-Bella-susurraron en mi oído derecho…
Edward me estaba abrazando y yo estaba con la vista perdida en su hija, en su hermosa hija. Rodeé su cuerpo con mis bazos un breve momento y susurré un <<Edward>>. Se sentía bien poder decir su nombre después de tanto tiempo de siquiera evitar pensarlo.
Yo seguía con la vista fija en la pequeña y la veía por encima del hombro de Edward, no me importaba lo que pensaran al recargarme de esa manera en Edward, pero yo quería seguir viendo a ese pequeño ángel enfundado en su vestidito color negro.
-Nessie-articulé sin llegar a decir una palabra.
Ella también me miraba, fijamente a los ojos, con una pequeña sonrisita en los labios, la más bonita que había visto, ella lloraba, fruncí el seño, un ángel como ella no debería llorar.
-Bella, ¿estás llorando?-preguntó Rosalie.
¡Rayos! En ese momento lo último que quería era que pensaran que lloraba por la impotencia y lejanía y cercanía de Edward.
Me separé de Edward, un poco brusco pero con delicadeza al mismo tiempo, no dejaba de ver a la niña, rápidamente me limpié bruscamente las lágrimas y sonreí a la niña.
-Bella, ella es Nessie, mi bella, bella sobrina-comenzó Rosalie-Nessie ella es Bella, mi hermosa, hermosa hermana.
Nos quedamos viendo unos segundos, y como si estuviéramos sincronizadas, yo me agaché hasta quedar a su altura y ella se abalanzó contra mí, estuvimos en un gran abrazo, ella sollozaba en mí, y yo enterré la cabeza en su cuello, yo también estaba llorando. Estuvimos así varios minutos, sintiendo la mirada de los demás.
Me separé y vi que ella tenía los ojos hinchados.
-No llores, Bella-me dijo secando con sus manitas mi cara. Su voz era dulce, tierna, amorosa…
-No lloro-le dije para contentarla-Pero tú tampoco.
Le empecé a repartir besos por toda la cara, haciendo que riera, su risa era la mejor de las músicas para mí, entonces me separé un poco y limpié sus mejillitas con mis dedos pulgares.
-Bien…-interrumpió Alice-Creo que es hora de ir a comer.
Fuimos y cuando Edward iba a sentar a Renesmee entre Alice y él hizo un pucherito que me derritió.
-No, no, papá… Yo con Bella-dijo un poco viéndome muy sonrojadita, se veía adorable-si ella quiere, claro-añadió rápidamente al no obtener respuesta.
Al parecer todos se sorprendieron por eso, porque ninguno decía nada, así que mejor empecé a hablar yo. Digo… Iba a ser su niñera… ¿O no?
-Edward, si Renesmee quiere siéntala conmigo-dije mirando a Edward que me veía como si estuviera loca.
Renesmee soltó un chillido emocionado y Edward la sentó a mi lado.
Empezamos la plática y yo estaba más entretenida con la nena y con mi mente que con los demás, y ellos lo notaban.
-¿Bella?-Emmett me sacó de mi plática con Renesmee sobre unos unicornios o algo así de sus sueños.
-Oh, ¿mande?-dije volteando con Emmett, pero al mismo tiempo haciéndole una seña a Nessie para que esperara.
-Ya sabes…-dijo, él siempre con rodeos…-¿Ya tengo cuñado o… Sobrinos?-dijo moviendo las cejas de arriba abajo y con una sonrisa pícara.
-Ay, Emmett-suspiré, qué más quisiera yo-no y… No.
Me había dolido negar a mi hija, pero si no lo hacía me descubrirían, así que hice un rápido pensamiento:
<<Hija, por favor perdóname>>.
-Oh, eres aburrida, Bella-dijo fingiendo aburrimiento extremo.
Me reí negando con la cabeza, él jamás iba a cambiar.
-Edward-lo llamó Rosalie-Ya te tengo niñera.
Él la miró con ojos incrédulos y entre cerrados, pero después puso una gran sonrisa.
-¿Y bien?
-Bella-exclamó bien fuerte con una gran sonrisa.
Su rostro se descompuso en incredulidad y hubo un enorme y agudo chillido a mi lado.
-¿En serio?-me preguntó con los ojos abiertos como platos.
-Por favor, Bella, di que sí, por favor, por favor, por favor…-rogaba Nessie.
-Claro, bueno, si tú quieres-le contesté un poco tímida.
-Claro que sí…
Fue rápidamente interrumpido por un aullido de parte de Emmett.
-Brindemos por la nueva niñera-gritó a todo pulmón-Bella y Eddie traerán las bebidas de la cocina.
-Emmett-lo reprendió Edward-no me digas Eddie, lo odio… Y además es tu casa…
-Vamos, hijo-lo llamó dulcemente Esme-ayuda a tu hermano.
Nadie puede resistir a los encantos de Esme… Es tan bella y maternal.
|