Pov:Alice
Emmett me había besado, después nos abrazamos, y estábamos ahí en las montañas solo abrazándonos pero en mi mente no paraba de recordar cada uno de los momentos que había vivido a su lado, lo dulce que era conmigo, todas nuestras pijamadas, todas las idas de caza juntos, pero sobre todo pensaba en el beso que acababamos de darnos, nada era igual para mí, él era ahora mi Sol y mi vida giraba alrededor de él como lo hace la Tierra.
Se percató de que estaba muy silenciosa.
-¿Qué tienes peque?-
-Nada-intenté convencerlo
-A mi no trates de engañarme, eso déjalo para el resto del mundo yo te conozco como a la palma de mi mano y puedo jurar que piensas en todo lo que hemos vivido juntos pero sobre todo en los dos besos que nos dimos-tenía razón, él me conocía como nadie, ni yo misma me conocía tan bien como él.
-¿Cómo lo sabes?-
-Porque yo tampoco paro de pensar en eso-y sus hermosos ojos carmesí me mostraron que era verdad.
-Quieres ir a la laguna?-sólo me miró y tomó mi mano, el y yo no necesitábamos hablar, nuestras miradas lo decían todo.
Llegamos a la laguna y el sin inmutarse se desvistió y quedó solo con su ropa interior, siempre había sabido que tenía un cuerpo bien torneado, pero hoy justo hoy despues de besarlo se veía exquisitamente sensual.
-Te vas a quedar ahí mirando peque?-su melodiosa voz me despertó de mi ensueño.
Hice lo mio y me desvestí hasta quedar sólo con mi conjunto negro de encaje, no era que yo fuera vanidosa pero por mi piel extremadamente blanca el negro me sentaba muy bien. me hacía ver y sentir muy sexy. Olvidé que éste conjunto era de tanga así que más de la mitad de mis pompas quedaban al descubierto pero me metí antes de que Emmett pudiera notarlo.
Pov:Emmett
Así es, nos habíamos besado y era la sensación más excitante de toda mi vida, ni semanas enteras de sexo con Rosalie se comparaban con ese dulce beso que mi peque me había dado.
Noté que al igual que yo, ella no paraba de pensar en el beso y en todos los maravillosos momentos que habíamos vivido uno junto al otro, ella sabía todo de mi, conocía mi pasado, mi presente y porsupuesto mi futuro.
Fuimos a nadar a la laguna y noté que mientras yo me desvestía ella me comía con la mirada y eso me encantaba, porque sabía que además de ese lado dulce y tierno también era apasionada.
Vino el turno de que ella se desnudara, no podía creer lo increíblemente bella que lucía con el color negro, resaltaba su tez blanca y esos enormes y hermosos ojos carmesí, reconocí ese conjunto, era brasier y tanga, lo había comprado hace tres semanas y yo la había acompañado. No olvidaba ningún momento que había pasado a su lado.
Entró en el agua y me acerqué a ella.
-Sabes que esa tanga te hace lucir exquicitamente bella?-su cara de asombro y pena me dejaron anonadado, nadamás existía estando con ella.
-Que te ocurre peque?-
-Nada Emm-
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