-¿Qué… es una reunión de la que no me enteré? –les pregunté enfadada.
<<Nunca habían estado todos juntos en mi casa, parece tan pequeña>> dijo nostálgica Swan.
<< ¿Nunca?>> me distrajo.
<<No>> podía sentir su risa <<Mira a Emmett, se apretuja entre Rose y Alice para parecer más pequeño.
Sonreí porque era cierto, pero enseguida recordé dónde estaba y qué debía estar haciendo. Me giré hacia Edward.
-¿qué hacen en mi casa?
-Queríamos hablar contigo –señaló Emmett. Me volteé y no me dio otra manera sino de sentarme, en el suelo, al lado del televisor. Mirándolos a todos. Edward se acercó, sentándose cerca de mí.
Entonces lo comprendí.
Porque todos me miraban con la expresión más tierna del mundo, y porque nessie no me sostenía la mirada firmemente. Esme y Carlisle con reconocimiento, Rosalie y Jasper con agrado y jocosidad, incluso Emmett y Alice con un poco de burla.
-Les has dicho –murmuré mirando a Nessie. De repente me sentí traicionada.
Ella no respondió, asintió apenada. Miré a Edward y a los demás. Luego clavé mi vista en el suelo.
-Emmett… tú afirmación no es correcta, no quieren hablar conmigo –Silencio. Silencio absoluto -¿Y bien, quien me lo va a pedir?
-¿Podemos hablar con ella? –esa era Alice, totalmente apenada. Estaba segura como de que era una bruja, que de ser posible, se hubiera sonrojado.
Swan estaba más que predispuesta a hacerlo. Saltaba en un solo pie dentro de mi mente, ya que era lo que más quería. ¿Pero eso en que ayudaba a nada?
<<Newton, diles que los amo>> me pidió.
<< ¿Para qué? >> Entonces notó mi estado de ánimo.
<<Newton, por favor, es mi familia. ¿No me puedes hacer ese favor?>> me imploró.
<<Agh>> suspiré. Asentí mirando a Alice.
Edward no se movía, no me miraba, no me hablaba. Pero intenté ignorarlo, y Bella también, solo por no arruinarse el momento. Desde que empecé mi segunda frase, él se había envarado automáticamente. Me encogí en mi puesto, abrazando mis piernas, apoyando el mentón en las rodillas.
-¿Ella está bien? –inquirió Jasper. Asentí lentamente mirando el suelo.
-¿Qué hace ahora mismo? –preguntó torpemente Jacob.
-Está entusiasmada, diría que lloraría si pudiera hacerlo de felicidad. Dice que… -carraspeé –que los ama.
<<Que los extraño>>
-Que los extraña –terminé. Nessie sonrió.
Las expresiones de todos eran para tomarle fotos. Asombrados, felices y contentos, una mezcla de confusión y alegría que llegaba a ser jocosa.
-No veo que más les puedo decir. Ella… ella los extraña, los ama a ustedes. Está feliz que por fin sepan que está viva… he discutido con ella varias veces por eso. Ella quería que se los dijera, pero yo no podía hacerlo. No quiero estar cerca de ustedes, eso me hace daño. Y me dio más miedo saber que Swan me podía hablar en la mente…
-Ella es un Cullen –renegó Rosalie.
-Ya lo sé –repliqué.
<<Con toda el alma, Rose>> hice un mueca.
-¿Qué dijo? –preguntó Jasper. No lo miré, pero di un respingo.
-¿Qué dijo? –repitió Emmett.
-Que sí es un Cullen… con toda el alma –susurré lo último. Rabiosa hasta los pies porque las lágrimas se habían acumulado en mis ojos. ¿Lágrimas porque? ¿De tristeza? Pero qué estúpida era.
<< No lo eres, solo los quieres>> me explicó Swan.
<<Claro que no>> dije, pero ambas sabíamos la falsedad de la frase.
-¿Por qué le dices Swan? –preguntó Esme, maternalmente. La miré a los ojos.
-Sí le digo Cullen… bueno ella me había dicho que la llamara así, porque Bella nos confundía a las dos, y a ninguna nos gusta Isabella o Isa. Decidí el apellido… pero si le digo Cullen es extraño para mí. Siento que le estoy hablando a… Edward –la voz se me fue apagando, pero Edward no movió un solo pelo ni siquiera un dedo, para mirarme aun cuando terminé pasando mi mirada hacia él.
-¿Ella te dice Newton? –inquirió Jasper. Asentí.
-¿Hasta qué punto es directa la conexión? –preguntó Carlisle.
<<Hay, Carlisle. Tú siempre tan…>> Swan no terminó la frase por el ataque de risa que siguió. Me sonreí instintivamente, su risa era contagiosa. Cerré los ojos en un intento de contenerla, pero Swan me lanzaba cada una de sus carcajadas, y me era difícil controlarme. Imaginaba las caras de estupefacción que debían tener los vampiros y el hombre lobo, pero era peor, me daba más risa.
