Todo Gracias a mi Cuaderno de Historias (+18)

Autor: Lyhh_mt
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2011
Fecha Actualización: 26/09/2012
Finalizado: SI
Votos: 16
Comentarios: 87
Visitas: 117133
Capítulos: 28

 

La vida de Bella Swan no es color de rosas. El hombre al que amaba ni la miraba. Al no poder transmitir sus sentimientos, plasmaba todas sus fantasías con ÉL en un cuaderno. Un día, ese cuaderno cambiará su vida para siempre... ¿cómo? averígualo aquí.

 

Amor… odio… dolor… felicidad… y sobre todo… suspenso… muuucho suspenso…

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Hola, me llamo Lyane y este es mi primer fanfic. Bueno, qué decirles… me gusta mucho escribir y espero la opinión de ustedes, las lectoras (yo también soy lectora, por eso sé la importancia de la opinión y críticas de ellas a las autoras). Me encantaría saber lo que piensan… claro, pondré todo de mi parte para que esta historia sea de su agrado… yyy con respecto a los mensajes que sé que envían en donde incluyen insultos y demás, pues solo los ignoraré… si es que en esos mensajes, e incluyen algo así como críticas constructivas, que me ayuden a mejorar, que es lo que me importa, entonces, los tomaré en cuenta; mas no aquellos que solo ofendan…

Bueno, espero que les guste la historia y espero sus opiniones…

Lyhaane.

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Capítulo 20: CHAPTER 20

DISCLAIMER: Los personajes le pertenecen a la grandiosa Stephenie Meyer... la admiro tanto!... okz okz... yo solo plasmo las ocurrencias de mi mente y juego con sus personajes.


Hola chicas… bueno, aquí les dejo el cap, espero que haya quedado bien y pues quería decirles uhm… no quiero decepcionarlas, pero… no, mejor les dejo el cap y ya, nos vemos en el siguiente ok. No sé si escribiré algo al final del cap. Si me acuerdo de algún aviso o algo, se darán cuenta…

Enjoy!

 

BELLS POV

Caminé tan rápido como pude hacia la fila para abordar el avión. Mi despedida con Edward había resultado más difícil de lo que había pensado. Y si a eso le sumaba la carita de Kat y su manita moviéndose diciéndome “adiós”, estaba segura que daba media vuelta y mandaba al diablo mi trabajo. Serían 6 largos días lejos de mi familia.

Suspiré dándome fuerzas, antes de poner un pie en la escalera para subir al avión. Tomé el pasamanos y subí lentamente, sin mirar atrás. Finalmente, entré y busqué mi asiento. Había comprado uno pegada a la ventana. Estar sentada hacia el pasillo no me ayudaría a pensar en otra cosa que no sea Edward y Kat en un lugar diferente a donde yo me encontraba. A pedido de mi esposo, había adquirido un pasaje en primera clase. Según él para que esté más tranquilo. No entendía por qué, pero le hice caso de cualquier manera.

No sabía si alguien ocuparía el asiento a mi lado, pero no me iba a preocupar por eso.

Como aún no despegábamos, saqué mi ejemplar eterno de Cumbres Borrascosas y lo abrí en una página al azar para leerlo un rato. Estaba leyendo la parte en que Katherine cae enferma, cuando sentí que ocupaban el asiento del costado. Era una mujer. Cabello negro, lacio y corto, con lentes oscuros que le tapaban casi la mitad de su rostro. Estaba vestida con un gran saco muy glamoroso y unos tacones que tenían la misma pinta. Sea como sea, no se volteó en ningún momento. Solo se sentó, recostó su cabeza en el respaldar y se quedó ahí. Yo hice como que no me había dado cuenta de su presencia y seguí con mi vista sobre el libro. Cuando anunciaron que nos abrocháramos los cinturones, así lo hice. Después de unos minutos, saqué mi celular para llamar a Edward al mismo tiempo que saqué mi portátil para al menos chatear con él, pero una aeromoza se acercó a mí con rapidez.

-Disculpe, señora, pero no puede encender ni usar ningún tipo de aparato electrónico en este vuelo.- fruncí mi ceño confundida. Ninguna de las veces que había tomado un avión me habían dicho eso después de un momento de viaje.

-¿Por qué? ¿Qué problema hay?- le pregunté.

-Solo recibo órdenes, señora. Me dijeron que cuidara que ningún pasajero prenda su móvil o aparato electrónico, y eso estoy haciendo. Por eso le pido tenga la bondad de guardarlos.- como vi que no la iba a convencer, decidí seguirle la corriente.

