(Recomendación musical: "Amor del Bueno" - Reyli Barba)
¿Por qué ese tema? Escúchenlo y verán parte de la historia allí =)
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Ed.-
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Embarazo y Viaje.
Eran esas dos palabras que parecían flotar alrededor de mi cabeza. Me levanté como un zombie y me acerqué a ella. Bella solo estaba allí sin saber que hacer, y yo me carcomía por dentro con tantos sentimientos aflorar… ¿Cómo podía ser que mi cuerpo estuviera tan dividido? Sentía anhelo, tristeza, alegría y rabia. No con ella, sino con el maldito destino que parecía querer ponernos constantemente en una maldita ruleta… Tomé su mano y la atraje a mi cuerpo, no sabía que decir y como expresar lo que pasaba por mi cabeza en estos momentos.
¡Un hijo! Era por lo que quería gritar de felicidad. Por lo que dividiría en un antes y un después nuestras vidas. Mi historia y la suya juntos y por separado… Pero esa enorme dicha se eclipsaba nuevamente como un inoportuno giro del destino en un abrir y cerrar de ojos… Sentí a Bella temblar y me obligué a reaccionar como el adulto que era.
- No estés asustada.- musité contra su cabello, dejando castos besos.- En todo momento y en toda decisión voy a estar contigo
- Yo… no sé si estoy… embarazada.- balbuceó con su voz en un hilo. Tomé su rostro y lo puse a la altura del mío
- Lo siento. Debí haber pensado más con la cabeza y no con otro lugar de mi cuerpo.- intenté bromear, apuntando con mi barbilla hacia abajo
- Yo también tengo culpa…- negué inmediatamente. Yo era el adulto en esto
- No importa de quien sea la culpa. Lo que importa ahora es saber con certeza si lo estás o no.- asintió y antes que se alejara acerqué mis labios a los suyos en un solo roce
Me vestí sin tener conciencia de mis actos… Muchas veces me visualicé en un momento como este, y con solo imágenes construidas en mi cabeza me veía casi al borde de la locura con la dicha de saber que sería padre. Pero aquí y ahora no sabía como actuar, no cuando sentía mi vida pender de un hilo entre el vacío y la gloria… Porque un hijo era mi gloria, pero su partida de mi lado era el vacío total.
- ¿Dónde vamos?.- preguntó luego de un interminable silencio mientras nos dirigíamos por las calles de Chicago.
- Debemos salir de dudas.- la miré y sonreí. Tomé su mano y la puse en mi regazo
- Edward…- apreté su mano en forma inconciente. Sabía que venía.- Respecto a lo del viaje…
- Iremos paso a paso amor. Lo primero es saber si hay algo creciendo en ti que es parte de nosotros.- con mi pulgar acaricié su dorso.- Luego veremos todo lo demás
Esa no era toda la verdad. Había que saber si estábamos a la espera de un nuevo integrante, pero lo cierto era que no sentía la fortaleza de lidiar con su supuesta partida en estos momentos, y quizás nunca… No quería hablar de ello, porque sentía que si lo hablaba se haría realidad y el miedo de volver a la soledad, no era un buen amigo en estos momentos…
Estacioné en el lugar que pude encontrar. Por el retrovisor tuve una vista perfecta del automóvil de mi padre. Respiré varias veces por la boca, esto no sería fácil, pero lamentablemente era al único que podía recurrir en estos momentos… Bella captó mi atención y giró su cabeza para percatarse de lo mismo que yo. Su cuerpo se tensó al instante y yo hice lo primero que vino a mi cabeza, besarla con todo lo que podía traspasarle en ello.
- ¿No podemos ir a otro lado?.- pidió cuando nos separamos. Sonreí al observar su rostro temeroso
- Estaremos bien. O al menos tú lo estarás.- añadí divertido. Mi padre me castraría
- Por eso, podríamos ir a otro Hospital.- besé su mano
- Ya estamos aquí.- bajé y me apresuré a su lado
Caminamos tomados de la mano por todo el trayecto hasta llegar a la consulta de mi padre. La secretaria nos informó que se encontraba con un paciente y deberíamos esperar un momento… Mientras estábamos sentados allí, tuvimos tiempo suficiente para observar todo lo que ocurría a nuestro alrededor y nos vimos envueltos en diversos cuadros de recién nacidos y niños transitando…
- ¿Edward?.- sentí como si me lanzaran una cubeta de hielos sobre mi cabeza al oír la voz de mi padre
- Hola.- me levanté y arrastré prácticamente a Bella conmigo
- Hola.- miró detenidamente a cada uno, pero su atención la captó el nerviosismo de Bella.- Pasen.- indicó con su mano
Dejé que ella tomara asiento y yo me ubiqué a su espalda con mis manos en sus hombros intentando relajarla y relajarme en el mismo acto. Mi padre ordenó algunos papeles que descansaban en su escritorio, pero sentía y veía como sus ojos se enfocaban cada ciertos segundos en nosotros. No había que ser adivino, para saber que él algo intuía.
