Pov Gianna.
Sentí unos fríos brazos a mi alrededor, ese contacto helado me sacó del trance en el que estaba totalmente perdida; mi mente no dejaba de trabajar y de buscar cualquier cosa que me pudiese ayudar, ¿que me ocultaban?, sabía que yo me estaba perdiendo algo, o simplemente lo ignoraba, y esto estaba relacionado con mis sueños...
- La mia ragazza dolce (Mi dulce niña)
Levante la mirada y me encontré con un rostro lleno de preocupación y de agonía. Aro. Su preocupación era tal qué esta me traspasaba los huesos, haciendo que yo sintiese ese mismo dolor. Estaba abatido, ¿eso sería por mi?
Me dí cuenta de que estaba sentada en su regazo, como una niña pequeña. Este a su vez estaba sentado en su trono. De reojo eché una mirada al resto de la sala y me di cuenta de que solo estabamos el y yo solos.
- Les dije que se fueran para que estuvieses más cómoda, más relajada... - dijo mientras colocaba mis cabellos detrás de mi rostro.
- Aro, ¿estas bien? - dije con preocupación
- ¿Y tu estas bien hermosa? - me preguntó intentando sacar una sonrisa
Nos quedamos callados durante unos momentos; no sabía que decirle, que responderle...
- Yo te respondí con mi pregunta - dijo mirándome con dulzura - ¿y tu? ¿con que me respondes?
- Con mi pregunta - le contesté mientras cerraba los ojos.
¿Acaso hacia falta que me preguntasen como estaba? yo creo que no, intentaba dar una apariencia de tranquilidad y serenidad; pero en el fondo, en mi interior solo había dolor. Mis sueños; las sombras... y de manera inmediata una lágrima empezó a recorrer mis rostro.
- Mi dulce Gianna - me dijo mientras me abrazaba aún más con dulzura y a su vez me limpiaba mi lágrima con un dulce beso - ya sabes que eres una parte de mi, y que te quiero como una hija, ¿no?
- Si
- Y también sabes que no puedo permitirme verte desdichada; ¿cierto?
- Cierto
- Entonces, por favor te lo ruego... dime que te pasa, sabes que puedes confiar en mi; yo también sufro con tu dolor; quiero ayudarte, y creo que lo haré, solo dime que te ocurre.
Y en su hermoso rostro la sensación de dolor fue en aumento, no le podía ver así, el fue el primero en darme la bienvenida, el primero que creyó en mi... y tenía que otorgarle su petición. El estaba sufriendo por mi...
No le dije nada; no me sentía con ganas para hablar, ya que el recuerdo de esos sueños me atormentaba. Lo único que hice fue entregarle mi mano y no ocultar ninguno de mis pensamientos. Le mostré todo; a estas alturas me daba igual lo que viese, confiaba en el y sabía que el solo vería lo que me atormentaba.
Este mantuvo los ojos cerrados durante unos momentos, podía percibir como captaba cada imagen, cada palabra, cada sensación de esos sueños; y en estos mismos momentos aseguraría que el estaría sufriendo el mismo dolor que yo sentía.
Recosté mi cabeza en su pecho; quería dejarme ir de esta situación, quería olvidar todo por completo y empezar de nuevo. Pero sabía que eso no sería posible.
- Solo te puedo decir una cosa Gianna - me dijo Aro mientras posaba su mano en mi mejilla - aunque tu veas que estos sueños son devastadores y aterradores, los cuales te hacen sufrir hasta más allá de tu ser... debo decirte que nada es lo que parece - este se quedo callado durante unos momentos, esperando a alguna pregunta por mi parte, pero lo no hice estaba demasiado confusa ante su palabras - me refiero a que algunas veces el dolor es bueno para nosotros; ya que nos hace ver lo que la felicidad nos oculta. Estos sueños pueden revelar algo de tu interior, o te quieren hacer ver algo que no ves.
Ante su palabras me quedé callada; lo único que se me pasaba por la mente era... '' el dolor es bueno para nosotros; ya que nos hace ver lo que la felicidad nos oculta '' y de nuevo mi mente empezó a trabajar; ¿tal vez estos sueños intentaban decirme lo que Alec y Renata me ocultaban? Eso sería imposible; ya que ellos me ocultan algo desde hace apenas dos días como máximo, sin embargo mis sueños hacía varias semanas que se producían...; ¿y si...
- Querida - me interrumpió Aro - ante mis palabras... ¿que piensas?
- Estoy confusa - dije mirándole avergonzada - no lo entiendo; todo esto es tan...
- Tranquila Gianna; es normal, pero debo asegurarte que todo este dolor cambiará pronto; te lo aseguro.
No le contesté y tampoco quería hacerlo. Solo quería desconectar durante unos momentos de esta realidad. Cogí postura entre sus brazos, los cuales me acogieron con gusto y me deje llevar por su contacto helado.
|