Edward Cullen
Estar sentado en esta sala me hacia desear haberle suplicado a Bella que viniese. Sin embargo, dudaba de que hubiese suficiente espacio para el doctor, mi padre y yo. Respiré profundamente, echando en falta el suave aroma de Bella.
"Relájate, Edward. Hoy no te hará más pruebas."Dijo mi padre a la ligera.
"Y, sin embargo, no parece que eso me haga sentir mejor."Murmuré.
"Hijo, respira profundamente por la nariz y suelta el aire por la boca. Estas temblando como una hoja."Dijo mi padre en un tono firme, parecido a la voz que utilizaba con sus pacientes. Era consciente de que él solo trataba de ayudar pero lo único que provocaba es que mi dolor de cabeza aumentase. Lo único que yo quería era salir de aquí.
"Papá… déjalo."Fue todo lo que murmuré. Eché la cabeza hacia el respaldo de la silla.
Finalmente, el médico llegó, hablando alto como de costumbre."Buenas tardes, Edward. ¿Y, usted es?"
"El Dr. Carlisle Cullen, el padre de Edward."Oí como los dos hombre se daban la mano por encima de mi, así como el roce que se produjo entre las manos de cada uno.
"Oh, sí. El Dr. Tori me habló de usted. Me alegro de que esté aquí. Bueno, por qué no vamos directamente al grano. No quiero quedarme aquí toda la tarde."Dijo el Dr. Stanley riendo. No vi donde estaba la gracia.
"Por supuesto. Como se imaginará, tengo algunas preguntas."Añadió mi padre.
"Responderé a cualquier pregunta que tenga. Intentaré ser lo más útil posible. Pero, en primer lugar, me gustaría hablar de la programación. Dijiste que te gustaría que fuese después de los finales ¿verdad?"
"Sí, señor."Murmuré.
"Exactamente cuando son."
"El último examen que tengo es el doce de mayo."
"De acuerdo."Dijo ausente. Oí el sonido del teclado del ordenador."Tenemos un hueco en el mes de mayo para el día quince a las ocho de la mañana ¿te parece bien?"
"Eso te daría un mes para recuperarte antes del día de tu cumpleaños."Dijo mi padre.
"Bien."No me di cuenta de que estaba contestando.
"Bien. Voy a escribirlo. Por supuesto la operación se hará en el hospital Willis-Knighton Pierremont, no aquí. Está al otro lado de la calle. Te quedarás allí durante un par de días. Tendrás que llegar temprano, así alrededor de las siete seguramente ya te habremos registrado en el hospital y estarás preparado para empezar.
"Vale."Murmuré otra vez. Me parecía que no podía formar frases. Estaba comiéndome la cabeza con lo de quedarme en el hospital.
"Tengo algunas preguntas sobre lo que pasará después de la operación."Intervino mi padre."¿Qué limitaciones tendría después?"
"¿A largo plazo? Bien, nada de levantar pesos durante unos meses. Trata de que no se te mojen los ojos. Necesitaría llevar gafas para ver completamente bien y un protector durante la noche."Le dijo a mi padre.
"Entonces, intentar que no se le mojen los ojos. ¿Significa que en lugar de ducharse tendrá que bañarse?"Presionó mi padre.
"Cualquiera de los dos está bien, simplemente que intente mantener los ojos cerrados y que no entren en contacto con el agua."
"Nada de levantar peso. Es decir nada de levantar más de cuatro o nueve kilos, más o menos."Preguntó mi padre. No entendía por qué importaba eso.
"Yo diría que nada más que un pack de 12 refrescos o un litro de leche durante el primer mes, tal vez un poco mas."
"¿Y en lo referente a las relaciones sexuales?"
"¡Papá!"Exclamé con horror. Esa cuestión era algo que sentía que mi padre no debía preguntar.
"Edward, tu y Bella mantenéis relaciones sexuales ¿no?"Preguntó con lo que parecía algo de curiosidad. Él ya sabía la respuesta, me imagino que solo quería demostrar su punto.
Podía sentir el calor en mis mejillas a medida que me sentía más y mas avergonzado. Abrí la boca para decir algo pero la cerré otra vez emitiendo solo un suave ruidito. No podía pronunciar palabras. Yo no estaba avergonzado por hablar sobre relaciones sexuales con mi padre, pero hacerlo delante de mi medico era otra cosa."Bien, quiero decir… eh…"No me podía creer que mi padre hubiese preguntado si podía acostarme con mi novia.
