Bella
Tres meses después…
-Bella has mejorado demasiado, estoy orgullosa de ti-la doctora Esme me abrazo y le devolví el abrazo.
-Gracias la verdad sin usted no hubiera sabido que hacer-una lagrima resbalo por mi mejilla y no pude más que limpiármela.
-No solo a mí, a tus amigos, a tus padres y sobre todo a ti misma, eres una chica fuerte Bella y sabes lo que hoy en día te hace bien y te hace mal-sonrío-Además si yo tuviera un amigo guapo, amistoso, cariñoso y que es capaz de cruzar el mundo entero por verte, también me recuperaría pronto y sería muy feliz.
Lo que había dicho la Doctora era que Edward estaba siendo un buen amigo y que seguiría a mi lado como tal, siempre leal. Aun que la idea de que seamos amigos todavía venia dañándome por dentro, creí que con el paso del tiempo esto iba a cambiar, pero nada de eso ha cambiado, Edward sigue atrayéndome cada día más y estar con él se volvía una complicación realmente horrorosa, pero que se podía hacer, no podía decirle “Oye Edward, adivina que, fíjate que desde hace mas de cinco meses me había dado cuenta de que me había enamorado de, ¿puedes creerlo?” no definitivamente no podía hacer eso y menos cuando nuestra amistad está en juego. Cuando salí del consultorio de la doctora, Edward me esperaba como siempre afuera sentado y en cuanto me veía abría los brazos y yo gustosa me aventaba a ellos.
-¿Cómo te ha ido?-pregunto dando un bezo sobre mi cabeza.
-Bien, hoy fue mi última platica y ¿sabes algo?, me siento realmente feliz y muy dichosa por dentro-Y era cierto, nunca me había sentido como este día y a pesar de que era mi cumpleaños (Cosa que odiaba) me sentía súper feliz y tenía ganas de una fiesta-¿Qué te parece si vamos al club de James?-pregunte.
-No será mejor que vayamos a casa de Alice, quiere mostrarnos algo, tal vez la aceptaron en aquella universidad de Francia para diseño y moda.
-Si tal vez-agache la cabeza diciendo que no tenía otra alternativa y Edward puso un dedos sobre mi barbilla eh hizo que alzara el rostro.
Hoy se veía mejor que nunca, se había cambiado el peinado despeinado a mucho más rebelde y medio lizo, se veía súper sexy “Dios Bella tienes que dejar de pensar así de tu mejor amigo” me reprimió mi cabeza y lo mire apena sintiendo como mis mejillas se sonrojaban y sus ojos brillaba como una esmeralda y entonces me beso, sus labios sobre mi mejilla provocaron que un ligero cosquilleo en el estomago me encogiera y temblara de los pies a la cabeza.
-Vamos-me tomo de la mano y caminamos hacia su nuevo carro. Un Ferrari oscuro.
Cantamos y gritamos en todo el camino aquellas canciones que hace mucho no escuchábamos que si nos vieran nuestros padres pensarían que esa música no era de nuestro tiempo y no es que estuviéramos tan viejitos pero técnicamente las canciones eran de los 80. Condujo por la carretera riéndose de mis desafinaciones al cantar hasta que llegamos a su casa, como siempre me ayudo a bajar y cuando estaba haciéndolo, no pise bien y estuve a punto de caerme sino es que las manos de Edward me salvaron. Sus ojos me observaron más de lo normal al igual que sus brazos no me soltaba ¿Acaso estaba soñando? Se lamio el labio inferior y se acerco un poco más a mi cuando mi corazón brinco de emoción esperando aquel beso que tanto deseaba.
-Sera mejor que entremos-dije y Edward abrió los ojos y me sonrió apenado.
-Si será lo mejor.
Al entrar a su casa, un olor a pastel de manzana nos dio la bienvenida y como si fuera magia o magnetismo camine en dirección a la cocina. Ahí estaba Nana, aquella mujer que siempre me consentía cuando le pedía algo y que siempre estaba conmigo en las buenas y en las malas como una madre, siempre quise saber porque Edward la veía como tal, pero después de estos tres meses, me había dado cuenta del porque.
-Niña Bella, Feliz Cumpleaños-dijo y me abrazo con mucho cuidado para no ensuciarme de harina.
-Gracias Nana.
-Nana estaremos en mi cuarto, cuando estén listos esos pasteles nos avisas-Edward le giño un ojo y tuve que mirarlos a dos para que después mi mejor amigo chiflara haciéndose el distraído.
