Bella Newton???

Autor: Huellas
Género: Drama
Fecha Creación: 25/08/2010
Fecha Actualización: 02/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 32
Comentarios: 151
Visitas: 141789
Capítulos: 33

-No me dejes, Bella. No, no, no. Bella, no me dejes. ¡Isabela Cullen no me puedes dejar! -grité desaforadamente. Todo comienza cuando Edward pierde a Bella en manos de un lobo... pero y si encontraran a Bella siglos después? Y si ella no fuera Bella... y si los lobos y los vampiros no son las unicas figuras mitologicas?? 

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Capítulo 4: Me presento, soy Bella Newton.

Me presento, soy Bella Newton.

 

Rosalie y Emmett iban en la parte delantera del auto, y yo iba, atrás. Solo. Nos dirigíamos al instituto, en Forks. Yo había decidido volver, y les había dado la idea, ellos no estuvieron de acuerdo al principio. Pero debíamos volver a pisar esa tierra, en ningún otro lado éramos tan libres como allí, ya que el sol no salía casi. Y bueno, ella no volvería a ese lugar, jamás.

Nada más íbamos Rose, Emm y yo, ya que Nessie y Jacob se habían ido a La Push a recordar, y estar por ahí, a ver a cual Black o Uley se encontraban. Alice y Jasper… bueno ellos ya no estaban con nosotros. Hace 25 años decidieron irse un tiempo, Jasper no soportaba el aura de dolor y nostalgia que embargaba a nuestra familia, y aunque se sintiera culpable, él mismo aportaba un poco a eso. Pero más que todo, fue por Alice. Ella, mi hermana, se había enfrascado en los libros de Bella, releyó todos, por lo menos una diez veces. Todavía recuerdo el día en que Jasper decidió alejarla de todo un rato.

Flash Back

Jasper iba subiendo las escaleras hacia su cuarto, tenía planeado con Rose, ir de compras para animar un poco el ambiente de la casa. Ya que ya habían pasado 125 años desde que ella había muerto.

Jasper tocó la puerta lentamente, sabiendo que Alice contestaría con un “mjum” y dejaría que entrara. Ella estaba sentada en su sillón, con los libros de ella regados en el suelo. Esta vez leía Cumbres Boscarrosas por quinta vez.

Jass se sentó en el bordé del sillón, le quitó el libro de la mano mientras ella hacia una mueca de desagrado y frustración, no le gustaba que la interrumpieran. Jass habló antes que ella.

-Alice, vamos de compras con Rose, ¿si? –nadie en la casa previó su respuesta, tal vez yo, pero solo unos segundos. Nadie estaba preparado para lo que Alice había respondido esa tarde, nunca pensamos escuchar esas palabras de ella.

-¿Para qué? Tengo suficiente ropa, las compras son aburridas.

Flash Back.

Por eso Jasper se la había llevado un tiempo. Por eso no estábamos juntos. Se suponía que llegaría en un mes a Forks, estaban creo… que en Pakistan, o algo asi.

Como decía, íbamos camino al instituto. Aparcamos en el sitio de siempre. Hace dos años que habíamos llegado aquí, yo me había prohibido ir a la casa de ella en esos dos años.

-Edward, nos vemos –no me di cuenta que ya había pasado la primera clase. En la que estaba con Emmett y Rosalie, hasta que ellos se despidieron.

Caminé hasta la siguiente clase, Biología.

Me senté en mi pupitre de siempre, éste era el peor de las clases que tenía, no solo porque a veces tenía que lidiar con Kesha, que estaba enamorada de mi aunque apenas y le había dicho mi nombre el primer dia de clases, hace 2 años!

Sino porque me recordaba a Bella, todo.

Entonces la puerta se abrió, y esa fragancia me llegó a la nariz. Levanté la mirada de mi cuaderno cerrado, pensando que era una jugarreta de mi imaginación dándome la fragancia que yo quería recordar, pero no.

Ahí estaba ella, de pie en el umbral, mirando al profesor con un poco de pena, ya que llevaba las mejillas tiernamente sonrojadas. Avanzó hasta él con paso decidido, extraño, y le habló.

-Soy la nueva estudiante, mucho gusto –le dijo estirándole la mano, tomando la carpeta azul con la otra. No hice más que mirarla mientras se volteaba, indicada por el profesor, y le hablaba a la clase entera –Hola, mi nombre es Isabela, pero me gusta más Bella. Vengo de Phoenix, espero que no me carguen mucho por ser “la nueva” –hizo las comillas en el aire y casi todos rieron.