"Eso es lo que pensaba. Es algo que necesitáis saber Bella y tu, por vuestro propio bien."
El médico se rió entre dientes."No te preocupes. En realidad nos hacen esa pregunta muy frecuentemente. Sí, las relaciones sexuales están permitidas. Aunque probablemente durante la primera semana no estés muy dispuesto."
Para lo que estaba listo es para cambiar de tema y llevar el asunto a mi modo."¿Qué hay de las revisiones después de la cirugía?"
"Tendrás que venir cada dos semanas durante un tiempo para que veamos tu progreso. Después podremos hacerlo mes a mes."
"¿Hay rehabilitación?"Preguntó mi padre.
"Hay algunas rehabilitaciones visuales para ajustar al vista a la gran cantidad de información a la que va a estar sometida. Al principio será abrumador, pero pronto te acostumbraras. Por supuesto, Edward, estoy seguro de que comprenderás que no saldrás sabiéndolo todo."Explicó dirigiendo su atención hacia mí.
"Sí, señor. Lo entiendo."
"Tendrás que aprender a leer y reconocer formas y objetos. Hay programas de alfabetización para adultos aquí en Shreveport, pero es posible que prefieras contratar a un tutor."
Asentí con la cabeza para darle a entender que lo comprendía."Tiene sentido."
"Durante las dos primeras semanas es posible que desees tener a alguien a tu lado en todo momento, o por lo menos hasta que comiences a hacer un uso total perceptivo. No te sorprendas si tienes mareos o dolores de cabeza, hasta que domines la vista será un poco abrumador. Asimismo, te recomiendo ir a un terapeuta para tratar el estrés de la operación y los resultados. No es un requisito sino una sugerencia. Todo depende de ti, si no estás seguro de que puedas con ello."Siguió diciendo el médico.
En algún momento después comencé a desconectar. Sabia de que estaba hablando pero simplemente no podía concentrarme lo suficiente para escuchar. Tenía mucho en lo que pensar. Hoy era 20 de marzo y, en dos meses, tal vez fuese capad de ver.
Vagamente era consciente de que la conversación había terminado. El médico le dio más información a mi padre para que la repasase mas tarde. Mi padre me llevó al coche, su reconfortante mano iba apoyada en mi hombro.
"¿Qué tal estas?"Preguntó.
"Emocionado, flipando, asustado."Contesté sentándome en el asiento de felpa del coche de alquiler.
"Es normal. ¿Quieres que te ayude a buscar un terapeuta?"No me presionó, pero lo dijo con suavidad. Sabía que era mi elección.
"No, todavía no. Lo haré si me siento demasiado abrumado."Eché la cabeza contra el asiento.
"¿Prefieres contratar a un tutor o quieres probar con los programas que tienen?"Dijo en tono coloquial mientras volvíamos a casa.
"Un tutor. Creo que me sentiría más cómodo."Contesté con sinceridad. Ya sería lo suficientemente extraño hacer frente a cosas nuevas, y encima teniendo que tratarlas delante de personas desconocidas.
"¿Crees que Bella estará dispuesta a quedarse contigo hasta que te acostumbres a estar solo o prefieres que contratemos una enfermera?"Preguntó.
Sonreí para mi adentros cuando una idea surgió en mi cabeza."No lo sé. Tendré que hablar con ella."
Bella Swan
Estaba en la cocina preparando la cena de esta noche. Iba a hacer un guiso de carne y pan de maíz, esperaba que les gustase a todos. Este plato era más fácil hacerlo en cantidades grandes.
Edward estaba sentado en la isla, con el mentón apoyado en la mano. Parecía distraído, sus labios seguían el hilo de sus pensamientos.
"¿En qué estas pensando?"Le pregunté empezando a cortar las zanahorias.
"Oh, solo en algunas cosas que dijo el médico."Se encogió de hombros, incorporándose un poco.
"Ah ¿Y qué dijo?"Pregunté suavemente, no quería presionarle si a él no le apetecía hablar del tema.
"Bueno, antes tengo que hacerte una pregunta, si no te importa."
"Adelante."Dije con ligereza, aunque en realidad estuviese preocupada.