Subimos las escaleras y al entrar a su cuarto me avente a la cómoda cama de Edward hasta que rebote, estar tanto tiempo con Alice estaba afectándome.
-¿Qué vamos hacer?-pregunte saltando y teniendo cuidado para no golpearme con el techo.
-Vamos a ver una película y te pediré que cierres los ojos-fruncí el seño-confía en mí no es nada del otro mundo.
-De acuerdo.
Cerré los ojos como él me pidió después de que me sentara en la cama. En la habitación se escuchaba algo de ruido y después una sonrisa enfrente de mí, Edward me pidió que abriera los ojos y cuando lo hice, una caja azul brillante me sorprendió.
-Tu regalo-dijo y sonrió-Se que no querías nada, se que nunca quieres nada pero bueno no pude resistirme-sonrió de oreja a oreja-espero que te guste.
Abrí la caja con mucho cuidado y debajo de aquella tapa estaba una hermosa prenda oscura, lo saque por completo y observe que era un vestido de Balmain, “Alice” pensé y sonreí al ver su cara de Edward, estaba nervioso o era mi imaginación.
-Gracias-lo abrace-me gusta mucho es hermoso aun que pienso que le falta tela-reímos juntos-pero contéstame algo-me miro-¿Lo escogiste tu o te ayudo Alice?
-En parte me ayudo ella, es que a Emmett se le salió decirle que quería comprarte un regalo así que la semana pasada me llevo casi arrastras a comprarlo en New York-Eso hizo que sacara los ojos y mi mandíbula cayera.
-¿Fuiste a Nueva York por este vestido?-no podía creerlo.
-Sí, ya vez como es Alice quiere que todo salga perfecto siempre.
-Un momento-dije al comprender sus palabras, Edward también se dio cuenta de la estupidez que había cometido y se mordió el labio-Que salga perfecto ¿Qué?-Movió la cabeza de lado a lado y apretó los labios.
-No diré nada.
-Ya dijiste suficiente así que ahora habla o te echare a los leones-sus ojos salieron y se modio las uñas dándome a entender que tenía miedo.
-Está bien-suspiro-Alice está organizando una fiesta para ti en casa de Rosalie, desde hace tiempo estaba planeándolo pero cuando paso lo que paso, pues cancelo todo ahora que ya te encuentras mejor volvió a preparar todo.
-Pero yo no quiero una fiesta-estaba molesta y me levante-Alice siempre piensa en Fiestas, en compras y nunca piensa si aquella persona quiere una o ir con ella-parecía león enjaulado mientras me movía de lado a lado en la habitación de Edward.
-Ya sabes cómo es ella, mejor hay que ir-lo mire enojada-O tal vez no vayamos.
Yo no sé como Alice se atrevía hacer una fiesta y mas para mi, sabiendo que las odiaba, si lo sé tal vez dije que hoy mi cumpleaños me tenia bien pero esto era el colmo “Alice te ha ayudado demasiado, tienes que apoyarla como ella te apoyo a ti” dijo una voz en mi cabeza y estuve a punto de hacer berrinche pero en eso si tenía razón mi conciencia, Alice y los demás me habían ayudado demasiado y habían estado conmigo todo este tiempo, era justo que fuera y disfrutara de la fiesta que nunca pedí. Suspire y camine directo hacia la puerta tomando mi nuevo vestido.
-¿A dónde vas?-pregunto Edward bloqueándome el paso.
-Iré a vestirme y a prepararme así que será mejor que te des un buen baño y te arregles bien-pase a su lado y camine hacia las escaleras.
Al llegar a mi casa, mi madre, que ya estaba más tiempo conmigo y se preocupaba mas por mí, estaba en la cocina preparando de comer, me sonrió al entrar y observo aquella caja que traía bajo el brazo, pregunto de inmediato pero solo le dije que era un regalo y era cierto, le conté todo lo que había hecho Alice y hasta que Edward me regalo un vestido súper caro, mi madre no se sorprendió pero si se alegro, vaya hasta ella era feliz con esto.
