Edward Cullen
Los tres días siguientes fueron más de lo mismo. Siempre se reunía conmigo en el banco durante un rato antes de salir corriendo hacia su próxima clase. El viernes tenía un poco más de tiempo que de costumbre y no podía decir lo agradecido que estaba por ello.
“¿Eres alérgico a algo?”Preguntó Bella desde algún lugar.
“¿Intentas asustarme con esa pregunta?”Contesté.
Se rió levemente un poco nerviosa.”Bueno, tengo una idea de a donde me gustaría ir esta noche.”
“¿Y?”Agité mi mano delante de mí, haciendo señas para que continuase.
“Es de marisco. Es un poco caro por lo que no espero que pagues lo mío pero, me gustaría ir allí, si estás de acuerdo.”
“No soy alérgico a nada. Y yo te pedí salir. Quiero pagar.”Dije suavemente. Busqué su mano por el banco. Acaricié sus dedos con cuidado. Podría decir que se relajó junto a mí.
“Edward, no espero que lo hagas. Soy una chica moderna. No me importa pagar a escote.”Se quejo, pero yo ya olía una victoria fácil.
“No discutas conmigo. Mi orgullo se resiente. ¿Por favor?”Hice un leve puchero, sabiendo que esto siempre funcionaba con las mujeres. Era un truco malvado, pero me gustaba.
Bufó.”Bien. Bien. ¿Paso a recogerte sobre las seis?”
“Claro, hazlo. ¿Sabes llegar a mi dormitorio?”Pregunté, inclinándome hacia su hermosa voz. Me pregunté si parecería tonto adular a la chica.
“Sí, creo que sabré llegar. Sé que Alice conoce el camino.”Parecía como si se inclinase más cerca. Podía sentir su aliento sobre mi piel y temblé ligeramente. Lo que pareció sorprenderla o asustarla porque se alejó.”Te veré esta noche, Edward.”
Bella Swan
Me sentí aliviada cuando finalmente llegué a casa sobre las cuatro. Iba a hacer unos deberes y, a continuación, prepararme, pero Alice ya me estaba esperando.”Hey, hey, hey ¡la cita es esta noche! ¿Qué vas a llevar?”
“¿De verdad importa?”Pregunté. Dejé mis cosas en el suelo.
“¡Desde luego que sí! ¿Quieres sentir que llevas puesto un andrajoso y viejo top y unos vaqueros?”Rió tontamente tirando de mi brazo.
“¡Es nuestra primera cita!”Le grité, tratando de liberar mi brazo.
“Bien ¿qué pasa si pone la mano en tu rodilla? ¿O tu cintura? ¿Qué es lo que quieres que sienta?”Dio un pisotón delante de mí, sus manos estaban en sus caderas.
“Bien, ya veo a lo que te refieres.”Refunfuñé.
“Bien, porque ya elegí lo que vas a llevar. Es muy bonito. De seda. Ahora ve a darte una ducha y te ayudaré con el pelo.”Me cogió repentinamente de nuevo, dirigiéndome hacia el cuarto de baño.
“¿Por qué tengo que arreglarme el pelo?”Murmuré para mí.
“¡Date una ducha!”Me gritó. Me reí de mí. Estaba empezando a volverse interesante, si no insistente, una amiga.
Edward Cullen
No tuve mucho tiempo para prepararme. Me afeité y me puse ropa limpia. Pasé los dedos por mi cabello y gemí.”¿Me veo… bien?”Le pregunté a Jasper.
Se rió y eso no era una buena señal.”¿Qué?”
“¿Qué crees que soy? ¿Una chica?”Rió de nuevo.”No te preocupes, estas bien.”
“Eso me hace sentir un poco mejor.”Refunfuñé suspirando. Ajusté mis gafas y me senté en la cama.
“En serio, estás bien. No te preocupes tanto.”Contestó mientras iba a abrir la puerta.
Escuché un potente chillido y un fuerte golpe.”¡Eh, Jazzy!”
“Bien, hola a ti también, cariño.”Hubo una risa y el sonido de besos. Me sentí avergonzado, como si estuviese invadiendo su intimidad.”Hola, Bella esta noche estas encantadora.”
Sonreí cuando oí su nombre. Me puse en pie.”¿Bella?”
“Hola Edward ¿estás listo?”Escuché el ruido de sus tacones contra el suelo. Sonaba inestable. Cuando deslizó su mano alrededor de la mía pareció como si estuviese a punto de estallar en llamas.
“No tienes ni idea.”Murmuré mientras comenzábamos a caminar.
