Pov: Demetri
Carol sabía toda la verdad, había confesado que me amaba y ahora era sólo cuestión de tiempo para que nuestras almas y nuestros corazones estuvieran de nuevo juntos.
Yo estaba comprometido a conquistarla hoy y siempre, iba a llenarla de detalles por el resto de su vida. Por lo pronto comenzaría con una serenata, claro muy al estilo Vulturi.
Los mejores ayudantes para ésta romántica tarea eran sin duda Jane y Félix, esos dos son más dulces que la miel.
Pov:Carol
Estaba recostada en mi cama abrazada al enorme oso que Alec me había regalado, aún olía a el, tener ese oso era casi como tenerlo aquí, excepto que el oso no hablaba y no era frío, ni podía abrazarme.
Mi celular sonó y era Jane, habían pasado ya dos días desde la cena, desde eso no había vuelto a ver a ninguno de los Vulturis.
-Bueno?-le dije más a modo de pregunta.
-Oye estarás ahora en tu casa?-
-Si por?-le contesté temerosa, cuando Jane no era directa seguro es que algo trae entre manos.
-No, por nada-eso me dejó mas que aterrada, esperaría toda la noche con un ojo abierto para ver que me deparaba Jane.
Me cepillé los dientes y luego el cabello, me hice unas trenzas para matar tiempo, me pinté las uñas, cosa que rara vez hago, sólo para matar tiempo, estaban a punto de dar las 11 cuando decidí irme a dormir, subí a toda prisa a mi recámara cuando unas luces en el jardín se encendieron, no les tomé importancia, seguro eran esas nuevas lámparas que Ingrid había mandado instalar.
Me acosté ya debajo del cobertor decidida a dormir cuando escuché un inconfundible y melodioso sonido, era el piano de Demetri, lo sabía porque nadie que yo conociera era tan hábil con el piano. Me dediqué atentamente a escuchar la melodía, era bella de principio a fin, cuando la melodía terminó vibró mi celular y me sobresaltó, era un mensaje de Demetri que decía:
"A partir de hoy voy a dedicar mis días a llenarte de detalles, espero te guste la serenata, concédeme el honor de mirar tu cara de ángel, asómate a la ventana"
Me asomé y ahí estaba él sentado plácidamente en su piano, no me pregunté como llegó ahí el piano pues sabía de sobra que su fuerza le permitía eso y más, mi impresión se dió cuando vi mi jardín tapisado de orquídeas de color lila, todas en unas lindas macetas, y distribuidas en forma de corazón había unas velas color lavanda, era simplemente hermoso, de pronto sacó un cuaderno y escribió con su hermosa letra "Buenas noches" tomó su piano y se fue.
El detalle no necesitaba palabras, la imágen lo decía todo, no pude evitar tomarle una foto, era algo que quería conservar por siempre.
El no necesitaba tratar de enamorarme, yo ya estaba perdida de amor por él.
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