"¿Sigues pensando en ponerte a trabajar durante el verano?"Inclinó la cabeza contra la palma de la mano.
"Después de la operación sí."Contesté confundida."¿Por qué?"
"Mira, la cosa es que el médico me dijo que necesitaba a alguien conmigo en todo momento, además de un tutor que me ayude a aprender a leer. Y, yo esperaba que fueses tu."
"Oh, por supuesto Edward, ni siquiera tienes que preguntarlo. Sabes que lo haré."Le aseguré reanudando mi trabajo con las zanahorias."Utilizaré mis ahorros hasta que te sientas cómodo y, a continuación, podemos empezar a leer, y más a delante me pondré a trabajar."
"No, lo que pasa es, no puedo hacerte eso. Estarías aplazando un trabajo por mí. Me gustaría compensarte por tu tiempo y tus esfuerzos. Sería un trabajo arduo y yo me sentiría culpable si lo haces de forma gratuita."Agachó la cabeza mientras hablaba.
"¡No! No seas tonto. No tienes que hacerlo."Intenté convencerlo.
"Quiero hacerlo. Prometo no pasarme. Sé que tú pides menos de lo que te mereces…. Pero sencillamente no me sentiría bien."
"Edward."Suspiré su nombre."No."
"Bueno, entonces contrataré una enfermera y a un tutor. No quiero abusar de tu carácter dulce."
"¡Edward Anthony Cullen! ¡No te atrevas!"Dejé el cuchillo, el metal tintineó contra la encimera."¡Yo lo haré!"
"Pero no quiero aprovecharme de ti."Estaba hosco, tenía la boca fruncida.
"No te estarás aprovechando."Puse la mano en su mejilla.
"Pero Bella… tienes que dejarme hacer algo por ti. ¿No vas a aceptar el pago?"Él apoyó la mano en mi mejilla, cerrando los ojos con fuerza.
"Por supuesto que no."
"Entonces tengo que hacer algo por ti. Tienes que dejarme hacerlo. ¿Me dejarías que me encargase de tus gastos durante algún tiempo?"
"¿Qué quieres decir?"Pregunté, apartando lentamente la mano.
"Me encargaría de las facturas durante un tiempo y si quieres puedes utilizar tus ahorros para tus gastos personales. Aunque no te voy a presionar. Si no te sientes cómoda lo comprenderé…"Terminó, sus palabras fueron perdiendo volumen. La boca formaba un pequeño puchero y suspiré.
Maldición, pensé para mis adentros."De acuerdo Edward, pero solo durante el verano. Una vez que estés preparado yo conseguiré un trabajo a tiempo parcial y pagaré mi parte ¿Me has entendido?"
"Por supuesto. Te he entendido."Él levantó la cabeza y me sonrió."Gracias."
Seguí haciendo la cena durante otro rato, cortando y colocándolo todo en una olla. Ya había terminado de hacer el pan de maíz. Ya que tenía que hacer mucho. Había ocho bocas a las que alimentar.
Miré a Edward un momento. En sus labios había aparecido una péquela sonrisa, parecía triunfante mientras jugaba con un bolígrafo, girándolo en la punta de los dedos. Entonces la comprensión me golpeó.
"¡Oh, capullo! ¿Has estado jugando conmigo, no?"Pregunté sorprendida. Inmediatamente Edward dejó de jugar, dejándose caer de la encimera.
"¿Qué? No."
"Me tenias completamente en tus manos. Tienes exactamente lo que querías. Sabias que yo no tendría que pagar, ¡pero si te ofrecías a pagar los gastos a la primera yo nunca hubiese estado de acuerdo! ¡Maldita sea, Edward!"Di un pisotón en el suelo.
"NO tengo ni idea de lo que estas hablando."Levantó la barbilla un poco.
"Mentiroso."Murmuré por lo bajo.
"¿Aceptarías algo con lo que no estás satisfecha?"Preguntó."Porque, como ya he dicho, si no te parece bien puedo contratar a alguien para que lo haga."
Llamaron a la puerta. Solté un gruñido. Un momento perfecto, pensé sarcásticamente."¡Pasad!"Grité antes de volver mi atención a Edward."No me refería a eso y tú lo sabes. Aun así lo haré."Suspiré derrotada.
"No dije nada que no fuese verdad."Replicó.