-Sí, está bien. No se preocupe.- devolví la portátil y el celular a mi bolso.

Como estaba del lado de la ventana, tenía la ventaja de que no me podían ver totalmente, así que cuando las aeromozas se alejaban, trataba de sacar mi móvil sin que se dieran cuenta. Cuando al fin lo conseguí, lo escondí y lo encendí. No me gustaba el sonido que hacían los móviles al ser encendidos, así que lo había configurado para que lo hiciera en silencio, así como había silenciado el sonido de las teclas. Eso me haría más fácil lo que quería hacer. Rápidamente, fui a “perfiles” y elegí el modo silencioso. Luego, con una habilidad recién descubierta para escribir mensajes de texto a una velocidad para mí increíble, logré enviarle uno a Edward, quien sabía que estaba enloquecido por no haberme comunicado con él.

“Amor, no nos dejan prender las portátiles ni que hablen por celular, porque no lo creen conveniente. No entiendo por qué ni la razón por qué lo hacen. Las aeromozas recorren los pasillos vigilando a los pasajeros. Te estoy enviando este mensaje a escondidas. Cuando la situación cambie o aterrice el avión, prometo llamarte ok. Te amo.

Bella”

Segundos después, recibí un mensaje de él.

“Me parece muy raro. Pero bueno, y yo que estaba esperando ver tu rostro. Entonces, espero tu llamada. Yo también te amo, Bella.

Tu Edward”

Y así se pasó el tiempo, esperando que por fin llegara para poder escuchar la voz de Edward y el de mi hija. Los extrañaba horrores. En momentos, el avión se movía, signo de que habían turbulencias. En mis primeros viajes, me daban mucho miedo, pero poco a poco me fui acostumbrando. Ahora, ya no me la pasaba aferrada a los reposamanos tensa, temiendo por mi vida, pensando que el avión se estrellaría en cualquier momento.

Así que me quedé allí… sentada… leyendo… y mirando las nueves de vez en cuando… y leyendo… y… ¿qué más iba a hacer? Sabía lo que me esperaba cuando subí al avión, así que ahora me tenía que aguantar. Tampoco es que mi compañera de asiento me ayudara a distraerme. Desde que se sentó, no se había movido. Ni siquiera se había sacado los lentes. Tal vez, se quedó dormida de lo cansada que estaba por algo. O se tomó pastillas para dormir. Quién sabe. Sea como fuera, era como si no hubiera nadie ahí, como si estuviera sola. De manera que tenía que distraerme a mí misma… Tal vez, si me concentraba mucho en la historia de Heathcliff y Catherine, el tiempo pase menos lento que en este momento.

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7:50 pm

Era lo que marcaba mi reloj de pulsera, obsequio de mi padre.

 Se suponía que el vuelo llegaría a Sao Paulo en unos minutos. Ya quería bajar del avión para poder llamar a Edward. No hablaría con Kat porque ya estaría dormida, pero sí podré con Edward. Sé que él me esperaría toda la noche si fuese necesario.

Estaba sentada viendo nuevamente el cielo oscuro cuando me dieron ganas de ir al baño. Así que me puse de pie para dirigirme a él, pero me di cuenta de que mi acompañante inconsciente me obstaculizaba el paso. Traté de despertarla, pero fue inútil por más golpecitos que le di en el hombre. Incluso le hablé al oído, pero nada.

Me quedé parada, mordiéndome las uñas sin saber qué hacer. Mi necesidad se estaba volviendo urgente. Mi vejiga se llenaba cada vez más. Quería ir al baño, rayos. Así que, tomando mi última opción, después de unos minutos, y asegurándome que una aeromoza estaba atendiendo a una familia cuyo hijo la estaba pasando mal, mareado el pobre; decidí pasar por encima de la mujer. Total, si se enojaba le diría que era urgente y puesto que ella no se despertaba por ningún modo, no tuve otra alternativa.

Me sostuve del respaldar del asiento de la mujer y del asiento de adelante con ambas manos, subí una pierna y la crucé hasta el otro lado, quedando las piernas de mi acompañante entre las mías. Rápidamente y antes que perdiera el equilibrio, pasé la otra y pude por fin salir al pasillo, por donde casi troté para llegar al baño. Una vez allí, al fin mi vejiga se vació y fui al lavabo para lavarme las manos y mojarme la cara. Me saqué mis anillos, incluido el de mi compromiso y mi aro de matrimonio y los coloqué a un costado, mientras mojaba  enjabonaba mis manos. Una vez limpias, mojé mi rostro para refrescarme un poco. Hubiera traído un poco de maquillaje para aunque sea ponerme brillo en los labios, pero bueno, no lo hice. Estaba secándome las manos con el papel toalla e iba a coger mis anillos, cuando comenzó.