- Bueno ¿A qué debo su visita?.- entrelazó sus manos bajo su barbilla
- Necesitamos que des una orden para que Bella pueda realizarse algunos exámenes.- fui directo
- ¿Qué tipo de exámenes?.- sus ojos eran acechadores. Bella se removió bajo mi toque
- Embarazo.- solté sin perder un minuto más. La cara de mi padre pasó por todos los colores posibles
- Embarazo.- repitió con voz monocorde.- ¿Cómo pasó aquello?.- cuestionó y quise rodar mis ojos
- Papá…- comencé, pero el me cortó
- No me refiero a la acción en sí Edward.- fue tosco.- A lo que quiero llegar, es como pasó eso siendo que tu eres un hombre de 25 años que sabe a la perfección lo que conlleva una relación sexual sin protección
- No es solo su culpa.- habló ella por primera vez
- Totalmente de acuerdo contigo Bella.- determinó mi padre.- Pero no tengo la autoridad de regañarte como a él
- ¿Nos ayudarás?.- apremié. Escucharía su sermón cuando tuviera certeza de todo
- Por supuesto.- gruñó.
Minutos más tarde apareció una enfermera para llevar a Bella a realizar las pruebas pertinentes. Quise ir con ella, pero mi padre tenía otros planes. La besé antes de que saliera y me senté frente a él.
- ¿Cómo pudiste actuar tan irresponsablemente?.- fue si primera crítica
- Lo sé, no pensé.- dije lo más obvio.
- Ella está comenzando a estudiar Edward. Sus padres depositaron su confianza en nosotros, en ti ¿Qué respuesta le darás ahora? ¿Qué no pensaste con la cabeza? Creo que es algo bastante básico tu recriminación personal
- No voy a discutirte nada, tienes toda la razón.- acepté y bajé mi mirada al piso
- ¿Tu rostro se debe a esta noticia inesperada, pero claramente prevista o hay algo más? No quiero oírte decir que no estás preparado Edward, porque eso debiste pensarlo antes de…
- No es eso.- gruñí entre dientes. Me levanté y le di la espalda.- Si Bella está embarazada, seré el hombre más feliz del planeta. Y ten por seguro que la apoyaré en todo para que termine lo que ha empezado
- Entonces…- dejó la frase en el aire. Suspiré y decidí hablar
- Si alguien me pregunta una definición del día de hoy… No sabría como poder combinar la alegría con la tristeza en una misma frase.- exhalé con fuerza
- ¿A qué te refieres hijo?.- su voz bajó unas octavas al verme tan derrotado
- Bella ha recibido una beca para estudiar en el extranjero.- me voltee y lo miré. Mi padre se había quedado sin palabras.- He sabido en menos de 5 minutos que ella puede llevar a mi hijo en su vientre y que puede irse lejos de mí en un minuto
El silencio fue el protagonista de ese momento. Lo único que sentía eran los murmullos provenientes del exterior, pero entre nosotros parecía que ni el aire avanzaba… Apoyé mi espalda y dejé caer mi cabeza hacia atrás con mis ojos clavados en el techo blanco de aquella oficina… Hasta que mi padre volvió a hablar.
- ¿Qué harán?
- Todo depende de lo que arrojen los resultados.- murmuré cerrando los ojos
- Y… ¿Qué pasará si dan negativos?.- su pregunta mandó un escalofrío por mi cuerpo
- Ella tendrá la decisión en sus manos
- ¿Y tú Edward? ¿Qué harás tú?
- Esperarla si ella lo quiere así.
La puerta fue llamada y Bella entró por ella acompañada de la misma enfermera, quien informó que deberíamos esperar un poco tiempo hasta que estuvieran los resultados finales de las pruebas que le habían hecho… Nadie dijo nada, y yo solamente aproveché para estar cerca de ella, sin perder un solo segundo de lo que quizás me privaría mas adelante, su compañía…
…
- Negativo.- fue la palabra que salió de los labios de mi padre.- Bella, creo que sería bueno que aprovecharas el momento para atenderte con una colega mía. Es Ginecóloga y una excelente persona.
- Claro.- murmuró ella y se levantó de su asiento
- Llamaré para que te aparte una cita ahora mismo.- sonrió mi padre por primera vez
- ¿Edward?.- miré a mi Bella que se encontraba un tanto alejada de mí.- ¿Q-que pasa?
- Nada.- mentí y estiré mi mano para que la tomara
- ¿Tu…?.- quiso preguntar, pero se guardó sus palabras
- ¿Si yo quería esto?.- pregunté. Ella asintió, pero mi padre irrumpió
- Mi colega te está esperando Bella. La secretaria te acompañará.-
- Está bien.- respondió ella con un rojo brillante en sus mejillas.- ¿Me esperarás?.- inquirió hacia mí con timidez
- Siempre.- dije firme y claro, intentando expresar mucho más que solo ahora…
- Hijo.- mi padre se levantó de su asiento hasta ponerse frente a mí una vez que Bella salió.- Toma la mejor decisión...