Me despedí de mi madre subiendo las escaleras y encerrarme en mi cuarto ¿Y ahora que hacia? Me pregunte observando la caja del vestido y mirando mi figura en el espejo, ni con esto lograre hacerme más bonita, suspire y camine hacia el baño para tomar una ducha, ya me hacía falta una aun que me haya bañado en la mañana. Cuando salí perfumada y con el cabello seco, camine de nuevo hacia mi cuarto donde había dejado el vestido, me lo probé con un poco de esfuerzo y al observarme en el espejo necesite mucha fuerza de voluntad para no correr a taparme y por más que bajaba la parte de abajo del vestido, no lograba hacerlo más largo, suspire rendida y camine hacia mi tocador para peinarme, por suerte aun tenia los tratamientos para cabello y las pinzas para peinar, tome las tenazas doradas para hacer risos y comencé con un mechón de cabello enroscándolo para que el calor lo hiciera quebrado. Cuando por fin termine de hacerlo, me había quedado tan bien que me sentí orgullosa de mi, mi cabello estaba suelto y caía por mi espalda como cascada, me había puesto una diadema plateada que me había regalado Rosalie y que hacia juego con el cinturón del vestido, me puse unos tacones no muy altos que me había visto obligada a comprar por Alice y me había colocado solo rímel y un poco de delineador en el línea de la pestaña, llevaba un poco de brillo en los labios y listo.
A los pocos segundo tocaron la puerta y baje con mucho cuidado abrirla, del otro lado estaba Edward con una camisa negra acompañado de un pantalón de mezclilla oscuros que combinaban tan bien con todo. Me observo de arriba hacia abajo y chiflo provocado que me pusiera roja. Después me sonrió y me beso la frente.
-Te vez hermosa.
-Gracias-volvió a mirarme y estuve a punto de golpearlo sino es porque su forma de mirarme me parecía hermosa-¿Nos vamos?-asintió con la cabeza y me guio hasta el carro.
No se porque me sentía nerviosa, las manos me sudaban y mi cuerpo temblaba, miraba repetidas veces hacia la ventana pensando que el camino se había hecho más largo o que Edward estaba conduciendo más lento para que me pusiera más nerviosa. Pusimos música para calmar el ambiente de aburrido a divertido pero ni así logre mantenerme al marguen. Cuando entramos en el camino que nos guiaba a la casa de Rosalie, un camino iluminado de puras luces para navidad nos guiaron hacia la casa que igual que el camino estaba súper adornado, Edward y yo miramos por el parabrisas y sonreímos como idiotas, esta vez Alice si se había pasado. En cuanto tocamos el timbre la ama de llaves de Rosalie nos guio hacia el patio trasero y ahí justo en ese momento todos gritaron…
-¡Feliz Cumpleaños, Bella!-Alice había brincado hacia mis brazos y Edward tuvo que sostenerme para que no cayera de espaldas.
-Felicidades...-Jasper y Rosalie me entregaron mi regalo mientras que Emmett me abrazaba.
Todo estaba bien adornado con globos plateados y luces de colores, la música sonaba al compás del DJ y observe a varios de mis compañeros del colegio. Estaban Jessica, Tyler, Mike, Lauren, Tanya, Ángela, Eric, Ben, mas del equipo de animadoras que bailaban con los jugadores más famosos del colegio, James, Laurent, Felix, Alec y también estaba su hermana Jane, todos estaban ahí, los que nunca creí que les agradaba ahora me acompañaban el día de mi fiesta.
-Ahora diviértete Bella-dijo Edward en mi oído provocando cosquilleo en mi estomago.
-Si-lo mire y de nuevo nuestras miradas se encontraron, mis piernas fallaron y estuve a punto de caerme sino es que Edward me sostuvo.
-Wow, con cuidado, todavía no tomas y ya te pusiste mareada-sonrió de oreja a oreja y me sonroje.
Alice y Rosalie vinieron por mí para bailar y por primera vez las mire bien de cerca, Rosalie llevaba un maquillaje demasiado cargado pero aun así se veía hermosa, llevaba un vestido morado corto y tuve que quitar la mirada de encima de ella sino correría por una chaqueta para taparle las piernas, Alice se veía igual de hermosa, con un vestido azul marino y ancho de abajo, parecía que volaría con él. Bailamos, tomamos y seguimos bailando hasta que nos cansamos, después de unas horas, mis pies me mataban y la cabeza comenzaba a darme vueltas, nunca había tomado tanto o bueno si pero no a este límite, James me había invitado a bailar y después de darme una vuelta ya estaba en los brazos de Edward.
-¿Qué se siente tener una fiesta de cumpleaños después de siete años, señorita Swan?-pregunto Edward con una sonrisa picara.
-Se siente muy bien-sonreí y ambos nos carcajeamos.
-Esta preciosa esta noche, señorita Bella.
-Y usted está muy guapo, señor Edward y créame, no soy la única que lo piensa-dije.