Pero yo no pude hacer nada, sino observarla.

¿Los vampiros podíamos entrar en shock? ¿No? ¿Entonces porque yo no podía pensar con claridad? ¡Qué hacia! ¿Me acercaba y le hablaba?  No, eso no podía hacerlo, ella no me conocía. Pero era tan igualita a ella, ella, mi… me había prometido no pensar en su nombre mientras no estuviera en mi cuarto, solo.

Donde no me pudieran observar. La seguí mirando caminar entre los puestos, tropezarse con nada más que sus delicados pies, tan típico en ella, pero ella no era mi ella. Cuando estuvo a salvo de sus pies, sentada a una silla a varios puestos de la mía, alzo la mirada decidida, en eso era diferente. Esta era más… segura de si misma. Pero su mirada se encontró con la mía, y un ramalazo de inquietud cruzó su mirada. Se puso nerviosa, empezó a estrujarse la camisa. Desvió la mirada, me volvió a mirar, parpadeó, me miró otra vez. Se frotó los ojos, puso la cabeza en la mesa respirando desacompasadamente, y me miró otra vez. Esperando no encontrarme, creí.

Quise decirle algo, ¿pero qué? “Hola, no me conoces pero nos amamos profundamente” No, no podía decirle eso.

Entonces me dejó helado, más de lo que estaba. Ella susurró por lo bajo… “Edward”.

La clase fue una tortura, no sabía si acercarme o no a ella. Quería hacerlo, con toda mi alma. Hablar con ella. ¿Era posible que fuera mi Bella? ¿Y si no, porque sabía mi nombre? ¿Quién se lo había dicho? ¿Y si era mi Bella, porque no me hablaba directamente? De todas maneras, no podía leer su mente, igual. ¿Y porque su apellido? ¿Newton? ¿De dónde lo había escuchado? Mmm… alguien, un muchacho… Fruncí el ceño. Newton, Newton, Newton. Marco Newton… Mark Newton… Mike Newton! CLARO!

Era él. Mike… ¡el hermano de Bella! De ahí era la familia…. Mike tuvo hijos con alguien, y ellos hijos, y así… y en algún momento llegó un Newton a la familia, de ahí nació Bella, bueno, ésta Bella. Ash.

Debía hablar con Carlisle, y con Alice, ¿Por qué no había visto esto? Entonces el timbre sonó y todos se apresuraron a salir del salón, todos menos Bella. Me morí cuando levantó la mirada y me miró confundida, negó con la cabeza y se volvió y salió. ¿Qué pasaba? ¿Ella me conocía? ¿Le caía mal?

Me obligué a mi mismo a no seguirla, a irme del instituto en busca de Carlisle.

Y así lo hice.

 

Llegando tarde.

 

 

Carlisle salió a mi encuentro en cuando pasé la puerta del hospital, ya que lo llamé en camino hacia allá. Dejé a Emmett y Rosalie en el instituto, sin explicaciones. Sin hablar, sin preguntas ni respuestas. Quería hablar con él.

-Carlisle, la encontré. Es ella, no es, bueno, es igual, se llama igual, no puedo leer su mente. Me miró, la miré, confundida, es diferente, Newton, no entiendo. ¿Reencarnación? La encontré, la encontré. Debí hablarle, pero… ¿y si no es ella? ¿Y ella donde está? Carlisle, yo creo que deberíamos hablar con su familia, tal vez tengan alguna información. ¿Y Nessie? No creo que debamos decirle todavía, digo es ella, lo sé, pero Nessie apenas y está saliendo de esto. ¡Pero la encontré, otra vez! Y si me preguntas es igualita, es hermosa y su sonrojo es tan como ella, se tropezó con sus pies, aunque es más… -Carlisle me interrumpió desesperado.

-¡Edward Cullen! –gritó ofuscado. Había estado intentando interrumpirme pero ni cuenta me había dado. Ya estábamos en su oficina, sentados por costumbre -¿A quién has encontrado? Quien carajo es Newton, he escuchado el apellido en algún lado.

-Encontré a Bella, Carlisle –dije sin creérmelo yo mismo. Carlisle pensó que estaba teniendo alucinaciones, se compadeció de mí y me dedicó una mirada típica diciendo Este chico se ha vuelto loco, debo hacer algo por él y no lo supe porque leyera sus pensamientos, sino porque sus ojos me lo decían.

