Todo Gracias a mi Cuaderno de Historias (+18)

Autor: Lyhh_mt
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2011
Fecha Actualización: 26/09/2012
Finalizado: SI
Votos: 16
Comentarios: 87
Visitas: 117131
Capítulos: 28

 

La vida de Bella Swan no es color de rosas. El hombre al que amaba ni la miraba. Al no poder transmitir sus sentimientos, plasmaba todas sus fantasías con ÉL en un cuaderno. Un día, ese cuaderno cambiará su vida para siempre... ¿cómo? averígualo aquí.

 

Amor… odio… dolor… felicidad… y sobre todo… suspenso… muuucho suspenso…

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Hola, me llamo Lyane y este es mi primer fanfic. Bueno, qué decirles… me gusta mucho escribir y espero la opinión de ustedes, las lectoras (yo también soy lectora, por eso sé la importancia de la opinión y críticas de ellas a las autoras). Me encantaría saber lo que piensan… claro, pondré todo de mi parte para que esta historia sea de su agrado… yyy con respecto a los mensajes que sé que envían en donde incluyen insultos y demás, pues solo los ignoraré… si es que en esos mensajes, e incluyen algo así como críticas constructivas, que me ayuden a mejorar, que es lo que me importa, entonces, los tomaré en cuenta; mas no aquellos que solo ofendan…

Bueno, espero que les guste la historia y espero sus opiniones…

Lyhaane.

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Capítulo 3: CHAPTER 3

BELLA POV

¡Y el momento llegó!

Me encontraba en mi habitación, mirando mi imagen en el espejo. No me veía nada mal y, claro, eso se lo tenía que agradecer a Alice, quien en el momento en que Edward llamó avisándole sobre nuestros planes, se encontraba 5 minutos después en la puerta de mi casa, tocando como una endemoniada. Después de eso, fui arrastrada a Port Ángeles para comprar las prendas que usaría durante el almuerzo además de otras cosas que, según Alice, le servirían para dejar todo listo en su casa. No vi qué compró, ya que me mantuve en el auto mientras ella lo hacía. Por supuesto, todo sería una gran sorpresa… pff… en fin, solo era un almuerzo, ¿qué podría salir mal?... Solo que me atragante con la comida, pero fuera de eso, nada.

Bueno, ya tenía que dejar de pensar en tonterías y bajar para irme con mi perfecto novio, quien me esperaba pacientemente en mi sala de estar. Alice ya se había ido a preparar para la ocasión, y me dejó casi lista… lo único que me faltaba era infundirme valor y sobre todo seguridad, ya que mis nervios me estaban matando. No dejé pasar más tiempo y bajé las escaleras. Vi cómo Edward se paraba del sofá donde se encontraba y me sonrió a penas me vio. Eso era lo que necesitaba para calmarme. Una vez estuvo lo suficientemente cerca, me tomó una mano y la llevó a sus labios.

-Te ves absolutamente bellísima, Bella… y muy apetecible, debo agregar.- me dedicó esa sonrisa torcida que me mataba y si seguía admirándola tanto tiempo, terminaríamos en mi habitación y obviamente eso no es posible ahora.

-Uhm… ¿nos vamos?- le dije a modo de aligerar la situación en la que me encontraba.

-Claro, hermosa dama- me dijo divertido- ¿me permite?- me ofreció su brazo caballerosamente.

-Por supuesto, mi galante caballero.- ok, me sentía como una tonta actuando como aquellas personas de antaño… definitivamente, esto de actuar no es lo mío.

Edward me dirigió a su auto, me abrió la puerta del copiloto, se dirigió hacia su puesto y emprendimos la marcha hacia su hogar.

El camino se hacía cada vez más corto de lo normal, mientras yo trataba de responder hondo y así darme tranquilidad. Al parecer, Edward se dio cuenta de eso.

-Bella, cariño, por favor tranquilízate. Todo saldrá estupendamente. Mis padres te van a adorar; ayer les hablé de ti y están encantados de conocerte. Además, Alice no se ha quedado atrás y ya decía maravillas de ti desde que te conoció. Bueno, eso es lo que ella me ha dicho y le creo porque su relación con mis padres es más… confidencial, así que no hay nada de qué preocuparse, sí?- tomó mi mano izquierda y la besó tiernamente. Yo apreté la suya a modo de aceptación a lo que me pedía.

Justo antes de entrar al desvío que llevaba directo a su casa, el celular de Edward sonó. Lo tomó rápidamente y contestó.

-¿Alice? ¿Qué sucede?- preguntó mi novio. Vio mi rostro de curiosidad y puso confiadamente el altavoz.

-Edward hay un… inconveniente.- ok, ya me estaba preocupando nuevamente.

-¿De qué hablas?- le preguntó nuevamente a Alice.

-Hermano, no…- y se cortó la comunicación.

-Ups, se acabó la batería. En fin, no creo que sea tan malo. Sea lo que sea, lo solucionaremos en un santiamén y tendremos nuestro grandioso almuerzo.- trató de tranquilizarme al ver mi rostro nuevamente nervioso.