-¿A qué te refieres?
-A que Denali no te ha quitado la vista de encima y esta ansiosa porque la invites a bailar-Edward se encogió de brazos y miro en su dirección.
-Es una pena porque yo no quiero bailar con ella, yo estoy ahora muy cómodo aquí contigo y no me importaría estar así toda la noche.
-Eres un amor, Edward Cullen, la chica que se case contigo será una suertuda.
-Solo espero que esa persona sea alguien igual que tu-y esa había sido la única vez que bailamos en toda la noche.
Toda la fiesta se veía bien, Alice se había lucido y todo estaba perfecto, puede que dijera que nunca me gustaban las fiestas pero en esta ocasión haría una excepción. Ya había pasado tiempo desde lo de Steve y creo que hoy en día me sentía mas feliz, mis amigos había ayudado tanto que no tenía como pagarles. Edward tomo mi mano haciendo que perdiera el hilo de mis pensamientos y lo observe, sus ojos verdes brillaban y su sonrisa se extendía por sus labios.
-Ven, acampáname, necesito decirte algo...
Y lo seguí hasta la parte trasera del jardín, nunca me había percatado de que había otro jardín y más pequeño en la casa de Rosalie, ahora veía porque le encantaba estar aquí, era como estar en tu propio mundo, un mundo tranquilo y sin escándalo donde solo existías tú y tu naturaleza, era tranquilizador. Edward toco mi rostro con sus manos y nos miramos, sus mejillas estaban sonrojadas y no puedo decir que las mías no porque sentía caliente mi rostro, nos miramos durante unos segundos antes de que él me abrazara.
-Te quiero tanto Bella-rodee su cuerpo con mis delgados brazos y bese su mejilla.
-Yo también te quiero Edward, eres la mejor persona que conozco y quiero estar a tu lado para siempre-dije y nos separamos.
Volvimos a mirarnos y a quedarnos en silencio mientras tocábamos nuestras manos, todo mi cuerpo se estremecía y no era por el frio, más bien por la energía que emanaban nuestros cuerpos, era como si estuviéramos conectados, se inclino poco a poco hacia mí y tuve que cerrar los ojos porque ya sabía lo que se avecinaba, Edward me besaría y yo lo deseaba con ahincó. Unimos nuestros labios y sentí que me desmayaría que en cualquier momento mi cuerpo no soportaría y me derrumbaría pero al parecer Edward pensó que pasaría porque rodeo mi cintura con su brazo y con la otra acariciaba mi rostro, era perfecto esta ocasión, saco su lengua y acaricio lentamente mi labio inferior pidiendo permiso para hacer el beso más formal y se lo concedí, abrí la boca lentamente y su lengua se introdujo y jugó con la mía cuando se encontraron, ¿Es esto acaso un sueño? Me pregunte repetidas veces mientras Edward acariciaba mi espalda bajado su mano y volviendo a subirla, varias olas de calor y descargas eléctricas me atacaron pero no como si estuviera en la guerra más bien como si estuviera haciendo el amor con él.
Cuando ese pensamiento se vino a mi mente, sentí como la sangre subía hasta mis mejillas e inmediatamente me separe de él. Nos miramos por varios minutos, tratando de que nuestras respiraciones se volvieran regulares, Edward acaricio mi rostro y beso mi nariz, diciendo que me quería, yo quería decirle lo mismo, quería abrazarlo y volverlo a besar pero algo me lo impedía y no sabía que era, me abrazo con gusto y volvimos a entrar en aquella burbuja, nuestra burbuja hasta que alguien la reventó. Al momento que escuche esa voz, mi corazón se detuvo y mi cuerpo no resistió, era su voz, era aquella voz que durante meses pensé que mataría y que me gritaría, Edward se separo de mi y ambos miramos hacia el frente. Ahí parado con las manos en los bolsillos estaba Steve con una sonrisa.
-Hola Bella-dijo y comencé a temblar tomando la mano de Edward.
Todos estos meses, todo este tiempo pensé que nunca me buscaría, pensé que todo había sido un sueño y que ahora estaba siendo real, ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Siempre eran las preguntas después de despertar cuando cada sueño me atemorizaba y ahora mi pesadilla estaba enfrente de mi. Lo mire y sonrió caminando hacia nosotros, Edward me puso detrás de él y apretó los puños preparado para golpearlo. Pero entonces Steve se detuvo y hablo.
-Calma Cullen, no le hare daño vine en son de paz-alzo los brazos dando a entender que no venia armado y que estaba tranquilo.
