Edward Cullen
El resto del día de navidad lo pasamos holgazaneando en casa vestidos con nuestros pijamas. Con mi piano toqué varias canciones de navidad, con Bella siempre sentada en mi regazo. Nos sentamos frente a la chimenea y simplemente nos relajamos. Fue un día agradable.
En aquel momento pensé en entregarle el anillo a Bella, pero no me sentía bien. No sabía por qué. Necesitaba que fuese algo más… romántico, tal vez.
Fiel a mi palabra no me quité el pijama. Era una especie de tradición familiar. También, ayudaba a relajarse.
Cenamos estupendamente simplemente con algo sencillo. Bella ayudó a mi madre en la cocina mientras preparaban el estofado. No era una comida tradicional, pero no por eso era menos buena.
Me alegré de que el día siguiente también fuese de descanso. No salimos de casa para nada. Sencillamente nos sentamos y escuchamos música, o leímos. Era algo poco común en nuestras ocupadas vidas universitarias.
Pensamientos sobre el futuro se arremolinaron en mi cabeza. Pensaba en mudarme del dormitorio y comprar una casa para Bella y para mí. Me encantaba la idea de vivir con ella, podría tenerla todas las noches sin prestar atención al resto de cosas que me rodeaba.
El día después de navidad nos sentamos en mi dormitorio. Permanecía sentada entre mis piernas mientras le acariciaba su largo y sedoso cabello."Bella ¿Quieres ir mañana a un concierto?"
"Claro ¿Quién toca?"Se sentó frente a mí.
"Three doors down."Dije en un tono tan monocorde cómo fue posible. No quería que supiese que ya había comprado las entradas.
"¡Oh, eso sería increíble! ¡Me encantará ir!"Volvió a mi regazo y me besó en la barbilla suavemente.
Bella Swan
No sabía que ponerme para ir a ese sitio. Quiero decir sabía que era algo informal pero también hacia mucho frio. Me puse unos vaqueros negros y unas botas de cuero hasta las rodillas, unas de las que Edward me compró. También me puse una camiseta sin mangas, encima de esta una camisa y luego un suéter. Y sobre todo eso mi chaqueta nueva. Me sentí gorda. Me miré al espejo y gemí. Me coloqué el gorro de invierno, bajándolo hasta mis oídos. Incluso me envolví el cuello con una bufanda y me puse los guantes. ¿Cómo aguantaban este tiempo? Hacía demasiado frio.
Caminé con dificultad hasta la sala donde Edward me esperaba. Se había duchado y vestido antes que yo, para darme algo de intimidad. Habíamos estado pegados el uno al otro durante estos dos días. Creo que él necesitaba un descanso.
Me detuve cuando vi a Edward. Estaba para comérselo con su chaqueta de cuero y sus vaqueros ceñidos. Su cabello estaba cubierto por un gorro negro, que en comparación hacia que su piel pareciese blanca como la nieve. Debía de haberme oído porque volvió su rostro en mi dirección y sonrió.
¿Por qué me había comportado de aquella manera el otro día? Le amaba sin que importase nada más. Era perfecto como era. No tenía que cambiar, por mí o por cualquier otra persona.
"¡Mira quien parece preparada para una tormenta de nieve!"Se burló Carlisle. Me sonrojé y agaché la cabeza."Creo que estas adorable, querida."Me alentó.
"Gracias."Dije con una risita. Caminé hacia Edward y le tomé del brazo.
"El taxi debería estar aquí de un momento a otro."Se inclinó y suavemente me besó en la mejilla.
Me ofrecí a conducir si los padres de Edward me dejaban prestado un coche pero él llevaba razón cuando me dijo que yo no sabía dónde estaba nada y que él no sería de mucha ayuda. Tenía razón. Sin embargo me sentía mal por hacerle pagar por otra cosa.
Miraba por la ventanilla las calles débilmente iluminadas mientras recorríamos la ciudad. Ambos nos manteníamos en silencio a la vez que nuestras manos permanecían unidas. Estaba demasiado hundida en mis pensamientos para charlas. No pasó demasiado tiempo hasta que nos detuvimos en House of Blues. Edward pagó al taxista antes de que saliésemos al frio. Me incliné hacia Edward cuando caminamos a través de la nieve.
