A pesar de ser viuda,Bella jamás había pasado una noche entera con un hombre.Las visitas de su difunto marido siempre habían sido breves y directas,salvo en aquellas ocasiones en que estaba borracho y le apetecía torturarla:entonces el tiempo que pasaba con ella se le hacía interminable.
Al día siguiente,como le dolían los pies de los arañazos y los moratones que se había hecho la noche anterior,Bella se apoyaba en el brazo de Edward y caminaba con cautela por entre los escombros de lo que hasta entonces había sido la residencia de los estudiantes.Supuso que le dolerían aún más si él no le hubiera aplicado el bálsamo antes de acostarla, aunque probablemente entonces le dolería menos el corazón.
Nunca antes había experimentado un bienestar ni una confianza semejantes,porque sin duda era la confianza lo que le había permitido dormirse tan rápidamente.Aún no se había recuperado de lo maravilloso que había sido despertar y encontrarlo a su lado,abrazado a ella,con la mejilla apoyada en su cabeza.
No tenía intención de contarle a él ni a nadie que había llorado por la muerte de su marido;la intimidad de aquella situación la había llevado a confesarle ese secreto.Se lo habría contado todo,pero no quería que la verdad estropeara el momento.¿Cómo iba a explicar su incultura a un hombre que escribía en un encerado sin ninguna dificultad y que valoraba tanto la educación?
Miró a Nessy y a Cayo,que también inspeccionaban los daños y se preguntó si ella se acurrucaría junto a su poco agraciado marido para contarle sus secretos.En la oscuridad,su fealdad no sería visible,o quizá el consuelo y la tranquilidad que él le ofrecía compensaban con creces la visión de su desagradable semblante.
Cayo le dijo algo a su esposa.Ella lo miró y sonrió;él la apretó contra su costado,también sonriente y fue como si se hubiera producido una transformación mágica.El aspecto de aquel hombre era el mismo y sin embargo parecía tan distinto;como si toda la bondad y generosidad de su carácter resplandeciera para regocijo del mundo entero.¿Era ése el poder del amor:el de convertir la fealdad en hermosura?¿Y a los que estaban esculpidos en hielo?¿Podía derretirlos?
—Es interesante observarlos,¿verdad?
Se volvió hacia Edward.
—¿Cómo dices?
El conde señaló discretamente con la cabeza a la otra pareja.
—Mi hermana y su poco agraciado esposo.
—No esperaba de ti tanta crueldad en la descripción del marido de tu hermana.
—Tú piensas lo mismo,¿no es así?No es un hombre guapo.
—No puedo disentir cuando la realidad es tan obvia.
—Pero si los observas lo suficiente,empiezas a ver en él lo que ella ve.
Bella asintió con la cabeza.
—Comenzaba a darme cuenta.Es asombroso.He pensado que quizá se debía al reflejo del sol.
—No,es amor.Ella es su reina y él su príncipe.
—¿Por qué no su rey?
—Porque un rey se daría a sí mismo más importancia que a la reina y Cayo ama a Nessy más que a sí mismo.
—Tu hermana es una mujer afortunada.
—Sin duda.¿Me encontrarás una esposa que me mire como Nessy mira a Cayo?
—Me esforzaré por conseguirlo.Mereces un afecto tan sublime.—De pronto se sorprendió deseando con vehemencia poder ser esa mujer.Antes de que la tristeza se apoderara de ella,volvió a centrarse en el edificio en ruinas—.Creo que deberías proporcionar a la escuela los fondos necesarios para reconstruir el edificio,pero esta vez en ladrillo,para que no vuelva a incendiarse tan fácilmente.
—Black lo juzgará un empleo frívolo de mis fondos.
—¿A quién le importa lo que piense Black?La gracia de ser rico es poder hacer lo que te plazca con tu dinero.
—Pensaba que lo bueno de tener dinero era no privarse nunca de nada.
—Ciertamente ésa es una de sus ventajasOtra es invertirlo en la propia felicidad.
—¿Y qué financiara la reconstrucción de la escuela te haría feliz?
—No,te haría feliz a ti—espetó Bella indignada—.Después de todo,es tu escuela.
La carcajada de Edward retumbó a su alrededor.A Bella le encantaba aquella risa.
—Mi felicidad te hace feliz,así que no te opondrás al modo en que decida administrar mis fondos.
—No soy quién para oponerme,milord.Te lo puedes gastar todo;a mí no me importa,porque no voy a casarme con un duque indigente.
Suponía que tampoco se casaría con uno al que amara,porque temía que su corazón ya había empezado a inclinarse poco a poco hacia el hombre que caminaba a su lado.
ESPERO QUE OS ESTÉ GUSTANDO EL CAMBIO QUE ESTÁ ADQUIRIENDO LA HISTORIA.COMENTARME TODO LO QUE QUERAÍS,LEO TODOS LOS COMENTARIOS.MUCHAS GRACIAS Y BESOS.
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