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Pero eso no era fácil. Y no lo fue durante las dos semanas siguientes en que opté por vivir un mundo ideal, sin pensar en que ese viaje existía… Sabía que era infantil mi comportamiento, pero no me sentía con el ánimo de enfrentar la situación…
- ¿Se puede saber por qué haz andado estos últimos días con esa cara de cordero degollado?.- preguntó como siempre sutil mi amigo Emmett
- No me pasa nada y no ando con ninguna cara de nada.- prácticamente gruñí
- ¡Si, claro!.- dijo irónico.- ¿Qué pasó con Bella?.- se sentó frente a mi y comenzó a tamborilear el escritorio
- Nada.- sisee y seguí ordenando mis papeles
- ¿Nada? Entonces estás ciego viejo. Porque Bella le comentó a Rose que andas extraño
- ¿Ella le dijo eso?.- cuestioné interesado esta vez
- Seh.- movió sus cejas de arriba hacia abajo.- ¿Qué le hiciste?
- No he hecho nada…- dejé de hacer cosas para distraerme y afirmé mis codos en el escritorio.- Bella tiene oferta para irse al extranjero a terminar sus estudios
- ¡No! ¡¿Cuándo?.- cuestionó rápidamente
- No lo sé… Ni siquiera sé cuando, no he querido hablar con ella de eso.- me sinceré
- O sea que estás de idiota desaprovechando la oportunidad de estar con ella, sabiendo que puede irse en cualquier momento.- analizó.- ¡Pensé que eras más inteligente que yo!.- me estampó un puñado de lápices en mi cara
- ¡Idiota!.- le espeté cuando logré esquivarlos en último momento con mi mano
- ¿Yo? ¿Seguro?.- siguió hurgando
- ¡Basta!.- grité. Mi humor no estaba en sus mejores niveles
- Ok. No diré más, pero creo que te estás equivocado en tu forma de actuar.- siguió
- No. Solamente estoy sopesando las cosas.- respondí tomando mis cosas y saliendo de allí.
Manejé sin rumbo por varias horas. Ni siquiera me dí cuenta de cuanto tiempo había estado solo sentado en mi auto recorriendo calles, pero llegué a una conclusión en todo ese tiempo… Me estacioné y miré a mi alrededor, donde muchas parejas y familias merodeaban sin conciencia de que alguien sentía que su mundo se venía encima… Y fue ahí donde lo decidí. Ella y yo teníamos derecho a seguir adelante, a formar una familia y una vida plena…
"El amor implica sacrificios" había oído una vez, y aunque me costara, lo haría.
…
Be.-
...
Miré aquella pequeña hoja en mis manos. Me estremecía pensar que algo tan insignificante, podía ser tan decidor. Todos mis datos estaban allí, faltando solo mi firma, solamente poner mi mano sobre ella y así terminar con el tormento que venía viviendo desde hacia unos días… Edward estaba extraño, no menos cariñoso o más molesto. Pero había aprendido a conocerlo y sencillamente sabía que no era el mismo de siempre, aunque intentara ocultarlo.
Tomé mi móvil y marqué el único número que sabría decirme en forma acertada cual sería la mejor decisión a tomar… Yo la tenía totalmente clara, pero necesitaba un pequeño aventón para llevarla a cabo.
- ¿Hola?.- saludó mi madre al otro lado
- Mamá, soy Bella ¿Cómo están?.- me paré de mi lugar y me senté frente a la ventana
- Hola hija. Nosotros muy bien ¿Y tú?
- Bien mamá.- mentí sintiendo el dichoso nudito en mi garganta
- ¿Segura? ¿Por qué entonces te noto algo extraña? ¿Qué pasa cariño?.- escuché de fondo a mi padre consultando en forma efusiva qué pasaba.
- Cuando ingresé a la Universidad me hicieron una pequeña entrevista de cuales eran mis pretensiones del futuro.- comencé a narrar.- Respondí que mi mayor ilusión era especializarme en el extranjero
- Pero eso está muy bien hija. Seguramente serás una extraordinaria Doctora y podrás llevar a cabo todos tus sueños.- opinó mamá siempre positiva
- La Universidad ha hecho un convenio con otro Centro de estudios en España… Hay unas becas para los estudiantes de primer año por primera vez… Yo fui favorecida…- terminé susurrando
- ¿De verdad?.- mi madre sonó emocionada, sin embargo, un dejo de preocupación surcó su pregunta. Supe inmediatamente la razón
- Si estás preocupada porque no tenemos el dinero para costearlo, no lo hagas. La beca cubre todo tipo de gastos.- dije inmediatamente
- Lo siento hija. Estoy feliz es solo que… Tú sabes que lo que más quisiéramos con tu papá es tener el dinero para darte todo lo que te mereces…
- Lo sé mamá. Y no tengo ninguna queja de eso. Ustedes me han dado lo más importante que alguien puede tener, mucho más que el dinero…- mis ojos ya comenzaban a protestar
- Hija…- murmuró emocionada. Sentí un movimiento de fondo y luego la voz de mi padre
- Estamos muy orgullosos de ti mi pequeña.- fue su primer comentario.- Tu madre está emocionada y no pude hablar.- sonrió, pero sabía que él estaba igual
- Papá…- intenté seguir, pero mi voz se quebró
- ¿Qué es lo que te inquieta hija?.- su voz fue tranquila. Lo que me ayudó a recomponerme
- Tengo miedo…- confié mi mayor complicación.- Ustedes y Edward… No quisiera irme tan lejos y dejarlos solos
- Por nosotros no tienes que tener cuidado mi Bella. Tu madre y yo nos cuidamos el uno al otro.- intentó tranquilizarme.- Y Edward… Hija, cuando el amor es verdadero, puede combatir todo aquello que se le interponga
- ¿Incluso la distancia? Nunca he creído en amor de lejos papá.