Bella también tenía una furgoneta pero no parecía tan alta como la de Jasper. Tampoco era tan silencioso. Permanecimos en silencio mientras nos llevaba a nuestra cena.
“Así que ¿A dónde vamos?”Pregunté dije en tono coloquial.
“Al Ralph and Kacoo.”Contestó de forma distante.
“¿Qué demonios en un Kacoo?”Reí.
“No sé.”Rió también.”Sin embargo, se supone que tienen el mejor marisco de la ciudad. A propósito, ya hemos llegado.”
Salí de la cabina y caminé lentamente hacia delante. Bella agarró mi mano una vez más, enlazando sus dedos con los míos. Sonreí para mí.
La música sonaba fuerte y noté que era jazz. Me gustaba.
“¿Cuantos van a ser?”Preguntó la anfitriona, arrastrando los pies a nuestro alrededor.
“Dos, por favor.”Respondió Bella.
“De acuerdo, seguidme.”
Bella me llevó, caminado lentamente. Se detuvo y me guió alrededor de una mampara. Seguí sujetando su mano, sin querer soltarla.”¿Te sentarás a mi lado?”
“Por supuesto.”Podía oír la sonrisa en su voz. Me deslicé un poco más para dejarle espacio. El cojín se tensó mientras se sentaba. Estaba solo a centímetros de distancia y tuve que luchar contra la necesidad de rodearla con mi brazo.
“Aquí tienen, les tomarán nota enseguida.”Dijo la anfitriona antes de alejarse. Sentí el gran menú encuadernado en cuero frente a mí.
“Para lo que me va a servir.”Murmuré para mí, avergonzado.
Bella se echó hacia delante, cogiendo el menú de mis dedos.”¿Qué quieres? Quiero decir ¿qué tipo de marisco?”
“Me gusta el cangrejo. Es mi favorito.”Me incliné más hacia ella, casi susurrando las palabras.
“Bien, veamos. ¡Oh, aquí lo tienes! Se llama Crap trap.”Se rió ligeramente. (N/T: el nombre no sé muy bien como traducirlo, pero para que os hagas una idea crap, significa mierda, porquería y trap, trampa. Sacad conclusiones)
“Suena delicioso.”Dije con bastante sequedad pero ella me ignoró.
“Como acompañamiento tiene… guiso de marisco con quingombó (N/T: fruto africano para guisos.), cangrejo relleno, muslitos de mar, cangrejo frito y, carne de cangrejo gratinada…-Fue enumerándolo todo.
“Jesús, suena como un ataque al corazón al plato. Creo que lo pediré.”Me reí de ella. Soltó una suave risita.
“Si te comes todo eso te convertirás en un cangrejo.”Se burló devolviéndomela, todavía riendo tontamente. Me reí y comencé a pellizcarle juguetonamente sus costados. Rió más fuerte y se inclinó hacia mí.
“Hola a todos. Buenas noches. Seré su camarero esta noche. ¿Qué les pongo de beber?”El acento sureño del hombre era fuere y me hizo sonreír. Iba a tener que empezar a acostumbrarme
“Me gustaría una Coca Cola, por favor.”
“Que sean dos.”Dije. Despacio deslicé mi brazo por la espalda de Bella, sentándome más cerca de ella.”Así que ¿Qué vas a pedir?”
“Mahi-mahi con una ensalada mixta, creo.”Puso su cabeza contra mi hombro lo que me sorprendió un poco. La acerqué más, disfrutando de esta nueva comodidad.
Pedimos, ella descansaba aun junto a mí. No se movió hasta que llegó la comida, y mantuvimos una constante y agradable conversación durante todo el tiempo. La comida estaba deliciosa pero la compañía era mucho mejor.
“Entonces, cuéntame sobre tu vida antes de venir a la universidad.
Aparté el plato, ya no tenía hambre.”Bueno, fui a una escuela especial para ciegos. Éramos unos doscientos en toda la escuela, desde preescolar hasta bachiller (N/T: o enseñanza superior, como prefiráis). Solo éramos diez, en segundo de bachiller. Por lo tanto, decir que me gradué siendo el primero de mi clase no es mucho. Allí empecé a tocar el piano con seis años, creo. He tocado desde entonces. La música es mi vida.
La escuché apartar su plato entonces se apoyó en mí de nuevo, echó su cabeza hacia tras contra mi hombro.”¿Y tu familia? ¿Tienes algún hermano o hermana?”
