Hola chicas, se que les sorprende mucho que les este escribiendo algo cuando nunca lo hago, bueno el motivo de esto es que tengo una cosa importante que decirles.
Note gracias a sus comentarios que existe problema con mi fic, la verdad no sé por qué no aparecen, pero si lo coloreamos todo el archivo, ahí pueden leerlo, como ya les mencione, lo cambio, lo verifico de nuevo y nada sale, no sé porque la verdad, no sé que mas hacer, hasta lo he borrado y nada. Si me hacen el favor de colorear todo el archivo podrán leerlo por favor.
Sin más me despido de todas ustedes, un beso para todas, adios.
Bella
-¡¿Están listos?!-grito mi amiga desde el otro lado.
-¡Sí!-dijimos todos a coro.
Y la pelea comenzó, Alice se puso enfrente de mí y Rosalie nos atacaba por el otro lado, teníamos que protegernos del ataque, sostuve sus manos forcejeando y tratando de empujarla, estábamos jugando y me encontraba sobre los hombros de Edward, Alice estaba en los hombros de Jasper así como Rosalie en los de Emmett. Después de varios intentos, por fin pude derribar a Alice quien cayó al agua salpicándonos a todos, después con un poco más de esfuerzo tire a Rosalie saliendo campeona mientras todos reían.
Ya teníamos cinco días aquí y a pesar del vomito tan fuerte que he tenido todo era maravilloso y nada nos había impedido divertirnos en grande. Edward había insistido en que fuera al médico pero la verdad no creo que sea una cosa de vida o muerte y cuando lleguemos a Forks su padre podría revisarme y me haría los exámenes de sangre.
-Eso estuvo divertidísimo, ¿No les parece?-Alice se secaba con una toalla mientras yo hacía lo mismo.
-Me ha encantado hay que volverlo hacer-dijo Rose.
En ese momento Emmett vino corriendo y se llevo a Rosalie cargando hacia el agua de nuevo, mi mejor amiga gritaba, golpeaba y trataba de deshacerse de su agarre pero los fuertes brazos de Emmett se lo impedían y no lograba su objetivo. Todos reímos y gritamos pero ya era demasiado tarde cuando Emmett tiro a Rosalie al agua y está grito desesperada, acaba de volver a echarse bronceador y haberse secado, en cuanto mi amiga salió del agua, Emmett echo a correr y todos seguimos riendo.
-¿Nos vamos?-pregunto Edward a mi lado.
-Sí, Alice nos vamos, nos vemos en la noche para la fogata.
-Si adiós.
Tome una blusa grande que me cubría hasta la mitad de la pierna y me la puse, después tome mis cosas y Edward tomo las suyas para después juntos camináramos hacia la casa. Íbamos agarrados de la mano y entramos a la casa, no me dio ni tiempo cuando Edward me tomo de la cintura y me planto un beso que me dejo aturdida por unos momentos, me subí a su cintura y después comenzó a subir hacia la habitación, me tumbo sobre la cama y comenzó a desabrocharme la gran blusa para después volverme a besar bajando por mi cuello y seguir adelante.
-Te amo-dijo y sonreí.
-Edward será mejor que hagamos esto después, Alice y los demás nos esperan y tenemos que estar…-fui silenciada por un tierno beso y después de ahí me perdí por completo cuando Edward comenzó a acariciarme.
***
Estábamos arreglándonos para poder salir a caminar esta noche, según los chicos, nos llevaría a comer fueras para que después regresáramos a una fogata que nos tenían preparada. Hoy era noche de luna llena y dicen que cuando esta la luz de la luna hace que tu energía se incremente y tu amor crece, para nosotras era extraño que los chicos se preocuparan por algo como esto, pero en fin, teníamos que confiar en ellos y si ellos decían que estaba bien, lo estaba.
Me había puesto un hermoso vestido blanco que era adornado con gigantescos girasoles pintados en la parte baja del vestido, lo había comprado hace poco aquí y me había encantado tanto que creí que era perfecto para la ocasión. Llevaba el cabello recogido en una coleta alta y un semi fleco caía por mi lado izquierdo, también tenía rímel, delineador café, brillo labial y perfume, todo para verme un poco más natural y no tan exagerada. Me coloque las sandalias y salí del baño justo en el momento que Edward se ponía la camisa.