- Voy a decirte algo hija y espero que esto te sirva para tomar la mejor decisión para ti.- esperé en silencio a que continuara.- Las relaciones comienzan o terminan, no importando la distancia… Puede que estén el uno al lado del otro, pero sientan como si estuviesen a kilómetros de distancia. O puede que estén lejos, y sin embargo, puedan llegar a sentir que se tienen al alcance de la mano
…
Me pasee de un lado a otro por toda la sala. Edward debía llegar hacia horas y ni siquiera había llamado… La conversación con mi padre me había dejado más tranquila y necesitaba conversarlo con él. Se me vino a la mente el suceso de mi no embarazo. Sonreí con nostalgia al recordar esa primera noche… Había despertado durante la madrugada, y la causa había sido al sentir el roce de algo sobre mi vientre…
No me voltee, y seguí dando la espalda a Edward. Ni siquiera hice algún movimiento que me delatara despierta… Lo sentía respirar con normalidad, por lo que intuí que sus caricias eran concientes. Su mano pasaba en forma distraída por mi vientre y poco a poco se hacían más amplias y vigorosas… Su único comentario luego de salir del Hospital había sido "No era el momento, pero algún día mi amor" Yo sabía que muy en el fondo era su deseo, y el mío también… Incluso aunque eso condicionara mis sueños profesionales…
Pero el destino y Dios no habían querido… Y esperaba con el alma, que solo fuera porque en realidad no era el momento, pero algún día lo fuese… El sonido de unas llantas, me indicó que él estaba aquí… Me senté en el sofá y tomé mis cuadernos para hacer parecer el momento normal.
- Hola.- saludó en cuanto entró
- Hola amor.- me levanté y casi corrí a él
- ¿Llegaste hace mucho?.- inquirió luego de besarme como siempre
- Algo.- tomé su mano y lo llevé hacia donde había estado sentada.- Creí que estarías pronto en casa y me vine de inmediato
- Lo siento.- acercó su mano a mi mejilla y la acarició suave.- Tuve que hacer algunas cosas
- Está bien.- respondí. Nos quedamos observando sin decir nada, y sintiendo que había tanto que hablar…
- Necesitamos hablar.- dijo de pronto y mi corazón comenzó su carrera
- Lo sé. Yo…- puso su mano sobre mis labios para acallarme
- Debes tomar esta oportunidad.- pronunció. Intenté protestar, pero siguió.- Te amo y no voy a dejar que tires esto por nada del mundo…
- Pero ni siquiera me haz consultado qué pienso.- me levanté entre molesta y afligida
- Porque sé que eres muy capaz de dejar todo.- quise negarlo, pero no podía.- ¿Ves? Tu silencio me da todas las respuestas que no necesito pronuncies
- Edward…- comencé a pasearme, y él se puso de pie para detener mi deambular
- No Bella. Escúchame bien… Esto no quiere decir que no te ame o que para mí sea fácil. Pero tu futuro está por sobre todo
- ¿Y nosotros?.- mi labio comenzó a temblar y aunque quería, no había nada que detuviera el llanto que se aproximaba
- Bella…- tomó mi cara entre sus manos.- Esto no nos va a separar
- ¡No!.- grité y aparté sus manos de un movimiento brusco.- ¡Si va a separarnos! ¡Porque estaremos a miles de kilómetros y no te veré nunca…!
- No puedes dejar todo por mí.- se acercó, pero retrocedí.- Dime al menos que lo haces por otras razones y voy a intentar entenderte
- No puedo… no puedo mentirte…- hipé.
- Entonces no, tu debes ir y aprovechar lo que se te está presentando. No soy tan egoísta como para retenerte aquí, cuando sé que todo lo que haz soñado está a un solo paso de ser concretado
- ¡Tu no sabes nada de mis sueños!.- volví a gritar. Porque antes que todo, él era el mayor de mis anhelos
- No llevemos las cosas así… Escúchame, piensa en ti, tu futuro y tus padres
- ¿Es tan fácil para ti dejarme ir?.- pregunté con el corazón en la mano
- No…- susurró luego de unos minutos.- Pero nunca podría anteponer mis deseos a los tuyos.- dijo firme
- No quiero mis deseos. Quiero estar contigo y no alejarme al fin del mundo… Yo puedo hacer todo esto mas adelante. Soy joven y tengo tiempo…
- Si necesito hacer algo que nos hiera a los dos, pero que termine de hacerte entender que es lo mejor para ti… Lo voy a hacer…- expresó con dolor en cada una de sus palabras… Y no tuvo que decirlo, para saber a qué se refería
- Terminar lo nuestro…- murmuré con dificultad
- Aunque me duela el alma, voy a hacerlo para que seas lo que siempre haz querido… Sin embargo, no quiero eso y quiero que tomes las cosas bien… Que vayas, cumplas tus metas y vuelvas a mí… Yo estaré esperándote siempre, pero sino…
- E-edward…- dije con la mayor tristeza que quizás nunca había sentido.