Terminé respirando hondo, y abriendo los ojos en dirección a Carlisle.
-Lo siento, pero a Swan le causó gracia tu pregunta. Te darás cuenta de cuanta… fuerza tiene la conexión –me ahogué con la palabra para no reír –. Ella siente… físicamente hablando, todo lo que yo siento. Ve lo que veo, y oye lo oigo.
-¿Nos está viendo ahora?
<<Sí, a cada uno>>
-Sí, a todos –repetí.
-Dile que… dile que… -Alice no sabía que decir, pero quería decir algo.
<<Dile que yo también>> me pidió Swan.
-Ella también, Alice –dije algo confundida, pero ella pareció entender. Me sonrió, pero la sonrisa no era dirigida a mí, era para ella, para Swan. ¿Por qué eso me molestaba?
<<Se llaman celos>> la sorpresa de ambas, se sintió en el salón, ya que fruncí el ceño y gruñí.
-¿qué ha pasado? –preguntó Jasper, inclinándose hacia mí.
-Nada –refuté. Cruzándome de brazos, soltando mis piernas. Edward me miró fugazmente, pero desvió la mirada.
-Podrías… podríamos hablar con Bella, directamente. Me refiero… a lo que hiciste conmigo hace un rato –murmuró Nessie. La miré, luego el suelo, luego a Edward, una vez más el suelo, y por último, intentando no decir nada, asentí.
<<Gracias>> me dijo Swan.
<<Cállate>> le dije en tono jocoso, pero ella no rió.
-Uhm… haré lo mismo que con Nessie. Voy a… -dije acostándome en la pared con los brazos cruzados –decir exactamente lo que dice ella, sin decir absolutamente nada de lo que pienso.
-Gracias –me dijo Nessie con una sonrisa. Intenté cerrar los ojos pero no pude.
<<Los quiero ver>> me pidió.
Edward POV.
Y ahí me encontraba, sentado a menos de un metro de mi esposa, pero no podía abrazarla. No quería… no podía aceptar la verdad, quería pensarla mentira.
Estaba esperanzado, y eso me daba miedo. Me ahogaba, como si me faltara el aire que no necesito. El nudo el estomago parecía no querer moverse, igual que el de la garganta.
Bella Newton había prometido hablar por mi esposa, hablar por mi vida, y se recostó sobre la pared. Lo miré, pero no pude sostenerle la mirada que medio.
Me levanté, caminando hacia la puerta de entrada, solo para desaparecer de su vista, de la vista de todos. El silencio fue absoluto, por eso estoy seguro que todos escucharon mi camiseta restregarse contra la pared, deslizándose hasta sentarme en el suelo, y enterrar la cabeza en las rodillas.
-Dinos lo que piensa –dijo Emmett. Escuché el suspiro de Bella.
-Estoy tan feliz que al fin sepan que estoy aquí dentro –empezó Bella, cerré los ojos –ha sido insoportable verlos en los pasillos y no poder acercarme, pero… no podía hacerlo. Ay, Jacob gracias por cuidarme a mi niña, siempre supe que lo podías hacer tan bien como Edward y yo -¿Por qué mi nombre ahora sonaba a campanillas?
-De nada, Bells. Sabes que la amo –pude ver a mi yerno abrazar a Ness por la cintura, estrechándola contra él.
-Bella… -dijo suavemente Rosalie.
-¡Rose! Mi hermana, es tan genial verte de nuevo, de cerca. Newton me dejaba, por eso los veía de vez en cuanto, pero mira quién lo diría. ¿Están seguros que no cambiamos, cambian –carraspeó –en nada nunca? ¡Porque estás más hermosa! –gritó Newton, intentando imprimir más emoción, pero quedándose como una actriz muy pobre.
-Ay, Bella. Tú y tus ocurrencias –Rosalie sonaba al borde de las lágrimas.
-No llores, Rose –le pidió Bella… y no supe definir cuál de las dos había dicho la frase.
-¿Bella? –inquirió Jasper.
-Dime –le dijo.
-Quería preguntarte… bueno, de las emociones que siento, ¿Qué tanto son las tuyas y qué tanto son de Bella Newton? –el silencio se sincronizó. Siendo interrumpido por un suspiro.
-Ni Newton ni yo lo sabemos, como tendrás conocimiento… estamos divididas a la mitad, ella siente cosas, yo siento cosas… y tú sientes también. Es extraño, pero tomando en cuenta que es ella la que tiene el control del cuerpo, tal vez sientas lo que ella.
-Ahora mismo siento… yo ciento tristeza, nostalgia, alegría tal vez –murmuró Jasper.
