Pov:Carol
Esta era mi segunda cita con Alec y debía admitir que él era todo un Romeo, era atento, simpático y sobre todas las cosas era todo un caballero, eso era lo que más me gustaba de él, claro sin dejar de lado esos tentadores labios color manzana.
Estábamos en su auto aparcados en alguna orilla del bosque, de haber estado sola me encontraría llena de terror pero por alguna extraña razón estando a lado de Alec me sentía tan segura y protegida que podría enfrentarme a un oso, solo si él estuviera tomando mi mano como lo estaba haciendo ahora.
-En qué piensas?-preguntó con el rostro lleno de curiosidad.
-En lo bien que la paso a tu lado-
-Eso me hace feliz Carol-solo pude sonreír.
Son las nueve, creo que debo entrar a casa-ni siquiera nos habíamos molestado en mirar el reloj, con él a mi lado el tiempo volaba.
-No, solo un rato más, si?-
De verdad me encantaría pero no queremos preocupar a Ingrid o si?-
-De acuerdo-y me miró con resignación, dio la vuelta al auto y abrió la puerta para que yo bajara del auto-Mañana no hay instituto, así que me preguntaba si te gustaría ir al cine?-en mi rostro se dibujo una enorme y tierna sonrisa, claro que me fascinaba la idea.
-Claro, estaré lista a las nueve, te parece?-
-No te parece que es muy tarde?-
-Yo me refería a las nueve de la mañana, así pasaríamos todo el día juntos, no te molesta o si?-
-Para nada, yo encantado de estar todo el día a tu lado-
Entre a casa y sobre la mesa del comedor estaba una nota:
“Cielo mamá se puso mal así que dormiré con ella en casa, si necesitas algo solo llámame.
Con cariño Ingrid”
Subí a mi habitación, dejé mi bolso sobre mi tocador y me fui directa a la ducha, estaba exhausta no podía más, era urgente que mi cabeza tocara la almohada y pudiera descansar, me cepillé los dientes y el cabello, después de eso no supe más.
Sentía entre sueño y sueño una extraña sensación y desperté de golpe, frente a mí un hermoso ángel hizo su aparición, entonces supe que seguía soñando, tanta hermosura solo podía ser producto de mi imaginación.
-¿Quién eres?-mi tono de voz estaba lleno de sorpresa y fascinación.
-Espero que no estés molesta-era Alec, entonces estaba despierta?.
-Como entraste?-yo había cerrado cada una de las posibles entradas.
-Por el ventanal-y señaló el que se hallaba a sus espaldas.
-Y que es lo que quieres?-esta vez mi voz sonaba algo molesta.
-Solo verte dormir-entonces ante tal acto de ternura mi furia se esfumó como el mismo viento.
-Ven-le dije y dí un par de palmadas en la cama para indicarle que se sentara a mi lado.
-Segura?-como podía dudarlo?.
-Confío en ti-dije firmemente.
-Eso me aterra-y ví en sus ojos que era sincero.
-¿Qué no tienes sueño?-pregunté al ver que estaba más despierto que la fresca mañana.
-Carol, las personas como yo no duermen-
-¿De verdad?-estaba asombrada.
-Así es Carol, no dormimos jamás-
-Y que hacen durante la noche?-
-Pues todo depende-
-¿Depende de qué?-
-Pues de la persona, por ejemplo mamá analiza los expedientes de sus pacientes, papá checa la bolsa de valores, Demetri toca el piano y Jane se la pasa besándose con Félix-me dolió que mencionara a Demetri pero cuando miré sus ojos fijamenteel dolor desapareció.
-Interesante, y tú que haces?-
-Yo estudio, salgo a caminar, pero me gusta más verte dormir-
-Eso es vergonzoso, mi madre solía decir que hablo dormida, eso es cierto?-
-Bueno algo hay de eso-sentí mis mejillas sonrojarse.
-Y que es lo que digo?-
-Bueno, noto lo mucho que extrañas a tu madre-justo cuando dijo esto una lágrima se hizo presente
-Así es, ella era mi confidente, mi madre mi maestra, lo era todo para mí-
-Piensa que por algo pasan las cosas-y automáticamente nos recostamos, sin pensarlo me abracé a su cuerpo, el por encima de las cobijas y yo por debajo de éstas.
-Y que fue lo que pasó con tus padres?-
-Pues no lo recuerdo, así que solo conozco a Aro y Sulpicia como padres-
-Ellos deben ser excelentes padres-
-Lo son Carol, están llenos de amor para dar, no pude conocer mejores padres que ellos-y así pasamos el resto de la noche hablando de todo, el colegio sus talentos, los míos, nuestros planes escolares, y nuestras familias, obviamente el tenía más cosas que contar ya que había vivído mucho y tenía más hermanos, sin mencionar que su vida era mucho más interesante, no supe en qué momento me quedé dormida, pero cuando desperté el me estaba observando, fue uno de los amaneceres más lindos de mi vida.
-Que tanto me miras-pregunté.
-Podría pasar una eternidad solo mirándote, mirando tus ojos expresivos y esa encandiladora sonrisa –solo sentí mi rostro sonrojarse.
-Te prepararé el desayuno-le dije y salí corriendo de la alcoba.
Este capítulo va dedicado a todas ustedes pero especialmente a CarolinAVulturi, perdóname!!!!
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