-Uhm, ¿estás seguro? Tal vez, debas llamarle. Puedo prestarte mi celular.- le ofrecí.

-Ok, si eso necesitas para no seguir preocupándote, préstamelo un momento.

Empecé a buscar en m bolso de mano, pero no encontré el bendito aparato.

-Lo siento, creo que lo olvidé en mi habitación-le dije apenada.

-¿Ves? Eso quiere decir que no lo necesitabas, por tanto no era necesario ahora. Tranquila, Bella.

-Pues, yo no lo creo así. Más bien pienso que mi suerte es tan mala que olvidé mi celular cuando más lo necesitaba. No sé, Edward, presiento algo.

-Solo estás nerviosa. Todo saldrá bien. Por favor, tranquilízate.- me pidió por enésima vez.

-Ok.- acepté insegura.

-¿Bella?- me llamó.

-¿Sí?

-Uhm, me estaba preguntando si hoy… bueno, si aceptarías que hoy, yo… me… me quedara en tu casa nuevamente.- me dijo nerviosamente. Bien, ahora sentía lo mismo que yo.

-Pues, creo que sí. Charlie llegará mañana en la tarde, así que no le veo ningún problema. Solo que tendríamos que dejar tu auto en tu casa nuevamente e irnos a la mía en un taxi y no quiero inc…

-Sin problemas.- me cortó.

Después de 2 minutos, llegamos. Muy bien, el clima no estaba tan frío, lo cual era bueno, ya que mi vestido era corto, pero me encantó apenas Alice me lo mostró en la tienda, así que no me quejaba por ese lado. Lo que odiaba eran los tacones. Solo le podía rogar a Dios que me brinde el equilibrio necesario para no caerme en cualquier momento. Y mis nervios no ayudaban.

Edward se bajó y justo cuando yo me iba a bajar igualmente, me miró desde afuera y con un movimiento de su cabeza y su dedo índice me dijo que no lo hiciera. Caminó rápidamente hacia mi puerta y la abrió para mí.

-Mi madre me mataría si ve que tú misma abriste tu puerta. A mí me educaron para ser todo un caballero Bella. Y no sabes cuánto me gusta serlo contigo. Por lo tanto,-me dijo tomándome por la cintura y pegando sus labios a mi oído- tendrás que acostumbrarte.- y seguidamente me besó la sien.

Subimos los escalones que llevaban a la entrada de la gran casa y Edward abrió la puerta para que yo entrara primero.

-Bienvenida, señorita Swan, a mi humilde, y ya conocida por usted, morada.

Di un paso adelante y supe desde ese momento que algo iba mal… muy mal.

 

 

 

EDWARD POV

Alice se encargó de planear el almuerzo en mi casa para presentar a Bella como mi novia. Estaba emocionado, ya que era la primera vez que hacía eso y estaba seguro que el tiempo valió la pena, ya que mi Bella era la indicada para esta primera vez… y esperaba que fuera la última.

Estuve esperándola un tiempo considerable en su sala. Me parecía raro, ya que mi hermana me había dicho que ya estaba lista, pero que le dé un “poco” de tiempo para que se prepare para el acontecimiento. Entendía que estaba nerviosa, pero no era para tanto. No pensé que le iba a tomar taaaaaanto tiempo controlar sus nervios. Eso no me gustaba. Ella no debería estar tan intranquila. Estaba seguro de que todo saldría de acuerdo a lo planeado… muy seguro. Hoy iba a presentar a Bella oficialmente como mi novia sí o sí.

Cuando la vi bajar con ese hermoso vestido blanco, me quedé sin habla. Estaba simplemente bellísima. Aún no entendía cómo nunca la vi en la escuela. Parecía un precioso ángel… un precioso y exquisito ángel. Ya me imaginaba sacándoselo y besando su perfecto cuerpo… Ya! Para, no es momento para eso… tenemos toooooda la noche, ¿verdad? Pues, eso esperaba, porque no soportaría o tener el honor de despojarla de tan lindo vestido para luego dejarla en una sexy lencería, que estaba seguro, vestía. Por eso, amaba a mi querida hermana Alice.

La llevé a mi auto y nos dirigimos a mi casa. Bella estaba muy nerviosa, demasiado debo decir. Traté de tranquilizarla, pero la llamada de Alice lo estropeó todo. A mí también me había dejado algo inquieto, pero no era para tanto. Nada podría destruir lo que teníamos planeado… nada.

Llegamos y le abrí la puerta de mi casa a mi bella novia. La tomé de la mano y nos dirigimos a la sala de estar, donde todos nos esperaban… bueno, en eso habíamos quedado. Pero, de pronto, escuchamos sollozos lastimeros. Tal vez, algo le había pasado a Alice. ¡Rayos! Al parecer el inconveniente no era insignificante como pensé que era. Aceleré el paso y sentí cómo Bella empezaba a tensarse y como consecuencia, apretó fuertemente mi mano. No podía decirle que se calmara porque yo también quería saber lo que estaba sucediendo. Llegamos y lo que vi me descolocó.