"Edward, quiero pedirte disculpas."Solté antes de que pudiese pensar en ello de forma consciente.
"Disculpas, por qué."Preguntó confundido.
"La fiesta. Me comporté de forma horrible. Debería haber hablado contigo antes de enfadarme."Me mordí los labios y aparté la mirada de su hermosa cara.
"Isabella, yo debería haberte hablado de ello."Sacudió la mano como para alejar mis preocupaciones."Además, eso pasó hace días."
"Cuando lleguemos a casa, me gustaría que hablásemos mas de ello. Quiero que me vuelvas a enseñar lo es ser ciego."Le apreté la mano para mostrarle que iba en serio.
"¿Qué mas tenemos que discutir?"
Suspiré."Quiero saber más sobre la cirugía. Más bien quiero saber porqué no quieres hacerlo. Quiero que me muestres más de lo que es ser tu."
"Bella, sabes todo lo que hay que saber."Dijo despectivamente.
En ese momento estábamos sentados en una de las mesas del final de la sala."Eso no es cierto y lo sabes."
"No quiero molestarte con eso."
"¡No me molestas!"Gruñí. No quería que esto se volviese una discusión, pero estaba frustrada."Deja de ser tan malditamente terco. Simplemente quiero saber ¿Hay algo malo en eso?"
"No tienes porque saber esas cosas."Dijo tranquilamente, por lo que apenas se le oyó en el silencio de la sala llena de gente.
"Edward, por favor."Rogué suavemente.
Él bajó la cabeza y suspiró."Bien. Hablaremos de esto después de volver a Luisiana."
"Bien. Gracias."Dije sonriendo. Me quité los guantes y los guardé en el bolsillo, junto con el gorro.
La banda salió al escenario poco después y comenzó a tocar. Empezaron con una de sus canciones más populares."Hay otro mundo dentro de mí que tu nunca veras. Hay secretos en esta vida que no puedo ocultar. En algún lugar de esta oscuridad hay una luz que no puedo encontrar. Quizá se halla demasiado lejos, tal vez simplemente estoy ciego… tal vez simplemente estoy ciego. Por lo tanto, abrázame cuando esté allí, simplemente ayúdame cuando esté mal, abrázame cuando esté asustado y ámame cuando me marche. Además seré quien querías que fuese. Nunca te decepcionaré, incluso si puedo dejarlo todo si es por tu bien. Así que abrázame cuando este allí. Simplemente ayúdame cuando esté mal. Puedes abrazarme cuando este asustado. No estarás allí para siempre así que ámame cuando me marche."
Me moví incómoda en la silla, mordiéndome los labios. La expresión de Edward era similar. Suspiró y agachó la cabeza, pasó los dedos por su sedoso y largo cabello. Su boca era una línea dura.
Resopló antes de levantarme de la silla y ponerme en su regazo. Su acción me sorprendió y casi me caí al suelo, pero sus brazos fuertes me sujetaron.
"Le tengo miedo a la muerte."Dijo junto a mi oído.
"¿Cómo?"
"El dolor, el cambio. ¿Seguirás queriéndome cuando sea normal? ¿Me gustará el mundo que vea? ¿Podré sobrellevarlo? Tendría que aprender tanto. No apareces sabiendo qué es cada cosa. Tendría que aprender a leer y el nombre de los objetos. Yo, básicamente, volvería a ser un niño pequeño."Dijo junto a mi oreja.
"Sí, por un tiempo, por muy poco tiempo. Te pondrías rápidamente al día."Dije tratando de calmarlo.
"Probablemente tendría que dejar un año la universidad y tomar clases especiales."
"¿Sería tan horrible?"
"Perdería mi beca."
Hice una mueca de escepticismo."¿Desde cuándo te importa el dinero?"
Resopló y giró su rostro."Y entonces, si lo hago quizás todavía no funcione y sufriría la dolorosa cirugía."
"¿Y qué pasa si funciona? Solo estas teniendo en cuenta los aspectos negativos."Pasé los dedos por sus mejillas."Estoy segura de que puedes pensar alguno positivo."