-Edward, hemos hablado esto muchas veces, tienes que aceptar el hecho que Bella ya no está con nosotros –claro ni yo mismo me lo creía. Si alguien me dijera que Bella aparecía, yo pensaría que está loco, pero yo no estaba loco, era ella. Me levanté del asiento, negando con la cabeza desesperado, no tenía tiempo para esto, necesitaba una explicación.

-Carlisle, no estoy loco. No es una alucinación, es en serio. Bella Newton, entró al colegio hoy. Es la hija del jefe de policía, Charlie Newton. Viene de Phoenix. Se llama Isabela, pero prefiere Bella. Es igualita a ella –le hablé lento, para que tapizara las palabras y les encontrara la verdad. Carlisle me miró unos segundos detenidamente, buscando en mi mirada algo que le dijera que era una mentira, que estaba mal por haber perdido a Bella, que Forks solo me la recordaba. Llegó a pensar en llamar al siquiatra del hospital, pero al final se rindió viendo la resolución en mis ojos. Asintió lentamente, todavía indeciso.

Lo pensó más, y más. Al final se fue hacia su escritorio, llamó a su secretaria para que le dijera quien era el jefe de policía del pueblo, la respuesta fue inmediata “Charlie Newton, doctor Cullen”. Carlisle le preguntó por su familia, lo que la recepcionista se confundió, intentó recordar alguna conversación útil “creo haber escuchado que tiene una hija, doctor Cullen. Pero no le puedo asegurar nada”. Carlisle le agradeció, y colgó.

Me miró frunciendo el ceño, con la incertidumbre grabada en el rostro.

Hizo un par de llamadas más, a la comisaria, para averiguar. Incluso habló con Charlie, y su voz era tan parecida al Charlie Swan que yo conocí. Que Carlisle no le quedó de otra que con el mayor asombro, creerme.

Después de pedir permiso en el hospital, Carlisle y yo nos fuimos a la casa, y perdimos el mismo tiempo que con él, para que Esme nos creyera.

Estuve a punto de irme a la casa de los Swan, bueno, de los Newton, ya que era entrada la noche, ya debía estar dormida. Rosalie y Emmett fueron menos problemáticos para creer, ambos querían creerme, y habían escuchado el nombre de la nueva. Alice llegó esa madrugada, después de la llamada de Carlisle, explicándole todo.

-¡Alice, Jasper! –gritamos cuando entraron por la puerta principal. Esme, Carlisle y Emmett se abalanzaron sobre el duende, Rosalie y yo abrazamos a Jasper con efusividad. Aunque estábamos un poco alterados.

-¿Cómo están? ¿Cómo les fue? –miré a los ojos a mi hermana, ese brillo estaba volviendo. Estaba a punto de salir por esos ojitos pequeños. Miré a Jasper, quien me pensó Ha aceptado salir un par de veces, pero tiene Cumbres Boscarrosas en la maleta, y otro par de libros, que no he podido evitar que lea. Está mejorando le asentí en forma de bienvenida, y le estiré la mano.

-Edward, ¿la viste? –me dijo Emmett mientras nos sentábamos a la mesa.

-Sí, es igualita a ella.-decidí no decirle a nadie que Bella había dicho mi nombre. Eso era un asunto entre ella y yo, y yo necesitaba averiguar por qué sabía mi nombre.

-No entiendo por qué no la vi venir-murmuró Alice. Emmett pensó la respuesta, y la dijo.

-Estabas tan triste, que eso pudo afectar tu don. ¿Eso no le pasó a Edward la primera semana? ¿Lo recuerdas? –recordé que tuve problemas con todos. Era como si la radio estuviera mal sintonizada, las frases las encontraba cortadas, pensamientos por aquí o por allá, aunque en ese entonces no era que me preocupara demasiado, si me inquietaba.

-Buena observación, Emmett –le felicitó Carlisle.

-¿Qué vamos a hacer? –preguntó Rosalie.

-Debemos decirle a Reneesme –observó Jasper.

-No –sentencié.

-Edward, es su madre –inició Esme.

-No es ella, Esme. Todavía no sabemos si es mi Bella.

-Pero…

-No.

-Edward, por favor, tiene derecho a saber…

-No, Carlisle. Ya está saliendo de eso un poco, no quiero reventarle la burbuja tan pronto. No hasta que hable con ella, quiero hablar con ella primero.

-Está bien. ¿Pero qué le dirás? –preguntó Rosalie.

