DESEOS PROHIBIDOS?TERMINADO

Autor: rake
Género: + 18
Fecha Creación: 16/11/2010
Fecha Actualización: 31/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 32
Comentarios: 89
Visitas: 204515
Capítulos: 56

 

TERMINADO

FIC RECOMENDADO POR LNM CON 4 VOTOS!!!

 Si eres perseverante,los deseos se hacen realidad y aqui está la prueba que lo confirma.

Leer este fic que os aseguro que acabará por encantaros.

VOTAR Y COMENTAR MUCHAS GRACIAS.

 

 

                      

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Capítulo 41: Celosa

—Papá parece muy entusiasmado con Bella.

Obligándose a apartar la vista de donde se encontraba la condesa,sentada en un banco junto al duque de Tanner,que le leía poemas de un libro que había tomado prestado de la biblioteca,Edward sonrió a lady Bree.

—Puedo entenderlo.

Ella le dio un golpecito a la pelota de croquet y lo miró por encima del hombro.

—¿Porque también a ti te tiene fascinado?

—¿Tan obvios son mis afectos?

La duquesa asintió con la cabeza.Era una muchacha encantadora y él no tenía la más remota idea de por qué no le atraía más.

—Te garantizo que lady Forks no está en absoluto interesada en mí.

—Tal vez no le interese casarse contigo,pero yo te aseguro que sí le interesas.

—Ese interés se esfumará tan pronto como se encuentre segura bajo la custodia de otro hombre,de modo que no temas que invada el territorio de tu padre si su interés por lady Forks va más allá de la lectura de poesía.

—Sé que no se debe hablar mal de los muertos,pero mi padre no le tenía mucho aprecio al viejo Forks.

—Dudo que alguien apreciara realmente al viejo conde.

—¿Te gusta ser conde?

—No especialmente,aunque me ofrece la posibilidad de conocerte.

Aquellas palabras le repugnaron en el mismo instante en que las pronunció.Sonaban tan poco sinceras.La carcajada de lady Bree lo envolvió como el tintineo de las campanillas en Navidad.

—Se te está contagiando el coqueteo típico de la aristocracia—dijo ella sonriente.

—Pues procura no animarme mucho.Mi comentario me ha parecido de lo más ridículo.

—Porque eres hombre.Seguro que cualquier dama se sentiría halagada con tus atenciones.

—Te agradezco que pienses así.

—Posiblemente no sea asunto mío pero¿por qué no está Bella más interesada en ti?

—Porque necesito un heredero y ella cree que es estéril.

Lady Bree se ruborizó y Edward maldijo entre dientes.La muchacha apenas tenía diecinueve años y muy poco mundo.Probablemente pensaba que los niños venían de París.

—Disculpa…

—No,no—lo interrumpió levantando una mano—.Soy perfectamente consciente de la importancia de tener descendencia.Papá ya tiene resuelto ese problema.Es una pena que haya que tener en cuenta esos detalles,pero así son las cosas,¿verdad?

—Yo busco algo más que eso en una esposa.

—Entonces tu esposa será muy afortunada.

Lo miró furtivamente y él casi creyó ver esperanza en su mirada.

—Este juego no se me da muy bien—replicó Edward sosteniendo el mazo en alto—.Quizá te apetezca más dar un paseo por los jardines.

—Me encantaría—respondió ella con una espléndida sonrisa.

Quizá,si se alejaba lo suficiente,pudiera olvidarse de la existencia de Bella.

          Bella vio a Edward y lady Bree caminar del brazo hacia los complejos jardines acuáticos que su difunto marido había ordenado crear a sus jardineros por puro capricho.Había estanques plagados de enormes peces de vistosas escamas doradas.En algunos puntos,el agua caía por las piedras a modo de pequeñas cascadas.El follaje era exuberante,la vegetación espesa y la condesa sabía perfectamente que en aquel lugar un caballero podía robar uno o dos besos sin que nadie lo viera.

—Ha perdido interés por la poesía,milady.

—No,no,excelencia—dijo Bella devolviendo su atención al duque—.Sólo admiraba…—tragó saliva para poder continuar—…la buena pareja que hacen su hija y lord Forks.

—Yo estaba pensando lo mismo.Como ambos son jóvenes,quizá deberíamos acompañarlos en su paseo.

Nunca se había sentido tan vieja como en aquel momento.

—Lord Forks jamás se aprovecharía de una invitada.

—Un hombre joven no siempre es dueño de su voluntad.Vamos.—Se puso en pie y le tendió la mano—.Asegurémonos de que no hacen ninguna tontería.

No podía negarse a la petición de un duque.Al menos ése fue el razonamiento que empleó para convencerse de que su conducta no respondía a un profundo deseo de cerciorarse de que Edward no besaba a la encantadora lady Bree.Posó la mano en el brazo del duque y se dejó escoltar por él hasta los jardines acuáticos.Aunque creía haber sido una anfitriona ejemplar y haber atendido correctamente a todos sus invitados,sabía que era obvio quién despertaba verdaderamente su interés.El duque y ella habían pasado bastante tiempo juntos.

Estaba convencida de que cuando él volviera a su finca,dejaría atrás a la mujer que pronto se convertiría en su esposa.

Se había superado a sí misma.

Capítulo 40: Enfadado Capítulo 42: Baile de despedida

 


 


 
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