Lo miré como no queriendo creer lo que estaba diciendo ¿Acaso a él no le importaba que tuviésemos un mundo de distancia? Mis ojos reaccionaron al mismo instante que fui escuchando cada una de sus palabras, así mismo como mi cuerpo, que comenzaba a reaccionar por el dolor que corría en cada centímetro que iba asimilando su decisión… Mi teléfono sonó en el instante que él comenzaba a acercarse a mí. Lo detuve con un movimiento brusco de mi mano y me alejé a contestar.
- Diga.- mi voz salió ronca y aclaré mi garganta
- ¿Señorita Swan?.- preguntó una mujer del otro lado
- Si, con ella.- respiré varias veces para calmarme
- Estoy llamando desde la Universidad. Necesito tener una respuesta respecto a la determinación que ha tomado estos días en base a la beca de estudios que se le ha ofrecido.- mi corazón latió a ritmo desbocado, era el momento.- ¿La aceptará o rechazará?
- ¿C-como? Pero si yo tengo…- dejé la frase a medias cuando vi a Edward interesado en la conversación
- ¿Se refiere a la ficha?
- Si.- afirmé y me alejé de él
- Bueno, la ficha es sólo una mera formalidad. Pero necesito saber en este mismo instante si usted aceptará ser beneficiada con la oportunidad que le brinda nuestra institución de estudios
Miré a Edward, quien se mantenía a unos pasos de mí como analizando con quien estaba en estos momentos conversando… El quería que siguiera mis sueños, anhelos y deseos… Pero todo ello se refería a una sola palabra, él. Cada persona va teniendo diversas metas a lo largo de la vida. Muchísimo tiempo, mi mayor objetivo era ser alguien importante que se destacara en el área que ejerciera en mi vida futura, y quería serlo… Pero tenía algo claro, y eso era que mi mayor impulso a ello, estaba frente a mí… Y sin él, yo no sería nunca nada… Mucho menos feliz.
Lo amaba con sus defectos y virtudes. Lo amaba por haber sido capaz de romper todo aquello que eclipsaba el hermoso ser que se encontraba encapsulado en esa faceta de superficialidad… Lo amaba, porque me había enseñado a amar sin reparos y con el corazón… Porque él, era y sería siempre mí punto de partida, lo sabía… Y lo comprendía aun más cuando mi padre pronunció su último comentario, antes de terminar la llamada que me llevó a decidir mis pasos…
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"Busca tu felicidad ¿Qué es aquello que más te hace sonreír, brillar y seguir? Mírate hija y busca lo que te pregunto… Podemos pretender muchas cosas en el camino de nuestras vidas, pero hay algo que siempre veremos estable ¿Qué es?... Desde ahí parte todo. Aquello es la base para traspasar todos los obstáculos que se nos interpongan en el camino y poder alcanzar la mayor cima cuando nos lo propongamos… Es ello la base de todo nuestro cerro de satisfacciones…"
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Y ahí estaba, de pie frente a mí con sus palabras tratando de sonar firme y convincente. Pero sus ojos, aquellos hermosas esmeraldas jamás me mentían. Y me decían que si tomaba el camino que debía, perderían la vida como yo enterraría la mía al momento de partir… Y que si tomaba aquel sendero que quería, entonces algún día alcanzaría todo cuanto quisiera, porque mi fuerza externa estaba aquí, a mi lado y conmigo
- ¿Señorita Swan? ¿Sigue allí?.- la voz del otro lado me sacó de mis ensoñaciones
- Si, estoy aquí
- ¿Cuál es su respuesta definitiva?