El avión se sacudió de tal manera que me hizo perder el equilibrio y caí de espaldas dándome contra la pared del pequeño baño. Vi cómo mis anillos caían a un lado, mientras el avión seguía sacudiéndose, impidiéndome parar. Así que, como sea, me arrastré y busqué mis anillos, no dejaría mi aro y mi anillo de compromiso que tanto significaban para mí. Llegué a coger mi aro, pero no alcancé el anillo, ya que tenía que sostenerme de algo o moriría de un golpe en la cabeza. Era como un terremoto de esos de las películas en que las carreteras se abren y todo tiembla como gelatina. En ese momento, me di cuenta de algo. Estaba a punto de tener un accidente. Tal vez, había habido una falla o algo… pero, sea lo que sea, haría que el avión cayese. Si eso ocurría… Edward… Kat… mi familia, mis amigos, mis padres… quién sabe si sobreviviré al inminente accidente. No los volvería a ver. Iba a… morir. Hoy… Ahora… Así, lejos de todos mis seres queridos… Sola…

Mi respiración se comenzó a acelerar, mi cuerpo comenzó a temblar tal y como lo estaba haciendo el avión, mientras veía cómo todas las cosas del baño caían, se estrellaban entre sí, caían sobre mí. Traté de cubrirme lo mejor que pude, y sin soltar en ningún momento mi aro. Afuera, escuchaba los gritos de las personas, niños llorando y gritando a sus padres que tenían miedo, mujeres rezando con desesperación, otras más pidiendo ayuda, aún sabiendo que nadie podría acudirlas. Las voces de las aeromozas por los altoparlantes se dejaban escuchar, pero ellas también sonaban muy asustadas, así que la gente cada vez gritaba más y más. El avión estaba totalmente fuera de control. Caería en cualquier momento, o incluso tal vez ya estaba cayendo y yo no me daba ni cuenta. En lo único que podía pensar en ese momento era en Kat y Edward. ¿Los volvería a ver? ¿Sería tan fuerte como para sobrevivir a esta catástrofe? ¿Lo lograría?

Lo prometiste.

Escuché en mi interior. Y era verdad. Yo se lo había prometido a Edward… pero… a veces… hay cosas que te apresan, te detienen y ni tú ni nadie te puede liberar… aquello que te separa de lo que más amas… de tu vida… de tu mundo…

La muerte.

¿Me habría llegado la hora? ¿Así? ¿Sin siquiera poder ver por última vez el rostro del hombre por el que había luchado tantos años y con el que hasta hace unas horas era totalmente feliz junto  a nuestra preciosa hija? ¿Sería así mi muerte?

No sé cómo ni por qué, pero logré escuchar la voz de alguien de afuera, mientras se dirigía a alguien…

-Amor, soy yo… amor, lo siento cariño… el avión está cayendo, amor… cae y… cielo, sé lo que va a pasar… no sabes cuánto desearía volver a verte… al menos por última vez… tocar tu rostro… decirte que te amo… pero… no lo creo… siempre serás lo mejor que me ha pasado en la vida… siempre, amor… Adiós…

La mujer se despedía del amor de su vida… lloraba, sollozaba mientras hablaba, pero al menos había logrado despedirse… en cambio yo… ni eso podía dejarle a Edward… nada… ni un “Adiós” y nada más.

-Perdóname, Edward.- dije en voz alta, escuchando los gritos incrementarse y el movimiento convirtiéndose en un susurro, sintiendo cómo todo bajaba… caía… nunca me solté… pero sabía lo que seguía…

Cerré mis ojos y apreté con fuerza mi aro…

-Lo siento, Edward…- susurré ya con miles de lágrimas surcando mi rostro , cayendo como yo lo estaba haciendo… yendo a parar a un lugar desconocido, hacia donde no sabía si iba sobrevivir o no… donde no sabía si iba a dar mi último suspiro para dejar este mundo… para dejarlos a todos… para dejar a Kat… para dejar a Edward…- Te amo.

Fue lo último que logré decir antes de sentir el impacto.


 

EDWARD POV

-Lo siento, Edward.- escuché su voz.

