Había pasado todo el fin de semana ayudando a mi madre, principalmente ella estaba dedicada al arreglo de nuestro nuevo hogar, fue un fin de semana normal y tranquilo ya que el pueblito se prestaba para eso. No había excesivo tráfico y las personas que habitan en este lugar no parecían estresadas en lo absoluto. Mi padre no trabajo el fin de semana, pero en cambio estuvo intercambiando amistades, con el señor alguacil, el cual ha sido tan bueno con nosotras que ni siquiera he tenido la decencia de recordar su nombre, y con otros policías del comando, parece que mi padre se estaba acostumbrando más a la idea de ser nuevo habitante en Forks.

     Era lunes por la mañana, y todavía no me levantaba de la cama, podía escuchar a mi madre tararear una canción mientras preparaba el desayuno, de solo pensar que tenía que inscribirme me sentía enferma, hasta podría llegar a delirar, me sentía tan nerviosa que la noche anterior no paraba de dar vueltas en mi cama, inhale profundamente y procedí a levantarme, revise el closet, no tenía nada especial que colocarme, no me importo y saque un suéter gris con unos jeans y zapatos cualquiera, no era el acontecimiento de año como para desempolvar mis mejores prendas, entonces escuche unos pasos en las escaleras.

-       Bella, hija baja a desayunar- grito mi madre.

-       Si ya bajaré, voy a bañarme- dije todavía bostezando.

-       ¡Ay Bella! No me digas que estás nerviosa por tu primer día- volvió a ese tono que tanto detestaba.

-       Mamá por favor, sólo no me quería levantar- mi tono sonaba ha mentira.

Tome otro respiro, esta vez más profundo, ¡Por Dios! Voy a terminarme todo el aire de todo el planeta, estaba pensando todo, hasta para ducharme, me arme de valor y entre, entonces cuando estaba allí, sentí un ruido en la habitación, me sobresalté, pero cuando salí del baño no era nadie.

-       A lo mejor fue el viento- especulé.

     Me regrese a la ducha, cuando lavaba mi cabello, recordé el sueño del viernes por la noche, los ojos dorados mirándome, como era posible que tenía casi un mes soñando con esa mirada, y no tenia mas facciones, un color de cabello, forma de nariz, boca.

     Había algo que se me estaba escapando de mi mente, seguía dando vueltas, recuerdos por allí, por acá, hasta que me acorde como si fuera una película, el sueño del domingo, tenía un toque distinto, eran los mismos ojos pero esta vez eran negros. Me pregunte como podría ser posible, los ojos dorados ahora eran negros, bueno también estaba oscuro cuando logré distinguirlos. El asunto me tenía súper intrigada. Salí del baño y me vestí corriendo se me hacia tarde, desayune los mas apurada posible, mi madre me dio su bendición, entonces me percate que hacía falta alguien.

-       ¿Y Charlie?- dije con cierta preocupación.

-       Ah Charlie… salió temprano para la patrulla- dijo despreocupada.

-       Está bien Renee.

-       ¿Te acompaño hija?- dijo con tono protector.

-       No gracias Má, estoy bien.

Salí como pude, con papeles y todo en mano, tome el transporte escolar, al montarme todos me miraron extraño, tenía la sensación de oler a “carne fresca”, decidí a sentarme y no mire para los lados, me estaba ruborizando, no me estaba tomando con calma esto del primer día. Al llegar busque rápido administración para que me colocaran en cualquier lugar, lo que sea para sentirme ocupada todo el día.

-       Buenos días señorita soy nueva y deseo inscribirme- dije nerviosa.

-       Está bien linda, dame tus papeles y veo que podré hacer por ti- dijo con tono amable.

-       Esto fue rápido, aquí tienes secciones, aulas y todo los instructivos. ¡Bienvenida a la Secundaria Forks!- dijo con emoción.

-       Mmm gracias- dije con mas nerviosismo. Esta secretaria no era ni parecida a la de mi antigua secundaria, tiene aspecto mayor, se arregla más decente como para trabajar en una institución educativa y no masca chicle. Mire mi horario tenia clases de Literatura, busque el salón y cuando entre estaba la misma clase de mi escuela anterior. Romeo y Julieta, me perseguían esos dos. La profesora ni noto mi presencia, entonces, sentí una mirada fija, me voltee y pareciera que era Él.