Edward

Aparcamos enfrente de mi casa, observe como Bella estaba un poco molesta y respiraba fuerte por la rabia. Lo que menos quería era hacerla sentir mal pero también me preocupaba, ningún chico llega y te invita a salir cuando apenas te ha visto dos veces en su vida, eso era realmente extraño ademas me preocupo por ella no es que sienta celos o bueno si pero solo porque alguien se acerca ella y presiento que me quitara su amistad, me duele el tan solo pensar que alguien puede quitarme a mi mejor amiga de mi lado. Se dio cuenta de que la observaba y me miro con las mejillas teñidas de un hermoso color rojo, eso me gustaba de ella, sonreí dándole a entender que la quería mucho y ella me beso la mejilla.

-Nos vemos en un rato, recuerda que quiero comer verduras al vapor, te quiero Edward- y salió de mi carro dejándome ahí abandonado.

Gire el rostro observándola como caminaba feliz y contenta hasta su casa y tengo suerte de vivir alado de ella para observar como se le caían las llaves una y otra vez con tal de abrir la casa. Sonreí y saque las llaves del enchufe para salir del carro, volví a mirar hacia la casa de Bella pero esta ya habia desaparecido. Tome mi chaqueta y corrí hasta mi casa porque hacia un frio horrible. Al abrir me arrepentí que tal si estuviera Carlisle y no quería tener otra discusión con él, era lo que menos quería cuando acababa de tener aun que diminuto, discusión con Bella, suspire y entre como bala hacia mi cuarto.

-¿Edward?-pregunto alguien desde la cocina y sonreí cuando vi que se trataba de Nana.

-SI Nana, soy yo.

-Edward necesito que me des la ropa sucia, ayer trate de encontrarla pero tú cuarto esta patas para arriba y me fue imposible.

-Si Nana ahora mismo te la doy, ahora me voy a dar una ducha estoy algo cansado.

Subí las escaleras y decidí que lo mejor era darme un buen baño con agua caliente para relajar mis músculos y para dejar de pensar en aquel chico que invito a Bella. Saque una toalla del mueble y me quite toda la ropa para salir hacia el baño. La ducha me cayó muy bien, me relajo por completo. Cuando salí me dirigí a mi habitacion y me vestí, hoy saldríamos todos juntos y eso iba a ser genial, tendría que hablar con los chicos y Bella necesitaba hablar con las chicas.

-Nana-la busque por la cocina y ahí estaba.

Era lo más cercano que tenia a una madre después de que la mía murió, era siempre atenta, comprensible y muy feliz, nunca podías ver a Nana triste y cuando estabas con ella podías sentir el amor a su alrededor.

-Edward ¿Qué se te ofrece?

-Nana hoy vendrá Bella y por favor prepara su comida favorita.

-Oh que bien que la niña Bella venga, me agrada la cara que pones cuando estas con ella.

-Hay que cosas dices nana, yo no pongo ninguna cara-bufé mientras agarraba una galleta.

-Claro que si hijo, mira cuando estas con ella te brillan los ojitos, también sonríes mucho y te alejas de todo, es como si solo existieran tú y ella en el planeta, a veces pienso que te gusta y que ella es todo para ti.

-Hay Nana enserio me haces reír con todo lo que dices, la verdad Bella es como una hermana y eso también se lo dije a Emmett y a Jasper, están igual que tu-tome una galleta mas-Me voy, voy a escuchar música-camine hasta las escaleras-Nana que ricas galletas.

Hay esa Nana siempre diciendo tonterías, como se le puede ocurrir que a mí me gusta Bella. Está claro que ella me agrada demasiado, somos amigos desde la primaria de eso no habia duda, y si me la paso bien con ella y nos divertimos mucho es obvio que solo somos amigos. Y repito la misma pregunta, ¿Es que acaso un chico y una chica no pueden ser amigos? Me pase todo el tiempo acomodando de aquí allá y buscando la ropa para entregársela a Nana, estaba hecho un desorden mi cuarto y no podía dejarle todo a Nana, era muy arriesga si entraba a mi cuarto. Mientras ordenaba mis discos por orden alfabético, tocaron el timbre, sonreí cuando supuse que era Bella. Por fin tendré que hacer.

Baje las escaleras y Bella estaba en la cocina comiendo lechuga, me miro y sonrió.

-Vaya te bañaste-sonrió aun mas-¡Aleluya se le hizo al agua!-ella y Nana empezaron a reír mientras mi sonrisa se esfumaba.

-Ja, Ja, Ja…-dije sarcástico-Ríanse todo lo que quieran, ya no las quiero.