-¿Bella?

-Lo siento tanto, amor. Perdóname.

-Bella, ¿dónde estás?- pregunté desesperado.

-Perdóname… Edward.- Escuchaba la melodía de su voz en el aire, pero no la podía ver a ella. Y… ¿dónde estaba yo?

Todo era oscuridad. Penumbras. No podía ver absolutamente nada.

Pero tenía que encontrar a Bella.

Traté de encontrar mis piernas, mis pies, sentirlos… pero no podía. No sentía nada de mí. Mis manos, mis brazos, mi cabeza. Nada.

¿Dónde estaba?

¿Acaso era este un sueño? ¿Una pesadilla?

¿Qué había pasado?

Mi mente se encontraba totalmente en blanco. No recordaba nada. Me encontraba solo en esa oscuridad, sin nadie que pueda ayudarme... sin Bella a mi lado… Bella

Bella… mi Bella estaba… No. No.

-¡Bella! ¡Bella!- comencé a llamarla a gritos. ¡Maldición! ¿Dónde están mis piernas?- ¡Bella, háblame, por favor! ¡Bella! ¡Bella! ¡Bella, por favor!

Ella no respondía. Se había ido…

Pero de pronto sentí que mi cuerpo casi sin vida, recobró su sentido.

-Edward…- su voz era solo un susurro, pero era ella. Estaba seguro.

-Bella, por favor, amor, dime dónde estás.- le supliqué, pero ella seguí sin aparecer.

-Donde estoy, no puedes venir. No aún. Edward, solo quiero…

-No, Bella… por favor, no hagas esto… no… no me dejes… ven conmigo… yo sé que tú no estás…

-Sí estoy, Edward. Estoy muerta… y lo siento… lo siento por… no cumplir mi promesa… yo…

-No, no. Ahora estás conmigo. Yo sé que no estás muerta, Bella. Solo dame pistas, señales. Yo te encontraré, amor. Te encontraré y seremos felices, como antes. Kat te necesita. Yo te necesito. Por favor, Bella. Yo siento que tú no estás muerta. Sé que este es un sueño, pero… esta puede ser una conexión entre nosotros… algo que me permita encontrarte… dime algo, lo que sea… Tengo que encontrarte, Bella…- mi voz se atoró en mi garganta, cuando en la distancia, justo en frente de mí, vi aparecer su imagen. Ella estaba descalza, con un vestido largo y blanco y me miraba con tristeza. Mas no se acercó a mí. Se quedó ahí parada viéndome.

-Eso no es cierto… y lo sabes, Edward. Esto no es más que una despedida… porque no quería dejarte así… no quería dejarte de ningún modo… pero las cosas pasaron porqué sí y ahora… Edward, perdóname por no cumplir mi promesa, pero… ahora, quiero que tú me prometas algo.- sabía lo que seguía…

-No… Bella…

-Prométeme… prométeme que serás fuerte por Kat… que no te vas a derrumbar ante ella… que vas a seguir adelante por ella… que me vas a dejar ir…- No…

-Nunca, Bella. Tú siempre serás la única en mi vida. Nunca voy a dejar de amarte.- justo en ese momento, comencé a sentir los dedos de las manos, pero a la misma vez, la imagen de Bella se hacía más opaca.

-No he dicho eso, Edward. Yo tampoco dejaré de amarte… nunca… pero, ahora que yo ya no estoy…

-Siempre estarás, Bella. No puedes pedirme eso.- los dedos de mis pies se hicieron presente, pero mientras más sentía yo, menos podía ver a Bella- Escúchame, amor. Aún hay esperanzas… puedo encontrarte, sé que puedo. Tú no estás muerta… no estás muerta, Bella.- ella me sonrió con tristeza y vi cómo sus ojos se llenaban de lágrimas.

-Eso no es verdad, Edward… siempre te voy a amar… siempre… y…

-No… no te despidas… por favor, Bella… no me dejes.

-Te esperaré toda la eternidad… volveremos a estar juntos más allá de la muerte. Yo estaré esperando por ti, así como lo hice desde el principio…- ella dejó de hablar y volteó su rostro como si alguien la hubiese llamado y luego volvió a mirarme.- Tengo que…

-No… no… por favor… no…

-Adiós… Edward… ahora yo esperaré que tú vuelvas a mí…- ella comenzaba a desaparecer totalmente, mientras yo batallaba por encontrar el suelo y correr a su lado. Ella no podía dejarme.

