Pov Gianna.
- Svegliati mia dolce principessa (Despierta mi dulce princesa)
De la nada nació el viento; el cual me trajo estas palabras. Esas palabras estaban llenas de amor, de felicidad, pero a la vez por muy extraño que parezca estaban llenas de odio y de rabia. Quería encontrar al portador de esas palabras; quería saber el por que de su felicidad y a su vez el de su agonía.
De manera inminente me levanté; ya que las palabras golpeaban mis oídos a cada instante.
Una niebla densa cubría la oscuridad en la cual me encontraba; hacia frío y a la vez calor. Intente mirar al horizonte, pero la densa niebla no dejaba ver más allá de ella.
- Vieni presto (Ven pronto)
Y el viento seguía trayéndome sus palabras, y cada vez que el viento me entregaba sus palabras sudores fríos recorrían todo mi cuerpo. Estaba asustada, insegura, llena de desesperación por esa voz. Todo rastro de felicidad y amor se habían esfumado, solo quedaba el dolor, ¿por que? Algo dentro de mi nacía, algo nuevo, algo realmente devastador; algo precioso. ¿Tal vez amor hacía esa persona? Yo el único amor que conocía era el de Demetri, y este amor que sentía era prácticamente igual; salvo por unos detalles que no podía identificar, pero...¿y si era el? ¿y si era Demetri el que estaba sufriendo? Y ante esas preguntas que no encontraban respuesta sentí como mi corazón latía con más fuerza, era como si el, solo el sabía que había más allá de la niebla.
Tenía que ser el, tenía que ser Demetri el que estaba sufriendo, ¿no? ya que no había nadie más en mi corazón, el era el único, el...
Y mi pensamiento cesó por completo al ver lo que tenía delante de mi.
Corrí todo lo que pude hasta el cuerpo inerte que estaba situado en el suelo.
Este no era Demetri; sus facciones no eran las mismas; su cuerpo era distinto, su...
Y finalmente sentí como las sombras me atrapaban y me sacaban de la irrealidad para llevarme a la realidad; dejándome intrigada por el ser que estaba en el suelo, el cual no había podido identificar.
El mismo grito de todas las mañanas; el mismo grito aterrador y ahogado de siempre...el cual me despertó
Podía ver como mi pecho subía y bajaba locamente, estaba desenfrenado, descrontrolado... pequeñas gotitas frías recorrían mi columna vertebral provocando millones de sensaciones dolorosas, escalofriantes.
El sueño, el sueño y el sueño... eso era lo único que ocupaba mi cabeza. ¿Por que me tenía que pasar esto a mi?¿por que mis sueños me atormentaban de esta manera? ¿por que... e inmediatamente deje toda pregunta y lo único que pude hacer fue llorar.
Unas manos frías me tocaron mi delicado cuerpo con ternura, estas manos me atraían hacia su persona.
- ShSh tranquila mi cielo, estoy aquí, no pasa nada.
- Renata... haz que pare este dolor - dije entre sollozos
- No digas nada; solo cierra los ojos y vuélvete a dormir.
- No puedo Renata, no quiero dormirme, no quiero volver a ver eso; no...
- ¿Ver que cariño? - me preguntó esta mientras acariciaba mis cabellos
- Las sombras, la oscuridad... - empecé a contarle mientras me acurrucaba más contra su cuerpo
Nos quedamos calladas durante unos momentos, el dolor persistía en mi... y yo conocía el remedio para evitar ese dolor.
- ¿Donde esta Alec? - dije a duras penas
- Llamale y aquí estará. El no quiso entrometerse, ya que era posible que te pudieses tranquilizar conmigo y...
- Ya me ocupó yo Renata
Y su hermosa voz hizo aparición en la habitación. Una oleada de tranquilidad me invadió por completo, aunque el dolor seguía presente, necesitaba tenerle más cerca...
- Luego vuelvo cielo - dijo Renata mientras depositaba un dulce beso en mi frente.
No logré contestarla ya que sus brazos desaparecieron y otros los remplazaron. Alec me acunó entre sus brazos. Este me abrazó fuerte, pero a la vez con suavidad, entre el y yo no necesitábamos palabras, todo estaba dicho con una sola mirada.
- Duérmete mi princesa - dijo este con dulzura mientras me daba un tierno beso en el cuello
Y con esas últimas palabras me alejé completamente del dolor.
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