Blind (+18) (Completo)

Autor: VictoriaMarie
Género: + 18
Fecha Creación: 20/01/2010
Fecha Actualización: 26/07/2010
Finalizado: SI
Votos: 59
Comentarios: 58
Visitas: 357954
Capítulos: 49

 Minusvalía no significa que no seas capaz. Edward puede superar su discapacidad y encontrar la felicidad con alguien que se preocupe intensamente por él. ¿Hará cualquier cosa para convertirse en todo para ella?



Esta historia pertenece a Jayeliwood,  su traducción esta hecha por Isu (http://www.fanfiction.net/s/4667969/1/Blind) yo solo soy una mera intermediaria para que conozcais esta fantastica historia sobre Edward y Bella, y la  superación de cualquier obstáculo.

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Capítulo 3: Capitulo 3

Bella Swan

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Me desperté mucho antes de lo que quería. Sin embargo a las 6:30 tenía una hora y media para llegar a mi primera clase. Sino madrugaba lo suficiente como para despertarme terminaría gruñendo a la gente. Eso nunca había estado bien.

Aunque la noche pasada había tenido buenos sueños. Soñé con Edward, su hermoso cabello bronce y sus fuertes rasgos. Pero había algo triste en mis sueños. Podía ver. Eso era algo que probablemente nunca ocurriría. Me sentí horrible por esperarlo.

Me arrastré hacia la ducha y abrí la llave del agua caliente. Me puse contra los azulejos de la pared y dejé que el vapor limpiase la somnolencia. No sé cuánto tiempo estuve allí. Sin embargo demasiado pronto el agua se enfrió y tuve que salir. Limpié el vaho del espejo y miré fijamente mi reflejo. Me parecía a una rata ahogada. Gemí y di media vuelta poniéndome mi albornoz blanco.

Después de arreglarme rápidamente fui a la cocina a por un café. Alice ya estaba allí, tarareando en voz baja. Los guantes amarillo brillante que llevaba le llegaban a los codos. Me llevó un minuto darme cuenta de que la casa estaba limpia. No solo limpia, sino impecable.

“¡Buenos días, dormilona!”Dijo con una risita tonta, limpiando frenéticamente la encimera.

“Hay Dios, eres una persona madrugadora.”Gemí, desplomándome sobre uno de los taburetes del rincón con mi desayuno.

Me ignoró, sirviendo café para ella y para mí. Se lo tomó solo, al contrario que yo que lo tomaba con nata y azúcar. Una vez que los granos de azúcar se disolvieron completamente bebí el líquido templado con avidez. Volví al taburete dejando mi cabeza contra la fría encimera.

“¿No deberías tener resaca o algo así?”Mascullé entre dientes.

“¡Oh, no! ¡Yo no bebo!”Soltó una risita mientras se quitaba los guantes con un chasquido.

“Entonces me das miedo.”Presioné con fuerza mi frente contra la fría encimera, tratando de que el sobresalto me despertase. No funcionó. Olía a Lysol de lavanda (N/T: El Lysol es un producto de limpieza, un desinfectante.)Arrugué la cara, luego la levanté.

“Así que ¿Tú y Edward, eh?”

“No sé de qué estás hablando.”Aparté la mirada, llevando la taza a mi boca.

“¡Mentirosa! Vi como le mirabas. Y es tan mono.”

“Y, es ciego.”

“¿Eso te molesta?”Me miró, una sus perfectamente depiladas cejas estaba ligeramente levantada.

“No.”Contesté un poco demasiado rápido.”Sí, tal vez un poco. ¡No lo sé! Me encanta hablar con él. Es gracioso y dulce y…y…”

“Sexy.”Dijo sonriendo. Gemí y asentí.

“¿Sin embargo, porqué el aspecto tiene es tan importante? A él le da igual.”Me ruboricé por mi admisión. Froté la parte de atrás de mi cuello, cerrando los ojos.

“Porque, tú consigues tus primeras impresiones al mirar. Puedes decir que tipo de persona es según como se vistan, como es su constitución. Estoy segura de que las apariencias también son importantes para él, solo que de una forma diferente.”

“No sé. Tal vez.”Me encogí de hombros. Miré hacia abajo a mi taza casi vacía, removiendo el líquido.

“Ahora, lo más importante es ¿Si él te pidiese una cita, le dirías que sí?”Alice se sirvió otra taza de café. No podía beber alcohol, pero la cafeína era otra cosa… no era de extrañar que fuese tan nerviosa.

Volví a encogerme de hombros, sin querer admitir mi confusión.”No creo que el guste mucho de todos modos.”

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Edward Cullen

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Toqué las teclas de forma mecánica, dejando que sonasen. Mi corazón y mi mente no estaban en la música esta mañana. Jasper se encontraba en algún lugar de la habitación, jugando con su portátil. Al menos no parecía que pusiese atención a lo que yo tocaba.