Ahí, se encontraban mis padres, Tanya y su amiga Rosalie Hale. Esme tenía el brazo levantado horizontalmente, en dirección a Alice que se encontraba a su costado, pero algo alejada, y con su palma levantada, indicando que se detuviera en algo… pero no podía deducir qué. Por su lado, mi hermana miraba a Tanya furiosamente, más que eso, veía ira. Carlisle tenía cara de querer calmar a Esme y decirle algo, pero no se atrevía. Mi madre estaba enojada por algo y escuchaba atentamente a Tanya, quien era sostenida por Rosalie, como si esta última le estuviera dando fuerzas para hacer algo. No entendía nada, así que carraspeé para hacer acto de presencia. En el momento en que Tanya me vio, su cara se descompuso aún más y empezó a llorar sonoramente. Esme corrió hacia ella y la abrazó para luego mirarme furiosa y luego dedicarle una mirada de asco a Bella. ¿Qué rayos estaba sucediendo? Lo iba a saber en este preciso momento.

-¿Alguien me puede decir qué es lo que está pasando? ¿Qué significa todo esto, Tanya? ¿Qué demonios haces aquí?- pregunté sin aguantar mi enojo hacia ella. Su persona era lo último que me imaginé ver hoy, es más, ni siquiera lo imaginé.

-No te permito que le hables así, Edward Anthony. Me vas a explicar cómo fuiste capaz de hacerle todo lo que esta muchacha me acaba de decir.- me dijo Esme casi gritándome.

-¿De qué hablas madre? Yo no le he hecho nada a esa mujer… ¿Pueden decirme qué pretenden con todo esto? Se supone que hoy les presentaría a Bella. No es posible que estén haciendo todo este teatro justo hoy.- no podía creer que hagan todo este escándalo y enfrente de Bella.

-Ah, ahora  no sabes nada, claro, actúas como todo menos un caballero, como te eduqué, y ahora me dices que no sabes qué has hecho. ¿Cómo pudiste Edward?

-Mira Esme, yo no hice nada. Lo que te haya dicho esa mujer o ambas, no me importa. Son mentiras.

-¿Mentiras? Tú me engañaste Edward. Me usaste a tu antojo y luego me dejaste como basura. Por más que te supliqué y me arrastré hacia ti, me dejaste tirada en la calle y en medio de la lluvia. ¿Eso es mentira? Y todo para que te vayas a revolcar con la mujerzuela que hoy quieres presentar como tu noviecita. Yo sí fui tu novia, te entregué todo de mí, te amé, y cómo me pagaste. Rosalie es testigo de todo ese amor que te profesé y sabe también los rincones de los que sacaste a esa per…

-No te voy a permitir que le hables así a mi novia, Tanya. Y será mejor que te largues en este momento, antes de que cumpla exactamente lo que acabas de decir te hice en algún momento. No sé cómo puedes ser tan víbora como para decir todas esas calumnias en mi contra, pero eso sí te digo, con Bella no te metas porque soy capaz de…

-Basta, Edward. No entiendo cómo pudiste convertirte en este ser. Yo no te eduqué así.

Una vez dicho esto, Esme se puso de pie y se dirigió hacia mí y Bella, quien estaba en shock al ver todo eso delante de ella. La apegué más a mi cuerpo y pasé mi mano por su cintura, dejándole claro a mi madre que a ella no le podía hacer nada. Si estaba enojada por lo que le había contado Tanya y le creía más a ella que a su propio hijo, que se ensañe conmigo, más no con Bella… con ella no.

-Esme, no hagas algo de lo que después te…- mi padre estaba diciéndole a mi mamá, pero esta, con una sola mirada lo cayó. Al parecer, le faltaba poco a Carlisle para que pierda la paciencia

-Ya veo por qué dejaste a Tanya. Esta mujer te engatusó con sus encantos, y qué más se puede esperara de una cualquiera…

-Madre, no vuelvas a…

-No, Edward. Me vas a escuchar.- me dijo gritando- Tú, mujer de segunda, no te saldrás con la tuya, no sabes cuánto asco me das…

-¡Esme!- gritó mi padre

-¡Es suficiente!- grité yo al mismo tiempo. Me dispuse a retirarme de aquella que consideraba mi madre, pero de un momento a otro, Bella se soltó de mi agarre  salió corriendo. Rápidamente me volteé a seguirla, pero mi madre me cogió del brazo.

-Edward, tú no irás a ningún…- y me solté de un movimiento brusco que la dejó en shock-… Edward, hijo, ¿en qué te has convertido?- me dijo en voz baja.

-No, madre, ¿en qué te has convertido tú?... te juro, Esme Cullen, que si la pierdo por tu culpa, nunca, óyelo bien, NUNCA te lo perdonaré.- le dije con el tono de voz más frío que alguna vez usé y con una mirada llena de furia. Dicho esto, salí corriendo para encontrar a mi Bella.

