Bella Newton???

Autor: Huellas
Género: Drama
Fecha Creación: 25/08/2010
Fecha Actualización: 02/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 32
Comentarios: 151
Visitas: 141780
Capítulos: 33

-No me dejes, Bella. No, no, no. Bella, no me dejes. ¡Isabela Cullen no me puedes dejar! -grité desaforadamente. Todo comienza cuando Edward pierde a Bella en manos de un lobo... pero y si encontraran a Bella siglos después? Y si ella no fuera Bella... y si los lobos y los vampiros no son las unicas figuras mitologicas?? 

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Capítulo 32: Happy ever after.

Bella Cullen POV ;)

 

-Yo no sé si quieras hacerlo… -decía Peter, el brujo novio de Kate.

<< ¡Tienes qué! No importa, lo que sea, cualquier cosa por permanecer con vida>> le dije a Newton.

-¿Por qué no me gustaría? –le interrumpió Newton, confundida.

-Déjame terminar –le pidió y se puso en pie. Newton lo siguió con la mirada, por eso lo pude seguir mientras él se movía de un lado a otro mientras hablaba. –Averigüé por todos lados, no te iba a dejar ir hasta que supiera que había hecho hasta lo imposible. Y ya que qué tu cambiaras de opinión no era viable, busqué otra forma. Ha pasado una sola vez, o dos cuando mucho, y encontré este hechizo…

-Habla de una vez, ve al grano –se agitó Newton.

<< Vas a hacerlo, ¿cierto? No importa qué, vas a hacerlo. Si hay alguna manera de vivir las dos, a cualquier precio>> rogué.

Era presa del pánico. La visitante que tenía  en mi cuerpo hacía ya tanto tiempo, se había convertido en una amiga, en casi una hermana para mí. Conocíamos todo de la otra, nuestras expresiones, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos más que todo, ¿y cómo no?

Primero la odiaba, solo porque le tenía miedo y ella a mí, luego le tenía celos porque ella podía tocar a Edward y yo no. Pero luego… luego le tomé cariño, y ahora la amaba tanto como amaba a Rosalie y Alice.  Como mi hermana.

-Puedo… creo que puedo –se corrigió Peter –sacarte de allí, me refiero del cuerpo… me refiero a sacar tu alma –sabía que se explicaba por qué la expresión de newton debía ser desconcertada. Así se sentía.

-¿Y mi alma? –su voz era ahogada, estrangulada.

-Pues esa es la parte que pienso, no te gustará –se puso nervioso enseguida. Pero Newton lo presionó.

-Dime.

-Pues necesitas otro cuerpo… -empezó y Newton saltó y se puso en pie.

-¡No, Peter! ¡No voy a dañar la vida de otra persona para tener la mía! Haría lo mismo que estoy haciendo ahora –se quejó poniendo sus manos en las caderas.

-Pero no sería otra vida destruida. Podríamos buscar una mujer que no tenga una buena vida, alguien que no la esté pasando bien. Entonces pondríamos fin a su desgracia –se defendía Peter con todo lo que tenía.

<<Escúchalo, Newton. Solo déjalo hablar>> pedí. Sí, era egoísta, y tenía derecho a serlo una vez al año. Esta costaría por diez años.

-No le dañarías la vida. Tengo a dos personas en mente, no se conocen de nada entre ellas. Una está recluida en un psiquiátrico, está trastornada mentalmente. Reuní toda su información –se apresuró a su maletín que estaba en el suelo, al lado del sofá. Y le tendió a Newton un sobre apuradamente, mientras buscaba otro y lo tiraba en el sofá.

Newton tomó los papeles entre las manos e indecisa abrió el sobre. Sacó el rule, encontrándose con una foto de una mujer bonita, cabello negro y ojos cafés.

-Revisé bien, no tiene familiares conocidos, nadie la ha ido a visitar hace por lo menos seis meses. Se la pasa drogada la mayoría del ida, los sedantes la dejan en ese estado. En sus momentos de lucidez se estrella contra las paredes y llora desconsoladamente. No tiene una vida feliz… -Newton alzó una mano, indicándole a Peter que era suficiente. Y se sentó en la cama, con la foto en la mano.

<<Alice>> pensé en automático. Ella era más o menos así, recluida en un psiquiátrico hasta que alguien la encontró y la convirtió.

