Forks, Washington.

Pov: Tanya

Todo estaba listo, tenía un mes en Forks y por fin mi golpe final estaba listo, de pronto mi móvil sonó.

-Diga-

-Bombón todo está listo, la liebre estará en el nido a las ocho en punto-esa era una voz que yo conocía bien y que adoraba.

-Bombón eres un genio, pero que es eso de la liebre estará en el nido?-

-A pues que va a ser mi precioso bombón, estamos de encubiertos y debemos tener nuestro idioma clave no es así?-no pude evitar reírme de las cosas que decía.

-Está bien bombón, justo ahora es la una, será que podemos encontrarnos antes de que comience la operación?-

-Esto, bombón quedé con Alice y no puedo plantarla-

-Paul por favor, si?-odiaba que esa estúpida duende estuviera entre nosotros dos, y seguro que me sería aún más difícil verlo cerca de la estúpida Carol, pero que se le iba a hacer uno no pdía tenerlo todo al mismo tiempo.

-Está bien bombón, nos vemos en la cabaña, te he preparado algo especial, quería que lo vieras a las once después del triunfo pero a decir verdad no puedo esperar a que lo veas-de pronto una llama de curiosidad inundó mi interior, no podía esperar a ver qué era eso que Paul me tenía preparado.

Me monte a toda en mi auto y sin dar aviso a nadie me fui a la cabaña, cuando llegué la moto de Paul estaba en la entrada y en la puerta había un letrero pegado que decía “Espera 5 minutos bombón”, conforme los segundos pasaban me ponía más y más ansiosa.

-Qué guapa estas mi bombón-sus aliento chocó con mi nuca y esa sensación me hizo estremecer, estaba tan acostumbrada a su olor que ya no me parecía molesto, al contrario, cada que mis sentidos lo captaban algo dentro de mí se revolvía, creo que de ser posible, cada que su aliento chocara con mi cuerpo me desmayaría, claro solo de ser eso posible .

-Tú también estas increíblemente sexy este día-el me sonrió de tal forma que desee que él y yo nos hubiéramos conocido en circunstancias diferentes pero como no era así debíamos aprovechar el aquí y el ahora.

-Gracias, bombón debes ponerte esto-y me mostro una venda que traía en las manos, no pude evitar rodar los ojos esto era absurdo- De verdad es estrictamente necesario que use eso, arruinara mis pestañas-

-Bombón, de verdad es estrictamente necesario y te prometo que eso no arruinará tus pestañas, seré cuidadoso-y sus cálidos labios chocaron con mi cuello lo cual me hizo estremecer, así que sin más cedí, dejé que me pusiera la venda en los ojos, sentí como me cargó, el contacto con su ardiente piel me hacía estremecer entera.

Escuché como giraba la chapa de la puerta y un delicioso aroma a manzana, canela y jazmines inundó mis fosas nasales, era justo el olor que el despedía pero con mucha mayor intensidad. Me puso de pie y sentí sus manos de nuevo tocando mi nuca, me quitó la venda de los ojos y lo que mi vista encontró era la cosa más bella, la sala de la cabaña estaba repleta de inciensos de canela y velas de manzana, en el piso miles de pétalos de jazmín estaban esparcidos sobre la alfombra, era la cosa más linda que alguien había hecho por mí.

-A que se debe todo esto Paul?-apenas pude pronunciar las palabras.

-Bombón espero que no te moleste pero justo hoy se cumple un mes de nuestro primer encuentro y después de hoy tal vez no podamos volver a vernos así que quise que este día fuera especial-

-Pues si que lo es, jamás lo olvidaré, pero porque ya no nos veremos?-

-Bombón esta noche lograremos tu objetivo y probablemente no  nos veremos más-

-Bien no pensemos en eso de acuerdo?-y estampé mis labios contra los suyos, después de eso todo fueron caricias besos y pasión, podía percibirse en el ambiente que Paul y yo nos queríamos, era extraño pero yo de verdad le quería, por su forma de ser, por la forma en que me trataba y por ese modo amoroso y apasionado en que me hacía el amor. Después de unos segundos dejé de pensar y me entregué por completo a mi deseo de ser suya.

Nada más me importaba, solo mi sed de estar con él, ningún hombre jamás había sido tan tierno conmigo, eso era lo que más amaba de él, un segundo dije “amaba”, si lo dije, yo amaba a Paul, pero el amaba a Alice y lo mío con Demetri tenía que ser, mi orgullo jamás me permitiría dejar que esa estúpida humana Carol estuviese por encima de mí y esta noche a las ocho se lo demostraría.

Por ahora solo pensaría en gozar a mi amado Paul.