¡Dios! No debí perder mi tiempo con Esme. No estaba por ningún lado. Lo más probable era que se hay internado al bosque. Tenía que encontrarla, pero ¡Ya!

 

ALICE POV

No podía creer que todo este esté sucediendo. ¿Cómo mi madre podía creer todas las mentiras de la maldita de Tanya? Y encima de todo, tratar así a Bella. Ella no se lo merecía. Yo no sabía qué hacer; desde el comienzo del teatrito de Tanya, mi madre no me había dejado hablar, por tanto estaba escuchando todo lo que esa arpía decía. Mi padre estaba igual que yo. Siendo el doctor del pueblo, sabía que conocía a Bella y a su padre. Carlisle sabía que Bella era todo, menos lo que Tanya afirmaba de ella. Pero, claro, Esme no lo dejó hablar tampoco.

Nunca había visto a Edward actuar de la manera en que lo hizo y no era para menos. Lo entendía perfectamente. Me asusté cuando le dijo a mi madre sus últimas palabras antes de salir corriendo. No me cabía en la cabeza que todo se haya ocasionado por la mujerzuela esa, porque ella sí era una mujerzuela. Esme se quedó como estatua, viendo desaparecer la imagen de mi hermano y en ese instante decidí acabar con todo esto.

-¡Lárgate, Tanya! Y tú también Rosalie. Las quiero fuera de mi casa, en este momento- les grité. Rosalie, al principio, expresaba odio hacia Edward, y apoyaba todo lo que decía Tanya, pero desde que vio a Edward y Bella entrar a la sala de estar, se quedo quieta y desde ahí, no dijo nada.

-¡Alice! ¿Tú también?...-dijo mi madre, con lágrimas en los ojos, pero era mi turno de hablar.

-No, Esme. No me escuchaste en un inicio y ahora lo vas a hacer. Todo lo que estas dos te dijeron, TODO es mentira.- empecé, pero la zorra esa me cortó.

-No es cierto, señora Esme. Alice está del lado de Bella, por eso trata de defenderla.

-Será mejor que cierres tu venenosa boca, Tanya, si no quieres que te saque a golpes, y créeme que lo haré si no te callas.

-¡Alice!- me reprendió mi madre.

-¡Basta, mamá! Vas a escuchare quieras o no. Esta mujer que se presenta como víctima no es más que una vil mentirosa. Ella fue novia de Edward, sí, pero él terminó con ella porque le fue infiel. Sí, madre, ella lo engañó y no sabes con quién… con James Harrison.- mis padres se quedaron sin aire y enfocaron su vista en Tanya, quien me miraba con odio. Yo, gustosamente, le devolví la mirada.- Sí, mamá, ella engañaba a mi hermano con James y la escuela entera supo eso, ya que James lo gritó a los cuatro vientos. Dijo que se acostaba con Tanya desde hace muchísimo tiempo, incluso antes de que sea la novia de Edward y que lo seguían haciendo.

-Eso no es verdad, niña. No voy a permitir que…

-¿Qué? ¿Qué vas a hacer? ¿Gritarme? ¿Golpearme? Hazlo, así le muestra a mi mamá tu verdadero rostro porque el de la sufrida no te queda. Vamos, ¿qué esperas? ¿o es que me tienes miedo?- la provoqué. Ella reaccionó y se dirigió hacia mí como una fiera, pero de eso no tenía nada y no me daba miedo. Apenas la tuve a mi alcance, le tiré una buena bofetada. Ella se tocó la mejilla y dejó su mano allí, para seguir su camino y tratar de golpearme, pero mi madre lo impidió.

-No te atrevas a ponerle un dedo a mi hija. Y si no quieres que olvide que eres solo una mocosa, será mejor que te largues, tú y tu… amiga. Las quiero fuera, ¡ya!- ordenó mi madre con voz dura.

-No es necesario que lo diga, maldita vieja, me voy porque quiero. Solo quiero que sepan que esto no se va a quedar así. Vámonos Rosalie.- la susodicha miraba con pena la escena y al parecer no había escuchado a su amiga, porque ni se movió.- Rosalie, te estoy hablando, dije que vámonos.

-No, Tanya. Yo me quedo. Tengo que hacer algo antes.- dijo ella mirando a mi madre.

-¿Qué dices?... Bueno, allá tú.- sonó un claxon- ¡Qué coincidencia, el taxi llegó justo a tiempo! Ya que no quieres venir conmigo, te irás caminando. Adiós a todos, pero no será la última vez que sabrán de mí.- y diciendo esto, se fue.

-Señora Cullen…- empezó Rosalie, pero Esme la cortó.

-No digas nada, lo único que sale de tus labios son mentiras. Te pido que te vayas en este instante.- le dijo mi mamá.

