Forks Washington.

Pov: Carol

Habían pasado casi tres semanas desde el encierro de Demi y saliamos cada tarde aunque no nos besábamos ni nada, salíamos solo como amigos aunque el me llevaba al instituto y a mi casa, su familia era adorable sobre todo Jane.

-Carol se te hace tarde para el instituto cariño, y el chico Vulturi ya está esperándote-escuche como Ingrid me llamaba desde la planta baja

-Dile que ya bajo-y me retoqué el gloss, hacía días que solo vestía de verde, es que a Demi le fascinaba ese color y yo no podía negar más que le amaba, le amaba de verdad como a nadie en el mundo le necesitaba más que al mismo aire.

-Buenos días dulce manzanita-

-Como me dijiste Demi?-

-No creas que no he notado que te vistes siempre de verde-

-Vaya que creativos amanecimos hoy no es así?-

-Tú me llenas de creatividad-no podía negar más que le amaba es que Demi era divino un sol.

-Nos vamos ya?-

-Siempre evadiendo mis sentimientos Carol, eres terca como tu sola, pero aun que no me lo digas sé bien que me amas y no tardarás en aceptarlo-va si supiera que el llenaba mi mente hasta cuando estaba dormida.

Al llegar al colegio todos nos miraron como siempre, creo que las chicas esperaban el día en que el y yo no llegáramos tomados de la mano, eso jamás lo verían.

-Demi me voy a mi salón, nos vemos en el almuerzo-y lo dejé ahí parado  mirándome.

Las clases pasaron lenta y tortuosamente, moría por ver esos adorables ojos dorados, eran hermosos, perderme en ellos era como olvidarme de que el mundo existía.

Por fin sonó el timbre que anunciaba el almuerzo, corrí a la cafetería pero lo que me encontré al entrar en ella hizo que decenas de lágrimas recorrieran mis mejillas.

Demetri estaba parado en medio de la cafetería con un enorme ramo de rosas rojas y detrás de él un letrero que decía “Carol solo te pido una oportunidad” era lo más dulce que alguien había hecho por mí, me acerqué a el y tomó mi mano izquierda.

-Carol McCarty quieres ser oficialmente mi novia?-y puso en mi mano un hermoso anillo hermoso de oro blanco con un rubí en forma de corazón y al lado de éste dos pequeños diamantes . Yo seguía sin poder articular palabra.

El se acercó a mí y muy cerca de mi oído me susurró-Carol te amo-y ahí fue donde me dí por vencida y le abrí mi corazón a Demetri, solo esperaba que no jugara con mis sentimientos igual que había hecho con muchas chicas.

Me olvidé del resto del alumnado y le besé de la manera más intensa posible, nuestros labios se reconocían, se acoplaban como en aquel primer beso que nos dimos, era como si nosotros hubiéramos sido hechos para estar juntos.

-Señor Vulturi, señorita McCarty a la sala de orientación-el profesor Masen se acercó a nosotros y nos siguió el paso, una vez que estuvimos en la sala de orientación el fue por su libreta de reportes y nos dejo a solas, este regaño sería largo.

-Supongo que ese beso era un si?-

-Así es Demetri, es un sí-y nos tomamos de las manos, detrás de nosotros el profesor Masen carraspeó.

-Jóvenes yo no estoy en contra de que se hagan letreros y se den flores, pero de ahí a besarse como lo hicieron hay un abismo, yo no puedo permitir ese comportamiento en mi instituto, ahora mismo me firman su reporte y llamo a sus padres para k se los lleven, están suspendidos el resto del día-mientras nos reprendía su rostro había pasado por todos los colores, este hombre necesitaba una esposa unos calmantes y un masaje.

-Profesor Masen mi padre está de viaje pero en casa está mi nana-el me miró con furia.

-Y su madre señorita Mccarty?-entonces miles de lágrimas se hicieron presentes, nadie me la mencionaba por qué en automático me llenaba de dolor.

-Ella murió hace casi cuatro meses señor Masen-apenas pude articular la frase, el dolor me inundaba el pecho.

Pasó media hora en la que mi llanto no paró, y de pronto por la puerta entró Ingrid y al verme corrió a mí.

-Pero cielo que ha pasado, el señor Masen me llamó porque cometiste una falta, pero  porqué estás así?-

-Ingrid el me preguntó por mamá-ella rodó los ojos y entró de manera acelerada a la oficina del profesor Masen.

-Señor déjeme decirle que es usted un inconciente le ha recordado a esa pobre niña el motivo por el cual ella decidió venir a Forks para tratar de olvidar ese triste pasado y usted la hiere haciéndole llorar-y sin más Ingrid abofeteo al señor Masen, me protegió como solo una madre sabe hacerlo, ahora estaba segura de que Ingrid amaba a Charlie y yo la ayudaría a estar con él, como que me llamo Carol McCarty.