<< ¿Crees que ella… quiera morir? >> inquirió pasando la mano por la foto.

<<Alice… Alice no lo quería>> murmuré lentamente, sin poder dejar pasar el sentimiento que era Alice a quien veía en aquel retrato.

<<Entonces no>> sentenció y tiró los papeles al suelo.

-No lo haré –afirmó mirando a Peter fijamente. Él asintió cauto, y le extendió el otro sobre.

-Ella es una muchacha drogadicta que está en las calles. Vive con el padrastro… quien la viola todas las noches. Tiene diez y nueve años recién cumplidos antes de ayer –murmuró lo último.

-¿Por qué ella querría morir? –inquirió Newton.

-Lo ha intentado varias veces –se sentó a nuestro lado y sacó la foto. Era una muchacha con cabello negro liso y largo, ojos mieles y tez morena medio clara. Era hermosa.

-¿Matarse? –Newton preguntó como si no entendiera el término.

-Sí. Pero la han encontrado antes que lo logre –explicó pasando los papeles con rapidez, empezando a decir cosas que no entendía y que no quería entender.

<<Swan…>> casi pidió Newton. Suspiré para mis adentros.

<<Es tu decisión, Newton. Sabes lo que te dije antes que Peter hablara>> ella intentó recordar, y suspiró a su vez cuando lo recordó <<A cualquier precio>>.

-Yo…

-¿Quieres hacerlo? –inquirió Peter con el timbre de la esperanza en su voz.

-Yo no sé –se rindió Newton, tapándose el rostro con las manos. Peter se sentó a nuestro lado, ya que el colchón se hundió al lado de nosotras.

-Puedes pensarlo toda la noche, pero no te desveles –nos abrazó por los hombros –Recuerda que cualquier decisión la respetaré.

-Gracias por hacer esto –murmuró Peter.

Newton se metió otra vez bajo las cobijas mientras él apagaba las luces y se acostaba en su sofá. Newton se dio media vuelta y se acurrucó en forma fetal y cerró los ojos.

<<No sé qué hacer, Swan>>.

 

Bella Newton POV :D

Tenía que hacerlo, tenía que hacerlo aunque fuera un acto de egoísmo. Yo solo quería estar con Peter, y si podía hacerlo al mismo tiempo que Swan estaba con Edward… todo estaría perfecto.

-Hazlo –murmuré para Peter. Él se adelantó unos pasos hacia la muchacha que estaba arrinconada en el callejón a esa hora de la mañana.

-Hemos venido por ti,  Susan –le dijo suavemente, bajándose, arrodillándose en frente de ella. Le tendió una mano -¿quieres dejar de sufrir? –preguntó.

-¿Cómo? –reaccionó Susan, y alzó la mirada hacia ella.

-Puedo hacer que dejes de sentir, que nunca más sientas nada –explicó lentamente, para ver si ella entendía la verdad oculta en las palabras. Y pareció hacerlo, porque cerró los ojos complacida y sonrió tenuemente.

-¿Me vienen a matar?

Esto era macabro, pero no me sentía tan mal después de todo. Si ella lo quería… si su vida no era placentera, ¿Qué de malo tenía ayudarla?

<<No puedo ver, ¿quieres cerrar los ojos por favor? >> rogó Swan, haciéndome cerrar los ojos al instante.

<<Para mí tampoco es bonito ver eso>> escuché a Peter darle la botellita, y el liquido pasar por su garganta.

-Vamos –dijo un hombre que hacia fuerza a mi lado.

Corrimos hasta el auto y nos montamos. Nos subimos rápidamente, conduciendo hacia mi casa.

<< ¡No! >> salté en mi asiento.

<< ¿Qué ocurre? >>

<<En la casa no, vamos al bosque. Me buscarán aquí, sino es que están en la sala esperándome. Kevin está cerca, te está buscando, ¿lo olvidas?>> me enumeraba las razones.

-Toma la 101, lo haremos en el bosque –le dije al brujo que manejaba.

-¿Por qué? –me encogí de hombros y rodé los ojos.

-Cosas de vampiros –él se rió, y nosotras también.

 

-¿Aquí? –preguntó Peter colocando el cuerpo de la mujer en el suelo. Me coloqué justo al lado de ella, con Peter al frente -¿Estás lista? –elevó las manos hacia mí.

-Si algo sale mal… -empecé pero me detuvo.