-No, señora, por favor… discúlpenme. Tanya es mi amiga, pero no pensé que fuera capaz de esto. Ella… ella me engañó. Sabía de los rumores en la escuela sobre su engaño a Edward, pero ayer por la noche fue a mi casa a buscarme y estaba llorando y me pidió ayuda. Ella me dijo que se había acostado con James, pero solo una vez, y que estaba tomada y no recordaba cómo había pasado todo y que James se aprovechó de eso y lo dijo a toda la escuela. Yo lo dudé, pero le creí, porque James no tiene una reputación impecable en el instituto, así que lo creí capaz de ello que me había contado Tanya. Luego, me dijo que Edward aprovecho el rumor para terminar con ella cruelmente, como relató hace unos momentos y que la dejó por una mujerzuela. Me dijo que la muchacha esa por la que la cambió era una de las que ofrecían su cuerpo a cambio de dinero. No me dijo su nombre, pero sí me contó que vio a Edward entrando a la casa de la muchacha y no salió de ahí en toda la noche, o eso es lo que le contó Lauren Mallory. No pensé que esa mujer fuer Bella Swan. Cuando la vi entrar con Edward, supe que todo era mentira. Yo no he tratado nunca con ella, pero compartimos clases y en una de ellas nos dejaron un trabajo grupal y ella se encargó de todo, ya que, bueno, ninguno de los demás quisimos apoyar en nada.- dijo apenada por todo. Se podía ver en sus ojos que decía la verdad- Bella es todo lo contrario a lo que Tanya dijo. Es responsable, estudiosa y por supuesto que no vende su cuerpo. Me siento muy apenada por toda esta situación y me disculpo con todos. Quise decirles esto porque no me parece justo lo que le hicieron a Bella. Puede que ella no sea mi amiga, pero no dejaría que le hicieran algo como esto a una mujer. En verdad, lo siento muchísimo. Con permiso.- dijo, para luego salir de la casa.

-Muchacha, espera. ¿Cómo te irás? Si gustas, puedo…- intervino mi padre, pero Rosalie no lo dejó terminar.

-No, no se preocupe señor. Llamaré a alguien para que me venga a recoger. Pero gracias de todas formas.- dijo ella, y se fue.

El ambiente estaba tenso y mi mamá no paraba de llorar. Mi padre se acercó a consolarla, pero ella lo rechazó.

-¿Y ahora qué voy a hacer? Voy a perder a mi hijo por la culpa de esa…

-Esme, cielo, Alice  yo intentamos todo para que nos escuches, pero te rehusabas a ello.- le dijo mi padre.

-¿Tú también conocías a la novia de Edward?

-Sí, cariño, pero porque la atendí unas cuantas veces en el hospital y además porque es la hija del Jefe de Policía Charlie Swan.

-Ay, no. Soy una tonta, una tonta. Y ahora por mi estupidez, mi hijo se alejará de mí… para siempre.- y rompió a llorar. Mi papá no soportó verla así y fue a levantarla del suelo, donde ella se encontraba sentada, y la llevó hacia su habitación. Pero, antes, se volteó y me llamó.

-Alice, permanece aquí por si Edward regresa. Yo llevaré a Esme a nuestra habitación y le daré algo para que se calme. Si sucede algo, no dudes en llamarme, ¿entendido?

-Sí, papá, aquí me quedo hasta que Edward vuelva.- diciendo esto, me senté en uno de los sofás, porque de que Edward volvía, volvía.

 

 

 

BELLA POV

No podía creer todo lo que estaba sucediendo. Cómo esa… mujer me podía estar calumniando de esa manera y lo peor era que la mamá de Edward le creía. Me dolió mucho todo lo que me dijo y no pude soportarlo. Me solté de Edward y salí corriendo con las lágrimas en los ojos.

Sabía que saldría mal. ¡Lo sabía! Pero me imaginé de todo, menos lo que había hecho Tanya. ¡La odio, la odio, la odio! Me ha hecho la persona más infeliz de este mundo y todo porque lo único que hice fue amar al hombre equivocado. Si, equivocado, porque sabía que él y yo juntos no era una buena idea. Siempre habrá algo o alguien, como en este caso, que nos separe. Él no es para mí, por más que me duela decirlo. Estaba dispuesta a todo por luchar por mi amor, pero no podía soportar que Edward se enfrente a su familia solo por estar conmigo. Sería infeliz siempre y yo me sentiría culpable de tal desdicha.

Corrí y corrí por el bosque. No sabía hacia dónde me dirigía. Lo único que quería era alejarme de esa casa y que nunca me encontraran. Luego, ir a casa y si era posible, tomar un vuelo lo más pronto que se pueda para estar lejos de toda esta pesadilla. Mis zapatos me mataban y escuchaba cómo se iban rompiendo, al igual que mi lindo vestido. Las ramas hacían de las suyas, dejándome raspaduras por brazos y piernas. No pude más y me quité los zapatos para luego seguir corriendo. Sabía que había una posibilidad de que Edward esté viniendo tras de mí, así que no podía parar.

Sentía que el aire me faltaba y cada vez iba más lento, pero no podía detenerme. De pronto, lo escuché.