- No.- levanté mi barbilla y sentí como nunca antes que estaba haciendo lo correcto
- ¿Está totalmente segura? Lo que…
- Segura.- dije tajante
- Muy bien. No le quieto más tiempo…
- Ok. Adiós.- corté deprisa y guardé como una delincuente mi móvil en mi bolsillo
- Bella…- comenzó Edward
- No hay nada más que hablar.- me hice la seria.- Tengo muchas cosas que hacer
- No, necesitamos hablar. Por favor
- Por favor nada. Tu ya lo dijiste, y a buen entendedor, pocas palabras
Pasé por su lado tomando todas mis cosas y salí. Sola me reí cuando estuve fuera y cualquiera podría decir que era una mujer loca por reír, saltar y mover mis brazos con libertad mientras caminaba por la calle… Sabía que Edward se pondría como ogro cuando se enterara de mi decisión, y por eso mismo necesitaba unas horitas de relajamiento. No sería fácil, pero ya estaba hecho y no había vuelta atrás…
…
- ¡Oh, Santa Mierda!.- apenas pudo pronunciar Chris al contarle lo sucedido
- ¿Estás realmente loca o realmente aturdida con el amor que le tienes? ¡Estamos hablando de España!.- gritó Jane
- No vengo a buscar regaños.- aclaré decidida.- Solo vengo a informarles que viajarán sin mi y que juntaré dinero para ir a visitarlos cuando tengamos vacaciones.- iluminé mi cara con una radiante sonrisa
- Jesús… Yo siempre supe que podrían haberte pasado a llevar algún órgano con las operaciones, pero no creí que sería una masacre con tus neuronas.- hablaba sin poder creer aun mi amigo. Me reí de buena gana
- Idiota.- lo empujé juguetona. Me miró con cara aterrada
- ¡Te ríes!.- acusó con pánico
- Dejen de ser tan idiotas.- Jane bufó.- Está bien, quizás la idiota soy yo ¡Pero soy una idota feliz!.- chillé y salté sobre ellos
- Bella, creí que compartiríamos cuarto.- mi amiga extendió un puchero
- Me ofrezco para hacerte compañía.- dijo inmediatamente Chris y puso la palma de su mano hacia ella
- Ni en tus mejores sueños.- masculló mi amiga para lanzarle un cojín
- Tu te lo pierdes.- mi amigo encogió sus hombros y se volteó
- Ya dejen de pelear. Estarán al otro lado del mundo los dos solos. Dan no cuenta estando con su novia, así que creo que deberían comenzar a soportarse más
- Ella me ama.- aseguró él muy pagado de sí mismo
- ¡¿Qué?.- gritó Jane. Rodé los ojos, eran tan niños a veces
- Ok, los dos se aman. Pero son más idiotas que yo y no lo reconocen.- zanjé
Ambos se quedaron observando largos minutos para luego otorgarse un desprecio y mirar hacia el otro costado… Sin embargo, una pequeña sonrisa asomó en los labios de cada uno. Estaba segura que en poco tiempo, escucharía la magnífica noticia que por fin habían dejado de ser unos tontos y reconocerían lo que sentían… Eran tal para cual. Dos niños en cuerpos de adultos…
Regresé a casa cuando caía la noche. Estaba totalmente en silencio y me pregunté si era la común calma que se extendía antes que la tormenta azotara. Sacudí mi cuerpo como si fuera un canino escurriendo el agua de su cuerpo y subí las escaleras… En cuanto abrí la puerta de lo que era nuestra habitación, una tierna sonrisa fue lo que pude esbozar al ver la imagen frente a mí… Edward estaba dormido con el móvil en la mano y del lado que siempre ocupaba yo en esa enorme cama…
Miré mi móvil en ese entonces, el cual había silenciado y había escondido en el último recóndito lugar de mis vaqueros… Y allí estaban, decenas de llamadas hechas por él… Me acerqué con cuidado de no despertarlo y me quedé como hipnotizada viendo uno de los mejores regalos que Dios había podido enviar a mi vida. Se veía tranquilo, mientras su pecho subía y bajaba a un ritmo normal… Sus facciones estaban relajadas y sus labios entreabiertos me llamaban a perder mi cordura en ellos, como siempre lo hacía.
Pasé la yema de mis dedos con suavidad por su fuerte y varonil mandíbula, seguí el camino hacia sus mejillas y luego me desvié a esa nariz que lograba arrancarme carcajadas imparables cada vez que la rozaba en mi cuello… Sus pobladas cejas enmarcaban esos ojos verdes que aun cerrados, tenían el efecto de dejarme cautiva frente a el… Terminé mi exploración en su cabello, disparado en todas direcciones y que se sentía como pluma al tacto de mis dedos…
Retiré mi mano cuando comenzó a moverse… Sabía que tenía una sonrisa tonta en mi cara, más no me importó. También sabía que debía estar preparada para lo que sería una guerra mundial cuando supiera mi decisión, pero tampoco pudo conmigo…
- ¿Bella?...- preguntó intentando enfocar sus ojos en la oscuridad.
- Hola.- susurré y me acerqué para depositar un pequeño beso en sus labios cálidos
- Te estuve llamando ¿Dónde estuviste? Me tenías preocupado.- habló apresurado
- Estuve con Jane y Christian.- dije tranquilamente
- ¿Y por qué no respondías mis llamadas?.- se sentó en la cama y pude ver con la poca luminosidad que su rostro estaba algo molesto
- Necesitaba pensar.- encogí mis hombros y como si fuese un gato me acurruqué en su regazo
- ¿Y qué haz pensado?.- sus brazos se cerraron en torno a mí. Y su voz fue cautelosa
- Que te amo.- estiré mi cuello y besé su mandíbula. Lo sentí sonreír
- Igual que yo amor.- se quedó en silencio unos minutos y prosiguió.- Entonces debo entender que… pensaste mejor las cosas y harás lo que debes
- Por supuesto.- mordí mi labio. Ahora venía el golpe certero.- Rechacé la beca.- solté de los más tranquila, pero cerrando mis ojos por inercia
Su brazo había estado acariciando de forma inconciente mi espalda, pero en el mismo instante en que las palabras habían abandonado mis labios, su mano había quedado estática… Me tomó por los hombros y me hizo voltear a verlo… Aun con los ojos cerrados me podía imaginar su entrecejo fruncido y su boca en una sola línea recta… Y a pesar de eso, tenía que aguantar la risa que anhelaba brotar de mí… Eso sí sería una mala idea.
