Pov Gianna.
Las horas pasaban y en mi mente solo había una imagen la de Demetri.
- Ya Gianna; el no te merece - dije para mi misma en un suave susurro
Levanté la vista y me encontré a Santiago. Me miraba con curiosidad y a la vez con preocupación.
- ¿Quien no te merece? - pregunto curioso
- Nadie; cosas mías - dije mientras me levantaba del asiento. Ya que era la hora de irme.
- ¿Segura? a mi me lo puedes contar - dijo mientras se acercaba a mi.
- De verdad Santiago; son cosas mías. Ahora si no te importa me gustaría irme.
- Esta bien; como quieras. Hasta mañana - me dijo mientras se quedaba hay parado viendo mi marcha.
Quería despejarme; irme a mi casa y olvidarme de Demetri. Hoy era la primera vez que le había visto y ya me había enamorado de el ¿esto era posible? me sentía como una quinceañera cuando se enamora del primer chico que ve; y era verdad. Yo en mi vida nunca me había enamorado; había conocido chicos, pero ninguno me vio como algo más, y yo tampoco a ellos. Tenía que olvidarlo, yo solo era una simple humana; el no vería nada bueno en mi; además tenía a Heidi; ¿y que iba ha hacer yo ante Heidi? yo conocía perfectamente la respuesta. Nada.
Me encamine hacia la salida, y justo cuando iba a salir sentí una presencia extraña detrás de mi. Intente ignorarlo, pero era imposible. Notaba su aliento sobre mi nuca, su frío aliento, lentamente me di la vuelta y me encontré con su maravilloso rostro. El de Demetri. Su mirada era calida y llena de dulzura. No me lo podía creer; por un segundo parpadeé y cuando abrí los ojos ya no estaba. ¿Me estaría volviendo loca? Era tan real, tan hermoso, me hubiese gustado alargar mi mano y acariciar su hermoso rostro. Pero sabía que esa visión no era real. Resignada volví otra vez la vista atrás esperando encontrarme de nuevo con el, peor lo único que vi fue oscuridad.
Las calles de Volterra estaban desiertas. Por una parte era mejor, ya que necesitaba tranquilidad, es decir pasear tranquila por las calles de esta sin el barullo de la gente, pero por otra era malo, ya que me sentía sola y aunque no hubiese nadie me sentía observada.
- Tranquila Gianna; no hay nadie, solo estás tu sola... - decía para mi misma mientras me encaminaba hacia casa.
Después de unos largos minutos de terror llegue a mi hogar. Quería despejarme; centrarme en mi propio mundo y olvidarme de cualquier preocupación. Puse la música a todo volumen y me deje llevar por el ritmo de la música. En este momento me sentía libre; sin nadie a mi alrededor; sin vampiros; sin humanos... completamente sola. El cansancio se fue apoderando de mí poco a poco. Por lo que decidí apagar la música y meterme a la cama; ya que había sido un día realmente duro. Apagué las luces y me deje llevar por la inconsciencia.
Me encontraba en el centro de Volterra. Estaba atestado de gente y todos estaban vestidos con capas rojas.
- El festival de San Marcos - dije en un susurro
Era un día bastante soleado, malo para un vampiro. Difícilmente fui acercándome al castillo, pero antes de eso pare ante la fuente; ya que me quería refrescar. Fui a coger un poco de agua para echármela en la nuca cuando me di cuenta de mi reflejo. Mi rostro era un auténtico cuadro; todo el maquillaje se me había corrido debido a las ¿lagrimas?, en ese momento empecé a sentir un fuerte dolor en los ojos; estaban hinchados de tanto llorar. Pude sentir como mis latidos se aceleraban, sentía un profundo dolor en el pecho; era como un agujero que me perforaba y me hacía daño en cada respiración. Sentí como mi mente me abandonaba y me dejaba sola con mi cuerpo. Caí de bruces al suelo. No sabía si mi cabeza me la estaba jugando; o si eran alucinaciones mías; pero de pronto mis oídos captaron unas palabras.
- Gianna; siempre te querré - dijo la voz de un ángel mientras sollozaba
Algo decía que me levantara; que corriese ha ayudar al pobre ángel; un ángel no podía llorar por mi culpa. Me levante pesadamente y entonces mis ojos captaron su hermoso rostro. Era Demetri. Estaba medio desnudo en la puerta principal del castillo. Yo sabía lo que iba a hacer, se expondría ante los humanos; pero... ¿por que? El llanto me cejó e hizo que corriese hasta el; el no podría exponerse ante los humanos; ya que si lo hacia le esperaría la muerte, y eso no lo podía consentir. Yo no podría existir en un mundo donde el no existiera. Corrí ante el; estaba a pocos centímetros de tocarle cuando de repente su imagen desapareció. ¿Como era posible?
- Demetri... - dije al vacío
'' El es inalcanzable '' Estas palabras pasaron por mi mente y por desgracia se me quedaron grabadas.
Me desperté con un gritó ahogado; estaba sudando. Era tan real mi sueño; tan... '' El es inalcanzable '' y esas palabras volvieron a pasar por mi mente. ¿Tal vez mi mente me estaba advirtiendo? ¿Tal vez mi subconsciente quería ahorrarme el dolor por su rechazo? Necesitaba aire fresco, tenía que aclarar mis ideas. Me levante torpemente de la cama y fui directa hacia la ventana. Intente abrirla pero era imposible; por lo que decidí dejarlo. Me di la vuelta para volver a la cama pero de nuevo esa sensación me invadió. Alguien me observaba. Rápidamente di una vuelta sobre mi misma y me encontré con el rostro de Santiago; el estaba detrás de la ventana; mirándome con satisfacción. Intente acercarme un poco más hacia la ventana para poder verle mejor e intentar abrir la ventana de nuevo. Cuando lo conseguí pude comprobar que no había nadie. ¿Que me estaría pasando?
- Me estoy volviendo loca - dije mientras me iba hacia la cama
|