-¡Bella! ¡Bella!- gritaba Edward. Su voz se escuchaba lejana. Volteé para asegurarme y no se veía su figura, así que me ordené seguir corriendo. Él no me podía encontrar… no.- ¡Bella, por favor, contéstame! ¡Bella!- seguía gritando, pero no me detuve. Pero como no es novedad, mi suerte es mala. En una de esas que volteé para ver si Edward me estaba alcanzando, tropecé con una rama. Sabía lo que me esperaba, lo único que pedía era que Edward no me encontrara y se vaya por otro camino. Proferí un grito involuntario por la caída para luego ver un tronco al frente de mí. Eso es todo lo que recuerdo. Después, todo se volvió negro.

 

 

 

EDWARD POV

Buscaba como un loco a Bella. No la encontraba por más que corría con todas mis fuerzas. La llamaba, gritaba su nombre, pero no me contestaba. Eso me hacía pensar 2 cosas: que ella no quería que la encuentre, pues no me quería ver en su vida; o que le pasó algo y puede que en este momento esté por ahí desmayada a causa de un golpe o algo. Pensar eso último me hacía perder el control y gritar como un demente y seguir corriendo. Solo quería encontrarla. Por favor Dios, cuídala.

Lo único que tenía en mente era dar con mi Bella, pero también me consumía un odio tan grande como el universo hacia la vil persona de Tanya. La odiaba con todo el alma y la haría pagar por todo lo que hoy hizo… lo j… pero mi pensamiento se detuvo cuando vi el cuerpo de Bella sobre las hojas… estaba sangrando… ¡No, no, no! Por favor, no.

Corrí todo lo que pude y su cuerpo inconsciente. Lo primero que hice fue tomarle el pulso y gracias a Dios, este no era débil. La levanté como pude. Me manché todo de sangre, pero era lo que menos importaba. Caminé lo más rápido que pude. ¡Rayos! Mi celular estaba sin batería. No podía avisar a Carlisle.

-Bella, cariño, resiste, por favor.- le pedía en todo momento. Esto no me podía estar pasando cuando al fin había encontrado a la mujer indicada.

Cuando por fin avisté mi casa, empecé a gritar por ayuda. Esperaba que alguien me escuchara y me reciba con un auto listo para dirigirnos al hospital. Bella estaba perdiendo mucha sangre.

-¡Alice, Carlisle, ayuda!... ¡AYÚDENME!- gritaba a todo pulmón.

De pronto vi a Alice salir corriendo y apenas me vio con Bella en brazos, llamó a mi padre, mientras ella corría hacia mí. Carlisle salió con cara de susto, la cual no se calmó cuando me vio.

-¡Bella! ¡Por Dios! ¿Qué le sucedió?- preguntaba Alice frenéticamente.

-No lo sé, Alice. La encontré así… Rápido, papá, por favor, está perdiendo mucha sangre. Tenemos que llevarla al hospital, ya!

-Sí, hijo. Ahora mismo voy por mi auto.- me dijo él, pero no había tiempo para ello.

-No, ten mis llaves. Vamos en mi auto. ¡Rapido, papá!- lo apresuré. Le tiré mis llaves y él me abrió la puerta de atrás para entrar con Bella aún inconsciente.

-Alice, trata de localizar a Charlie y dile lo sucedido…- decía Carlisle, pero sabía bien que eso era imposible.

-No, papá, el Jefe Swan no está en la ciudad.- dije rápidamente. Ya quería estar en el hospital.

-Exacto. Voy detrás de ustedes. Solo recojo mis llaves y los sigo.- dijo Alice entrando a la casa.

Carlisle aceleró al máximo y así llegamos al hospital en 20 minutos. Había llamado para que tuvieran lista una camilla y los aparatos necesarios para una paciente inconsciente con la cabeza ensangrentada. Yo intenté para con el sangrado rompiendo mi camisa formando una tira con la que rodeé la cabeza de Bella. Además de esa herida, tenía rasgones en sus piernas y brazos. ¡Maldición, no la debí soltar!

-Perdóname, Bella… por favor, perdóname.- le decía, aunque sabía que no me podía escuchar.

-¿Ed..ward?- susurró ella… estaba reaccionando.

-Bella, cielo, resiste, ya casi llegamos.

-Edward, no…

-Shhh… todo va a acabar, lo prometo. Y yo estaré contigo todo el tiempo.- justo en ese momento llegamos y 3 enfermeras nos esperaban con una camilla y suero.

Carlisle frenó y se bajó rápidamente para ayudarme a sacar a Bella, quien seguía sangrando. Ya estaba muy pálida y se veía tan débil que parecía que si la tocabas, la harías partirse en pedazos.

Una vez fuera del auto, la depositamos en la camilla, que fue empujada por las enfermeras y yo corría con ellas sin dejar de tomar la mano de Bella en todo momento.

-Edward… du-ele- gemía mi Bella.

-Shh, Bella, cariño, pronto acabará, lo prometo… yo estaré contigo… siempre.

