24 Diciembre, Noche Buena
Edward Cullen
Me ajusté las gafas mientras echaba un vistazo a través de la ventana. Los árboles oscilaban ligeramente por el viento. El día estaba nublado, los nubarrones de un grisáceo plateado aseguraban que no saldría ningún sol. No era el clima perfecto para una boda, pero se celebraría. Observé como las personas empezaban a presentarse en la capilla, llenándola hasta los topes. Me habría quedado allí todo el día mirando a las personas si hubiese podido, pero sabía que tenía que terminar de prepararme.
Me miré al espejo y traté de ajustar la corbata a mi cuello pero no tuve mucha suerte. Mirar se iba haciendo más difícil. Aun tenía que cerrar los ojos para conseguir hacer ciertas cosas. Sencillamente era más fácil de esa forma. Después de todos estos años estaba tan acostumbrado que lo veía como algo natural.
Jasper y Emmett se acercaron a mí, tratando también de prepararse. Aunque había conseguido hacer buen uso de las apariencias de mis amigos todavía seguían molestos. Supuse que era justo. Era difícil hacer que sus apariencias fuesen únicas con todo el mundo yendo de punta en blanco. Fue todavía más difícil conseguirlo conmigo mismo. Yo no tenía ni idea de qué hacer, pero Bella pensaba que estaba guapo, así que no podía quejarme.
Me aparté el cabello de la cara y gemí por lo desordenado que estaba. Al parecer nada conseguía fijarlo. No solía molestarme en utilizar nada de eso, pero ahora era una historia diferente. Me estaba volviendo loco.
"Relájate, tío."Se rió Emmett mientras yo me pasaba los dedos por el cabello en varias ocasiones.
"¿Cómo soportáis esto?"Murmuré.
"Dejando de mirarme a los espejos. A mí me funciona."Se rió. Puse los ojos en blanco y sacudí la cabeza.
Bella Cullen
Estudié el espejo y tragué saliva. Me di la vuelta examinado la parte de atrás de mi vestido. Suspiré. Quería estar perfecta para Edward, pero por más que me arreglaba no conseguía nada. Aun seis meses después de su operación seguía diciendo que no había visto nada más hermoso que yo. No pude evitar sonrojarme al recordarlo.
"¿Pensando en Edward?"Bromeó Alice mientras se ponía con mi pelo.
"¿Y cuando no?"Pregunté suspirando. Me rodeé la cintura con fuerza.
"¿Estás bien?"Preguntó Alice enrollando un mechón de mi cabello. Ya tenía dolor de cabeza y esto no me estaba ayudando.
"Estoy bien. Solo nerviosa."Contesté suavemente.
"¡No te preocupes, todo saldrá bien!"Dijo soltando una risita. Puso la última horquilla en las puntas del mechón y sonrió por su trabajo. Entonces empezó a botar delante de mí."Ahora que estás perfecta ¿qué tal estoy yo?"
"Preciosa, ¿pero cuando no lo estás?"Le sonreí a mi mejor amiga y la abracé. Iba a resultar un día interesante.
Edward Cullen
Me moví con nerviosismo mientras me detenía al lado de Jasper. Aun era difícil estarse quieto. Estaba tan nervioso aquí arriba delante de todas estas personas. Me ajusté la corbata un poco e intenté respirar hondo para tranquilizarme.
Tan pronto como la música empezó y la vi venir hacia mí, el corazón comenzó a latir de forma desenfrenada en mi pecho. Pero, eso sucedía siempre que miraba a Bella. Ella era la criatura más hermosa del mundo y la adoraba muchísimo. Había visto muchas cosas encantadoras desde mi operación pero ninguna que pudiese compararse jamás a ella.
Estaba preciosa con su vestido del color de la nieve y me costó mucho trabajo no rodearla con mis brazos en este momento y besarla como se merecía. Su cabello dejaba al aire el esbelto cuello, exponiendo para mí su piel cremosa. Suspiré mientras la miraba. ¿Cómo podía merecerme una mujer tan hermosa?