“No, soy hijo único. Creo que fue mucho más fácil de llevar así, pero sé que mi madre y mi padre querían más hijos. Mi padre es médico, en realidad es el jefe de su departamento por lo que hace mucho que no practica. Sé que eso le frustra, pero es bueno tratando con la gente. Mi madre es diseñadora de interiores, una de las principales de Chicago. Decora muchas casas para famosos y grandes empresas.”Sonreí al pensar en el duro trabajo de mis padres. Siempre estaban trabajando tanto que me sorprendía que continuasen tan locamente enamorados.
“Wow, es impresionante. Mi padre es el jefe de policía de una pequeña ciudad del estado de Washington. Y, mi madre es… una loca. ¿Qué puedo decir? Está un poco mal de la cabeza.”Soltó una risita, una risa suave que me hizo vibrar.
“Bien chicos ¿quieren algo más? ¿Tal vez les interese nuestro mundialmente famoso pudin con vainilla y salsa de whisky?”Interrumpió el camarero, pero al menos fue educado.
“Suena bien, tráenos uno de esos.”Dije antes de que Bella pudiese decir algo. La oí enfurruñarse.
“Edward ¿Cómo es posible que sigas teniendo hambre?”
“Esperaba que lo compartieras conmigo.”Susurré junto a su oído. Movió su cabeza y podría decir que estaba más cerca.
“No tienes porque comprarme el postre.”Murmuró, su aliento golpeó contra mi piel.
“Shhh. Para. Quiero hacerlo. ¿Por favor lo compartirás conmigo?”Pregunté poniendo otro puchero. Resopló de nuevo y cedió.
“Muy bien, pero solo porque me lo pides de esa manera.”
“Un pudin con dos cucharas. ¿Algo más?”El camarero parecía bastante alegre. Me pregunté por qué seria pero hubiese sido grosero preguntárselo.
Saqué mi cartera y de esta mi tarjeta de crédito. La sujeté frente a mi cara.”¿Puedes estar atenta y ocuparte del ticket?”
Sentí que cogían la tarjeta de mis dedos y escuché sus pasos desvanecerse. Bella se alejó de mí. Pude escuchar el tintineo de una de las cucharas contra la porcelana del plato.
“Oh dios mío. Está muy bueno. Tienes que probarlo.”Masculló comiendo un trozo de pudin.
“Bien.”Reí entre dientes. Moví mi mano por la mesa con cuidado, para sentir el cuenco, pero antes de que lo pudiese encontrar sentí algo caliente contra mis labios. Acepté el bocado de confitura dulce azucarado.
“Espera, tienes un poco en los labios.”Dijo y comencé a levantar mi mano hacia mi boca, pero la bajé cuando sentí su pequeño y cálido dedo pasar por mis labios. Cuando se separó oí un suave ruido de succión. Podía imaginarla llevando el dedo hacia su boca, besando la nata azucarada. La idea me hizo gemir.”¿Estás bien?”Preguntó.
“Sí, estoy bien. Está realmente bueno.”Tragué un poco nervioso. Me incliné contra la parte trasera de la mampara y respiré profundamente.
“Aquí tienen. Qué tengan una buena noche.”Colocó algo sobre la mesa con un leve ruidito y se alejó. Mi mano lo cogió, notando el ticket. Cogí mi tarjeta de crédito, asegurándome de que era mía primero, luego la guardé en la cartera.
“¿Cuánto es?”Le pregunté a Bella. Odiaba pedir ayuda pero era necesario.
Jesús ¡Edward son casi sesenta dólares!”Casi gritó.
“Cálmate. Está bien. Bella recuerda, te pedí que vinieses conmigo. Es asunto mío. Quería hacerlo.”Traté de calmarla. Puse una mano en su espalda y me incliné hacia ella.”¿Por qué no anotas la propina y todo eso por mí?”
“¿Al menos puedo dar yo la propina?”Me preguntó, encorvándose contra mí.
“No. No puedes. Ahora, por favor firma el estúpido ticket por mí. Dejaré el veinte por ciento, eso es aceptable.”
Edward… déjame-“La corté quitándoselo. Garabateé mi nombre con cuidado en la parte inferior del papel y dejé quince dólares como propina. Esperaba que estuviese lo bastante claro para poder leerse.
“Está.”Puse el bolígrafo sobre la mesa.”Mira, lo siento. No puedo hacer mucho pero esto sí que puedo. Por favor, no te enfades.”
“Me siento como si me estuviese aprovechando de ti.”Refunfuñó enfadada a mi lado.
“¡Bella, fui yo quien te pidió la cita! Si tú lo hicieses supongo que te dejaría pagar. Sería justo.”
“Bien, vale. Edward ¿saldrás conmigo mañana? A donde quieras. Yo invito.”Dijo bastante deprisa. Me llevó un minuto captar las palabras.