-Nada saldrá mal. Te tendré en un espacio reducido, y serás la misma Bella Newton de siempre.

-Está bien –asentí cerrando los ojos.

De pronto sentí un escalofrío recorrer cada parte de mi cuerpo, cada célula y sentí cómo me desprendía.

<<Hasta luego, hermana>> escuché alguna voz lejana que no tenía mucha coherencia en ningún lado. Me sentí en el aire, como si fuera una hoja al viento.

Después, no recordé nada.

 

Edward POV

 

Alice soltó mi agarre, confundida, frunció el ceño y negó como si no entendiera nada. Volteé por encima del hombro hacía atrás, estaban todos, listos para ir detrás de mí si intentaba volver a correr.

-Alice, ¡ella va a morir! No puedo… yo quiero… -no sabía qué decir. ¿No puedo dejarla ir? ¿Yo quiero que se quede? ¿Pero y qué pasaría con Bella?

-¿Entonces quieres que Bella se quede ahí dentro para la eternidad? ¡O peor! ¿Hasta qué Newton muera? –me retó, ahora rabiosa.

-NO –reclamé asqueado por la posibilidad.

-Pues eso es lo que va a pasar si no dejas que haga esto –siguió Alice, con la furia saliendo de sus ojos. Sentía a Jasper al final de todos, el más cerca a la casa, pero el que más ayudaba a la tranquilidad.

-Edward, volvamos –pidió Jacob que me ponía la mano en el hombro, intentando echarme hacia atrás. 

-Amo a Bella, tú lo sabes, es la razón de mi vida. ¡Pero no es justo que Newton muera! –grité a Jacob agarrando mi cabello entre mis dedos.

Sentía como la vida de Bella Newton se acababa conforme yo seguía discutiendo con Alice, como su tiempo en esta Tierra se acababa para darle paso a la vida de mi esposa, solo para darle paso a la hermana que ella amaba, por encima de ella misma.

¿Se iría sin que yo tuviera la oportunidad de agradecerle? Solo eso quería, ¿solo podría hacer eso por ella? ¿Decirle adiós?

-¿Papá? ¿Entonces mamá a volver? –inquirió Nessie con la pregunta en la lengua.

-Necesito despedirme –murmuré mirando a Alice detenidamente. Ella entendió mis palabras y que no opondría resistencia ante el hecho de muerte de Bella Newton. Jacob me soltó.

Y justo cuando puse el pie adelante, para empezar a correr Bella apareció entre los árboles.

Llevaba la ropa con la que la había visto en la visión, un jean gastado, zapatos tenis. Una blusa manga larga azul oscuro y una chaqueta negra con dibujos en verde y azul. Pero la chaqueta estaba rasgada por las ramas. Su respiración era errática pero no se veía mal, solo un poco agitada. Su cabello caía por sobre los hombros, como siempre lo había hecho.

Lo que me puso alerta fue su rostro.

Bella llevaba las mejillas sonrojadas tenuemente, tal vez fruto de la agitación. Su labio inferior era levemente presionado por sus dientes superiores. Y sus ojos…

-¿Bella? –di un paso hacia adelante. Entonces noté que todos nos habíamos quedado en un silencio abrumador.

Aquellos ojos cafés habían cambiado, o tal vez era eso, que eran exactamente los mismos. Esa seguridad y confianza extrema había desaparecido, estaba una mujer que pretendía ser invisible y que nadie la viera, pero que brillaba con tal intensidad que nadie se resistía a observarla. Los de la mujer que era para mí la humana más extraña que jamás hubiera conocido.

Eran unos ojos… que te ofrecían un libro abierto.

-Bella –no era el tono de voz de búsqueda, era la certeza del hallazgo. Susurré, pero ella me pudo escuchar. Asintió lentamente, entornando los ojos encharcados en felicidad.

-Soy yo, Edward –su voz eran campanillas para mis oídos. Ella a su vez dio un paso adelante, y estiró sus brazos dubitativa.

Caminé cual niño aprendiendo sus primeros pasos, dando tumbos. Y llegué hasta ella. Le tomé las manos y sentí que las mías temblaban. Acaricié su mejilla suavemente, maravillándome con la textura. Ella descansó su rostro en mi palma, cerrando los ojos y sonriendo tenuemente.

-Te extrañé, mi amor –murmuró suavemente.

