien.Es lo de «milord» lo que me suena pomposo.Hace dos semanas me preocupaba que mi ganado sobreviviera al invierno y ahora que me ha caído esto encima,aún no tengo claro si ha sido una suerte o una desgracia.
—Supongo que pudiste demostrar que eres Samuel Cullen.
—Aparte de mi nombre,tengo una manta con un escudo de armas bordado en ella.No sé muy bien por qué la he guardado todos estos años.
—Tienes los ojos de tu padre,pero la mirada bondadosa de tu madre.
—Díselo a mis chicos—dijo el conde sonriente—.Los mantengo a raya.
—Me temo que ya no verás mucho a tus…chicos.
—Eso ya lo arreglaremos.
Bella se aclaró la garganta.
—Te ayudaré a encontrar a alguien que te enseñe tus obligaciones y nuestras costumbres.Me caso en primavera y no podré hacerlo yo misma.
—Eso me dijo Cullen.Me gusta:es un buen hombre.
—Sí,lo es.
—Te tiene mucho cariño.
—Y yo a él.
El conde se quedó pensativo,moviendo ligeramente el bigote.
—Entonces,si le tienes cariño a Cullen y él te lo tiene a ti,¿quién es ese tipo con el que te casas?
—El duque de Tanner.
Sam se quedó allí sentado,inmóvil,como si esperara alguna otra explicación.
—Es duque—añadió Bella—.Así que yo seré duquesa.
—¿Y eso te hace feliz?—inquirió él.
—Claro que me hace feliz—espetó Bella levantándose furiosa de la silla—.¿Qué sabrás tú?Como te has criado en América,no tienes ni idea de lo que es la nobleza.¿Cómo se le ocurrió a la condesa llevarte allí?No entiendes que una duquesa es respetada,amada…—Un terrible sollozo se le escapó de la garganta.Se dejó caer en la silla,con los ojos inundados de lágrimas—.¿Por qué no se despidió de mí?
Sam se acercó y se arrodilló delante de ella.
—Eh,eh,cielo,no llores.
—Pero¿por qué Edward no se despidió?
—A los hombres no se nos da muy bien expresar nuestros sentimientos.
—A Edward sí.Se le da muy bien.Nos habíamos prometido que no tendríamos secretos el uno para el otro.Sabía que te habían encontrado y no me lo dijo.
El conde le tomó las manos.Aun siendo las manos de un trabajador,eran agradables al tacto.
—¿Qué habría cambiado si te lo hubiera dicho?
—Ahora no estaría tan triste—dijo Bella sorbiendo—.Ella te quería,¿sabes?Tu madre.Intentaba protegerte.Tu padre era un hombre horrible.Pero no era bastardo,era hijo legítimo.
El conde soltó una sonora carcajada acompañada de un guiño peculiar de sus ojos centelleantes que le recordó mucho a Edward.
—Cielo,cuando lo he llamado «bastardo»,no me refería a sus ancestros.Y sé que mi madre hizo lo que creyó mejor y posiblemente acertó.Pero también sé que a veces un hombre llega al final de un largo camino y echando la vista atrás,se pregunta si le habría ido mejor de haber tomado otro rumbo.Lo que intento decir es que Cullen hizo lo que le pareció mejor,pero eso no significa que dentro de unos años no vuelva la vista atrás y se pregunte si debería haber tomado otro rumbo.
Bella se lo quedó mirando.
—No sólo los hombres.También las mujeres volvemos la vista atrás y nos hacemos preguntas.
Y a veces,al volver la vista atrás,una mujer se daba cuenta de que sus sueños habían cambiado.
HOLA CHICAS!!!!!
MAÑANA EMPIEZA EL FINAL!!!!!
NO OS LO PERDAÍS!!!!!
|