Forks, Washington.
Pov: Carol.
Llevaba casi un mes con mi Demetri, el había mandado una rosa cada día desde que éramos novios, era el chico más dulce que conocía y el más tierno de los caballeros.
Pronto mi móvil comenzó a sonar, miré la pantalla y en ella aparecía un número desconocido.
-Diga-
-Carol por favor no me cuelgues-esa voz la conocía bien, era Paul.
-Que quieres Paul?-
-Carol sé que me porté como un estúpido por eso quiero pedirte perdón, quiero hablar y disculparme en persona-estaba totalmente de acuerdo, ese era un ciclo que debía cerrar y solo lo haría si hablaba con él.
-Está bien, donde nos vemos?-
-Paso por ti en una hora?-
-Eso está bien-no necesitaba arreglarme traía unos jeans y vestía de azul rey, me encantaba ese color.
Esperé y esperé y pronto paso la hora, tocaron a la puerta y yo abrí, era Paul y al verlo miles de sensaciones vinieron a mí como un enorme tsunami, y no era que lo amara, era más bien el hecho de que aún me dolía la traición como un acto en sí.
-Carol estas preciosa-su sonrisa me hizo perder el hilo por unos segundos.
-Gracias Paul-
-Vamos al bosque?-
-Como quieras-tomó mi mano, su cálida piel me hizo estremecer pero esta vez era de repugnancia, discretamente retiré mi mano.
-Porque quitas tu mano?-
-Paul, y todavía lo preguntas?, tú tienes novia-
-Y es mentira que tu andas con el Vulturi ese?-
-No fui yo quien traicionó lo nuestro o si?-de pronto sus cálidos labios se estamparon contra los míos, me alejé y le di una bofetada-Paul te juro que si vuelves a besarme en contra de mi voluntad levantaré cargos en tu contra, me has entendió?-el asintió y de nuevo me besó-eres incorregible y comencé a caminar en dirección opuesta a donde estaba él, caminé y caminé, el venía justo detrás de mí pero sin decir una sola palabra.
De pronto mis ojos se encontraron con un perfecto cuerpo desnudo, era el de una rubia mujer, en segundos la identifiqué, frente a ella un cuerpo igualmente desnudo pero aún más perfecto, cuando lo identifiqué un profundo dolor inundó mi pecho, el ser que yo amaba estaba a punto de acostarse con ella, con Tanya, siempre en el fondo de mi corazón supe que entre él y Tanya había algo y siempre en el fondo de mi corazón supe que el no iba a cambiar por una tonta y frágil humana como yo. Eché a correr a la mayor velocidad que mis piernas me lo permitían.
-Carol, no es como piensas-fue lo único que alcancé a escuchar, pronto el dolor cegó mis sentidos, solo sabía que un frío aire daba de lleno contra mi pecho y mi rostro, después de eso no supe nada más.
Pov: Paul
Todo había resultado tal como lo habíamos planeado, pronto celebraríamos.
Mi móvil sonó, era un mensaje de Tanya, “Bombón te espero en la cabaña, esta vez soy yo quien te tiene una sorpresa”.
Corrí a toda prisa con dirección a la pequeña cabaña, estaba ansisos, deseaba con ansias locas volver a tenerla entre mis brazos.
Pov: Alice
Tenía más de veinte horas sin ver a Paul y le extrañaba .
Salí a cazar pues mis ojos ya se encontraban de color negro a causa de la intensa sed.
En el bosque un exquisito aroma atrajo mi atención, era realmente dulce, con un toque acidés, me dejé llevar por mis instintos y tremenda fue mi sorpresa cuando éstos me guiaron hasta un enorme oso pardo, cerré mis ojos para asegurarme de que el oso era el dueño de aquel singular y delicioso aroma, y así era, resignada me dejé llevar y bebí hasta la última gota de sangre, extrañamente quedé saciada, decidí dar una vuelta, pronto un aroma aún más exquisito captó mi atención manzana, canela y jazmín, era Paul, lo seguí y el rastro me llevó a una cabaña pequeña pero acogedora, de ella provenían unos extraños gemidos, abrí la puerta y ahí estaba el más grande de mis temores, Paul me era infiel, estaba revolcándose con Tanya, de todas las mujeres en esta tierra tenía que elegir justamente a Tanya, no era la primera vez que alguien me rompía el corazón por culpa de esa zorra, pero esta vez ambos me la pagarían, Tanya por ser la segunda vez en romperme el corazón y Paul por haberme traicionado, pero como demonios no lo había visto antes?, es que era tan estúpida.
Pronto marqué un número que ya conocía muy bien, él siempre había estado conmigo y lo estaría siempre, de eso estaba segura.
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