Pov Gianna.
- Ya llegamos - dijo Renata mientras me posaba en el suelo
Nunca había estado en las habitaciones del castillo; eran realmente hermosas y grandes; por lo menos esta... las paredes estaban recubiertas por un blanco roto que contrastaba con los muebles rojo carmesí. Estos muebles eran antiguos, pero con eso no quería decir que eran anticuados; era al contrario. En medio de la habitación había una cama enorme, el cabecero era de oro, las barras que formaban el cabecero hacían una especie de enredaderas entre si que al final de estas formaban pequeñas flores y esas flores eran ¿diamantes? a los lados de la cama había dos pequeñas mesillas; también sus patas formaban pequeñas enredaderas. A la izquierda había un pequeño baño, ¿para que tendrían uno? me pregunté a mi misma. Después había una pared completa de libros, libros y libros por todas las partes, eso si que me gustaba. Seguí recorriendo con mi mirada la estancia y pude ver un enorme armario y al lado de este un precioso tocador. Me di cuenta de que había una escalera en forma de caracol. Las subí y lo que me encontré si que me maravillo; aparte de que había un espacio personal con sofás y sillones en medio de esta sala había un piano de cola blanco marfil.
Me acerqué a el y con la punta de mis dedos empece a tocarlo con delicadeza; era algo...
- Hermoso, ¿verdad? - dijo Renata acabando mi pensamiento
- Si; de verdad no esperaba algo así
- Me lo imaginaba, ¿tocas el piano?
- Tocaba, me acuerdo que desde muy niña mi madre me enseñó a tocarlo, pero cuando ellos murieron... - dije cabizbaja
- Lo siento cielo - dijo mientras me abrazaba
- Tranquila Renata, no pasa nada. Eso es parte de mi pasado; el cual intento olvidar - dije intentando transmitirle seguridad con una sonrisa
- Bueno mejor hablamos de otra cosa, ¿te apetece darte una ducha?
- Si, estoy cansada
- De acuerdo, ahora mismo voy a prepararte el baño
E inmediatamente se fue para el piso de abajo. Me quede observando el maravilloso piano que tenía ante mis ojos. Quería recordar viejos tiempos; quería volver a sentir esa sensación cuando tocaba, quería sentirme libre, dejarme llevar por las notas y perderme en mi mundo.
Me senté en el pequeño asiento que estaba enfrente del piano y deje llevar mis dedos por las teclas. Y en ese momento me evadí de todo lo que tenía a mi alrededor y me centre en un lugar seguro en el que solo estaba yo. Los dulces sonidos traspasaban más halla de mi ser, haciendo que recordarse a mi antigua yo.
Los segundos, los minutos, tal vez las horas, ¿que más me daba? estaba en mi propio mundo, del cual no quería salir.
Un dulce toqué en mi hombro me sacó de ese mundo. Levanté la vista y me encontré con Renata, esta se acercó a mi y me quitó varías lágrimas que recorrían mi rostro.
- Llevas más de dos horas tocando
- Oh... lo siento, no me di cuenta...
- Tranquila no pasa nada. Cuando subí para decirte que ya estaba el baño listo me di cuenta de que estabas tan concentrada, estabas en tu mundo... y no quise sacarte de el. Pero Aro me pidió que te avisase, ya que son las dos de la mañana
- ¿De verdad? ¿Aro estuvo aquí?
- Si, y Alec.
- Ah - es lo único que pude decir.
- Sera mejor que vayas para la cama y que el baño lo dejes para mañana, ¿no?
- Si yo creo que es lo mejor - dije mientras me levantaba
Bajé las escaleras y me di cuenta de que al pie de la cama tenía un camisón de seda, realmente corto y sexy
- Renata...
- No empecemos Gianna; ponte ese y ya esta
- De acuerdo - dije resignada - siempre consigues lo que quieres
- Ya lo sé - me dijo con una sonrisa
Justamente cuando iba a coger el camisón para poder cambiarme llamaron a la puerta. Renata se puso por unos instantes.
- ¿Quien es? - pregunté mientras me ponía detrás de ella
Esta no me contestó, abrió la puerta y no me esperaba que esa persona estuviese detrás de la puerta.
- ¿Jane? - preguntó Renata con indiferencia - ¿que haces aquí?
- Vengo a hablar con Gianna
- ¿Acaso no sabes que...
- Si lo se Renata; y pedí permiso a Aro. El sabe que no tengo ninguna intención de dañárla. Solo quiero hablar con ella.
Y de pronto esta clavó sus maravillosos ojos en mi. Algo me decía que confiase en ella; que algo dentro de ella quería salir y quería que yo hiciese salir a ese algo. Una nueva Jane
- ¿Que opinas Gianna?
- Dejala entrar; no me hará nada. Además Aro esta conforme con esto...
- De acuerdo, os dejare solas. Cualquier cosa me llamas Gianna - me dedicó una enorme sonrisa y salió disparada.