-Edward…- y no dijo nada más. La mano que tenía apretada perdió vida.

-¡Carlisle!

-Al quirófano, ya!

Dicho esto, adentraron la camilla a la habitación indicada y empezaron a conectar a Bella a varios aparatos.

-Joven, no puede permanecer aquí, tiene que salir y esperar…- me decía una enfermera. ¡De ninguna manera!

-No lo creo. Me quedaré aquí hasta que Bella esté a salvo.- hablé lo más duramente posible para que tengan por seguro que no me iba a mover de mi puesto.

-Lo siento, pero no puede estar aquí…- diciendo esto, me tomó por el brazo y me empezaba a jalar hacia la salida, pero no iba a dejarme. Era mujer, pero ni ella ni nadie me moverían de mi lugar, ni siquiera mi propio padre.

-Perdóneme usted, pero he dicho que no me moveré de aquí. Si tengo que ponerme una vestimenta igual a la suya para poder quedarme aquí hasta que terminen, lo haré, pero nadie me sacará, ¿lo entendió?

La enfermera se volteó y se dirigió hacia mi padre para luego decirle algo al oído. Al instante, Carlisle me miró y se empezó a acercar a mí. ¿Es que todos eran sordos? Mi lugar estaba aquí, con mi novia, y no la dejaría por ningún motivo. Pero, claro, en  vez de entender eso, mi padre viene hacia mí para tratar de “convencerme” de que me vaya… pero no me iré.

-Hijo…

-No, Carlisle, no me iré y es mi última palabra.

-Emily, traiga un traje para el joven, por favor.- le dijo a otra enfermera.

-En seguida, doctor Cullen.- entró a un cuarto y cuando salió se dirigió a mí y me entregó el traje.

-Joven, tiene que acompañarme para que se asee y luego se ponga el traje, no puede permanecer aquí si no está debidamente limpio. Es riesgoso para la paciente, puede contraer algún tipo de infección a causa de la suciedad que usted desprende o…

-Está bien. Lo haré. Gracias.- no tenía por qué explicarme todo ello. Todo eso lo sabía perfectamente. Por algo mi padre es médico no? Además, yo iba a estudiar lo mismo, sabía lo que tenía que hacer. Lo que sucede es que no me quiero separar de Bella, pero si continúo en este estado, le podía hacer mal a ella.

La enfermera llamada Emily me acompañó a la habitación de aseo.

-Siento lo de afuera. Tengo que comportarme seria porque si no mis compañeros hablarán mal, cosas como que soy ineficiente o algo así.

-No hay problema, sé que es su trabajo.

-Si me lo permite, creo que lo que está haciendo en este momento significa mucho más de lo que piensa. No sabe cómo desearía que hayan más personas como usted. Ese acto de allá afuera, es digno de admirar.- me dijo Emily sinceramente. No veía signos de coqueteo ni nada por el estilo en su rostro.

-Mi lugar está con ella, y le prometí que no la dejaría sola.

-¿Ella es su novia?- me preguntó.

-Sí, soy tan afortunado de tener una novia como ella. Por eso, no pienso dejarla ir.

-Pues ella no se queda atrás. Es tan afortunada como usted de tenerlo como pareja. Muy pocas personas hacen lo que usted ha hecho hoy.

-Gracias por sus palabras. Y ahora, discúlpeme, pero tengo que estar con ella.- le dije una vez terminé de asearme y colocarme el traje. La mujer no se inmutó ni siquiera cuando me quité los restos de mi camisa. Cómo quisiera que todas las demás fueran así, a excepción de una claro, mi hermosa Bella.

Llegué hacia donde estaba ella y la cogí nuevamente de la mano. Vi cómo cosían su herida en la cabeza. No era profunda, pero estaba muy sucia con residuos del bosque, lo que complicaba un poco la situación. Sin embargo, confiaba en mi padre. Él haría un muy buen trabajo. Curaron también los rasguños que tenía.

-Estará bien, hijo. Está débil, pues perdió mucha sangre, pero se recuperará en un abrir y cerrar de ojos. Ella es muy fuerte. Sin embargo, quisiera llevarla a observación una vez esté despierta. Ya sabes, para asegurarnos de que todo marche bien.

-Sí, papá. ¿La llevarán a una habitación ahora?

-Sí. Vamos, la instalaremos justo ahora.

Nos dirigimos a una habitación, donde colocaron a Bella y luego la cambiaron de la camilla del quirófano a la cama del cuarto. Luego, me senté en el pequeño sofá que había ahí y nuevamente la tomé de la mano. No me iría hasta que se despierte y me asegure de que esté bien.

-Edward, no es necesario…

-No, Carlisle. Me quedaré aquí hasta que abra los ojos… ¿sabes qué? Más bien, me quedaré hasta que le des de alta.

-Hijo…

-Ya dije, padre. No cambiaré de opinión.- le dije sin mirarlo. Mis ojos estaba fijos en otros, que esperaba pronto se abrieran. Carlisle se limitó a salir de la habitación y dejarme con mi novia.