-Y yo a ti, vida mía –respondí mientras ella encontraba mis manos y las entrelazaba con sus dedos. Se acercó más hasta que mi pecho rozó con el suyo, pude respirar su aroma, aquel que me hacía perderme en su cuerpo.

Pasé mis manos por su espalda al tiempo que ella pasaba las suyas a mi nuca, y pegaba su nariz a la mía, rozándola. Aspiró fuertemente y sonrió, yo a mi vez también le dediqué mi mejor sonrisa.

Sobraron las palabras.

Junté mis labios a los de ella, sintiéndome en la gloria en el justo segundo que se hizo la conexión. Ella me correspondió tal como yo la besaba, con devoción y amor. Redescubriéndonos.

Se separó cuando sentimos un sollozo, sus ojos se abrieron mirándome y sonrió genuinamente, y me soltó para tomarme de la mano y girarse.

-¿No van a llamar a Carlisle? –preguntó juguetonamente. Nessie dio un paso hacia delante, seguida por Alice, y Jacob, y Rosalie y Geraldine. Nahuel, Jasper y Emmett –Creo que tienen que avisarle que ha llegado alguien para quedarse en su casa, no sé si esté de acuerdo.

- ¡Mamá! –estalló Nessie abalizándose sobre Bella Swan… perdón, sobre mi esposa, Bella Cullen.

-¿Bells? –casi se ahogó Jacob y Alice.

-¿Eres tú, Bella? –inquirió susurrando Rosalie.

Bella lloraba, al igual que mi hija, mientras una se abrazaba a la otra. Bella le sobaba el cabello a Ness, mientras Nessie se escondía entre el cuello y el pecho de su madre.

-Te extrañé tanto, mamá –decía mi hija sollozando. Me acerqué y abracé a las dos.

-Ya todo estará perfecto, bebé. Mamá está contigo –le decía mi esposa.

-¡Eres tú! –Gritó Emmett sonriendo, y echó a Ness a un lado suavemente –Bueno, ahora viene su mejor hermano del mundo –la cogió del suelo, mientras yo abrazaba a Nessie, y

La elevó hacia el cielo, dándole vueltas mientras la abrazaba.

-¡Bájame, Emmett! –gritaba Bella riendo. Me reí libremente, con alegría en mi alma. Mi alma era la que sonreía, porque era cierto, era real… teníamos alma. Y la mía estaba ligada a la de ella.

-¡Es mi turno! –chilló Alice, halando a Emmett de la manga.

Uno a uno la fue saludando, saltando sobre ella. Riendo y sollozando de alegría. Escuché a Jasper al teléfono, gritando.

Jasper, gritando, al teléfono. Si esto no era extraño, entonces yo me había vuelto loco.

-¡Ella está de regreso! ¡Bella Cullen ha regresado a nuestra vida! ¡Sí, Carlisle! –decía al teléfono con una gran sonrisa en su rostro.

-¡No te miento, abuela! –refutaba Nessie en su celular –Mami está aquí, es ella. Ven pronto –y colgó, volteando hacia el círculo que rodeaba a la humana.

Tomé a Bella por la cintura, y le hablé al oído.

-¿Mi amor? –ella recargó su cabeza en mi pecho y sonrió.

-Sí, soy tu amor. Y tú eres el mío –le besé la mejilla y Rosalie asaltó.

-Ah, tendrán su tiempo después. Ahora tenemos que ir a casa –pidió halándola.

-¡Sí! ¡Tienes que cambiarte! –chilló Alice tomándole la otra mano. Alice empezó a correr con Bella a cuestas, y de pronto, Bella estaba en el suelo y Alice a dos metros.

-Bella, ¿qué pasa? ¿Por qué no corres? –Jacob se veía preocupado.

-Pues verán –dijo mi esposa mientras yo la ayudaba a levantarse, luchando por no reírme al intuir lo que diría –cuando se es humana, y los vampiros intentan correr como la luz, ocurre que la gravedad te lleva al suelo.

Y solté mi risa.

Todos me siguieron.

-Bueno –me posicioné frente ella, flexionando las rodillas –súbete, mono araña.

-¿Cómo en los viejos tiempos? –dijo saltando a mi espalda. Asentí sonriendo. Ella me besó la nuca.

-Tentando mi autocontrol con tu corazón a punto de salir de tu pecho –aseguré, y volví a asentir –Sí, como en los viejos tiempos.