-¿Qué estás haciendo aquí?-pregunto Edward ya que yo no podía hablar.
-Vine a hablar con Bella, quiero disculparme-Edward comenzó a carcajearse y observe la expresión de Steve por encima del hombro de mi amigo.
-Estás loco si piensas que te dejare acercártele-La voz de Edward era fría amenazante-Ahora vete antes de que te agarre a golpes y te saque el estomago.
-Cullen ya dije que no vengo a dañarla, ¿Me crees tan estúpido para lastimarla enfrente de tantas personas y más enfrente de ti? Estas estúpido Cullen.
-¡Basta!-grite y me puse delante de Edward para calmarlo, inmediatamente se enderezo y mira a Steve con asco con odio-Vete de aquí-dije y tome a Edward de la mano y camine hacia la entrada pero la mano de Steve nos detuvo y Edward tomo impulso y le propino un puñetazo.
En ese momento todo paso tan rápido, Edward golpeaba a Steve en el estomago mientras este trataba de defenderse pero sin lograrlo, comencé a gritar que se detuvieran y las lagrimas salieron cuando Steve golpeo a Edward, pero aun así no se detuvieron en lugar de eso siguieron golpeándose con más fuerza. Alice me abrazaba cuando Emmett y Jasper los habían separado y Edward pataleaba como niño chiquito para que lo dejaran, Steve solo se limpiaba la sangre de la boca.
-¡¿Están locos o qué?!-grito Rosalie enojada y miro a Edward-¡Es la fiesta de Bella, ¿no pensaste en eso?-Se había colocado en medio de ambos y tenia los brazos extendidos.
-Ese imbécil vino aquí y me provoco-se defendió Edward.
-Eso es mentira Cullen, yo no te he tocado y mucho menos te la vine a cantar.
-¡Basta!-volví a gritar y camine hacia Edward tocando su rostro para calmarlo, al mirarme su mirada se suavizo y me abrazo poniéndome a un lado de él cuando Emmett lo soltó.
-Lárgate de aquí, Steve-era la primera vez que había escuchado hablar a Jasper.
-No-Al parecer Steve no quería volver a ver la luz de la noche-Quiero hablar con Bella.
-Ni muerto-dijo Edward-Si tú te acercas a ella te juro que te mato.
-Ya Edward-dije y varios pares de ojos me miraron, contando las miradas de los invitados que observaban todo desde el interior-Iré hablar con él, no te preocupes, se que estarás atento por si trata de hacerme algo.
-No Bella, por favor-suplico Edward y le sonreí-Bella, Bella…
Pero yo ya caminaba hacia donde estaba Steve.
Nos habían dejado solos pero observándonos desde el otro lado del jardín, Alice, Rosalie, Jasper, Emmett y Edward estaban atentos hacia algún movimiento que hiciera Steve para lastimarme. Nos habíamos sentado en una banquita que había en el jardín y el aire soplo tan fuerte que mi piel se puso como de gallina al momento que los dientes me castañearon. Steve se saco la chamarra de cuero que traía y me la puso encima pero como debió de imaginarse no la acepte y se la entregue, no quería que nada de él estuviera en mi o que me tocara.
-¿Qué es lo que quieres?-pregunte con voz seria y gruesa.
-Que sería estas Bella-rio y volvió a ponerse tenso-Sabes te recordaba mas sonriente más linda aun que-me miro de arriba hacia abajo-De que estas linda estas linda, Bella.
-Basta de tonterías Steve, tengo cosas que hacer así que dime que es lo que quieres.
-Quería pedirte perdón por cómo te había tratado en el tiempo que estuvimos juntos-dijo y bufe.
-Estás perdonado ahora si me disculpas-trate de levantarme pero volvió a sentarme.
-Espera aun no termino-suspiro-Todo este tiempo me he estado pensando en cómo te había tratado y en lo estúpido que había sido-me miro a los ojos-Te extraño Bella, extraño que me beses que me toques.
Sus palabras me tomaron desprevenida y es que mierda, eso no lo esperaba yo solo esperaba que… bueno no me esperaba nada. Diablos estaba en un aprieto. Suspire y lo volví a mirar.
-Steve no pienso regresar contigo si es que eso esperar, me gusta alguien más y ese alguien quiere estar conmigo.
-Ah bueno eso cambia todo-sonrió-entonces creo que no hay nada que hacer, Cullen es una gran persona así que espero que pronto te unas a él-se levanto.