"Por supuesto que puedo. Te vería. Sería un miembro normal de la sociedad. Y no sería una molestia constante para todos."
"¡Tú no eres una molestia constante! Jesús Edward, eres uno de los hombres más maravillosos que he conocido. Por favor no seas ridículo."
"Por favor, no ahuyentes mis temores."Giró el rostro todavía más, su cara estaba ligeramente sonrojada.
Me moví en su regazo, poniéndome a horcajadas. No me importaba que estuviésemos en medio de este lugar."Edward, yo no los ahuyento, pero tú no debes de crear otros nuevos."
"¿Me seguirás amando si no lo hago?"Volvió la cara hacia la mía. Una sola lágrima bajaba por su mejilla.
"¡Oh, Edward! Por supuesto que sí. Te amaré pase lo que pase. Desearía… desearía que pudieses ver cuánto te quiero pero si no haré que lo sientas."Coloqué las manos en sus mejillas y me incliné hacia delante. Le besé en la boca profundamente. Noté sus cálidas lágrimas rodar por mis mejillas mientras seguíamos con el beso. El mundo que nos rodeaba se derritió. Me di cuenta de que la canción había cambiado y que era de un ritmo más rápido. Enredó los dedos en mi cabello, acercándome todavía más. Gemí en su boca.
"Te quiero."Susurró contra mis labios."Bella, mandemos esto a la mierda. Vayamos a un lugar más privado."
"¿Estás seguro, Edward?"Le pregunté tranquilamente. Mis labios fueron de la base de su cuello hasta su oreja. Siseó por lo bajo cuando me llevé a la boca el lóbulo de su oreja.
Edward Cullen
No quería tener esa discusión, jamás, pero cuando la canción comenzó a sonar y oí la letra gemí interiormente. Me tragué mi orgullo y decidí que era ahora o nunca. La levanté y la puse sobre mi regazo, probablemente mas cera de lo que debería haberla puesto. Tenía que escucharlo y tenía que escucharlo ahora.
Echó abajo cada uno de mis argumentos, alejando mis preocupaciones, pero había una con la que no podría con facilidad."¿Me seguirás amando si no lo hago?"
No pude parar las lágrimas que salían de mis ojos inútiles."¡Oh, Edward! Por supuesto que sí. Te amaré pase lo que pase. Desearía… desearía que pudieses ver cuánto te quiero pero si no haré que lo sientas." Y cuando noté sus manos sobre mis mejillas y sus labios en los míos me volqué en ella y en mis lágrimas.
Ellas bajaron por mis mejillas rápido y con fuerza. La atraje lo más cerca posible para poder saborearla. Necesitaba sentir su amor y que ella sintiese el mío. Necesitaba sentir cada parte de ella.
"Te quiero. Bella, mandemos esto a la mierda. Vayamos a un lugar más privado."
"¿Estás seguro, Edward?"Susurró contra mi carne. Si no la sacaba de aquí ahora, la tendría sobre la mesa.
"Sí. Vámonos. Alquilemos una habitación."Le dije.
El hotel Sax conectaba con el House of Blues y supuse que debía de ser uno de los mejores hoteles de la ciudad. En este momento no me importaba siempre y cuando pudiese estar a solas con Bella.
Ella se dirigió al mostrador. No había pensado en lo difícil que sería conseguir una habitación en esta época del año. Tuvimos suerte de conseguir una pequeña suite para nosotros solos, eso era todo lo que nos habían dejado. Por una vez Bella no se molestó en discutir conmigo porque gastase mi dinero. Creo que quería estar a solas conmigo tanto como yo. O tal vez, estaba demasiado ocupada abrazándome cuando me dieron el aviso del precio.
Tan pronto como entramos en el ascensor me aseguré de que nadie se había subido con nosotros cuando se cerraron las puertas. Acorralé a Bella contra la pared y la besé salvajemente. Ella literalmente chilló contra mi boca ante la sorpresa de mi rápida acción, haciéndome sonreír. Tocarla como lo estaba haciendo me hizo sentirme vivo.
