Pov Gianna.
Salimos del jardín en el cual habíamos estado no sé cuantas horas, las cuales no me importaban ya que había estado con Alec. A su lado el tiempo carecía de significado.
- No te vayas princesa - dijo Alec mientras me agarraba por la cintura.
- Alec... - hice un leve gesto en el cual levantaba mi muñeca para ver la hora y me di cuenta de la hora que era - pero si son las once y media de la noche - dije mientras me tapaba la boca debido al asombro. Había estado todo el día con el y para mi habían parecido segundos.
- Ya lo se, ¿y?.
- ¿Tu lo sabías? - le pregunté mientras me daba la vuelta y me encaraba con el.
- Claro - dijo con una sonrisa.
- ¿Y por que no me has dicho nada? O sea no hago nada en todo el día; seguramente Aro estará molesto, y para colmo hace tres horas acabó mi trabajo; y ahora tendré que volver a casa de noche.
- Lo primero de todo, no te dije nada porque, porque... no lo sé; segundo, si que has hecho algo en todo el día... has estado conmigo, además hoy no tenías nada que hacer; ya te dije que no comíamos hoy; tercero, ¿tu te crees que ahora se va a molestar contigo? ya te lo digo yo; no; cuarto... bueno a eso no sé que decirte y quinto te puedes quedar aquí en el castillo.
- ¿Rodeada de vampiros? - dije enarcando una ceja
- ¿Ahora me vienes con estas? O sea trabajas todos los días con nosotros y no tienes ningún miedo; y ahora...
- Espera un momento Alec, es distinto. Cuando trabajo es de día y por así decirlo me siento más segura. Además cuando estoy con vosotros estoy despierta; pero sin embargo si me quedo estaré dormida, y... - ahora fue el el que me interrumpió
- ¿Y tienes miedo a que te haga algo? - dijo mientras me volvía coger por la cintura y me daba un dulce beso en la garganta.
Y en ese mismo instante apareció Demetri de entre las sombras, ¿por que me tenía que pasar esto a mi? Este me miró ¿dolido? tenía un rostro lleno de agonía y tristeza. Una parte de mi se apiadó de el, pero por otra disfrutaba de su dolor, ya que el primero me había hecho daño y ni siquiera sintió culpabilidad por ello. Dos sensaciones luchaban en mi cabeza o más bien dos personalidades, la antigua Gianna, la que enseguida se hubiese echado a sus brazos para consolar esa agonía y la nueva Gianna, la que no quería ningún dolor, la que quería dejar atrás el pasado...
En ese instante no se lo que me pasó; sentí como algo se apoderaba de mi, algo realmente poderoso, algo verdaderamente extraño.
Me daba igual la presencia de Demetri, no me importaba absolutamente nada, quería que el sintiese lo mismo que sentí yo. La nueva Gianna ganaba la batalla.
Con mis manos levante el rostro de Alec de mi cuello, este me miro confundido. Con una simple mirada le dije todo, que en esos momentos le deseaba y que le quería conmigo. Sabía que era mi ''hermano'' pero por esta ocasión no importaba quien fuese. Este sabía lo que quería y me miró complacido, el también disfrutaba con esta situación. Lentamente fui acercando mis labios a los suyos; disfrutando de esa distancia que nos separaba. Nuestros alientos chocaban el uno contra el otro, haciendo que la pasión se hiciese más grande. Y con un último suspiro por mi parte juntamos nuestros labios. Sus besos eran dulces como la miel y tiernos como una dulce caricia. Los dos nos dejamos llevar, los dos jugamos con nuestros labios y con nuestras lenguas; los dos en ese momento eramos uno solo. Pude sentir como mi respiración iba en aumento; era hora de parar. Este se separó divertido y alegre.
- Lastima que seas humana - dijo mientras me daba un tierno beso en la frente
- Y yo siento que seas un vampiro - le contraataqué mientras le acariciaba la mejilla.
No hacía falta dar explicaciones de ningún tipo, los dos sabíamos lo que había entre nosotros. Gire mi cabeza hacia mi lado izquierdo y me di cuenta de que Demetri se perdía en la oscuridad.
Lo siento. Dijo una parte de mi.
- Bueno; ¿al final te quedas esta noche? - preguntó mientras se separaba de mi
- Es que no lo sé
- Venga por favor, quédate.
- ¿Y donde me quedaría?
- Aquí tenemos miles de habitaciones para ti. Puedes quedarte en la mía
- En la tuya no - dije enfadada
- ¿Por que?