 

 

-¡Bella! –gritó Esme, corriendo y estrellándose contra el cuerpo que estaba entre Nessie y yo.

-¡Esme! –gritó ésta a su vez.

-¡Eres tú! –gritó Carlisle.

-¡Soy yo! –gritó Bella, haciendo que todos riéramos.

-Te hemos extrañado tanto, Bells –decía Jacob. Las manos de nosotros estaban entrelazadas. Yo sostenía la de Bella, ella la mía y la de Nessie, y Ness la de su mamá y

Jacob.

No sé en qué momento el flash cegó a Bella. Y escuché a Alice reírse.

-¡Alice, tengo ojeras! –gritó Nessie, levantándose del sofá y persiguiendo a Alice hacia el segundo piso. Bella rió y se recargó en mi hombro. Entonces recordé.

Me tensé y mi esposa lo sintió.

-¿Qué ocurre, Edward? –me dijo solo a mí. Ya que los demás estaban en algunas conversaciones aparte.

-Lo siento, mi amor, pero...

-Bella- me interrumpió Jasper. Ella volteó a verlo.

-¿Qué ha pasado? ¿Cómo has llegado hasta aquí? –preguntó Emmett, quien se sentaba al lado de Esme. Alice y Nessie detuvieron su gato y ratón, y bajaron rápidamente.

-Sí, mami. ¿Cómo has vuelto?

-Pues Newton ha salido de mi cuerpo para que yo me quedara con él, regresé por el bosque. Escuché sus gritos y la pelea que llevaban a cabo Edward y Alice –nos miró inquisitivamente –y simplemente los seguí.

-¿Entonces te dejaron sola en el bosque? –casi gruñó Jacob.

-No. No, Jake. Ellos…

-¿Quiénes ellos? –dijo Esme cuando Bella no habló más.

-Newton y Peter –miró el suelo. Me tensé.

-¿Newton? –Pregunté en un jadeo y busqué su mirada, alzando su barbilla casi con rudeza -¿Dónde está Newton? ¿Está bien? ¿No ha muerto? –esas eran las preguntas que pugnaban por salir de mi boca cuando Jasper me había interrumpido.

-Ella está bien –Bella de pronto me pareció celosa.

-¿cómo qué está bien? –casi reclamó Jasper.

-Pues… encontraron la manera que no muriera Newton –mi alma se hinchó un poco más.

-¿Está viva, entonces? –Alice me miraba mientras hablaba. Recordaba a la mujer en el suelo, a la que no vimos bien.

-Sí, pues ella… su alma ha sido cambiada –intentó explicar, pero Alice la interrumpió.

-A otro cuerpo –Bella la miró sorprendida, para luego negar con la cabeza como si quisiera sacar algún pensamiento y sonrió.

-Claro, vidente, a otro cuerpo.

-¿Dónde está? –preguntó.

 

Bella Newton POV.

 

Apreté la mano de Peter más fuertemente, tenía miedo. No, eso era poco, estaba aterrada. ¿Y si a Kevin no le gustaba la nueva yo? ¿Y si lo que le gustaba de mí era mi apariencia?

-Vamos –me alentó Peter, mientras caminábamos a su casa. Kate y Kevin estaba allí, lo sabíamos porque sus autos estaban parqueados fuera de la casa.

Me armé de valor, y toqué timbre. Mis manos temblaban, cuando Kevin abrió la puerta. Su expresión era desolada, tenía grandes ojeras y los ojos hinchados. Tomé una bocanada de aire.

Su mirada pasó por mí y mi cuerpo. Nerviosa me arreglé otra vez el cabello. Él se me quedó mirando a los ojos detenidamente, y frunció el ceño. ¿Qué vería?

Pero enseguida volteó a mirar a Peter, sus manos se convirtieron en puños y gruñó.

-Lárgate de mi casa, traidor –le amenazó. Peter suspiró.

-¿Dónde está Kate? –preguntó. Yo solo miraba a Kevin, que intentaba controlarse y no lanzarse encima, pero estaba teniendo problemas.

-Hola, Kevin –su nombre quemó mi garganta. Él volteó hacia mí, confundido. Y luego miró a Peter.

-¿Quién eres tú? –no fue amable, pero tampoco tosco.