Bella Cullen
Era muy difícil concentrase para no caerme de estos desagradables tacones, especialmente cuando todo lo que quería hacer era acercarme a Edward. Estaba tan apuesto con su smoking. Nunca antes había utilizado la palabra ¨apuesto¨ para describir a nadie, pero se ajustaba muy bien a Edward.
Casi me olvidé de que había comenzado la ceremonia en sí. Me mordí el labio inferior y bajé la mirada cuando el predicador empezó. Me ruboricé por lo evidente que era. Aunque no lo podía evitar. ¿Quién no querría mirarle fijamente?
"Queridos hermanos no hemos reunido hoy para unir en sagrado matrimonio a Jasper Whitlock y Mary Alice Brandon…"
"Ugh, cuando vuelva de la luna de miel mataré a Alice por haber escogido estos tacones."Le dije a Edward mientras les daba una patada a los zapatos para meterlos debajo de nuestra mesa. El vestíbulo de la recepción estaba decorado en tonos azules que hacían juego con nuestros vestidos de dama de honor y plateados que hacían juego con los trajes de los padrinos. Edward y yo junto con Rosalie y Emmett fuimos los últimos en irnos de las ciento cincuenta personas que había. Prometimos que les recogeríamos los regalos y los dejaríamos en su nueva casa.
"¿Crees que podrás soportar otro baile o tus pies se imponen?"Bromeó Edward mientras me ofrecía su mano. El equipo de limpieza tenía puesta una radio para escucharla mientras trabajaban.
"Edward…"Gemí suavemente y mientras hacia un puchero pero él esbozó una de sus sonrisas más encantadoras. Suspiré y derrotaba cogí su mano."Solo un baile."
"Eso es todo lo que te pido."Me dijo mientras me giraba hacia el centro de la pista de baile.
"Fue una boda encantadora."Comenté, envolviendo una de mis brazos alrededor de su cuello.
"Me gustó más la nuestra."Se inclinó y me dio un beso mientras sonreía.
"Eso es porque solo había quince personas."Me reí.
"Oh, y yo que pensaba que era porque me había casado con la mujer más hermosa del mundo."Me dio una vuelta. Me atrajo a él rápidamente y sentí como mi estomago se retorcía.
"Hey, chicos, hemos metido todo lo que podíamos en el jeep ¿crees que podréis ocuparos del resto?"Nos dijo Rose desde la puerta.
"Claro, lo haremos. Nos vemos en casa. Contestó Edward. Apoyé la cabeza en su pecho, cerrando los ojos mientras trataba de calmar mi estómago. Él por supuesto me estaba observando y me levantó la barbilla para que mirase directamente a sus ojos verdes."Aun no te encuentras bien ¿verdad?"
Asentí lentamente con la cabeza, no quería hablar. Él suspiró audiblemente."Necesitas ir al medico. Mejor aun ver a mi padre cuando llegue aquí mañana."
"Edward, he ido al médico…"Dije lentamente, bajé la miraba hasta el suelo. Mi estómago se retorció más fuerte y sentí que con seguridad iba a enfermar. Respiré hondo y me tragué la bilis que subia por mi garganta.
"¿Y?"Me incitó a continuar, la preocupación ocupaba cada facción de su perfecta cara.
"Quería tener esta charla después de Navidad…"Intenté.
"Bella, esto es importante. ¿Qué va mal?"Se echó para atrás y puso las manos en mis hombros."Sabes que estaré para ti, no importa lo que suceda, todo saldrá bien."
Edward Cullen
Aunque tenía problemas para comprender las expresiones de otras personas, siempre entendía las de Bella. Cuando apretó la cara contra mi hombro, con su nariz estrujada fuertemente contra la tela de la camisa mientras respiraba profundamente supe que algo iba mal. Ella había estado sintiéndose mal durante las últimas dos semanas y se negaba a hacer nada, diciendo que solo eran los nervios de los últimos exámenes. Los finales eran por estas fechas y ella no tenía razón para estar nerviosa.
