-Pero vamos afuera, no quiero hacer daños en su casa –dijo Bella riendo mientras salía por la parte de atrás, al jardín.
La media luna de espectadores la esperaba ansiosos, incluso yo misma.
-Que nadie se me ponga a la derecha –dijo Bella agazapándose, con sus manos juntas, como si sostuviera una pequeña esfera.
-¿Qué? –pregunté por acto reflejo.
Al ojo humano hubiera sido imposible distinguirlo. Una casi inexistente nube de color lila se extendía en las manos de Bella conforme ella alejaba las manos.
Su cara de concentración me dejaba anonadado. Incluso con sus facciones crispada y sus ojos oscurecidos por su estado de ánimo, el labio inferior estaba increíblemente sujetado con los dientes superiores, en un acto tan repetido que creo que podía ver las marcas palpables sobre el labio de Bella… que por cierto me hacía señas para darle una caricia, como si necesitara mi ayuda.
-Cuidado –murmuró Bella cuando de repente, estiró ambos brazos a su derecha. La ligera capa de color morado claro estalló contra el árbol más cercano. Haciendo que éste perdiera equilibro soltando tal vez más de cincuenta hojas de sus ramas.
-¡Qué genial! –el gritito de mi hija fue el final del silencio. Bella se rió y los demás aplaudimos, haciendo que ella, como rara vez en su vida, se sonrojara.
-¡Hazlo de nuevo! ¿Cómo haces eso? –lanzó Gera, tomándole la mano a mi hija corriendo hacia Bella.
-Simple práctica –dijo ella.
-¡Haz otra cosa! –gritó Alice.
-Eso es genial –concordó Jasper con Nahuel.
-Perfectamente genial, yo quiero hacer algo como eso –dijo riendo, pero era verdad. Todos moríamos por hacer algo como eso.
-¡que no, Alice! Para hacer otra cosa, necesito un contrincante, no existe otra cosa que sepa hacer si no es contra una persona.
El brillo en los ojos de Jacob se extendió enviando oleadas de desesperación a Nessie que se volteó hacia su esposo.
-¡Jacob Black! –advirtió.
Se conocían tan bien, y eso me hacía sentir feliz… y celoso.
-Princesita, solo será una pelea –dijo Jacob acercándose a Bella, que lo miró confundida –Dale, Bells, tienes a tu persono, más bien, hombre lobo –corrigió sonriendo.
-¿Qué… estás…? –la pregunta quedó en el aire. Nessie colocó las manos sobre el pecho de mi yerno.
-No, no, gira sobre tus hermosos talones y camina, Jake –Alice tomó por el brazo a mi hija.
-¡Vamos, Ness! No pasará nada, solo será una pelea amistosa –Gera se unió.
-Ven, vamos a sentarnos, esto será interesante.
-no quiero –negó Ness. Bella aún no decía nada.
-No me parece factible –dije alto para que me escucharan.
-¡Papá, ayúdame!
-Edward, Ness, están rayando en lo paranoico. Es Bella y es Jacob, lo peor que puede pasar es que Bella se rompa el dedo otra vez –todos emitimos un leve carcajeo, Nessie no lo entendió, a diferencia de Nahuel que había escuchado esa historia un par de veces.
-Eso no pasará –dijo Jasper –no dos veces.
-Ven –me indicó Gera para que tomara asiento en las escaleras. Y así fue como nos sentamos a más de tres metros de Jacob y Bella, que se miraban fijo. Mi hija tomaba mi mano fuertemente, lista para echar a correr en cualquier momento en ayuda… en ayuda… ¿En ayuda de quien si algo salía mal?
-Jacob, esto no me parece correcto, no puedo pelear contra ninguno de ustedes –Jacob la interrumpió.
-No seas cobarde Bella Newton, no seas gallina Bella Swan. Vamos, son solos unas mordiditas y ya, te recobrarás en unos días –un leve siseo de parte de Bella silenció a todos, haciendo que Jacob riera.
Se echó hacia atrás, estallando en un gran lobo.
Bella se encogió y casi salgo disparado en su ayuda, pero entonces cuadró los hombros y se irguió, poniendo sus palmas hacia Jacob, frunciendo el ceño.
Algo en su mirada no me gustó.
Todo pasó demasiado rápido.
Jacob saltando deliberadamente hacia Bella, Bella propinando un golpe en la costilla de alguien, un borrón entre el lobo y la bruja, un crujido. Un jaleo que siguió con el grito de Alice, una nube de color negro, más fuerte que la de Bella estrelló contra un cuerpo pequeño. En el segundo en el que logré levantarme del escalón me eché a correr. Pero era tarde. Bella yacía tirada en el suelo a cinco metros de su posición inicial, mientras Kevin estaba sosteniendo la mandíbula de Jacob.
-¡¿Qué haces tú aquí?! –gruñí, sintiendo el veneno recorrer mi garganta hasta posarse en mis dientes. Nahuel me sostuvo por detrás, ayudado por Jasper, que intentaban desesperadamente clavarme al suelo, pero no podía controlarme.
El gemido de Bella era lo único que era capaz de escuchar.
Nessie estaba al lado de Jacob, que Kevin ya había soltado, y Alice y Gera con Bella.
-¡Te hice una pregunta, pedazo de imbécil! –esas no eran mis palabras, pero sí mi voz.
-¡estaba en peligro! ¡Estaba peleando contra un lobo, Cullen! ¡Pensé que podrías cuidarla! –me gritaba, dando pasos hacia atrás. Estaba mirando rojo, o era producto de mi imaginación. La mandíbula me pesaba, mis labios se retraían mostrando mis dientes.