-Soy yo –dije contra sus ojos. Él no entendió por lo que estiré mi mano, aquella que temblaba cual hoja al viento –Mucho gusto, Kevin, mi nombre es Isabella Marie Newton.

Él, que sostenía mi mano, la soltó. Y se echó hacia atrás para luego mirar a Peter con ojos llorosos pero furiosos.

-¡¿Me estás jugando una estúpida broma, Peter?! –en eso salió Kate de la cocina, y se quedó mirando a Peter un segundo antes de ser detenida por Kevin.

-¡Lárgate de mi casa, Peter Standfor! ¡No te quiero aquí, traidor! ¡Te la llevaste! –gritaba en brazos de Kevin.

-Soy yo, Kate –intenté calmarla.

-¿Qué? –ella jadeó.

-Peter encontró la manera de sacar mi alma del cuerpo de Swan, y me puso en otro… soy yo misma, en otro empaque –sonreí tenuemente, Kevin dejó de sostener a Kate, para dar un paso hacia nosotros.

-¿Me hablas en serio? ¿Eres tú, Bella?

-Sí, Peter. Soy yo –aseguré.

Él caminó hasta mí, dejando de lado a Kate, y me sostuvo por la cintura.

Mis manos buscaron su camino a su cuello, acariciando con mis pulgares sus mejillas… y juntó sus labios a los míos.

-Te amo –le dije cuando me abrazó.

-Con mi vida entera –me estrechó aún más.

 

 

Bella Cullen POV

­-Vamos, Edward, por favor –le rogaba a mi esposo, halándole del brazo lo más fuerte que podía, para levantarlo del sofá. Mi hija y su esposo, reían.

-No, mi amor. Me quiero quedar aquí, con la familia –repitió.

-Pero Edward, quiero ver a Newton, ¡déjame! –le pedía cual niña chiquita. Solté a Edward mientras bufaba y me cruzaba de brazos –Si fuera vampira, te levantaría con un dedo. Había olvidado lo desesperante que es ser humana.

-Mamá, si quieres yo te acompaño –se levantó Nessie. Mis ojos se iluminaron y tomé la mano de mi hija, volteándome a Jacob.

-Jake –utilicé mi voz más tierna -¿Nos prestas, a tu mejor amiga y tu razón de vida, el auto? –mis pestañas empezaron a moverse, con una genuina sonrisa y un puchero a lo Alice. Jacob suspiró y buscó en su pantalón.

-Eso es traición –reclamó Edward indignado.

No le presté atención y tomé las llaves de la mano de Jacob, un ligero pico a Edward y corrí hacia la puerta con mi hija.

-¡Regresamos ahorita, familia! –escuché murmuras de despedidas desde ambas plantas.

-¿Vamos a la casa de Peter? –inquirió Ness cuando tomé la carretera. Asentí sin mirarla. Repentinamente nerviosa. Ella lo notó -¿Mami?

-Sí, hija.

-¿Qué tienes?

-No sé lo que encuentre, tal vez no me quieren ver por allá.

-Newton te querrá ver –aseguró intentando darme confianza.

-Hija… -dije después de unos segundos de silencio. Ella volteó a verme.

-¿Sí?

-Te extrañé tanto –dije buscando su mano sin despegar la otra del volante.

-Yo también, mami. Pero ahora estás aquí, y no te dejaré ir otra vez.

Bajamos frente a la casa, y caminé rápidamente hasta el timbre. Ness me esperó en el carro, no se quería acercar demasiado. Me abrió la puerta una mujer que había visto en fotos, y unas horas antes. Cabello negro lacio y negro, con esos ojos mieles.

-Hola, Newton –mis palabras parecían ahogadas.

No habíamos hablado desde que nos separaron, ya que cuando yo desperté ella aún estaba dormida, y Peter me había instado a regresar con mi familia. Y así lo había hecho.

-Hola, Swan –dijo sonriendo y estirando sus brazos hacía mí. Yo lo hice también.

-Llevamos unos meses de conocernos, y jamás te había podido abrazar –apunté, estrechándola más.

-Lo sé, nosotras somos las más extrañas del mundo.

El silencio llenó nuestra conversación y es que no habían palabras para decir. La tenía abrazada a mi cuerpo, a ella, a mi confidente, amiga, hermana.

-Gracias –por fin dije, pasados dos minutos.

-A ti –replicó y me soltó para sonreírme. Volteé hacia atrás, y Nessie saludó con la mano.