Se veía realmente hermoso, llevaba un pantalón claro junto con una camisa blanca que dejaba ver un poco su cuerpo, se me encendieron las mejillas cuando lo mire a los ojos y observe la lujuria en ellos, la forma en cómo Edward me estaba mirando estaba haciendo que las piernas me fallaran.
-Te vez preciosa-dijo y me acerque a él y nos abrazamos.
-Tú también te ves muy bien.
Nos besamos tan intensamente que mi mundo dio vueltas y me sentí mareada por dejar de respirar. Me tomo de la mano y bajamos las escaleras juntos, tome mi bolso y Edward tomo sus llaves para después salir de la casa y encontrarnos con nuestros amigos. Emmett se veía muy bien al igual que Rosalie ambos iban combinados de un color rosa, lo mismo era con Alice y Jasper quienes iban de azul. Alice vino hacia mí corriendo o más bien saltando y me abrazo, Rosalie hizo lo mismo y después cada uno de los chicos, por eso los amaba ya que aun que estuviéramos cerca o lejos siempre nos saludaríamos como si hace mucho no lo hiciéramos.
Cuando Rosalie, Alice y yo nos preguntábamos en que nos íbamos a ir, una gran limusina blanca se detuvo frente a nosotros y los chicos nos abrieron la puerta dejándonos completamente sorprendidas, tal vez esta tarde y noche si sea algo maravillo y único. Yo me senté alado de Edward mientras Emmett destapaba una botella de champan.
-Emmett que haces, aun no somos mayores para tomar-dije y todos sonrieron.
-En México cuando cumples los dieciocho años, ya eres mayor de edad y puedes tomar alcohol-Edward estaba explicándome y sonreí entendiendo perfectamente.
-Perfecto, ahora tomen-Emmett no dio nuestros tragos y todos brindamos.-Porque siempre estemos unidos y juntos.
-Por siempre-todos dijimos a coro y tomamos.
Estuvimos platicando durante un largo tiempo y Jasper había abierto la parte de arriba de la limusina para que nos asomáramos, realmente Cancún era hermoso y glamoroso, la gente transitaba lentamente y a pesar de haber sol e iluminar las calles, la gente tenía lámparas encendidas. Entonces la limusina aparco, todos bajamos del techo y dejamos de cantar las canciones que tanto le gustaban a Alice. Edward me ayudo a bajar y cuando alce la mirada quede completamente sorprendida y casi lloro de felicidad.
El fabuloso restaurant estaba completamente iluminado con luces en los arboles y alrededor, mire aun mas sorprendida cuando el mesero nos dijo que todo estaba preparado y nos condujeron dentro donde los únicos clientes éramos nosotros. Nos sentamos en la mesa y comenzaron a traernos la comida, lo primero era una pequeña sopa de tortilla típica de México que estaba deliciosa, lo siguiente fue el plato fuerte que se trato de unas pechugas en salsa de chipotle (Algo picoso tengo que decir) y por ultimo un delicioso pastel de queso con zarzamoras. Todo había estado exquisito.
Platicamos, reímos, tomamos, nos divertimos y lloramos al ver todo lo que habían preparados los chicos, pero como dicen no todo dura para siempre y es que esta vez todo había pasado tan rápido que cuando nos dimos cuenta ya había anochecido y nos estábamos yendo.
-¿Te gusto?-pregunto Edward a mi lado mientras íbamos de regreso en la limusina.
-Claro, nunca me imagine algo tan hermoso, gracias por todo amor, te amo.
Nos besamos mientras los otros se hacían los que no veían nada.
-Ahora espero que no estén cansadas porque aun falta la mejor parte.
-¿Algo más?-pregunto Rosalie tomando la mano de Emmett.
-Claro espero que no se hayan olvidado de nuestra fogata-dijo Jasper y todas negamos con la cabeza, bueno por mi parte no se me había olvidado pero parte de mis amigas no lo sé.