“Bella, me encantaría salir contigo mañana por la noche.”Dije suavemente.
“Oh… Bien…”Parecía un poco confusa.
“¿No querías que dijese que sí?”
“No, quiero decir sí, quería que dijeses que sí. Lo he pasado muy bien esta noche.”Dijo más tranquila.
“¿La noche no ha terminado aun, verdad?”Pregunté, poniendo mi mano en su pierna.
“No, creo que no. Sin embargo, vamos, salgamos de aquí.”Tiró de mi mano. Me ayudó a salir de la mampara y fuimos hacia su furgoneta.
Cuando arrancó Bella encendió la radio. Life house comenzó a sonar. No era uno de sus singles, pero si una de las canciones de su primer álbum. De hecho, me encantaba esta canción y estaba sorprendido de que escuchase esta música.
“Me gusta esta canción.”
“A mí también. Su CD entero en realidad.”
Entonces sucedió algo increíble. Su mano se deslizó por la mía.
Era tan sencillo, un gesto dulcemente pequeño. Yo había estado tocándola toda la noche cada vez que podía pero ella me había buscado. Quería que la tocase. Volví mi mano y enredé mis dedos con los suyos. Sonreí para mí. Era tan encantadora y tan cálida.
No hablamos el resto del camino, lo que no me molestó. Era agradable. Cuando apagó la furgoneta me sentí un poco triste. Eso significaba que la noche casi había terminado. Y yo no quería.
“Bella ¿puedo intentar algo?”Pregunté desabrochando mi cinturón de seguridad.
“Claro ¿qué?”Parecía muy confiada. Oí el chasquido de su cinturón de seguridad y moverse en su asiento.
“Quiero verte.”
“Pero, yo pensé que eras-“Tartamudeó luego se detuvo. Podía decir que estaba avergonzada de soltar las palabras, pero ignoré esto. Me deslicé más cerca de ella.
“Tengo mi propio modo de ver.”Dije con cuidado. Levanté mis manos hasta encontrar sus hombros, cuidando de no tocarla en el lugar incorrecto. Mis manos resbalaron por sus finos hombros y su cuello delgado. Mis dedos se deslizaron por su suave piel. Su cara tenia forma de corazón, no era demasiado delgado o grueso. Sus mejillas redondeadas y calientes. Sus labios eran llenos y suaves. Su nariz pequeña, levemente redondeada. Pasé mis dedos con cuidado por sus párpados. Sentí su piel suave como el satén. Me encantó que sus mejillas estuviesen casi en llamas. Esto hizo que cayese en la cuenta, estaba sonrojada. Aparté mis manos rápidamente, sintiéndome fatal por haberla puesto incómoda.
“¿Porqué paras?”Preguntó, en apenas un susurro.
“Lo siento, no quería hacer que te sintieses incómoda.”
Bella Swan
Nunca me habían tocado de esa forma antes. Era lo más asombroso que había sentido nunca. Sus dedos tocaron cada línea y cada zona. Fue como si estuviese tratando con una inestimable obra de arte. Mis mejillas enrojecieron con total placer.
Cuando de repente se alejó mi corazón se hundió. ¿Sintió algo que no le había gustado?
“¿Por qué paras?”Las palabras salieron antes de que tuviese tiempo de pararlas.
“Lo siento, no quería hacer que te sintieses incómoda.”Puso mala cara y su piel se ruborizó. Parecía tan avergonzado y tímido. Era encantador.
No pude evitarlo. Me lancé sobre él. Puse mis manos sobre sus mejillas y le besé con toda la pasión que pude. Me sorprendió que no le hiciese daño. Estuvo rígido en mis brazos durante un momento hasta que comprendió lo que estaba haciendo. Sus brazos rodearon mi cintura acercándome más. Arrastré mis dedos sobre su piel, como él había hecho, nuestros labios nunca se separaron. Quería quitarle las gafas pero no pretendía hacer que se sintiese incómodo.
Cuando finalmente me alejé los dos jadeábamos.”Vaya…”Dijo riendo suavemente, sus brazos seguían rodeándome.
“sí, siento esto…”Reí nerviosa, avergonzada.
“No, no lo hagas. Ha sido increíble. Acabo de… Este ha sido mi primer beso.”Bajó la cabeza, poniéndola en mi hombro.
“Para mí también, en realidad.”Dije con una pequeña sonrisa. Apoyé mi mejilla contra él.
“¿Vas a darme mi segundo beso?”Preguntó levantando la cabeza. Una sonrisa sexy se extendió por sus labios.
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