- Repite lo que dijiste.- pronunció cada palabra entre dientes
- Mi respuesta fue no. Me quedo contigo.- me esforcé por sonar entera
- No.- tajó.- ¡No!.- volvió a repetir con mas vehemencia
- Es exactamente lo que yo respondí.- quise sonar bromista
- Abre los ojos.- siseó. Lo hice primero con uno, y cuando noté su rostro totalmente crispado abrí el otro.
- Antes que comiences a decir el torbellino de regaños que seguramente estás preparando…- fui directa.- No servirá de nada que te molestes conmigo, contigo o con el diablo.- sonreí inocentemente.- Ya lo hice.- dije simple
Con mucho cuidado me quitó de sus piernas y me dejó sentada sobre la cama. Se levantó con su cuerpo tenso y se paró de frente a la ventana sin decir nada… Muy lentamente me puse de pié y me ubiqué detrás de él… Toqué primero con un solo dedo su brazo, luego otro y otro, hasta que con mi mano completa seguí llamándolo como niña chica para que se volteara.
- No debiste hacerlo.- murmuró.- Era algo que podíamos haberlo conversado bien, y haber buscado una solución juntos
- No había solución posible, a no ser que hubiese alguna en que tú estuvieras todos los días a mi lado
- Bella…- se giró hasta quedar frente a mí. Dio un prolongado suspiro y quedó en silencio
- ¿Acaso tu no quieres estar conmigo cada día? Porque de ser así, tomo mis cosas y me voy.- amenacé, sabiendo que ni siquiera era capaz de poner un pié fuera de allí, antes de comenzarlo a extrañar.
- ¿Qué va a pasar con tu padres? ¿Con tu carrera? ¿Tu futuro? No quiero que el día de mañana pase algo similar y tomes esta opción nuevamente. Entiende que debes pensar en ti, antes que en mí
- Mis papas lo saben y apoyan mi decisión. Mi carrera seguirá como hasta ahora y ya tendré el tiempo de perfeccionarme. Mi futuro es junto a ti y cuando vuelva a pasar otra vez, deberás ser tu quien sacrifique algo por mí
- Estás loca.- soltó. Fruncí el ceño y un atisbo de sonrisa apareció en su hermoso rostro
- Puede ser. Todos los cargos recaen sobre ti.- contesté con seriedad.- Edward, no sacarás nada con seguir molesto, porque ya no hay nada que hacer.- encogí mi hombros
- ¿Por qué eres tan cabezota?.- esta vez no disimuló su sonrisa
- Me amas así.- soné inocente.- Y yo te amo a ti culpable y todo
- ¿Culpable de qué otros cargos?.- preguntó fingiendo indignación
- De hacerme adicta a ti.- sentencié con solemnidad
- Tu también eres culpable.- tomó mi cintura y me acercó a él
- ¿Si? ¿Y de qué?.- rodee su cuello con mis brazos
- De hacerme egoísta y patán por estar feliz de no tener que dejarte ir.- sonreímos a la par.- De enseñarme a amar sobre todas las cosas.- me besó.- Y de ser mi salvadora
- ¿Para siempre?.- cuestioné de puntillas para estar a su altura
- Para la eternidad y más allá.- me besó como la primera vez…
…
- Mami.- lloriqueó Amy.- ¿Cuándo mamos a llegal?
- Pronto princesa.- contestó Alice nuevamente
Volví a bufar. Estaba igual o más aburrida que la pobre Amy, que iba sentada en su sillita en el asiento trasero del auto. A su lado, la pequeña Montse sólo reía observando hacia la ventana. La envidiaba, ojala yo tuviese su misma paciencia y estado de ánimo… Nos dirigíamos rumbo al aeropuerto a despedir a mis amigos, algo totalmente innecesario, teniendo en cuenta que las últimas semanas habíamos tenido más despedidas que en todo un año.
Me habían hecho prometer que en cuanto tuviera un tiempo prudente lo primero que haría sería tomar un avión a España para visitarlos. Me habían hecho hacer todas las diligencias habidas y por haber para sacar todos mis papeles, la idea era que no tuviese excusa cuando en unos meses más la Universidad me diese un respiro para viajar… Innecesario, pero teniendo a la insistente Jane, al terco y chantajista de Chris y a la ayuda de Edward, poniendo su hermosa cara con un adorable puchero; no pude decir que no.
- Bien, hemos llegado.- canturreó Alice. Parecía demasiado feliz para solamente venir a despedir unas personas que había visto con mucho esfuerzo, un par de veces
- Al fin.- bufé con más fuerza. Ella solo rió
- ¡Un amión!.- gritó emocionada Amy. La pequeña era una traidora
- ¿Ves? Estamos todos felices con el paseo y tu eres la única amargada cuñadita.- sonrió
- ¡Que felicidad!.- dije sarcástica
Entramos intentando buscar a mis amigos. Sin embargo, fue otra cosa lo que llamo mi atención y me hizo quedar de piedra en el lugar que estaba, y no reaccionar a los intentos de la pequeña Amy para que moviera mis pies… Frente a mí estaba Edward, sonriente y repleto de maletas a su lado.