-Sí. Es ella –pude incluso adivinar el color rosado que debían tener las mejillas del cuerpo de Bella.
-¿Por qué estás triste? –la pregunta saltó de los labios de mi hija.
-Yo… -Bella Newton tartamudeó, y carraspeó. Antes de exhalar el aire –no tiene importancia. ¿Quieres seguir hablando con ella?
-Sí –respondió Esme –Hija, ¿cómo estás? –la pregunta era claramente totalmente profunda. El tiempo pasó… tal vez un minuto.
A través de los ojos de Esme pude ver la expresión del rostro de mi esposa. Tristeza, dolor, rabia, impotencia, amor, felicidad. Una mezcla de sentimientos que tanto Jasper como yo entendíamos a la perfección, sabíamos cuales eran de mi esposa y cuáles de Newton, y cuáles de las dos.
-Me siento extraña, es lo que más lo resume. Sé que mi tiempo en la Tierra supuestamente acabó, pero de todas maneras no entiendo cómo puedo seguir aquí si se supone que estoy muerta. Es diferente, no es malo, pero no es bueno, simplemente diferente –explicó. Asentí para mis adentros, por fin podía saber con quien estaba hablando. Esas eran las palabras de mi esposa.
Mi esposa estaba viva.
Sentí mi pecho inflarse, las lágrimas acumularse en unos ojos que jamás las derramarían. Me picaban de una manera extraña, pero no estaba triste.
¿Estás bien? Preguntó Jasper en la mente. Sonreí para mí mismo.
No le respondí y él lo tomó como un sí.
Me levanté en el silencio, que parecía extenderse, y me quedé arregostado a la pared. Con las manos en los bolsillos.
De pronto un bostezo nos hizo reaccionar.
-¡Oh, Bella! ¡Es tan tarde! –gritó Alice poniéndose en pie de un salto, todos la siguieron a su manera.
-Debemos irnos, mañana tenemos colegio, ¿no? Así que deberías descansar –dijo Nessie.
-Lamentamos haberte hecho trasnochar, hija, lo sentimos –esa fue Esme.
-No se preocupen, de verdad, no existe problema alguno –dijo, y me di cuenta que era Newton otra vez. ¿Terminaría empezando a llamarla por el apellido también? ¿Cómo podía decirle Bella cuando la verdad estaba dentro de su cabeza? ¿Podría volver algún día a ver a mi amada esposa? La extrañaba tanto.
-Está bien, entonces nos vamos de todas maneras, Nessie y Jacob deben dormir un rato –explicó Emmett empujando a Nessie.
-Yo no quiero –dijo mi hija alzando los brazos para entrelazarlos en su pecho. Jacob rió.
-Vamos, bebé –le dijo. Empujándola suavemente hacia la salida. Rose, Jasper, Carlisle y Esme ya habían salido, cada uno murmurando una despedida, corriendo enseguida hacia la casa.
Nessie se volteó deliberadamente hacia Bella, acercándose lentamente, tratando de parecer normal. Se acercó más, Bella estaba estática, con sus ojos fijos en los de mi hija. Lentamente, pasaron los brazos en el cuerpo de la otra, y se abrazaron.
Los sollozos mudos inundaron la habitación, pero fueron interrumpidos por Alice.
-Chao, Bella… a las dos –se rió bajito, para darle un beso en la mejilla a la Bella que reía suavemente.
-Chao, Alice, de parte de las dos.
-Chao –susurró Nessie antes de volverse hacia Jacob. Quien alzó la mano a modo de saludo militar.
-Chao, Bells. Chao, Newton –dijo y se llevó a mi hija de la mano después de palmearme un hombro. Alice pasó por mi lado.
Te espero afuera me pensó, asentí imperceptiblemente.
Me volteé hacia el cuerpo que tenía enfrente, que temblaba solo un poco y mandaba electricidad hacia mi cuerpo sin siquiera notarlo.
-Edward… -murmuró ella, pero se quedó sin voz. La miré a los ojos, perdiéndome en el tono chocolate que tanto amaba.
-Hasta mañana –le dije acercándome lentamente.
Habia extrañado tanto el sonido de su corazón acelerado, su respiración entrecortada y sus mejillas sonrosadas mientras me miraba directamente a los ojos.
Pero las lágrimas me sacaron de mi ensoñación. Me detuve antes de darle un beso en la mejilla, en vez de eso, sequé el agua salada con mi dedo pulgar, mientras ella recargaba el rostro en mi palma.
-¿Por qué lloras? –inquirí suavemente. Ella cerró los ojos.
-Bella Newton no está llorando, Edward –dijo.
Me quedé paralizado.
-¿Qué? –el aliento se me escapó -¿Bella? ¿Mi amor? –el sollozo rompió su garganta, y así, gimiendo descontroladamente se pegó a mi pecho.
No supe qué hacer.
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