Yo me paré y fui hasta con Edward.
-¿Vamos? Ni siquiera sé dónde es-dije logrando que se parara.
Caminamos dentro de la casa, hacia la cocina, yo lo seguía a él.
-Toma las nueve copas-me indicó señalando una cajonera con copas de cristal.
-Edward, sólo sirve en cinco…
-Además de mi hija-me dolió la forma en que dijo mi hija, pero ni modo-¿Quién no tomará alcohol?
-Sólo hazlo, Edward-le dije sacando leche y jugo.
-Está bien-las sirvió todas, cinco, y después me miró con cara de asco mientras servía el jugo y la leche-¿vas a tomar leche?
Yo sólo le sonreí y terminé mi tarea.
-Bella-me llamó de repente-Siento mucho lo que pasó…
No lo dejé terminar, ni siquiera lo había recordado, me era cómoda su presencia sólo por arte de su hija.
-Edward, no me hables de eso-dije con un nudo en la garganta-además… Lo echo, hecho está y no se puede hacer nada para cambiarlo…
Me llevé las cosas de ahí, ya no era tan torpe como hacía cinco años, así que las copas no corrían riesgo.
-¡Diablos, Bella! ¿Vas a tomar leche?-me dijo Rose.
-No-me limité a contestar.
Las serví todas. Comenzando con:
Leche para Emmett. Si su esposa no iba a tomar por el bien de su bebé, él tampoco debía.
Vino tinto para Jasper.
Vino tinto para Alice.
Vino tinto para Edward (quien ya estaba sentado, aunque pálido y rígido).
Jugo de uva para Renesmee.
Jugo de uva para mí.
Vino tinto para Carlisle.
Vino tinto para Esme.
Leche para Rose.
-Bella, yo no quiero leche sola-gritó Emmett-iré a ponerle chocolate.
Reí de Emmett, él siempre había sido como un niño pequeño.
-Si tomas alcohol será tu último trago-gruñí a lo que sólo fue sin copa.
Regreso al minuto con un gran tarro lleno de chocolate y sirvió en la copa una cucharada.
-¿Ves, Bella? Nada de alcohol-dijo con cara de asustado.
-Bella-gimió Rosalie-esto no es vino, esto es leche-dijo haciendo un puchero-quiero vino, Bella, quiero una copa…
-No-la corté rápidamente-ni siquiera un trago.
-Quiero vino…
Todos me veían incrédulos.
Entonces Jasper le acercó la copa pero le gruñí dejándolo de piedra.
-Por favor, Bella…
-¿Cuánto has tomado en los últimos dos meses?-pues eso era lo que tenía de embarazo.
-Bueno… Pues sólo los fines de semana.
-¿Cuánto?-volví a repetir.
-Mucho-lloriqueó ella.
Me paré rápido y fui hasta ella, la paré del asiento y la abracé muy fuerte.
-¿Desde cuándo Bella le prohíbe cosas a Rose?-dijo Jasper atónito.
Nadie hizo caso.
Yo calmé un poco a Rosalie y después le susurré al oído.
-Si estos dos meses pueden llegar a tienen consecuencias, imagínate lo que podrían hacer muchas copas de vino más.
-Tienes razón, Bella-terminó de llorar ella.
Nos sentamos y seguimos como si nada. Pero mi hermana no quería la leche.
-¿Quieres el jugo, Rose?-le dije extendiéndole el vaso aun sin tomar algo.
-Yo…-notaba como veía la copa entre mis manos, la veía con hambre.
-Tómala, Rose, dame a mí la leche-le animé, si algo necesitaba en su estado, era apoyo y ánimos.
-¿Estás segura?-dijo relamiéndose los labios.
-Claro que sí, toma la copa, dame la leche.
Me dio la leche y tomé un trago, a mí siempre me había gustado la leche, pero a Rose no.
Ella tomó de la copa y pareció como un hombre en el desierto encontrando un oasis.
Todos nos miraban raro y extrañados, pero nadie se atrevió a decir nada.
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Besos y ¡Felices fiestas a todos! *fenanda*
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