-Bella… espera… no… no te…- por fin encontré lo que buscaba y corrí con todas mis fuerzas hacia ella, de cuyos ojos resbalan dos lágrimas cristalinas, angelicales. Me miró por última vez, y justo cuando iba a tomarla del brazo, desapareció.- No… No. No. ¡Bella! ¡Bella, por favor!- pero era tarde. Ella ya no estaba. Se había ido.

 

Desperté totalmente agitado. Mi corazón latía como las alas de un colibrí batiéndose. Sentía mi cuerpo sudado, y mi visión estaba nublada, a pesar de que había luz donde me encontraba.

-¿Edward? Hijo. Fue una pesadilla, cariño. Ya pasó.- Esme llegó a mi lado y me abrazó, subiendo y bajando sus manos por mi espalda. Yo no podía hablar. Estaba inmóvil. Mis ojos veían sin ver. Mi mente procesaba mis pensamientos sin conseguir lo que buscaba.- Edward, ¿te encuentras bien? Por favor, hijo, dime algo.- mi madre se separó un poco de mí y tomó mi rostro entre sus manos.

Las palabras salieron sin que yo pudiera hacer nada. Mi cuerpo no obedecía lo que mi cerebro le ordenaba.

-Dime que Bella no…- empecé a decir en susurros, pero Esme me detuvo.

-Hijo… lo siento tanto.- las lágrimas volvían de nuevo a sus ojos, y fue ahí cuando decidí que al menos tenía que aceptar esa verdad… pero por más verdad que sea, era lo más difícil para mí de aceptar.

-Nada perdía intentándolo.- le dije con una sonrisa, o eso traté de demostrar.- ¿Qué pasó?- pregunté a la vez que tomaba sus manos entre las mías, las apartaba de mi rostro y mis ojos observaron mi alrededor. Estaba en mi habitación. En nuestra habitación.

-Carlisle tuvo que inyectarte un calmante. No… no podíamos controlarte.- me dijo ella en voz baja. Yo solo asentí. Pero luego recordé algo sumamente importante, por lo que mis ojos volaron hacia los de ella y la miré fijo.

-¿Y Kat? ¿Ustedes le han…?

-No. Pensamos que sería mejor que tú se lo dijeras.

-Entiendo. ¿Dónde está ella ahora?

-Durmiendo. Pensamos que el calmante te haría dormir por más tiempo, pero ya despertaste y ahora es temprano en la mañana. En cualquier momento, Kat se despertará.- me explicó mi madre con una sonrisa triste en sus labios.

-No sé cómo… no sé cómo se lo voy a decir, mamá. Ella es tan pequeña y… tan inocente… ¿y si no lo hago bien? ¿Y si se deprime y se convierte en una niña muerta en vida? ¿Y si…?- mi madre se limitaba a escucharme, sin interrumpirme.- ¿Por qué, mamá? ¿Por qué me la quitó? Después de tanto que hemos pasado juntos. Después de tanto tiempo… ¿por qué?- comencé a hablar en voz alta. Ese “¿por qué?” me atormentaba. Estaba impregnado en mi mente y no me dejaba en paz.

-Qué más quisiera yo que poder responderte esa pregunta, hijo. Pero no sé la respuesta. No sé por qué sucedió todo esto… pero a veces las cosas…

-No, mamá. Él me la arrebató. Dios es…

-Edward… no sigas. No digas algo de lo que después te arrepientas… Sé que esto es muy duro para ti… es duro para todos, Edward. Todos la queríamos mucho, pero… ahora ella ya no está con nosotros y tenemos que aprender a afrontarlo. Tenemos que ser fuertes. Tú tienes que ser fuerte, más que los demás. Por Kat, Edward. Tienes que ser fuerte por ella. Ella te necesita ahora más que nunca. Aún no lo sabe, Edward, pero cuando eso suceda, tú tendrás que estar siempre para ella.

Prométeme… prométeme que serás fuerte por Kat… que no te vas a derrumbar ante ella… que vas a seguir adelante por ella…

Las palabras que ella me dijo en sueños, vino a mi mente. ¿Qué había sido eso? ¿Fue en realidad una aparición en sueños? ¿O fue una maquinación de mi mente? No lo sabía aún, pero… pero quería creer que era lo segundo. Algo dentro de mí me decía que tenía que buscar a Bella. Tenía que buscarla y la encontraría. La traería a casa. Y volveríamos a ser la familia más feliz del mundo. Como lo éramos antes de que se suba a ese avión.