- ¡Panino!.- gritó la pequeña y corrió a los brazos de Edward, que la esperaba
- Hola corazón ¿Cómo estás?.- comencé a acercarme lentamente
- Bien.- contestó la pequeña.- ¿Donde más?.- quise aplaudirla, yo también estaba curiosa
- ¿Dónde voy?.- repitió la pregunta él y ella asintió. Edward me miró y sonrió más ampliamente.- A España pequeña
¿España? ¡España! ¿Qué estaba diciendo? ¿Y qué clase de broma era ésta? De pronto caí en cuenta de algo. Las maletas que estaban a su lado, no eran solamente de su propiedad, sino que se encontraban las mías junto a ellas… Y entonces todo comenzó a pasar por mi cabeza como una película. La visita a mis padres días antes y los excesivos besos y abrazos de ellos al despedirme. La agotadora rutina de trabajo que había tenido Edward en estos días y la cena de la noche anterior… Habían estado todos allí, incluso Jacob Jr. Emmett hablando y siendo cortado por todos, cuando se proponía decir algo y no podía…
- A menos que tu tía Bella no desee que vaya con ella.- exclamó Edward, sacando mi cabeza del cúmulo de imágenes
- Yo quelo il con tú.- dijo decidida su ahijada
- Claro que no señorita. Usted se viene conmigo ahora y vamos a despedir a los tíos.- aclaró Alice que se paró con su pequeño porte frente a mí y se tiró en mis brazos.- Cuida de mi hermano. Te quiero mucho Bella y espero que todo vaya muy bien
- Yo… No sé que decir.- susurré para ella
- No digas nada. Tan solo prométeme que van a cuidarse ambos y que van a aumentar ese enorme amor todos los días.- asentí sin poder hablar
- C-claro.- respondí al cabo de unos segundos
Se despidió de Edward junto a la pequeña Amy y la hermosa Montse que admiraba todavía a todos lados y le sonreía a todo el mundo que pasaba por su lado… Comenzó a alejarse con su dos retoños y tan sólo ahí fijé mi vista en él… Me observaba con su perfecta ceja alzada, sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón y esa sonrisa socarrona que tanto amaba…
- ¿Y? ¿Me permitirá la señorita viajar con ella?.- bromeó
- ¿Cómo… como hiciste esto? ¿Qué es todo esto?.- extendí mis manos a mi alrededor
- Hice esto con ayuda de tus padres, los míos y nuestros amigos.- comenzó.- Y esto es el nuevo desafío que llevaremos a cabo juntos
- Juntos…- repetí con un nudo en mi garganta y mis emociones a flor de piel
- Si.- se acercó y tomó mi mano.- No puedo prometerte un mundo perfecto durante el primer tiempo. Pero me comprometo a hacer todo lo que esté en mí para que poco a poco podamos ir avanzando
- Pero… Tu tienes tu trabajo y tu vida acá. Y yo rechacé todo esto.- intentaba asimilar todo
- Hay riesgos que es necesario tomar. Pero hay otros que no los tomaría ni aunque me ofrecieran todo el oro del mundo, y ese es separarme de ti… Buscaré algo allá y comenzaré de cero, y el día que volvamos, mi puesto estará esperándome
- No quiero que hagas esto por mí
- Y yo no quería que tu dejaras tus anhelos por mí, así que estamos a la par.- tocó con su dedo la punta de mi nariz.- Sin embargo, tenías razón. Yo no podría haber resistido un solo día lejos de ti.
- Sé que no debería decir esto, pero… ¡Estoy feliz!.- chillé y me tiré encima suyo. Tomándolo por sorpresa ante mi repentino cambio de actitud, pero honestamente, no podía mentir respecto a la dicha de estos momentos
- ¡Uf! Por un momento creí que debería llegar a desempacar a casa nuevamente.- dijo divertido abrazándome
- Nunca. Tú eres mío y tu lugar es a mi lado, así como el mío al tuyo.- lo besé
- Por primera vez estamos totalmente de acuerdo.- sonrió contra mis labios
- Mi imperfecto amor.- bromee
- Mi perfecta complicidad.- siguió mi juego el…
"Él, quien me hizo comprender que no había nada imposible, y que el amor nace incluso de la peor imperfección… Porque el amor, es capaz de volverlo todo en perfección…"
Fin...?
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Ola chicas q onda les gusto el final? Bello no kreen? jaja sii se q muchas no se emperaban q terminaraaa tan prontoo lo see i no me azezinen jeje soi mui joven para morir jajaja i komo no soi tan mala kizaz... aia mas capis.. kizaz..jejeje byee espero q les aia gustadoo ia sabenn espero lo d siempre COMENTEN, VOTEN y *SI LES GUSTA EL FICK RECOMIENDENLO!.. ia aver uhmm las invito a q se pazen por mis ficks:
- LA SEGUNDA OPORTUNIDAD DE BREE
- MUNDOS DIFERENTES... UN MISMO SENTIMIENTO
Espero q se pazen i me apoyen kon esos ficks jeje espero sus coment i votitos byee las kierooo i hazta la prox.. "KIZAZ".. jajajaja byeeee
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