-Mañana hablaras con ella en Biología –dijo Alice saliendo de la visión que yo sabía que estaba teniendo. Bella se sentaba a mi lado, porque llegaba tarde, y me saludaba con un débil y confuso “hola”.

-No le puedes decir cosas como que la amas y eso, Edward –dijo Jasper medio riendo. Todos sonrieron de medio lado. Yo asentí en silencio. El alba despuntó en el horizonte, y todos se fueron a cambiar, incluyéndome, para ir al instituto y Carlisle y Esme al trabajo.

Me puse un jean y una camiseta azul oscuro, mi color favorito, y un par de tenis.

Jasper y Alice se fueron conmigo en el volvo, atrás, por supuesto. Emmett y Rosalie se fueron en el jeep del primero. Llegamos con cinco minutos de anticipación al aparcamiento, el instituto estaba prácticamente lleno. Como era costumbre, todos se voltearon en cuanto bajamos del auto. Y murmuraron cosas sobre nuestros hermanos, pero apenas se tomaron de la mano, un aura de tristeza embargó el colegio, tanto de hombres como mujeres, Jasper rió. Ya todas las mujeres estaban acostumbradas a que yo no me interesara en ninguna, por muchas cosas que ellas hicieran. Y pues, mis hermanos estaban en pareja, al igual que mis hermanas.

La primera clase, con Emmett y Rose, se me hizo eterna. Creo que era algo de algebra avanzada, claro, yo estaba un curso debajo de ellos, por eso estaba allí, en avanzada. Por fin, la campana sonó. Emmett se me acercó, me paleó el hombro y habló seriamente.

-Ten cuidado, Edward. Ella no es… ella –marcó la palabra. Rosalie pensó lo mismo. Y yo asentí. Se fueron camino a su siguiente clase.

Podía parecer un adolescente con las hormonas a mil, pero sentía que me ponía rojo cuando entré al salón. Las manos me temblaban ligeramente, sí, parecía un completo adolescente.

Los asientos se fueron llenando conforme pasaban los cinco minutos de transición de clases, y ella no aparecía. La puerta fue cerrada por el profesor, y yo me la quedé mirando expectante. Entonces se escucharon unos pasos rápidos, pero torpes. Tres golpes medio tímidos en la madera, y mi corazón, aunque muerto, casi se sale de mi pecho. Todo un adolescente.

El profesor, del cual había olvidado el nombre, caminó lento –lento para mí –y abrió la puerta, Bella asomó la cabeza tímidamente y se sonrojó.

-Ha llegado tarde, señorita Newton –Bella asintió.

-Lo siento, mi carro se descompuso –se disculpó sonriendo, para que la dejaran entrar. El profesor miró por todo el salón, buscando un puesto disponible, solo el que estaba a mi lado. El profesor le indicó con la mirada que se sentara a mi lado.

-Siéntese, señorita Newton –le ordenó. Ella caminó con la cabeza en alto, hasta mi lado. Pero estaba nerviosa, jugaba con sus manos y cuando se sentó, intentó sonar indiferente, pero su voz fue confusa y un poco tímida cuando habló.

-Hola –susurró. Instintivamente le sonreí mirándola a los ojos. Ella también me sonrió y en ese momento el profesor llamó al silencio. Ella apartó la mirada de mí, pero yo no de ella.

 

Sueños…

 

 

-¿Cómo estás? –le pregunté cuando nos indicaron la actividad, en parejas.

-Bien, gracias. ¿Cómo te llamas? –preguntó frunciéndole el ceño al cuaderno, exagerando la pregunta. Estaba realmente interesada en mi nombre, pero qué, ella ya lo sabía.

-Qué descortés, ¿cierto? Bella, mi nombre es Edward –dije estirándole mi mano, ella la miró confundida y también la apretó. Sentí un corrientazo, similar al de siempre con ella, pero era más… intenso.

-Supongo que no tiene gracia que te diga el mío, ya lo sabes –murmuró. Fue una frase tensa, cargada de tensión, para ocultar sus verdaderos sentimientos. Estaba realmente confundida, desearía tener a Jasper aquí y ahora para que me dijera qué sentía exactamente.

-Tienes razón. ¿Y qué te trae a Forks? –le pregunté, yendo directo al grano, mientras ella escribía en una hoja el titulo de la actividad.

-Mi madre se ha vuelto a casar -dijo poniendo mi nombre en la hoja, junto al de ella Edward Cullen y Bella Newton.

-¿No te cae bien el hombre? –le pregunté enseguida. Ella frunció el ceño, me miró, volteó la mirada a la hoja y luego habló.