No me había molestado más con lo de Bella. Y me alegraba de ello. Tenía que pensar un poco más antes de decidir lo que quería hacer.

Bella. El nombre me hizo suspirar. Soñaba con su voz y su perfume. Ojalá pudiese soñar con algo más que el sonido. Eso haría mi vida más fácil.

Suspiré por segunda vez. Finalmente decidí práctica, ya que estaba teniendo problemas para sacar algo propio. Algo fácil que tocaba cuando era niño una y otra vez. Algo que a mi madre le encantaba. Fur Elise de Beethoven.

Hubo un golpe contra la puerta. Lo ignoré, sabiendo que Jasper contestaría. Seguí tocando, respirando de forma constante y profunda.

“Oye Jazz, qué mierda de música clásica para maricas-“La enérgica y estruendosa voz se detuvo a mitad de la frase. Sonreí levemente para mí, sin detenerme.

“Hola.”Dije discretamente. Tocando todavía.

“Uh, hola. Tú debes de ser el nuevo compañero de cuarto de Jasper. Soy Emmett. Estoy en la habitación de al lado. Lo siento, soy un tipo muy bocazas.”

“Está bien. Soy Edward.”Paré y extendí mi mano frente a mí. Le escuché dar un par de pasos antes de tomar mi mano.

Su mano era enorme y áspera. Era musculoso, podía sentirlo. Pero al menos no estaba sudada.”Entonces ¿te gusta Shreveport?”

“Está bien. Un poco aburrido, aunque no he podido salir mucho.”Contesté sinceramente. Me aparté del teclado y lo deslicé contra la pared.

“De todos modos, Jazz, venía a ver si todavía querías hacer ejercicio.”

“No, gracias. No estoy de humor.”Dijo Jasper. Sonaba cansado.

“La verdad, es que no me importaría hacer algo de ejercicio ¿Hay algún gimnasio bueno por aquí?”Pregunté poniéndome en pie.

“Centenary tiene uno decente en el campus. Ahí es donde voy. Es gratis.”Dijo, sonando un poco excitado por tener un nuevo compañero de gimnasio.

“Eso es excelente. Podría ir a correr ahora.”Fui hacia mi armario y comencé a buscar a tientas unos pantalones cortos y una camiseta.

“¿Correr? Pero yo pensé que eras-“

“Tienen cintas para correr ¿verdad?”Le corté.

“Claro, así es. Bien, pensé que al ser ciego no podrías correr.”Dijo con la confusión y la vergüenza fluyendo por cada palabra.

“No es como si no pudiese correr en una pista o algo así. Oye, soy ciego no cojo.”

La risa de Emmett hizo eco por la habitación. Podría decir solo por su voz que era un hombre grande. “Lo siento. Tienes razón. Como dije soy un bocazas.”

“Está bien. De verdad. Sin embargo ¿te importaría que te siga? Han pasado unas buenas dos semanas desde que hice ejercicio.”

“Claro. Suena bien. Hey Jasper ¿seguro que no quieres venir con nosotros?”Preguntó de nuevo. No escuché su respuesta, aunque debió darla.”Bien, tú te lo pierdes.”

Cogí mi bastón y mi ropa y aproveché para ir al baño cruzando el pasillo. Me cambié rápidamente. Doblé la ropa y la coloqué en el montón de la ropa sucia.”Estoy listo para marcharnos cuando quieras.”

“¿Te importa si vamos caminando?”

“Para nada.”Contesté.

No hablamos mucho después de eso. No intentó guiarme al menos que fuese necesario, lo que estaba bien. El día era caluroso, pero no caminamos demasiado. Intenté aprenderme el camino, pero estaba seguro de que alguien tendría que ayudarme la próxima vez. Demasiadas vueltas y giros.

“Llegamos. ¿Quieres que lo ponga en marcha?”Preguntó una vez que entramos. Me llevó con cuidado hasta una cinta de correr. Notando los controles bajo mis dedos.

“No, creo que lo tengo. ¿Este hace que vaya más rápido y este modifica la inclinación?”

“Si, lo tienes. Estoy en la máquina junto a la tuya, para que lo sepas.”Me dijo Emmett. Tenía la sensación de que estaba controlándole de alguna forma pero no parecía importarle demasiado.

Lo encendí y comencé a correr despacio. Mi corazón empezó a bombear y me sentí muy vivo. La sangre se precipitó por mis venas y dejé salir mi respiración acompasada.

“Así que ¿en qué te estás especializando?”Preguntó desde la derecha.

“¿Por qué todo el mundo me pregunta eso?”Me reí, presionando los mandos. Más rápido, siempre quería ir más rápido.