."Necesitas ir al médico. Mejor aun ver a mi padre cuando llegue aquí mañana."Le dije sabiendo que ella odia ir a los médicos. Solo parecía fiarse de mi padre, aunque entendía que se sintiese así.
"Edward, he ido al médico…"Dijo, al principio su cara se tornó roja pero después se volvió pálida. Agachó la mirada antes de tragar saliva. Parecía tener problemas para hablar sobre ello. Estaba comenzando a asustarme mucho. ¿Iba algo mal? ¿Tenía cáncer o algo así?
"¿Y?"La presioné incapaz de hacer nada más.
"Quería tener esta charla después de Navidad…"Dijo, retorciendo sus pequeñas manos, mientras respiraba entrecortadamente. Parecía estar al borde de las lágrimas.
"Bella, esto es importante ¿qué va mal?"Me eché hacía atrás para mirarla, e incluso ahora que estaba nerviosa y preocupada, su belleza consiguió golpearme de lleno."Sabes que estaré para ti, no importa lo que suceda, todo saldrá bien."Traté de alentarla.
"Oh, nada va mal."Murmuró.
"Compláceme, Bella. Me estás matando. ¿Qué pasa?"Puse un mechón de su cabello tras la oreja."Nada va mal ¿entonces de qué se trata?"
"Estoy embarazada."
"¿Qué?"Sentí como se me paraba el corazón. Las lágrimas de Bella bajaban por su rostro y yo no estaba seguro de a qué era debido. ¿Estaba preocupada por si me enfadaba? ¿Cómo podría? Yo nunca me enfadaría con Bella.
"Yo… Yo… Yo no."Comenzó a tartamudear pero yo cubrí su boca con la mía, besándola de forma apasionada. La cogí por la nuca con una mano, la otra descansó en su pequeña espalda mientras la giraba alrededor del cuarto.
"¡Estás embarazada! ¡Es… Oh Dios mío! ¡Voy a ser padre!"Me reí, y volví a girar por la habitación.
Volví un poco en mí y fue consciente de que ella parecía que estaba verde. La cogí en brazos y la llevé hasta una silla. Le entregué un vaso de agua y ella lo bebió con avidez."¿No estás enfadado?"Jadeó.
"¿Enfadado? ¿Por qué demonios iba a estar enfadado? ¡Oh, esto es tan increíble!"Bajé la cara hasta su estómago y lo besé repetidas veces."¿Cuánto tiempo hace? ¿Lo sabes?"
"Bueno, ¿recuerdas la fiesta de Halloween? Y cuando estábamos disfrazados…"Se detuvo con una pequeña sonrisa en la cara."Pues bien, truco o trato."Se rió tontamente.
Empecé a contar con mis dedos como un idiota. Los números no parecían correctos en mi cabeza."¿En serio?"
"Pensé que la píldora que tomaba me había cortado el periodo y me estaba haciendo enfermar. Soy algo estúpida por no haberme dado cuenta antes. No quería molestarte con mis ¨problemas de mujer¨ así que fui al médico con Rose."Dijo con una sonrisa pasada por agua en la cara mientras empezaba a llorar otra vez.
Bella Cullen
Seguí despotricando levemente, solo paraba por los besos de Edward. Me cubrió la cara de ellos, la expresión de su rostro era la más emocionada de lo que jamás había estado. Me cogió en brazos otra vez y me besó desenfrenado."¡Seré padre!"Dijo orgulloso."No puedo esperar a contárselo a mis padres."Dio soltando una risita.
"Oh, puedo verlo. Para empezar ella planeará el cuarto del bebé y luego la fiesta para la madre y el recién nacido, ella tiene que estar. Ya sabes, simplemente tienen que comprase aquí una casa y jubilarse. No van a querer apartarse de este bebé."Me froté el estómago con la mano cuidadosamente.
"¡Nuestro bebé! Me pregunto si es un niño o una niña. Espero que sea fuerte, saludable y hermoso como tú. Oh, mi encantadora y preciosa, Bella. Vas a ser tan buena madre."Barbotó Felizmente. Parecía un niño en un cuento de golosinas al que le acababan de decir que podría tener cualquier cosa que desease.