-¡Estaba a salvo hasta que tú llegaste, remedo de brujo! –Jasper aflojó, ¿o fue mi fuerza?
-La has lastimado como siempre, nunca dejarás de hacerlo –sentí cómo la tela de mi camiseta se rasgaba al ser halada desde atrás.
-¡Cállate, la has lastimado tú! ¡¿No te has dado cuenta?! –grité desesperado, logrando zafarme por un segundo que me sirvió para llegar a Kevin.
-¡Papá!
-¡Edward!
-¡No!
Mis dientes encontraron la piel.
Bella POV.
Dolía, dolía mucho, no mentiré… dolía.
Por encima de mi gemido escuché un ajetreo, algo ocurría.
-¿Estás bien, Bella, me escuchas? –esa era la voz de Geraldine.
-¿Bella? –esa era Alice.
Gritos desesperados de dos hombres… ¿Quiénes? ¿Qué era lo que había…?
Dolor.
Duele.
-¡Estaba en peligro! –escuché a lo lejos.
-¿Sientes esto? –un siseo escapó de mis labios cuando algo empujó mi cadera, arqueé la espalda y un dolor agudo me atravesó.
-¿Eso es sangre? –murmuró Geraldine.
-¡La has lastimado tú! –escuché. Entonces mi cuerpo entró en tensión. El silencio parecía tal, cuando escuché el grito de Nahuel.
-¡No!
Traté de incorporarme para ver, ¿qué había pasado?
-¡Nahuel! –esa era Geraldine. ¿Le había pasado? No podía erguirme era como si algo me clavara a la hierba, al suelo, mi espalda ardía. Sentía que mi cabeza daba vueltas, miles por milésimas de segundos. El olor a sal y óxido inundo mi nariz. Pero me las ingenié para doblar la cabeza y ver.
Kevin estaba prácticamente escondido entre los árboles, pero podía distinguirlo. Nessie, Edward, Jasper y Jacob alrededor de dos personas que yacían en el suelo.
-Es una emergencia –murmuró Alice cerca de mí, no la miré, pero escuché el celular cerrarse.
-Nahuel, ¿me escuchas? –la voz de Geraldine era desesperada, parecía estar llorando. Entonces sentí un líquido correr por mi espalda, pero no le presté atención.
-¡Carlisle viene hacia acá! –gritó Alice corriendo hacia Edward, pero no giré. Solo miré hacia Kevin, mutilándolo con los ojos. Murmuró un “lo siento” y desapareció. Tendría que hablar con él.
Algo pareció cambiar. Me giré otra vez. Todos me miraban con los ojos abiertos… unos ojos negros como el carbón, la única que no me miraba era Geraldine. Edward dio un paso no calculado hacia delante.
Escuché los pasos rápidos de vampiros en la espesura.
-¡Carlisle, Bella está sangrando! ¡No sé dónde!–gritó Alice en cuanto el resto de los Cullen apareció.
-¡Carlisle, Edward ha mordido a mi esposo! –gritaba Geraldine. Sentí a alguien moverme, me giré bruscamente para ver a Edward y quedarme en shock, aun jadeando.
-Edward –murmuré.
-Perdóname por dejar que esto pasara –susurró. Podría jurar que no respiraba.
-¡Edward lleva a Bella a la clínica! –gritó Esme. En un borrón vi a Emmett cargar a Geraldine dentro de la casa, una mujer gritando en sus brazos.
Edward pasó la mano por mis rodillas y mi espalda, el grito de dolor no lo pude controlar. Pero la mirada de sufrimiento de Edward me taladró.
-¡Mierda! ¡Alice, ayuda aquí! –gritó pero no pude decir nada, ya que me movió otra vez y sentí mi vida irse.
-Ed… Edward… duele –murmuré luchando en busca de aire.
-Mierda, Alice, mierda. Tiene algo enterrado –decía Edward sin soltarme. Alice llegó.
-¡tira! ¡Tira de ella, no hay nada que hacer, se desangrara! -no pude terminar de exhalar cuando estaba prácticamente en el aire, entre los brazos del vampiro. Me aferré a su camiseta cuando el dolor se hizo incontrolable.
-Tranquila, estamos por llegar, Bella no me asustes. Saldremos vivos de esta, tú no morirás –me decía. El viento me llegaba de lleno a la cara, sentía que el aire se escapaba de los pulmones. Me dolía el respirar.
-Edward… -mi jadeo no me dejaba, tenía que intentarlo –no puedo…
-¿Qué, Bella? ¿Qué, qué pasó? –decía. Sentí que disminuía la velocidad y la luz me cegaba, blanco por todas partes -¡Ayuda! ¡Alguien que me ayude! –gritaba.
-¿Qué le ocurrió?
-No puedo respirar –articulé jadeando. Me quitaron de los brazos de Edward, una camilla, sangre, aire…
Edward.
Pequeño pero intenso, ¿sí o no? Lo siento, me deben odiar. Jaja. Pero yo le pongo suspenso a todo, y a ustdes les encanta.
Pamela y Lucas son la descendecia de Jessica y Ángela, son novios. Están en los capítulos cuando Bella se aleja de Edward por primera vez, o cuando ella aparece, no me acuerdo bien. En el primer capitulo puse Peter, y yo también olvidé que existía, y el primer brujo que Bella conoció le puse Peter. Lo siento, por eso cambié a Lucas, Jajaja. Peter… simplemente me trae buenos recuerdos (:
Les gusta? Merezco comentario? Voto? Un abrazo y un grami? Que tus amigas se enteren de lo buena escritora que soy?
Les advierto, si no tengo por lo menos 10 comentarios sobre este capitulo.. no subo el siguiente. Jajaja… es en serio.
Las adoro!
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