Vi como los padres de Edward, Jasper y Alice entraban. Emmett y Rosalie serian los últimos en llegar, como de costumbre. Solté un pesado suspiro. Aunque no estaba demasiado enfadada, me cabreaba un poco permitirle hechizarme por completo. Ni siquiera estaba segura de si lo había hecho a propósito o no. Él no debería tener ese poder."Eres demasiado encantador para tu propio bien."Murmuré por lo bajo.
"Tenía que heredar algo de mi abuelo."Bromeó sonriendo. Me reí tontamente y recogí un desecho de una de las zanahorias. Se lo tiré a la cabeza, golpeándole en la frente. Durante un minuto permaneció confuso, frotándose la piel."Ay."Se quejó."Maltrato."
"Te lo buscaste."Repliqué. Rodeé la encimera para darle un abrazo a su familia.
"¿Qué hiciste, Edward?"Preguntó Esme.
"Nada."Puso un pequeño puchero.
"Lo dudo mucho."Respondió ella rápidamente antes de darme un fuerte abrazo."Será mejor que seas amable con ella. Es una buena chica."
"Sí, Edward, sé bueno."Me burlé de él. Le revolví el pelo antes de volver a la cocina y preparar el té helado.
"¿Necesitas ayuda?"Preguntaron Esme y Alice a la vez.
"Solo que me acompañéis."
"Hey guapa ¿qué estás haciendo?"Dijo Emmett desde la puerta. Rosalie puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza.
"Primero te insinúas a Edward y ahora a Bella ¿Cuándo piensas parar?"Se burló Jasper. Em le pegó por detrás y Jasper le respondió sacándole la lengua.
"¿Somos los jóvenes más maduros?"Le pregunté a Edward tranquilamente.
Él se encogió de hombros sonriendo. Me incliné y le di un rápido besito en la frente para darle a entender que no estaba enfadada por lo de antes.
Edward Cullen
No había querido hacer eso y me sentí culpable durante el resto de la noche. Me daba cuenta de por qué pensaba eso, sí de acuerdo, pero no lo había hecho a propósito.
Después de que todos se marchasen le pregunté a Bella si podíamos bañarnos juntos. Ella me arrastró al pequeño cuarto y, poco a poco, fue quitándonos la ropa.
Era increíble como la mujer estaba igual de caliente que el agua. Siseé cuando me metí en el liquido abrasador, no noté cuando Bella se deslizó en mi regazo. Se dio la vuelta para poder estar frente a mí, presionando su pecho contra el mío.
Pasé los dedos por su cabello, que tenia las puntas mojadas. Enrollé un mechón en mi dedo."Siento lo de antes. No quería dar a entender que te estaba manipulando y si te he hecho sentir de esa forma, lo siento."
"Lo sé, Edward. No pasa nada, no estoy enfadada. Pero creo que deberías meterte en los negocios. Sabes conseguir lo que quieres."Dijo, sus pequeños dedos se deslizaron por mi piel. Si su intención era distraerme, estaba haciendo un trabajo jodidamente bueno.
"Pero, aun-"Fue cortado por sus manos que me acercaron rápidamente a su boca. Me besó profundamente, la pequeña nariz rozaba la mía al moverse. Gemí en su boca mientras le rodeaba la cintura con los brazos.
"Yo no habría aceptado si no hubiese querido. Creo que podría haber sido de otra forma pero, como ya he dicho, eres demasiado encantador para tu propio bien."Me besó otra vez."Así que, calla. No hablemos mas de eso."
"¿De qué hablamos entonces?"Pregunté moviendo lentamente las manos arriba y abajo por su espalda.
"¿Estas en una bañera completamente desnudo y con una chica dispuesta y tu quieres hablar?"Se burló, sus dedos tiraron de los pelos de mi coronilla.
"Mmm, creo que es posible que tengas razón."Sonreí. Acercó los labios a mi cuello, saboreándolo con placer."Sabes una cosa…"
"¿Qué?"Levantó un poco la cabeza, supongo que para mirarme.
"Creo que tu también sabes cómo conseguir tus objetivos."Dije cogiéndole la cara con las manos y acercándome sus labios. Ella sonrió contra mi boca, la piel estaba caliente debido a su sonrojo. Yo no podía esperar para verla ruborizarse por primera vez, cuando hiciésemos el amor después de operarme. Quizá estuviese bien que mi padre lo hubiese preguntado…
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