-¿Te vas a ir de Forks? –inquirí con ojos tristes. Ella se rió tenuemente.

-No lo sé, Kevin está viendo las posibilidades –asentí -¿Y tú?

-No lo sé, no hemos hablado de eso todavía.

-Promete que me avisarás –pidió con los ojos llorosos.

-Solo si tú también lo prometes –jugueteé.

-Hasta luego, Bells –dijo dándome un beso en la mejilla.

-Hasta luego, hermana –se lo devolví y caminé de vuelta, con una parte de mi en el cuerpo de la jovencita bruja.

 

 

Edward POV (último POV).

 

Llevaba a Bella en brazos hacia la cabaña que nos habían regalado cuando nos casamos. La había retocado y puesto hermosa cuando ella fue a ver a Newton.

-¡Edward! –gritó ella maravillada cuando la deposité sobre el suelo y dio un paso hacia delante, para luego voltearse y abrazarme sonriendo.

-¿Te gusta? –pregunté embobado por su sonrisa.

-Claro que sí –dijo como si fuera lo más obvio del planeta y me soltó para correr hacia la cabaña.

-Entremos –le abrí la puerta y la dejé pasar con una reverencia.

Ella pasó la mirada por la sala, el comedor y la mini cocina, mientras su corazón bombeaba más sangre de lo habitual y su respiración se entrecortaba. Sé que estaba teniendo los recuerdos de nuestros momentos aquí vividos, cuando ya éramos los Cullen y no Edward y Bella.

Me recosté en la pared y crucé mis brazos, mirándola. Apreciando toda su belleza, la verdadera belleza de su alma, mientras ella luchaba contra sus lágrimas de alegría. Caminé dando pasos que ella pudiera escuchar, hasta el cuarto. Y ella me siguió.

Se detuvo en el umbral de la puerta mientras yo me daba vuelta para cambiar mis pantalones por unas sudaderas de dormir, dejaba mi torso desnudo. Me volteé y sin mirarla, con el amago de una sonrisa en mi rostro, me acosté en la cama.

-Iré a ducharme –murmuró tomando una toalla del armario, y cogiendo la ropa de pijama que Alice había comprado para Ness y mi hija no se había estrenado todavía.

Escuché el agua correr y su cuerpo sumergirse en la tina, y aparté mis pensamientos de aquello. Fui consciente de sus pies tocar el suelo frío y su respiración agitarse por el escalofrío que le debió provocar.

Apareció frente mí con el cabello húmedo, y se recostó a mi lado, sobre mi pecho. Nos rodeé y la tapé con las sábanas, quedando uno justo enfrente del otro. Acaricié su rostro suavemente, ella cerró los ojos y yo besé su nariz.

-Sabía que tenías que volver a mí, no puedes vivir sin mí, te tengo a mi merced –le jugueteé mientras ella abría los ojos.

-Lo sé, es que siempre me han encantado los vampiros –me devolvió, pasando su mano por mi estomago para subir tortuosamente hasta mi cuello.

-No tientes mi autocontrol, Bella –advertí en casi un gruñido. Ella se sonrojó y sentí mis ojos oscurecerse por la sangre bajo las mejillas.

-Edward… -empezó mientras yo pasaba mi mano por su mandíbula -¿Sigo siendo… apetecible para ti?

-¿Qué? –Casi reí –Tonta, fuiste, eres y serás siempre Mi Cantante –la estreché contra mi cuerpo por la cintura, y ella puso ambas manos sobre mi pecho.

-Y tú serás siempre mi león –murmuró antes de besarme.

-Te amo, Isabella.

-Te amo, Edward –respondió entre susurros, antes que yo empezar a tararear cierta canción de cuna.

Era ilógico pensar en un cielo para mi alma, cuando tenía a mi vida entera entre mis brazos durmiendo plácidamente.

 

 

Fin.

Chicaaaas!!!!!!!! :'( Mi fic ha llegadoa l final, necesito comentarios para saber si valió la pena todo el sufrimiento por el q las hice pasar,  ¿me prometen poner un coment? :D Las quiero, gracias por apoyarme tanto como lo han hecho. Y saben que? Solo por ser tan buenas seguidoras... les he traido el link para la secuela de Bella Newton. GRACIAS !

http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1906

 

 

Capítulo 31: Tomando decisiones. Capítulo 33: Nota.

 
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