-Lo seré, madre. Pero… no se lo diré aún. Antes, tengo que hacer algo.- le dije soltando sus manos y apoyándome con las mismas para ponerme de pie. Tenía que comenzar ya. Le devolvería su madre a Kat. Traería a Bella conmigo. Yo la iba a encontrar. Sea como sea.

-¿Qué?

-¿Dónde está Carlisle? Necesito hablar con él. Necesito un helicóptero, una avioneta o lo que sea. Tengo que viajar a Brasil.

-Hijo…

-Tengo que hacerlo, madre. Tú más que nadie tiene que comprenderme. No he perdido las esperanzas. Yo la voy a encontrar, mamá. Y para eso tengo que viajar a ese lugar. Y una vez allí, no descansaré hasta dar con ella. Viva o…- en ese momento, algo vino a mi mente. No lo había tomado en cuenta. Con el corazón en la boca, le hablé a mi madre- ¿Recibieron más noticias? ¿Encontraron…? ¿Han reconocido algún cuerpo?- no pude más que susurrar las palabras. Mi ser se negaba a asociar a Bella con esas frases.

-Sí. Encontraron muchos cuerpos dentro del avión. Los trasladaron a la morgue de Sao Paulo para tomar muestras para identificarlos.

-¿Y…?- quería continuar la pregunta, pero no podía. ¿Mi madre entendería a qué me refiero, no?

-No. Ninguno de los cuerpos pertenecía a Bella… pero…

-Pero, ¿qué?- ella seguía sin hablar- ¿Madre?

-Uno de los cuerpos identificados pertenecía a…

-¿A quién?

-A Tanya Denali.- ¿Qué? ¿Tanya? ¿Qué rayos hacía…? No…- La encontraron fuera del avión. Al parecer, intentó escapar del lugar, pero algo le atravesó el estómago y no pudo seguir. La posterior explosión la alcanzó y casi calcinó su cuerpo.

No tenía palabras. Era imposible eso que me decía mi madre. Yo mismo revisé la lista de pasajeros y no había ninguna Tanya Denali. Ni siquiera el nombre de pila. Nada.

-¿Están seguros de que se trata de ella? Porque yo…- pero Esme no me dejó seguir.

-Sí, al parecer falsificó su identidad. Se cambió de nombre. Iba registrada como Clare Watson.

Se cambió de nombre. Ella…

Ella. Tanya lo había causado todo. Ella era la responsable. Ella me había arrebatado a Bella de mi lado. Ella.

-No es lo que estás pensando.- mis ojos se enfocaron nuevamente en su rostro y dejé que siguiera hablando- Tanya no organizó todo. Se demostró que hubo una falla mecánica. Se trata de una negligencia. Dejaron que el avión despegara teniendo este un defecto que… fue fatal. Carlisle además de otras familias han empezado la demanda legal.

Una falla mecánica. Una falla mecánica y la irresponsabilidad de los miembros de la empresa aérea me la habían arrebatado. Me parecía tan absurdo… tan… injusto. Tenía que haber un castigo para ellos, un castigo que les haga sentir el dolor que yo siento ahora… que sufran como yo lo estoy haciendo ahora…

Pero ni eso ni nada me la devolvería. Bella ya no estaba conmigo…

-¿Papi?- escuché su voz adormilada en el pasillo. Seguramente ya estaba viniendo a la habitación.

-Kat. Linda, ven aquí.- la llamó mi madre. Al instante, vimos a mi pequeña aparecer por la puerta y entrar corriendo para luego saltar a la cama y lanzarse sobre Esme, lo que le causó mucha risa, pero a  mí solo me quebró algo en el pecho.- ¿Cómo estás esta mañana? ¿Tienes hambre? Si quieres, te preparo esos ricos pastelitos que siempre te hago cuando vas a visitarme.

-Siiiiii. Teno mucha hamble y quero muuuuuuchos patelitos.- habló mi hija alzando sus bracitos como siempre hacía cuando decía algo.

-Oh, entonces vamos abajo. ¿Qué te parece si me ayudas a prepararlos mientras papá se cambia y nos acompaña en el desayuno?

-Sii, vamos, vamos. Teno hamble. Rápido, rápido.- dijo mi hija tirando la mano de mi madre.

Las vi desaparecer por la puerta.

Ahora ya estaba solo.

Había visto a mi hija y no fui capaz ni de darle los buenos días. Si seguía así, ella se daría cuenta de que algo iba mal. Mi hija era muy inteligente. No podía subestimarla. Así que tenía que actuar  con cuidado.