Bella se acerco a mi con aquella mirada que odiaba demasiado, hacia que todo dijera “Si”, era horrible, cerré mis ojos y sentí una respiración cerca de mi rostro hasta que situó un beso en mi mejilla, lentamente abrí los ojos creyendo que se daría por vencida pero no, ahí estaban esos ojos de cordero degollado mirándome porque yo era el malo. Estallo en risa cuando la cargue y le di un gran beso en la mejilla.

-Niños, niños ya esta lista la comida, ahora me voy a lavar.

Ahí nos quedamos Bella y yo en la cocina sirviéndonos lo primero que encontramos, como siempre bella se acerco a la vaporera y se sirvió un poco de verduras, yo hice lo mismo que ella pero en mi caso tome puré con un poco de carne, a Bella nunca le gustaba la carne solo la comía porque sabía que sin ella podía tener una enfermedad. Nos sentamos a la mesa y empezamos a comer.

-¿Sabes de qué me acorde?-gire el rostro para verla.

-Nop, ¿de qué?

-Del día que me salvaste cuando estábamos en la primaria, el día que nos hablamos por primera vez.

-Hay Bella eso fue hace mucho tiempo.

-Sí pero todavía lo recuerdo.

Y claro que yo también. Bella caminaba por el patio principal de la escuela, yo jugaba con unos amigos a algo que no recuerdo, Bella se sentó y empezó a comer un emparedado y un par de niños empezaron a molestarla, a mi obviamente no me gusto eso y camine dejando a Emmett y a Jasper jugando solos. Les dije a los niños que la dejaran empezó porque Bella empezaba a llorar, ese día Bella y yo empezamos hacer amigos, los mejores. Mientras me hundía en el tren de los recuerdos, algo frio y pegajoso se estampo en mi cachete, parpadee repetidas veces y Bella estaba enfrente de mi sonriendo y con la cuchara semi doblada donde habia estado antes el puré para ahora estar en mi cachete.

-Perdón-se ruborizo-es que no reaccionabas y era eso o el agua.

Me quite el puré de la cara un poco molesto y ella se dio cuenta pero al ver su cara de tristeza y de disculpa, se me fue el enojo y mi sonrisa creció de oreja a oreja. Estar con ella me encantaba.

-No te preocupes Bella-ven, la atraje hacia mi cuando una lagrima rodo su mejilla.

Al abrazarla su exquisito olor a fresas me inundo los pulmones y pude sentir una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo y al parecer creo que ella también lo sintió porque se estremeció y después se separo de mi.

-Tenemos que llamar a los demás para salir el día de hoy en la noche.

-Cierto, se me habia olvidado-pasar tiempo con ella era como si el tiempo se detuviera.

Pasamos el resto de la tarde platicando y vimos una película de comedia, Bella se la pasaba riendo y eso me ponía muy contento. Después de todo eso, nos fuimos a mi cuarto para enseñarle unas nuevas canciones que acababa de componer. Tome la guitarra y comencé a tocar, a bella le encanto tanto que sus lagrimas salieron y ahí supe que tenía que parar, eso siempre me gustaba de ella, era sensible, comprensiva, por eso y mas era mi mejor amiga y la quería tanto que ella también pensaba lo mismo.

Tomamos los teléfonos y marcamos a nuestros amigos, yo marque desde mi celular a Emmett que dijo que estaba perfecto, que quería pasar más tiempo con nosotros ya que pasamos las vacaciones separados. Todos estuvieron de acuerdo que fuéramos a casa de Alice y Emmett para jugar juegos de mesa. Cosa que a Emmett le agradan.

-Edward-la mire- ¿Qué hiciste en tus vacaciones?

-Nada pues me la pase caminando, comprando libros y discos.

-Oh que divertido-dijo ella sarcásticamente.

-Ha espera también te traje algo, pero no quería dártelo hasta tu cumpleaños pero no aguanto, quiero dártelo.

Camine hasta mi mueble y saque una pequeña cajita color rojo, se lo entregue y ella lo abrió, al hacer eso se le salieron de nuevo las lagrimas y eso me hizo sentir mal, ¿es que acaso no le gustaba?

-Edward es hermoso, gracias.

Nos abrazamos y cuando nos separamos nuestros rostros quedaron a centímetros, en aquel momento empecé a sentir un fuerte poder dentro de mí, era como el deseo, tenia deseo de besarla y ella pensó lo mismo porque cerró los ojos y poco a poco me fui acercando y entonces…

-Edward llamo tu padre-dijo Nana en la puerta e inmediatamente nos separamos.