Ahora solo me quedaba esperar a que ella despertara y poder explicarle todo. No estaba dispuesto a perderla y menos por la mujer esa. No se saldría con la suya, de eso estaba seguro.

Pasaron 4 horas y ya me estaba dando sueño, cuando sentí que alguien entraba a la habitación.

-Hijo… por favor… me… permites…- mi madre intentaba decir, pero no sabía cómo hacerlo. Su rostro no era el que solía ver todos los días: risueña, cariñosa… no, ahora tenía tanta tristeza en su mirada que dolía y sus ojos estaban hinchados, debido, creía yo, al llanto.

No le dije nada, mi vista seguía fija en Bella. No quería contestarle aún porque saldría discutiendo con ella. Aún no podía olvidar las duras palabras que le dirigió a Bella, palabras que provocaron que huyera y pasara todo esto.

-Edward, hijo, perdóname. Escucha, yo…- no necesitaba escuchar más.

-Esme, no digas nada ahora, si quieres conseguir algo bueno de mí, no hables porque lo único que lograrás será que recuerde con mayor amargura lo que hiciste hace unas horas. ¿Quieres quedarte aquí? Perfecto, hazlo, pero no pretendas que arreglemos las cosas aquí. No es el momento ni el lugar indicado.- le dije sin mirarla.

Ella no dijo nada y se mantuvo en silencio. El tiempo seguía pasando y ya sentía que mis ojos se cerraban poco a poco.

-¿Edward?- susurró Bella con voz ronca.

-Bella… cariño, aquí estoy. Te recuperarás pronto y luego podremos estar juntos nuevamente.- le dije mirando sus dulces ojos, los que ahora lucían muy cansados.

-No… déjame… sola… no… te quiero… aquí. Vete!- me dijo con lágrimas en los ojos.

-No, Bella, escucha por favor. Yo te quiero, no me importa lo que la gente diga, sean mis amigos o mi propia familia. Yo sé quién eres. Por favor, no permitas que esto nos separe Bella… por favor.- le pedí casi suplicándole.

-Quiero estar… sola, Edward. Vete, por favor.- me pidió ella sin mirarme a los ojos.

-Bella, hija, no lo hagas, mi hijo te quiere. Yo soy la culpable de todo esto y…- las lágrimas desbordaban por su mejillas-… y no sabes el dolor que siento. Cometí un grave error… por favor…

-Váyase, señora. No quiero escuchar… a nadie. Déjenme sola!- pidió Bella alzando más la voz.

-Bella, cariño, por favor no me digas eso… porque no lo haré. No te dejaré por ningún motivo.

-Hija, escucha a Edward. Él dice la v…

-Solo váyanse! Vete Edward, no quiero verte ni a ti… ni a tu familia. ¡Aléjense de mí!

-No hagas esto, Bella, mi hijo…

-No quiero escucharla, ¡váyase!- le gritó Bella a mi mamá.

-Esme, será mejor que te vayas ahora.- le dije. Si eso necesitaba mi Bella, pues eso le daría.

Mi madre no paraba de llorar, pero aún así, salió del cuarto.

-Bella, escúchame…

-No, Edward. Esto se acabó, ¿me oyes? Se acabó.- dijo ella llorando.

Sentí cómo mi corazón se detuvo en el instante en que esas palabras salieron de sus labios. ¡No, no puedo permitirlo!

-Bella, tienes que…

-No, dije que no. No quiero oírte, no quiero verte. Se acabó. Largo, ya!

-No me iré hasta que me escuches, Bella, quieras o no, me oirás.- le dije seguro de mí mismo.

No iba a permitir que nuestra relación acabara. No la dejaría ir y me iba a escuchar así tenga que atarla a la cama. De que me oía, me oía.

 

Holaaa chicas... como me fijé k pasamos las 100 visitas y llegamos a los 2 votitos, me animé a dejarles un cap más... se lo merecen... así sean lectoras silenciosas, agradezco mucho k lean el fic y espero k hasta ahora esté siendo de su total agrado... si es k no es así, entonces díganme... algo se puede hacer... pero weno...

ok, kería decirles k a partir de akí, las cosas se ponen algo tensas... de akí en adelante, nada será fácil para ellos... y espero k no m odien por lo k va a pasar en el futuro... si tienen maldiciones y kieren expresarlas... no sean tan duras... plizzz??... weno, las espero en el prox cap... yyyy pz para las k les parezca, les recomendaría k pongan el fic como favorito para k sepan k he actualizado, ya k no tendré exactamente un tiempo límite de actualización del fic... todo dependerá de mi tiempo yyyy de su amabilidad... si veo k sigue pegando yyy pega más, actualizaré más rápido, lo prometo...

ya weno, seguro ya las aburrí, esto era todo lo k kería decirles... chauuu nos leemos prontito...

Lyhaane.





Capítulo 2: CHAPTER 2 Capítulo 4: CHAPTER 4

 
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