Me dirigí a darme un baño, para luego bajar al encuentro de mi hija y mi madre y empezar a hacer bien las cosas. Cuando llegué a la cocina, Kat traía puesto un gracioso delantal de mini chef y tenía harina en la nariz y las mejillas. Me limité a observarla y tomar fuerzas de donde sea para que ella no sienta lo que estaba pasando.

Cuando los pasteles estuvieron listos, tomamos el desayuno con normalidad. Hice bromas a mi hija incriminándole por no haberme saludado en mi habitación, sentenciándola a una condena de 5 minutos de cosquillas sin parar. Luego, jugué un rato con ella y después decidí que era momento de preparar mis cosas para ir a Brasil.

Pensé que era mejor hacer esto por  mi cuenta, sin inmiscuir a nadie. Así que compré un ticket para ir a Brasil. Quería irme lo antes posible, sin encontrarme con nadie más que me diga que “tenía que aceptar lo sucedido”. Por ello, escogí el vuelo más pronto y fui a preparar mi maleta. No llevaría mucho, solo mudas para unos cuantos días, pero me quedaría meses si fuese necesario hasta encontrar a Bella. Le diría a Kat que tenía que trabajar y dejaría que la cuiden mis padres. Le traería de vuelta a su madre. No descansaría hasta conseguirlo.

Dos horas después, me encontraba saliendo de mi casa. Le había informado a mi madre de mi decisión y le había dicho a Kat que tenía que salir por unos días a trabajar. Ella me hizo muchas preguntas, pero luego me dejó ir, diciéndome que le trajera muchos regalos así como Bella le había prometido. Cuando mencionó a su madre, me rompió el corazón. Definitivamente, tenía que encontrar a Bella.

Sin embargo, justo cuando estaba por entrar a mi auto, me encontré con Reneé. Ella no tenía un buen aspecto. Sus oscuras ojeras eran muy notorias y se le veía más acabada. Su rostro expresaba lo que estaba sintiendo en esos momentos y no se molestaba por ocultarlo de los demás.

Cuando le hablé de mis planes, me dijo lo mismo que mi madre me había dicho, pero a diferencia de ella, podía ver en los ojos de Reneé vestigios de esa esperanza que yo tenía. Así que por un lado me decía que tenía que aceptar la realidad, pero por otro me incitaba a que vaya a buscar a Bella y la trajera de vuelta.

“Bella no pudo escoger a mejor hombre, Edward”.

Fue lo último que me dijo. Luego de eso, me subí a mi auto y me dirigí al aeropuerto. Mi celular no dejaba de sonar, así que decidí apagarlo. De seguro los demás ya se habían enterado y me querían impedir que vaya a Brasil. Pero yo no echaría mi brazo a torcer.

La hora de salida de mi vuelo llegó y con ello me enrumbé en un largo viaje hacia Sao Paulo. Averiguaría lo que realmente pasó. Nada me garantizaba que esa “falla mecánica” pudo ser inducida. Tal vez… tal vez Tanya lo planeó y murió en el transcurso del plan.

Pero Bella, no. Sabía que ella lucharía hasta el final. Confiaba en ello. Ella no se dejaría morir. Nunca había sido testigo de un milagro, pero creía en que existían. El hecho de que Bella haya sobrevivido sería prueba de ello. Porque estaba seguro… Bella estaba viva.

 

Continuará…


 Hola chicas… sorry!!! Plizzzz perdónenme por haberme tardado y encima dejarles un cap chikito. Bueno, a comparación de los anteriores. Este es algo así como un cap de transición. Solo les digo que el siguiente cap comenzará con el mismo estilo que comencé el cap en el que se irían a Australia, ¿recuerdan?

Ok, uhm… nunca he hecho esto antes… pero… aquí les dejo unos fragmentos de lo que será el cap 21…

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-Edward, tienes que regresar lo antes posible.

-¿De qué hablas, Emmett? Ya les dije que…

-Es James, Edward. Llegó a una delegación como un loco gritando que él no era culpable de nada. Que la culpable era Tanya y una sarta de tonterías más. Él debe saber información que para nosotros es vital, Edward. Tal vez… aún hay esperanzas…

-Yo nunca perdí las esperanzas, Emmett. Por eso sigo aquí. Y descuida… Iré y tendré unas cuantas palabras con James… pero si no consigo nada… volveré a Brasil y seguiré buscando.