-Mark es un buen tipo, y cuida a mamá, todo lo que puede. Pero ella… él viaja por los negocios, al principio ella se quedaba conmigo, pero lo extrañaba. Supe que era tiempo de visitar a Charlie… a papá –se corrigió a ella misma. Fruncí el ceño, era igualita, era la vida de mi Bella, ¿reencarnación?

-Y ¿ahora no extrañas a tu mamá? –le inquirí. Una sonrisa melancólica se extendió por su rostro, pero enseguida la borró y trazó pequeños garabatos en el cuaderno.

-Sí, pero ella es feliz ahora. Eso es lo importante.

-¿Y eres feliz ahora? –casi le regañé, sabia la respuesta después de todo. Ella miró la hoja, asesinándola con la mirada. Su expresión me decía que estaba ofuscada porque yo diera en el grano.

-No me gusta el frío, eso es todo –replicó mirando el tablero, escribió la primera pregunta.

-Yo te ayudo con eso –dije tomando la hoja sin que ella pudiera protestar, leí, respondí y se la pasé. Ella leyó dos veces, antes de asentir y escribir la segunda pregunta. Esta vez la respondió sin el menor atisbo de duda. La tercera pregunta le fue más difícil.

-¿Te sabes ésta? –dijo leyéndomela.

-Dame –le indiqué y ella me pasó la hoja por el escritorio.

-¿Y tú? Sé que no llevas mucho tiempo aquí en Forks. ¿Qué te ha traído a este pueblo?

-Nos mudamos, eso es todo. Mis hermanos, mis padres y yo –le expliqué. Mi Bella nunca me había preguntado eso, bueno, no el primer día que hablamos.

-Mmm, sí. Los otros. ¿Son adoptados todos? –inquirió. Claro, seguramente ya había adivinado o preguntado sobre  nosotros.

-Sí, yo fui el primero en unirme a los Cullen…

-Alice parece menor que todos –apuntó. La miré frunciendo el ceño.

-¿Cómo sabes su nombre? –seguramente alguien se lo había dicho en el interrogatorio. Pero lo había dicho como si la conociera de toda una vida, bueno, de algún modo así era.

-Yo… esto… -se puso nerviosa y empezó a jugar con sus manos. Estaba pensando, y me iba a mentir, lo sabía –Estuve preguntando por ahí –puso los ojos en blanco, y ella era una muy mala mentirosa, siempre lo fue. Entonces no estuvo preguntando, si no estuvo preguntando, ¿cómo supo que Alice se llamaba Alice? ¿CÓMO? El timbre sonó, se apresuró a contestar la última pregunta y se fue sin decirme adiós.

El día fue insoportable, a la hora del almuerzo no la vi por ningún lado, y descubrí en la mente de algunos humanos, que estaba con el psicólogo, para un control de los estudiantes nuevos. Recuerdo cuando nos tocó a nosotros, hace dos años. Le respondía a preguntas no formuladas, diciendo que yo sabía interpretar cosas, él se rendía y me dejó de llamar después del primer día.  Emmett y Rose no se pudieron salvar.

A la hora de salida me detuve en mi auto, esperando a Jasper y Alice quienes discutían con un profesor por que los habían encontrado besándose,  y les iban a pasar un reporte a ambos. Bella salió, oculta bajo una chaqueta negra con capucha. Su cabello se enredaba enfrente su pecho, ocultando así parte de su cuello. Sus labios iban ligeramente rojos al igual que sus mejillas. Llevaba el bolso de medio lado y las manos en los bolsillos del jean. Caminó hasta su carro. No me miró, pero se quedó de pie frente la puerta del piloto. Sacó las llaves de su bolsillo izquierdo del jean, y quitó la alarma.

Se quedó de pie ahí por unos segundos más, quitó el seguro y justo cuando iba a abrir la puerta del piloto volteó la mirada hacia mí, inquisitivamente. Se sorprendió cuando nuestras miradas se cruzaron.

Para alivianar un poco la tensión, hice un saludo militar con la mano y le sonreí de medio lado, sabía que esa sonrisa le gustaba, hace años que me lo había dicho. Se volteó, se subió al auto y subió los vidrios. Se revolvió el cabello húmedo dentro de la cabina, y modificó la radio y le subió el volumen, era una música alternativa, digna de éste tiempo. Y se fue.