“Estas en la universidad hombre. Tienes que utilizarlo. Tienes que hablar de ello durante años.”Sonaba como si trabaje duro pero no podría decirlo.

“Música.”

“Impresionante. Entonces eso explica lo del teclado.”Rió levemente.”A propósito, perdona lo que dije antes de mariconada.”

“Está bien. Me han dicho cosas peores, créeme. ¿Cuál es tu especialidad?”Pulsé el botón una vez más, ajustando la inclinación. Al fin que todo estuviese perfecto.

“Sociología.”

“Sociología ¿De qué va?”Moví hacia delante y hacia atrás mis brazos, mis piernas comenzaron a arder por el calor producido por el ejercicio. De algún modo esto me relajaba.

“Diablos, si lo supiese. Juego a baloncesto ¿qué puedo decir?”Rió.

“Ah, eso tiene más sentido.”Reí con él.

A mi lado oí un animado tono de llamada.”Maldición, lo volvió a cambiar, otra vez. Maldita mujer.”Hubo un ruido de un pitido.”Hola cielo.”

Su voz cambió completamente, se volvió de un tono mimoso y suaves suspiros. Era una chica desafiante.”No, voy esta noche ¿Qué quieres hacer?”Rió.”Desde luego, lo que quieras Rosie. Te quiero. Adiós cariño.”

"¿Rosie?"

“Ah, mi novia. Va a LSUS. Se está sacando la licenciatura de empresariales.”Su voz era feliz. Podría decir que haría lo que fuese por ella.

Sentí toda esa felicidad a mí alrededor porque esas personas tenían a su otra mitad. Me hacía sentir celoso. Quería tener algo así. Pero ¿Cómo podía si ni siquiera lo intentaba? Era algo para reflexionar, mientras seguía corriendo.

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Bella Swan

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Después de un comienzo lento y una clase demasiado aburrida me alegraba estar fuera bajo el brillante sol. Estaba igual que ayer solo que con más nubes y un poco más de viento. La brisa era refrescante. Tenía algo de tiempo libre y se me ocurrió ir a la biblioteca a provocarme un daño cerebral.

Anduve despacio por el patio, simplemente dando un paseo.
Mi respiración se detuvo cuando le vi otra vez. Estaba sentado en el mismo banco que el día anterior. Su cara estaba elevada hacia el calor del sol, sonriendo ligeramente. Parecía hundido en sus pensamientos. Me detuve, pensando qué debería hacer.
En parte quería alejarme del colegio y cambiar. Si seguía escondiéndome en mi habitación como un niño asustado no tendría nada. Ni vida, ni amigos y, nada de felicidad. Quería todas esas cosas.

Finalmente tomé una decisión y me empujé hacia delante hacia él. Cuando estuve a tres metros de él giró su cara al frente hacia mí. Frunció los labios e inclinó la cabeza hacia delante. En ese momento casi decidí echar a correr, pero eso era de cobardes por no decir más. Di los últimos pasos largos, rápidos, a zancadas.

“¿Está ocupado ese asiento?”Pregunté a la ligera.

“Ahora sí.”Me sonrió. Era extraño, como si pudiese verme.”Bella.”

Me senté, manteniendo aproximadamente treinta centímetros entre nosotros.”¿Cómo ha ido tu segundo día?”

“Aburrido ¿Y el tuyo?”De nuevo inclinó su rostro hacia mi voz, una pequeña sonrisa se extendió por sus encantadores labios.

“Estoy sorprendida de que no me durmiese.”Dije con sinceridad.

Rió entre dientes y se echó hacia atrás. Su cabeza se volvió hacia el sol otra vez y se mantuvo callado. Podía ver la esquina de sus ojos. Para mi sorpresa, estaban abiertos, y parpadeaban despacio. Aunque no podía distinguir el color. De todas formas no parecían tener nada anómalo. Me pregunté qué problema tendría.

“¿Puedo preguntarte algo?”Dijo, suavemente, su cara todavía estaba girada hacia el cielo.

“Claro ¿qué?”Me incliné más cerca. No sé porqué, simplemente estaba más cómoda.

¿Quieres ir a cenar conmigo?”Su cara se volvió hacia la mía. Estábamos a pocos centímetros de distancia. Su dulce aliento se extendió por mi cara y lo aspiré con avidez. Mordí mi labio, pensando. La conversación que tuve con Alice volvió a mi mente. Entonces no tenía una respuesta autentica, pero ahora sí.

“Me encantaría, Edward.”

Una gran sonrisa torcida creció por su hermoso rostro y me la contagió. Mi propia sonrisa se extendió, junto a un leve sonrojo.

“¿Qué tal el viernes?”

Capítulo 2: Capitulo 2 Capítulo 4: Capitulo 4

 
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