-Edward…- le colgué y seguí mi camino. Cada vez, descubría más cosas y sabía que no tardaría con dar lo que había venido a buscar. A mi Bella.

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-Hijo, por favor, regresa… Kat no deja de preguntarme y ya no sé qué decirle. Llora por las noches… tiene pesadillas. Todos hemos sido cuidadosos en no mencionar nada sobre Bella, pero… Edward ella te necesita. No puedes estar allí y dejar sola a tu hija. Piensa, por Dios, hijo.- la voz de Esme, lastimera al inicio, se llenó de enfado al final. Fue cuando decidí que tenía que acabar con esto.

-Tienes razón, madre. Volveré.

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Casi seis meses habían pasado y no había podido encontrarla. Había hecho hasta lo imposible, pero no conseguí nada. Mi vida se había quedado vacía, sin sentido. Solo tenía a Kat, pero ella crecería y se iría, quedándome yo solo, sin nadie con quien compartiera mi vida. Sin Bella.

Hace años, si esto hubiese pasado, hubiera buscado la muerte y seguir a Bella. No hubiera permitido que la muerte nos separe… pero ahora era diferente. Una vez pensaba en aquello que me retuviera en la tierra si Bella dejara este mundo… una razón que me impediría estar con ella en el más allá… Ahora me daba cuenta de que esa razón era Kat, era mi hija. Ella era mi ancla en este mundo. No podía dejarla.

-Papi, ¿estás llorando?- oí su pequeña voz en un susurro. Pensé que ya estaba dormida.

-Solo… tuve un mal sueño, hija. Duerme.- le dije besando su frente y sin soltar mi abrazo. Ella extendió sus bracitos todo lo que pudo y me apretó hacia su pequeño pecho.

-Yo te cuido, papi. Shh…- Sí, Kat, tú me cuidas.

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Era domingo, y como todas las semanas, se habían juntado toda la familia en mi casa. Desde que Bella… desde que todo sucedió, ellos organizaban estas reuniones todas las semanas. Preparábamos una barbacoa, veíamos películas, jugábamos al fútbol con nuestros hijos, los veíamos corretear por el jardín…

Ahora, me encontraba en la sala, haciendo nada, pensando en cómo había cambiado mi vida… nuevamente. Pronto, Kat empezaría el pre escolar. Cómo pasaba el tiempo. Si solo…

El timbre sonó.

Nadie fue a atender.

El ruido estridente sonó nuevamente.

-Edward, ve a ver quién es, ¿quieres? Estamos ocupadas aquí.- sí claro, lo único que querían era que no pareciera un zombi cuando pensaba que nadie me estaba viendo. Ignoré ello y me puse de pie.

-Está bien. Ya voy.

El timbré volvió a sonar. Ya me estaba enfadando el ruido ese.

Llegué y abrí la puerta…

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Aaaahhhh, qué pasará después? ¿Quién será? ¿Qué sabía James?

Les di un avance largo.. bueno, no creo que el prox cap sea laaargo como los anteriores. Será casi como este. Como va, creo que terminará así, pero vamos! Las dejé en ascuas muchos días. Lo menos que se merecían era un avance como este.

Lore, espero haberte respondido tu rr con esta actualización. Lo siento una vez más, por tardar mucho. Pero quiero que sepan que pase lo que pase, nunca dejaré inconclusa la historia. Lo dije antes y lo vuelvo a decir.

Okz, nos vemos hasta el prox cap. Trataré de darme un espacio el fin de semana para terminar el cap 21 y el lunes les cuelgo la actu… o si me inpiro, quien sabe… tal vez el sábado ya esté listo…

Pero, chicas, vamos, quiero saber lo que piensan… hay un montooooooooon de alertas, favs, y los agradezco… pero también quisiera saber su opinión… aunque sea un “me gustó” o “lo odié” o “estuvo muy feo” o lo que piensen. Esas palabritas llegan a ser muy importantes para mí… Bueno, tampoco las obligo eh… pero vamos! No me merezco un rr???  *-* Al menos para mis ganas se redoblen y me hagan amanecerme para terminar lo antes posible el cap. Los rr ayudan, sabían? ¿Nunca les ha pasado? Yo me emociono mucho… como ahora. EL rr de Lore fue mi fin. Tenía que publicarles el cap hoy mismo, a como dé lugar, y heme aquí. Bueno, ya escribí mucho…

Nos leemos… byeeeeeeeeee

Lyhaane.

 

Capítulo 19: CHAPTER 19 Capítulo 21: CHAPTER 21

 
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