-¿Qué? ¿Cómo sabes que se trata de Edward?-pregunte, ¿Tan obvia era?-Él comenzó a reír.
-Bueno es que se te ve a leguas Bella, Edward también se muere por ti y como hace un rato los cache, Emm creo que si se gustan. Cullen nunca me ha caído muy bien pero bueno que se puede hacer.
Nos reímos juntos y comenzamos un nuevo tema, estar así con Steve hacia que olvidara todo lo que había pasado entre nosotros, todo iba bien, todo hasta que me di cuenta del tiempo que llevábamos juntos, me levante y le dije adiós, pero en ese momento se acerco a mí y juntos nuestros labios borrando toda huella de Edward, su miel, su sabor todo aquello, bruscamente introdujo su lengua y lo separe de mi en un empujón.
-Lo siento Bella, pero quería hacerlo-Me limpie la boca con una mano y lo mire con furia.
-Déjame en paz, no te vuelvas acercar a mí.
Y camine hacia la casa, inmediatamente Alice y Rosalie caminaron hacia mí y me observaron enojadas, vale sabia que platicar con Steve era malo pero no era para que trataran de matarme con la mirada, les sonreí y Rosalie dio la vuelta y se alejo para dejarnos a Alice y a mi solas.
-¿Qué le sucede?-pregunte buscando con la mirada a Edward, tenía que decirle la verdad, tenía que contarle que lo amaba pero ahora no lo encontraba.
-¿Y todavía lo preguntas?-Alice se veía bien enojada.
-¿Qué hice?
-Bella por favor, acabas de besarte con Edward-eso me sorprendió ¿Quién más nos había visto?-Y después te besas con Steve ¿A que estás jugando?
-¿Qué? No espera, yo no me bese con Steve, Steve me beso y yo no pude hacer nada.
-Entonces dile eso a Edward que se ha ido enojado y con sus sentimientos hasta el suelo, así que te propongo que muevas tus pies y vayas hasta su casa antes de que todo esto empeore.
He hice lo que Alice me dijo, salí corriendo sin tacones de aquella fiesta, al salir y llegar hacia la entrada me encontré con Jacob que sonreía y traía un regalo, no tuvo tiempo de decirme algo porque le pedí que me llevara a casa, todo el camino me mordía las uñas por los nervios y le conté a Jacob todo lo que había pasado hasta el punto en que me bese con Edward y que estaba enamorado de él. Jacob dijo que ya lo esperaba pero aun así no dijo nada más. No espere a que Jacob parara el carro por completo ya que al salir, corrí hacia la casa de Edward y toque el timbre con desesperación.
-Hola Bella-El doctor Cullen había abierto la puerta y me sonreía.
-¿Esta Edward?-pregunte.
-Si está en su habitación, pasa.
Y corrí escaleras arriba sin pensarla dos veces, al llegar a la puerta de su cuarto, me arregle el cabello y toque la puerta, dos toques y Edward dijo “Pase”. Ahí estaba recostado sobre la cama en bóxers y mirando hacia el techo, me miro y nuestras miradas se encontraron haciendo que él se sorprendiera.
-Hola-comencé- Alice me dijo que te habías ido a casa y aquí estoy.
-Bella no es el momento, por favor vete.
Sus palabras me dañaron como si miles de cuchillos me golpearan el cuerpo.
-Edward por favor…
-No Bella, por favor ya no digas nada está bien comprendo-dijo-Lamento haberte besado y ahora bueno ya puedes olvidarte de eso.
-¿Qué? ¿Por qué?-estaba sorprendida.
-Bella me iré dentro de dos días-ahí se me cayó el alma a los pies-Me iré a Italia a estudiar, mi tío Aro me consiguió una beca y estaré con él.
-No te vayas Edward, por favor.
-Lo siento tanto Bella pero así son las cosas ahora si no te importa quiero descansar.
-Sabes, hace un rato creí que te gustaba que te quería pero ahora veo que no soy nada para ti, solo me vez como una amiga, como una hermana pequeña que tienes que cuidar para que nada malo le pase y ¿Sabes qué? ¡Ya me canse de ser una niña pequeña para ti, Edward Cullen!
-Bella…
-No Edward está bien, ¿quieres irte? Está bien, cuídate y que te vaya muy bien y espero que nunca te olvides que de verdad te quiero.
Y salí de aquella casa donde siempre me sentí muy bien, ahora me sentía rechazada y con unas ganas de llorar y vomitar, camine descalza hasta mi casa y al entrar me derrumbe en el suelo llorando.
|