Cuando se abrieron las puertas Bella agarró mi mano y tiró de mí. Felizmente la seguí. Tomó la tarjeta de mi mano y abrió la puerta de la suite.
"Oh, wow…"Susurró cuando cerró la puerta tras nosotros.
"¿Qué?"Pregunté rodeando su cintura con los brazos. Besé su nuca con suavidad.
"Esta habitación es increíble. La vista es preciosa. Me gustaría…"Empezó, pero se detuvo.
"Shh… Tal vez algún día."La silencié amistosamente.
"No entiendo."Gimoteó con tranquilidad."No es justo. Eres tan hermoso de tantas maneras. Te mereces ver."Sonaba como si estuviese a punto de llorar.
La giré."Bella, la única razón por la que consideraría la cirugía seria para poder verte."
"No quiero que sufras por mí."Sus brazos rodearon mi cuello y apretó la cara contra mi pecho.
"Valdría la pena. Cada poco de dolor, solo para verte unos minutos, valdría la pena. Dar mi oscura vida por algo de luz. Si pudiese verte solo unos minutos y tuviese la posibilidad ver tu cara por lo menos podría llevar tu imagen en mi corazón para el resto de mi vida. Podría poner tu imagen en mis sueños."Dije con firmeza.
"No lo hagas. No por mí. Debes hacerlo por ti mismo. Solo si lo deseas."Lloró suavemente, sollozó apaciblemente mientras la mecía contra mí.
"Bella no vamos a hablar de esto esta noche."Estuve aliviado por su silencio."Por favor."
La noté asentir contra mi pecho y atraje su boca a la mía otra vez. El beso fue lento y dulce. Le quité su chaqueta cuidadosamente y la dejé caer al suelo. Sentí sus manos tirando de mi cazadora."¿Sabes lo bueno que estas con esta cazadora?"Dijo riendo levemente, su voz aun estaba ronca por las lágrimas.
Reí entre dientes."Si tú lo dices. Hm, me gustaría que hiciese un poco mas de frio en Luisiana, así me la podría poner para ti más a menudo."
"Puedo bajar el aire acondicionado del apartamento."Bromeó tranquilamente. Reí con suavidad. Le acaricié la mejilla con cuidado, su mentón tembló al roce de mis manos con su suave piel. Me quité la chaqueta y la tiré a un lado.
Tomó mi mano y me llevó a algún sitio. La parte de atrás de mis rodillas golpeó algo y me senté lentamente, llevándome a Bella conmigo. Nos besamos profunda y apasionadamente. Sentí como si el corazón fuese a salir a través de mi pecho.
Tiré del suéter de Bella y se lo quité. Debajo llevaba una camisa, esta era de botones. Intenté quitársela con cuidado, sencillamente para no rasgarla debido a la frustración. Gemí cuando sentí que había otra camiseta debajo."¿Cuántas capas tienes?"
"Llevo todo esto por el tiempo."Se quejó."Hace frio."
Reí entre dientes."Sí, pero no vamos a ir a esquiar por la nieve o algo así."
"¿Vas a seguir riéndote de mi o vas a librarme de toda mi ropa?"Me regañó en broma.
"Ah, hmm, aunque me complace reírme de ti…"Le quité la camiseta y la tiré al suelo."Eso está mejor."
Ella rió tontamente cuando tiró de mi camisa. Me la quité para ella y suspiré mientras pasaba las uñas por mi pecho descubierto. Me empujó para que me tumbase sobre el sofá y se puso sobre mí. Me besó suavemente, su cabello suave me hizo cosquillas en las mejillas cuando se inclinó.
Bajó por mi pecho besándolo ligeramente hasta que ya no estuvo encima. Me quitó los zapatos, lo más rápidamente posible, según me pareció. Volvió a deslizarse en mi cuerpo, su boca descansaba sobre mi ombligo. Lo besó lentamente, de forma sensual mientras me quitaba los pantalones y los bóxers.
Bella Swan
Estaba asombroso tumbado de forma tan poco elegante en el sofá, completamente desnudo. Rápidamente me deshice del resto de la ropa para poder cabalgar sobre su cintura una vez más. Me incliné hacia él y siseó suavemente cuando mis senos se apretaron contra su pecho. Le quité las gafas y las dejé encima de la mesita.