- Porque lo digo yo - y como una niña pequeña le saqué la lengua
- Como quiera la señorita, pero debo decirte que no te libraras de mi facilmente
- ¿Que piensas hacerme? - le seguí el juego
- Nunca se sabe
- Mala persona - dije entre dientes
- Ya lo se, me lo han dicho muchas veces - y se empezó a reír.
- Bueno llévame a la gran sala. ¿Se lo tendré que decir a Aro,no?
- De acuerdo
- Y por favor vamos a pasó humano, ¿si?
- Si - dijo resignado, pero enseguida me enseño su preciosa sonrisa
Caminamos sin decirnos nada hasta la gran sala; no hacía falta decirnos nada; con un simple gesto nos lo deíamos todo.
Llegamos y las grandes puertas se abrieron ante nosotros. Toda la guardia estaba presente, incluso Demetri que seguía dolido, y también me fije en Santiago. Y de pronto una corriente eléctrica me traspasó todo el cuerpo cuando nuestras miradas se encontraron. En sus ojos carmesí había dolor, dolor y dolor, ¿que le había pasado? Una punzada llena de dolor tocó mi corazón... ni por un instante aparté la mirada de el; algo me decía que eso era por mi culpa; pero¿por que?
- Il mio piccolo diamante allo stato grezzo (mi pequeño diamante en bruto) ¿que haces aquí? - me preguntó Aro mientras se posicionaba a mi lado
- Verás Aro me preguntaba si es posible que me pudiese quedar esta noche aquí. Es que se me hizo...
- ShSh...-me dijo mientras ponía uno de sus dedos en mis labios para hacerme callar - no hay problema cuore (corazón) no hace falta que me des explicaciones. Ya sabes que esta es tu casa
- Grazie mille (muchas gracias) - le dije con una sonrisa
- Puedes elegir la habitación que quieras, y yo creo que tendremos que construirte una para que te quedes más a menudo.
- Tranquilo Aro solo será una noche
- Nunca se sabe - me respondió con una caricia - eso si; te quedaras en cualquier habitación, menos en la de Alec - y de pronto se empezó a reír armoniosamente
- Vale, yo tampoco pensaba hacerlo
Miré a Alec y este solo me guiño un ojo.
- Buena decisión - y dicho esto también el me guiño un ojo. Aquí me estaba perdiendo algo...
- Me quedaré con Renata, ¿no te molesta,no? - dije mientras captaba su mirada
- Claro que no cielo - e inmediatamente estaba a mi lado.
- Eso si que me parece una buena idea. Y os lo ruego por favor no os acerquéis a la habitación en la cual duerme Gianna. Renata tu te quedaras toda la noche con ella; ¿entendido?
- Si amo - dijo mientras se dirigía hacia el - y ahora venga a la cama; que debes de estar cansada - y cuando dijo esto se dirigió a mi y me tiro suavemente del brazo
- Renata que no eres mi madre; además no hay prisa y encima no me dejas despedirme de Alec - la dije mientras me reía y hacia un puchero
- Esta bien; venga... que sea rapido
- Gracias
Me acerqué a Alec y este me dedicó una preciosa sonrisa
- Parece que te has salido con la tuya
- ¿Y eso? - pregunté extrañada
- Pues que no duermes conmigo - dijo ''apenado''
- Son ordenes de Aro, no mías... - dije mientras le sacaba la lengua
- Ya ya... excusas. Ahora estoy enfadado contigo - dijo mientras desviaba la mirada
- Bueno haré cualquier cosa para que me perdones - y dicho esto le di un beso en la mejilla
- No creo que consigas hacer que te perdone - dijo burlón
- No sabes de lo que soy capaz - y le guiñe un ojo
Miré más allá de Alec y pude ver la mirada penetrante de de Jane. Esta me miraba recelosa, pero a la vez en esa mirada sádica y sin compasión había algo indescriptible, era como si me quisiese decir algo...
- Hasta mañana Aro
- Hasta mañana Gianna; descansa - y me dio un beso en la frente
Me encamine hacia donde se encontraba. Esta se encontraba impaciente; deseosa de decirme algo.
- ¿Ocurre algo? -la dije en un susurro; aunque no serviría de nada; todos me escucharían
- Mañana te lo cuento, primero tienes que descansar
Y cuando acabó de responderme me cogió en brazos y me llevó directa a su habitación.
|