La limusina nos volvió a dejar pero ahora en un lugar donde yo conocía muy bien, la playa privada de los Hale, camine alado de Edward sosteniendo mis zapatillas en la otra mano ya que con la otra tomaba fuertemente la de mi novio. Nos sonreíamos y de vez en cuando miraba a mis amigas que estaban igual que yo sorprendidas. Al llegar observamos un hermoso camino de Rosas rojas en la arena y al final del camino un adorable corazón hecho con los pétalos y dentro había: copas, mas champan y unas bocinas que tocaban música, habían varios hombres alrededor y nos miraban lentamente, como custodiándonos, también a los lejos estaba una gran fogata que me hizo observarla ya que sus hermosos colores, azules, dorados, rojos se mezclaban y me hacían soñar.
-Anoche recibimos una llamada de alguien que trato de cruzar la línea de la propiedad, así que para no tener un problema hemos decidido poner seguridad.
La música comenzó a sonar y Edward me invito a bailar.
-¿Qué piensas?-pregunto mientras nuestros cuerpos se movían al compás de la música.
-En que espero no pisarte el pie, sabes que no soy buena bailarina.
-Baa, lo que dices es ilógico, recuerda las clases de baile que tu madre nos hizo hacer para que no diéramos vergüenza.
Y eso era cierto, hacia ya mucho tiempo mi madre nos había inscrito a baile para que según ella y mi padre, no hubiera algún accidente y alguien nos demandara por lastimarlos al bailar.
-Bueno pero aun así aun sigo siendo algo torpe.
-Para mí no lo eres y si es así, me alegro de que no seas perfecta.
-Te amo-dije y el sonrió y volvió a besarme.
-Y yo a ti, Bella, siempre has sido y serás la única persona importante para mí y a la que nunca dejare de amar.
Esa noche, Alice, Jasper, Emmett y Rosalie se quedaron en la casa de Edward porque según ellos, tenían todo desordenado ya que las personas que prepararon todo para la fogata habían estado en su casa y no habían recogido. Esa noche Edward y yo habíamos hecho el amor como dos locos y más que nada nos habíamos demostrado nuestro amor, puro y duradero.
***
Pequeñas cosquillas me recorrían la espalda y de repente sentí frio, me moví bajo las mantas y me coloque un poco más cerca de Edward para poder pegar mi cuerpo con el suyo pero cuando más lo hacía, menos encontraba su cuerpo, abrí los ojos asustada y entonces lo encontré a mi lado sentado en el suelo y mirándome con amor. Sonreí al poderlo encontrar y entonces toco mi rostro.
-¿Sucede algo?-pregunte y él negó con la cabeza-¿Entonces?
-Es que te ves tan hermosa durmiendo, tus mejillas se sonrojan tanto y tus pequeños ronquidos con melodía para mí.
Lo último que había dicho me cayó como agua fría y me sonroje aun mas, esto era una vergüenza y mas que Edward me había escuchado.
-Bella quiero preguntarte algo-dijo y lo mire atentamente.
Edward se veía preocupado y fruncía el seño preguntándose así mismo si estaba bien lo que haría, sabía perfectamente sus expresiones y a pesar de eso dije que continuara. Se levanto de donde estaba y camino hacia el closet donde teníamos la ropa, lo seguí con la mirada ya que mi novio no se había colocado nada y me dejaba admirarlo tal y como dios lo trajo al mundo y ¡Dios, ese sí que era un trasero!
Saco algo del closet y camino de nuevo hacia mí, sonriéndome y sonriéndole se volvió a hincar en mi lado, tome la manta y la coloque encima de mi levantándome para quedar a su altura, tomo mi mano izquierda y me miro a los ojos.
-Sé que esto es un poco precipitado pero si no lo hago ahora no podre seguir adelante-suspiro-Isabella Marie Swan ¿Quieres casarte conmigo?-pregunto y las lagrimas acudieron a mí.
No sabía qué hacer, las palabras no salían de mi boca y no podía ni siquiera moverme, estaba paralizada, Edward sonrió a mi lado para darme ánimos y antes de que pudiera decir “Si”, un fuerte dolor en el estomago que vago hasta mi garganta provoco que me levantara y corriera directo al baño, ahí vomite todo lo que traía y juraría que mi estomago se fue junto con todo.
Con cada arcada que daba mi estomago se quejaba y mas vomito acudía a mí, Edward a mi lado me limpiaba el sudor de la frente y me hacia un lado el cabello, cuando logre parar el vomito jale la palanca del retrete y me quede sentada, Edward me dio mi cepillo de dientes y comencé a lavármelos.