"Ojalá no llevases puestas las gafas todo el tiempo."Admití."Tienes unos ojos preciosos. Quiero verlos."
"Si quieres no me las pondré cuando estemos solos."Su mano descansó en mi mejilla, acariciándome con las puntas de sus largos dedos.
Me adelanté rápidamente para besarle, lo que mostró lo mucho que me gustaba la idea. Devoré su boca, probando todo su dulzor. Él enredó los dedos en mi cabello manteniendo mis labios en los suyos mientras yo bajaba sobre él. Gimió audiblemente contra mi boca y yo no pude dejar de sonreír.
Alejé los labios para poder incorporarme completamente. Giré las caderas hacia abajo, meciéndome poco a poco. Vi como inclinaba la cabeza por el placer. El agarró el posabrazos del sofá como si estuviese a punto de explotar. Al hacerlo todos los músculos de su pecho se tensaron y era muy sexy.
Tomé su otra mano y la deslicé por mi estomago hasta mi pecho. Él instantáneamente comenzó a masajearlo al mismo tiempo que se mordía el labio inferior. Me sentí tan afortunada de verlo, de estar con él. Era magnifico, era un dios.
"Dios, Bella. Probablemente sea bueno que no pueda verte ahora mismo…"
El comentario me sorprendió y detuve mis movimientos."¿Por qué?"
Ambas manos fueron mis caderas y nos dieron la vuelta cuidadosamente, de forma que estuvo encima de mí. Bajó la boca hasta mi oído y susurró."Porque no creo que pudiese soportar ver tus hermosos pechos y como te deslizas arriba y abajo."
Empujó dentro de mí con fuerza mientras hablaba, lo que me obligó a dejarme llevar por completo. Gemí su nombre arqueando la espalda hacia él, pero no ralentizó sus movimientos. Se movió más y más rápido, bombeando con fuerza sobre mi cuerpo sensible.
"Edward, por favor… por favor."Canturreé en voz baja.
"¿Qué Bella?"Preguntó, siguiendo el ritmo rápido de sus movimientos. En mi estomago sentí como si una espiral se enrollase y girase hasta volverse incontrolable."Dime qué quieres."
Le clavé las uñas en la espalda por la frustración. Me sentía tan bien que casi dolía. Enredé las piernas en él en un esfuerzo de mantenerlo lo mas pegado a mi posible."Por favor…"Gimoteé.
"No leo mentes."Bromeó suavemente. Podía sentir su sonrisa contra mi carne.
"Deja de burlarte de mi…"Le respondí tranquilamente. Parecía que se estaba divirtiendo demasiado con todo esto.
"No me burlo…"bromeó juguetonamente."¿Cómo podría burlarme yo de ti?"
"¡Porque te necesito! Solo… solo…grrr…"Tartamudeé y me sonrojé con intensidad. Estaba completamente frustrada. Respiré profundamente para tratar de calmarme, pero ese esfuerzo se echó a perder con sus hábiles movimientos.
"Bella te necesito tanto."Dijo serio. Bajó la boca hasta la mía y me besó profundamente. Su mano se deslizó entre nuestros cuerpos. Comenzó a acariciarme en una zona muy, muy sensible. Finalmente la energía emanó con fuerza y se liberó. Mi cuerpo se sacudió salvajemente por el clímax. Edward gimió con fuerza y lo sentí llegar a su propio orgasmo.
Permanecimos tirados el uno contra el otro durante bastante tiempo hasta que finalmente salió de mi sensible cuerpo. Gemí suavemente por la acción. Después de rodar hacia un lado, me puso encima de él. Apoyé la mejilla en su duro pecho y escuché la música de los latidos de su corazón. Me frotó suavemente la espalda con sus manos grandes y fuertes. Me sentí como si me estuviese fundiendo con él, totalemtne relajada.
Su pecho era mi almohada y los latidos de su corazón mi canción de cuna. Él era mi consuelo y mi hogar. "Nunca amaré a nadie como te amo a ti."Le dije mientras me dejaba llevar por el sueño.
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