Pov Gianna.
Desde el primer momento mi mente me había estado advirtiendo del peligro, intentaba protegerme y resguardarme de todo mal, pero; ¿por qué no la hice caso? ¿Por qué no escuché esas palabras que iban, venían y resonaban en mi cabeza y sobre todo en mi corazón? Desde el primer momento supe que Demetri no era bueno para mi; aquellas sensaciones que sentía cada vez que nuestras miradas se encontraban, aquellos sueños en los cuales me advertían que el no era para mi; un cúmulo de cosas que me habían estado avisando y de las cuales no había hecho caso en ningún momento, ya que el amor que sentía por el era más fuerte que todo aquello; pero ahora todo había cambiado, el ya no era para mi, tal vez en un tiempo atrás podría haber tenido una oportunidad, cuando creía que el sentía algo por mi, pero en estos instantes, en estos momentos el ya no era mío, el se había desvanecido y ya todo estaba perdido. ¿Merecía la pena seguir luchando por algo que no tenía sentido? ¿Por algo que ya no estaba a tu alcance? Yo tenía la respuesta. No. Mi cuerpo, mi mente y sobre todo mi corazón no daban más de si; tanto dolor por su parte; tanta angustia, tanto sufrimiento tenían un límite, y hasta aquí había llegado el mío. Sabía que me costaría olvidarme de el; sabía que todo esto sería un camino lleno de piedras puntiagudas que me rasgarían hasta el alma cada vez que le viese por los pasillos; pero era algo que debía afrontar.
Salí al pequeño balcón, el cual era iluminado por una inmensa luna acompañada de miles de estrellas relucientes. Era una noche tranquila y despejada.
Mi llanto había cesado; sentía como la preciosa noche me tranquilizaba. Era hora de empezar una nueva vida y de que resurgiese aquella Gianna que estaba encerrada en algún lugar de mi mente; la cual solo pensaba en ella y en nadie más; una Gianna fuerte y valiente, la que podía con todo y seguía hacia delante pensando en el presente y no en el futuro. Aunque tal vez podría necesitar ayuda para que esa Gianna saliese a la luz; tal vez la ayuda de…
- Santiago – dije en un susurro
Sabía que el me quería y sabía que el haría cualquier cosa por mi, tal vez ese era el elemento esencial para empezar de nuevo. Alguien nuevo en tu vida, alguien que te quiere de verdad y alguien que siempre estará a tu lado.
Seguían pasando los minutos y yo seguía embelesada mirando la luna, pero no por mucho tiempo, ya que el cansancio se apoderaba de mí. Resignada entré a la habitación dejando la puerta abierta del balcón; iba a cerrarlo, pero había algo que me decía que la tenía que dejar abierta. Ya iba siendo hora que hiciese caso a mi mente o ese algo; por lo tanto la deje abierta. Me dirigí hacia la cama, no sin antes coger aquella rosa negra; la cual me había regalado Santiago. Aspiré su dulce aroma con delicadeza y una sonrisa se me dibujo en la cara. Mañana será un nuevo día y en ese nuevo día puede que una nueva Gianna despierte.
- Ojala – terminé de decir ante mi pensamiento.
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