Por fin me fui en el volvo con Jasper y Alice, quienes iban sumidos en su mundo, aunque yo sabía que simplemente no me querían preguntar hasta que estuviéramos en casa. Esme y Carlisle estuvieron en casa temprano, exclusivamente para preguntarme.

Me senté en el sofá de la sala, en el individual. Todos estuvieron sentados alrededor, sin una palabra de parte de ninguno, solo observándome. Dejé caer la cabeza entre mis manos.

-Conoce tu nombre, Alice. Y no sé porqué. Me dijo que estuvo preguntando, pero saben que es muy mala mentirosa, no estuvo preguntando a nadie sobre nosotros. Se mostró abierta, no es tímida como… como ella –vacilé.

-¿Cuándo le dirás a Nessie? –me preguntó Rosalie. Ella se había vuelto como una madre para mi hija, cuidaba todo lo que ella le pudiera hacer falta, claro, después de Jacob.

-Nessie está con Jacob en La Push. No volverán hasta dentro de una semana, no quiero molestarla todavía. Es… bueno, es Bella, pero no es nuestra Bella –expliqué mirando únicamente a la que había hecho la pregunta.

-¿Qué vas a hacer? –me inquirió Alice. Sonreí de medio lado, ella preguntándome por el futuro. Todos captaron y soltaron pequeñas risitas, ella frunció el ceño. Jasper calmó sus animos.

-No lo sé. Pero no quiero estar lejos de ella.

-¿Será correcto que hablemos con ella? –preguntó Emmett. Él moría por hablar con Bella, bueno, con la que él creía que era nuestra Bella. La extrañaba.

-Yo creo que todo debe darse como si no nos conociéramos. No entiendo porque sabe tu nombre Edward, ni el tuyo Alice, pero lo mejor será no presionarla –acordó Carlisle.

Miré por la ventana, ya era de noche. Un par de horas antes de la medianoche. Me puse en pie.

-No, Edward. No es… correcto –me dijo Alice. La fulminé con la mirada, pero su mirada era triste. Ella quería hacer lo mismo que yo iba a hacer.

-Tengo que ir a verla, Alice. Entiéndeme –le pedí y salí de la casa sin que nadie se opusiera.

Recorrí el mismo camino que hace más de dos siglos no recorría, cuando corría de mi casa a la de Bella, para trepar por su ventana y dormir con ella, bueno, que ella durmiera conmigo. Ya que yo no dormía.

La casa estaba en silencio, excepto por los leves ronquidos de Charlie Newton. Entré por la ventana abierta de Bella, el cuarto estaba prácticamente igual, solo que el sutil desorden de antes, ahora era monumental. Y el ordenador, era ahora uno portátil. Bella estaba tirada de mala manera sobre la cama, con las sabanas envueltas en sus piernas y el cabello esparcido sobre la almohada. Llevaba una camisa de tiras con un short demasiado corto para mi gusto, bueno, para el gusto de alguien recatado, aunque debo aceptar que le quedaba perfecto…

Me la quedé mirando, cortando ese pensamiento, y ella se removió un momento formando una pequeña sonrisita con los labios. Murmuró.

-Edward –susurró en sueños. Mis ojos no podían estar más abiertos, entonces ella frunció el ceño, estiró su mano en un puño y la otra la abrió completamente, se removió para ponerse bocabajo y casi gruñó –Emmett, suéltame.

No podía estar más asombrado por lo que acaba de escuchar. Ella estaba soñando con nosotros, conmigo, con Emmett. ¿Sueños? Pero entonces… ¿los sueños les decían nuestros nombres? Ella se volvió a poner bocarriba, su boca estaba levemente fruncida.

-Alice, ya fuimos de compras ayer… -replicó.

Si ella hubiera estado despierta, seguramente hubiera escuchado mi jadeo. Los sueños le contaban cosas sobre nosotros, pero ¿cómo era posible? Los sueños son imágenes que el subconsciente crea a partir de imágenes que hemos vistos despiertos, a partir de cosas que hemos vivido, queremos vivir o recuerdos. Recuerdos. ¿Recuerdos? Entonces Bella… ¿recordaba? ¿Nos recordaba? ¿Me recordaba?

Ella se movió más, formando una pequeña sonrisa en sus labios, y se volvió a quedar profundamente dormida, sin decir una palabra en todo el tiempo que estuve con ella. El sol empezó a asomarse por el horizonte, y con el primer rayo en su piel, ella se removió. Supe que era el momento de irme.

 

 

Capítulo 3: Siendo fuerte. Capítulo 5: Primer encuentro

 
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