-¿Cómo te sientes?-pregunto a mi lado ayudándome a levantarme.
-Más o menos.
-Tenemos que ir ya al médico, Bella, esto ya no es normal.
Dije que si y después el camino hacia el cuarto, ahora ya no me dejaba admirarlo como antes, ahora ya se había puesto unos pantalones, en ese momento todo dio muchas vueltas, el baño bailaba a mi alrededor y camine, no muy segura y tambaleando hacia el cuarto donde escuche a Edward hablando por teléfono, me sostuve de la pared y Edward me miro horrorizado.
-No me siento muy bien-fue lo último que dije antes de que todo se pusiera borroso y no pudiera escuchar nada.
Edward
Estaba hablando por teléfono al hospital preguntando por un viejo amigo de mi padre que trabaja ahí, hoy sería el día definitivo para que Bella fuera al médico y así pudiéramos saber que era lo que tenia, ya que los mareos, vómitos y cansancios no eran normales para una infección en el estomago. Pero cuando estuve a punto de comunicarme con el doctor, observe a Bella salir del baño y su rostro era la viva imagen de un enfermo, pálida, sudada y cansada y en ese momento Bella cerró los ojos, avente el teléfono que cayó a la cama y corrí para atrapar a Bella.
-Bella, amor despierta, amor-Bella no reaccionaba y estaba cada vez más pálida.
Baje las escaleras donde Alice y Jasper se encontraban cocinando tocino con jamón y Rosalie y Emmett veían la televisión, en cuanto me vieron y observaron que traía a Bella en los brazos, Alice grito horrorizada y Emmett me ayudo a abrir la puerta, subimos al carro que habíamos rentado y condujimos por la calle para llegar al hospital, lo que sea que tuviera Bella, no permitiría que le hiciera daño. Alice y Rosalie se la pasaron preguntándome muchas cosas, como que le di, que le hice, porque estaba así y muchas más, las cuales no pude contestar.
Al llegar al hospital inmediatamente un medico nos atendió llevándose a Bella consigo, la preocupación no cabía en mi y estaba aborde del pánico y de las lagrimas, si a Bella llegara a ocurrirle algo no sé cómo podría seguir viviendo, Jasper me trajo un café que me duro dos horas en las cuales Bella estaba metida en una habitación y todos esperábamos que despertara, según el médico podría ser algo en la sangre como anemia o simplemente algo le preocupaba pero a pesar de eso decidió hacerle unos estudios que estarían al medio día, las horas pasaban y Bella no despertaba y si ella no lo hacía yo menos estaría bien.
-Señor Cullen-dijo una enfermera acercándose a mí, me levante y me acerque a ella-Su esposa a despertado, venga conmigo.
“Esposa” esa palabra me había gustado mucho y todos aquí creían que lo era ya que había puesto el nombre de Bella como Isabella Cullen Swan. Al entrar en el cuarto, Bella clavo los ojos en mi y sonrió, pude volver a sentir tranquilidad en mi y después de eso corrí hacia donde estaba ella.
-¿Qué ocurrió?-pregunto pero en lugar de contestar la bese- Más por amor era para saber que aun estaba conmigo y por necesidad.
-En un momento viene el doctor-la enfermera salió de la habitación y a continuación entraron todos mis amigos.
-Dios Bella nos has dado un susto de muerte.
-Lo lamento.
-Está bien te perdonamos pero si prometes no volver a hacerlo, Eddie estaba muy preocupado por ti y te puedo jurar que casi chilla-Todos reímos ante el comentario de Emmett ya que tenía razón, estaba al borde de las lagrimas.
Seguimos platicando con Bella hasta que medico llego, nos miro a todos y luego sonrió.
-Señores solo una persona, máximo dos, pueden estar con la paciente.
-Oh lo sentimos doctor pero estábamos muy preocupados-Rosalie abrazo el brazo de Emmett y Alice y Jasper asentían.
-Lo comprendo pero no hay nada de qué preocuparse, la señora Cullen está perfectamente, no tiene ningún problema.
-Entonces, ¿A qué se debe todo esto?-pregunte desconcertado.
-Señores quiero decirles y felicitarlos porque la Señorita Cullen está embarazada.
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