Pasé la punta de los dedos con cuidado por sus labios, mientras sonreía."Bien, Sr. Cullen, creo que serás un padre asombroso."
"Sra. Cullen yo creo que serás la madre más hermosa de este planeta." Me besó la punta de los dedos antes de besar mi alianza.
"Aunque tengo una petición."Dije apartándole el pelo de los ojos.
"Lo que sea."Dijo soñador.
"No se lo diremos a mi madre hasta después de las vacaciones."Dije con la voz tan dulce como era posible. Casi era divertido ver como su expresión de completa felicidad derivaba a otra completamente horrorizada. Aunque Renée se comportaba de forma cívica con Edward, no era su mayor fan, incluso después de la operación.
"Va a matarme."Murmuró entre dientes suspirando. Sacudió la cabeza, probablemente tratando de apartar la imagen del crimen. Me levantó en brazos y me llevó hacía la puerta.
"¿A dónde vamos?"
"Voy a llevar a mi preciosa y sexy mujer embarazada a casa y hacer el amor con ella."Dijo con una alegre sonrisa.
"¿Qué pasa con el resto de regalos?"Le pregunté mirando la pila de ellos que había.
Me dejó en el suelo y sacó el móvil de su bolsillo. Marcó un numero rápidamente antes de llevarse el teléfono junto a su oreja."Oye Em, soy Edward, odio hacerte eso, de verdad, pero Bella se encuentra mal y me preguntaba si podrías encargarte del resto de regalos. Lo sé. Lo siento. Simplemente necesito llevarla a casa y a la cama."Me guiñó un ojo, juguetón.
Me mordí el labio para evitar reírme, la cara se me puso de un rojo intenso. Él volvió a cogerme en brazos tan pronto colgó."Edward…"Suspiré, con dificultades para reprenderlo.
"¿Sí, mi amor?"Dijo alegremente, puse los ojos en blanco y sacudí la cabeza mientras él me llevaba hasta el coche."Lo entenderá. Se lo explicaremos más tarde. Aunque será mejor que esperemos hasta que Alice vuelva a casa o nunca oiremos el final."
"En realidad ella ya lo sabe. Se lo figuró. A veces me pregunto si puede ver el futuro."Dije suspirando, pensando en volver a la conversación que tuvimos hace una semana.
"Bueno, si ella puede ver el futuro, yo puedo leer mentes."Bromeó.
"Oh ¿y en qué estoy pensando ahora?"Me reí mientras él se colocaba las gafas. Siempre parecían deslizársele por la nariz. Por alguna razón, el que llevase gafas le hacía parecer muy sexy. Sin embargo cualquier cosa era atractiva si Edward la llevaba.
"Hmm, no estoy seguro. Aunque tengo bastante claro que es algo que va en esta línea. ¿Por qué no estoy ya en la cama? ¿Dónde está mis pepinillos en vinagre y mi helado?"Bromeó rozándome la nariz de forma juguetona. Con cuidado me deslizó en su nuevo coche, un brillante plateado Volvo.
"Ugh, no me hables de pepinillos. No quiero arruinar el tapizado del coche."Bromeé, sacándole la lengua. Por segunda vez esta noche pareció aterrorizado.
No pude evitar reírme y él empezó a hacer un débil puchero. Deslicé una mano por su regazo, acariciando su muslo."Gracias."Susurró, sin apartar los ojos de la carretera.
"¿Por qué?"Pregunté, dejando que mi cabeza descansase contra su hombro. Cuando llegó a un semáforo nos detuvimos. Se giró hacia mí y puso una mano en mi mejilla antes de besarme suavemente en los labios.
"Por darme un regalo tan maravilloso. No podía pedir nada más.
Espero que os haya gustado tanto como a mi esta historia...solo quiero decir que la secuela es mucho mejor que esta...Muchas gracias a todas que han acompañado esta historia que han dejado sus comentarios y sus votos!
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