- Entra - dije mientras la hacia un leve gesto
- Gracias - dijo cerrando la puerta detrás de ella
Me senté en la cama, esperando a que esta me empezase a hablar. Pero antes de eso ella se sentó a mi lado; lo más cerca posible de mi
- ¿Que ocurre Jane?
Por primera vez la vi nerviosa, confusa y desesperada. Ella tenía que contarme algo y la quería ayudar. A decir verdad la tenía miedo; sería una mentira negar lo evidente ; pero en esos momentos todo miedo desapareció al ver su angelical rostro.
- Jane- dije mientras intentaba acercarme a su mano y poder acariciarla, y así lo hice. Esta se sobresaltó ante mi contacto, pero más allá de sus ojos pude ver como mi contacto le gustó
- Lo siento tanto Gianna; lo siento muchísimo de verdad. Yo no quería comportarme así contigo de verdad, pero es que todo esto me supera... - y de pronto se puso a sollozar.
Lo único que pude hacer fue abrazarla lo más fuerte que pude.
- Pero, ¿que ocurre Jane? ¿por que me dices estas cosas?
- Te juzgué mal; te odie sin conocerte. Te tuve celos y siento decírtelo, pero ahora también te tengo celos.
- ¿Por que me vas a tener celos Jane? Soy una simple humana...
- No eres una simple humana. Si fueses una simple humana hace tiempo que te hubiesen desgarrado la garganta - y cuando dijo estas palabras un escalofrío recorrió mi cuerpo, un escalofrío realmente aterrador - desde el momento en el que entraste todo el mundo se fija en ti, todo el mundo te trata como una princesa, te quieren
- Eso es mentira Jane. No todo el mundo me quiere. Aquí solo tengo a Alec, Renata, Aro,Felix, Santiago y para de contar. Con los demás no me llevo y si me llevo simple palabras. Ojala fuese como tu dices.
- Pero tu por lo menos tienes a alguien, yo a nadie.
- ¿Como que no Jane? ¿Y Alec?
- Tampoco le tengo a el; me siento sola y desdichada. ¿Sabes por que doy esa imagen de fría y de sádica? ¿por que me gusta ver sufrir a la gente? es un escudo, un escudo que me pongo yo misma para protegerme...
- No tienes que hacer eso Jane. Y Alec te quiere con locura; eres su hermana de sangre. Y yo contra eso no podría luchar... tienes que ser tu misma, abrirte a la gente y mostrarte como tu eres. Ya se que me tienes celos por lo de Aro y por Alec, pero debo decirte que yo a Aro le veo como un padre y el me ve como una hija; y Alec, en fin es mi otra mitad, pero también es tu otra mitad. Se como te sientes; así me sentía yo hace unos pocos meses antes de venir aquí; me sentía sola, desdichada, sin nadie con quien hablar, pero al fin encontré mi lugar, y es este, en el cual me siento feliz, en el cual encajo. Pero algunas veces siento que aquí no encajo, y eso es normal, porque estoy rodeada de vampiros y no tengo apenas contacto con los de mi misma especie. Pero... ¿que puedo hacer? yo elegí esta vida, tendrá sus pros y sus contras, pero al fin al cabo es mi vida. Y también tengo que decirte una cosa, saca esa Jane que llevas dentro; demuestra a todos lo que vales y no crees falsas apariencias. Se tu misma.
- Gianna de verdad no puedo creer que después de...
- No pasa absolutamente nada Jane; no tienes que disculparte por nada, te entiendo. Yo te ayudaré, y Alec te ayudará a cambiar, hasta Renata... nada es imposible en esta vida
- Ya lo se; pero me siento tan impotente ante Aro... - dijo mientras desviaba la mirada - intento ocultar mis sentimientos hacia el, pero es imposible, no los puedo negar, es como...
- ...si te oprimieran el pecho - y Jane me miró aturdida - tranquila no hace falta que me digas nada, conozco esas sensaciones perfectamente. A mi me pasa lo mismo con Demetri; lo intento, lo intento... pero siempre vuelvo a caer. Pero lo mio es peor, a mi me ignora completamente...
- No lo creo - dijo tajante - pero bueno. Yo siento que Aro intenta acercarse a mi, que... no lo sé, es que todo esto es tan confuso. Es como si algo me impidiese acercarme a el
- Y yo se quien es ese alguien
- Tu y todos... Sulpicia. Es que no entiendo por que Aro no lo ve.
- Hay tantas cosas que no vemos...
- Si - dijo con resignación - bueno es hora de que me vaya. Deberías dormir algo. Gracias por hablar conmigo y por escucharme; me hizo bien...
- Espera Jane - dije mientras me levantaba y la cogía de la mano - ¿por que no te quedas? si te digo la verdad con esta charla se me quitó el sueño - dije mientras me reía - y veras Renata es algo aburrida, y...
- ¿Perdona? - dijo Renata entrando por la puerta
Y las tres nos empezamos a reír armoniosamente.
Desde ese momento supe que las cosas irían mejor para Jane.
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